lunes, 30 de mayo de 2011

Bailando en el Titanic

Bailando en el Titanic







“Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles”
Miguel Hernández








En la Argentina, desde hace muchísimo tiempo, se está dando una paradoja que, si no fuera tan trágica, podría calificarse de “parajoda”.

Me refiero, como el lector comprenderá, a lo que trabaja, sin reclamar horas extras ni compensaciones de ningún tipo, la oposición para favorecer al oficialismo. Pero, también, a lo que hace, casi simétricamente, el kirchnerismo para favorecer a sus adversarios.

En cada uno de los sectores, mirando a su alrededor, cada uno de los pseudo jefes deben estar haciendo suya la famosa pregunta: “Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?

Comencemos por el “cristinismo”, ése que en tanto ha superado al “nestorismo” original. Para eso, simplemente por resaltar lo más obvio, resulta necesario referirse a don Huguito “Camión”, por una parte, y a doña Hebe “La Madre” y su hijo, don Sergio “Papito y Mamita” Shocklender, por la otra.

A Moyano se le está complicando la situación general, tanto en la esfera judicial cuanto en la política. El Gobierno ha comenzado a operar, fuertemente, en contra de su voluntad de concentrar más poder en la CGT, y las elecciones de hoy en el gremio mercantil, en las que un eterno Cavalieri enfrenta a un candidato apoyado por los camioneros, será la primera de las batallas.

La seguirá, sin dudas, la búsqueda de un nuevo Secretario General, de la mano del sindicato de la construcción, aliado de los demás “Gordos”. El lunes pasado, la entrevista que Roberto García realizó a Lescano, de Luz y Fuerza, dejó todos los indicadores necesarios para entender cuál será el futuro de la Confederación.

Desde el otro extremo, la Justicia se está acercando cada vez más a la mujer de don Hugo, en un camino que llevará inexorablemente a éste; es dable suponer que, dados los secretos del poder que conoce, no resultará un episodio menor cuando ambos enciendan algún ventilador.

Finalmente, la Presidente parece estar cerrando todos los posibles agujeros por los cuales podrían llegar los gremialistas –quizás, sólo los “moyanistas”- a las listas de candidatos, después de haber desterrado la peregrina pretensión de compartir la fórmula con doña Cristina.

Debemos recordar que, cuando Perón eligió a Isabel para la Vicepresidencia, lo hizo para evitar privilegiar a un ala del Movimiento sobre la otra; su viuda, en aquel entonces, resultaba casi más inocua que hoy. Si la señora de Kirchner decidiera –sigo sin creerlo- presentarse a la reelección, carecería de una posibilidad similar y, en ese caso, su dedo infligiría ofensas al ala perdidosa muy difíciles de soportar pacíficamente.

¿Toleraría el sindicalismo, tradicionalmente de derecha, a un Abal Medina o a un Zanini como candidato a Vicepresidente? ¿Soportaría la izquierda a un Scioli en ese cargo? Porque uno de las construcciones imaginadas en la política de hoy pasa porque doña Cristina se presente, gane y renuncie al poco tiempo, para evitar el desgaste de pagar la cuenta de las fiestas pasadas.

El escándalo de estafas y sobreprecios en el sector más emblemático del edificio político construido por los Kirchner desde 2003, las Madres de Plaza de Mayo, constituye el impacto de un verdadero torpedo bajo la línea de flotación del oficialismo.

Si bien Jorge Fernández Díaz tiene razón cuando sostiene que, en la Argentina de hoy, la corrupción no le importa a nadie (y lo justifica en http://tinyurl.com/3oqjyve), no es menos cierto que la organización de doña Hebe era la suma de todas las virtudes en el “relato” gubernamental. La morosidad de don Anímal Fernández, habitualmente tan locuaz, en dar algún tipo de explicación, más allá de la consabida afirmación acerca de la necesidad de que la Justicia investigue, confirma la gravedad del problema para el Gobierno.

Se agrava cuando el parricida Shocklender, muy suelto de cuerpo, declara al periodismo que su función era meramente gerencial, mientras que toda la responsabilidad sobre el manejo de los cuantiosos fondos transferidos por la Nación y la Ciudad Autónoma compete exclusivamente a doña Hebe, cosa harto sabida, por cierto.

Sin embargo, la corrupción del Gobierno argentino sigue muy viva en la memoria de la prensa internacional, esa que se reúne en oscuros cenáculos para conspirar contra los Kirchner pero que, lamentablemente, no puede ser alcanzada por la Ley de Medios dictada para amordazar opiniones opositoras.

El caso en cuestión repercutirá, amplificándose, por la enorme cantidad de subsidios que doña Hebe recibió de ONG’s extranjeras, todas inspiradas por progresistas y revolucionarios de escritorio, que ya no verán con ojos tan incrédulos las denuncias sobre aviones con drogas o dólares, pedidos de sobornos a empresarios, lavado de dinero, y tantas otras lindezas que circundaron a don Néstor (q.e.p.d.) y hoy siguen salpicando a doña Cristina.

Ahora, cambiemos de borda en nuestro barco y veamos qué sucede entre los opositores. Porque no se puede negar que ya las actitudes de casi todos ellos mueven a risa, pese a la amenaza del iceberg que se perfila en el horizonte inmediato.

La primaria de Santa Fe, amén de crear un nuevo político donde sólo había un actor cómico, da para verdaderas especulaciones, sobre todo si se piensa que éste lo hizo sin dinero, sin aparato y sin apoyo alguno.

El Justicialismo tuvo más votos que el Frente Cívico y Social. Si bien el segundo candidato más votado no es, precisamente, kirchnerista, pueden ocurrir dos cosas en ese ámbito: a) que el peronismo privilegie, como hace habitualmente, su vocación de poder y vaya unido detrás de Rossi; o b) que los votos de Perotti vayan, al menos parcialmente, a las listas de Del Sel.

En su contrincante, el Frente, sucede algo parecido. Para poder conservar la Gobernación, necesita todos los votos que tiene y, también, que se produzca la situación b) del párrafo anterior. Sin embargo, los radicales, cuyo candidato salió segundo y cerca del primero, no pueden estar mirando con muy buenos ojos las actitudes de Binner en Córdoba, asociándose a Juez contra Aguad. Tampoco se entiende cuáles son las objeciones del Gobernador a De Narváez respecto a la alianza con el radicalismo en la Provincia de Buenos Aires, sobre todo cuando él mismo, en Santa Fe, está aliado a los demoprogresistas, que no son, precisamente, zurdos.

En La Rioja, el resultado fue algo más suculento para el kirchnerismo que lo esperado, pero el reiterado papelón de don Carlos Menem puso la nota cómica el domingo. No sólo garantizó el triunfo de doña Cristina en octubre, si se presenta, y cantó su voto a favor, sino que su hijita querida, doña Zulemita, quiere ser candidata a diputada por las lista oficial. No vaya a ser que el Papi se ponga más viejo y no pueda bajar solo las escaleras del Senado.

En Chubut, el pobre Das Neves, después de mantener viva la esperanza de su triunfo por setenta días, consiguió que el escrutinio de los menos de 2000 votos del domingo duraran ¡cinco horas y media!. Creo que es un record que merecerá una mención en el Guiness. Para colmo de males, después que toda la payasada de las elecciones lo expulsara de la carrera del PJ Federal, su pupilo se declaró ¡kirchnerista! ¿Recuerda, lector, que con Colombi pasó lo mismo en Corrientes?

En fin, todo ello se asemeja al cinematográfico salón del Titanic, cuando ya se había estrellado. Casi todos siguen bailando, cambiando de pareja y de ritmo, mientras el país, de la mano del kirchnerismo y del populismo acentuado (Feletti dixit), se precipita hacia el anunciado abismo chavista.

¿Qué nos hicimos los argentinos para caer tan bajo? ¿Cómo permitimos que nos robaran la República y la libertad? Cuándo nuestros nietos lleguen a la madurez, ¿podrán vivir en un lugar que se llamará Argentina? La última pregunta remite al genial Tato Bores cuando, con casco de explorador, recorría un territorio vacío en el cual, contaba, muchos decían que había existido un país así llamado.

Rezo a Dios para que ese sketch no haya sido –como tantos otros del inimitable “actor cómico de la nación”- premonitorio.







Bs.As., 31 May 11








miércoles, 25 de mayo de 2011

¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón!

¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón!






“¿Dónde estarán aquellos que pasaron,




dejando a la epopeya un episodio,




una fábula al tiempo, y que sin odio,




lucro o pasión de amor se acuchillaron?”




Jorge Luis Borges






La egregia señora Presidente nos ha permitido, en los últimos días, comprobar cuánta razón tenía el autor de la frase que titula esta nota cuando describía el siglo XX, y aún más la señora Eladia Blázquez, cuando dijo “Hoy Discépolo resulta un optimista, con las cosas que tenemos a la vista”.

El sábado, en ocasión de la meritoria interna que disputó sólo con ella misma para determinar, entre los tres aspirantes, quién correría con los colores del Frente para la Victoria en la ciudad de Buenos Aires, hizo gala del mayor cinismo cuando, después de criticar a Mauricio Macri durante toda su gestión como Jefe de Gobierno por su inoperancia, explicó cómo se comportaría el Gobierno nacional si Filmus fuera electo en julio próximo para sucederlo.

Propinando una irrespetuosa y sonora cachetada a los porteños, muy suelta de cuerpo se comprometió a transferir a la Ciudad Autónoma la Policía Federal que presta servicios en ella, conjuntamente con las partidas presupuestarias destinadas a su funcionamiento, y garantizó fondos y avales –los mismos que negó para construir los nuevos subterráneos, por ejemplo- para todas las obras públicas que su delfín local decidiera encarar.

La señora de Kirchner parece haber olvidado que estaba hablando para uno de los electorados más preparados y más independientes del país. Los habitantes de la ciudad no solamente han pasado los últimos cuatro años hartos de la forma en que la Policía Federal, bajo las sucesivas órdenes de los ministerios de Justicia y de Seguridad, se comportó frente a la ocupación ilegal del espacio público –piquetes e invasiones- sino que ahora tienen claro a quién le deben que Buenos Aires no haya podido extender las galerías bajo tierra, que les hubieran permitido una mejor calidad de vida.

Presumo, entonces, que tanto el 10 cuanto el 31 de julio, si es que se llega al ballotage como todo el mundo prevé, quienes hemos tenido que vivir de tan mala manera por la bastarda forma de hacer política que utilizan los Kirchner con sus adversarios, no permitiremos que doña Cristina y sus acólitos de La Cámpora puedan exhibir la cabeza de Buenos Aires clavada en una pica.

Ayer, desde la plaza principal de Resistencia, Chaco, la señora Presidente nos propinó –esta vez, a todos y a todas los argentinos- un nuevo mensaje por cadena nacional. Hizo tantas referencias a “Él” que terminó su breve alocución con gritos disfónicos y casi llorando.

Claro, estaba festejando –aunque con la ausencia de don Néstor (q.e.p.d.)- los ocho años que lleva, como describió Joaquín Morales Solá, confundiendo al país con su patrimonio personal, antes ganancial y ahora propio, y actuando en consecuencia.

Pero el atropello a la razón que da título parcial a esta nota se vincula a la forma en que describió los logros alcanzados por la Argentina en ese período. Mientas la escuchaba decir que nuestro país volvió a ser una democracia en 2003, que somos una nación respetada en el mundo entero, que habíamos alcanzado la felicidad de no tener pobres ni miserables por obra del “modelo” y, sobre todo, que ahora somos una comunidad unida, sin fracturas ni odios, tuve la sensación terrible de haber sufrido un accidente vial, en el cual mi cerebro hubiera quedado dañado.

La distinguida viuda actual llegó al poder, en 2007, asegurando al país que, con ella, volvería la institucionalidad tan gravemente destruida durante el primer kirchnerismo, se dejarían de usar los decretos de necesidad y urgencia, se conviviría en paz. Sin embargo, su propio período presidencial fue, si cabe, aún peor que el de su marido en todos esos aspectos, y ello se vio agravado después de la muerte de don Néstor (q.e.p.d.), con la insensata transferencia de cuotas enormes de poder y de dinero a los pseudo herederos de los “jóvenes idealistas” que todo lo rompieron en los 70’s.

Recordaba estos días que, en plena crisis del campo, alguien se tomó el trabajo de analizar, en un mail, cómo había sido el resultado electoral en los distritos en los cuales las actividades agropecuarias tenían una importancia esencial. En todos los partidos de la Provincia de Buenos Aires que, entonces, se encontraban en conflicto abierto con el Gobierno por la intención de aplicar la Resolución 125, había ganado doña Cristina en octubre anterior.

El mail, que casi todos recordarán pues circuló muchas veces por la red, concluía con una recomendación, en letras rojas y tamaño catástrofe: “Muchachos, no corten las rutas, ¡córtense las b…!”. Ahora, cuando sean convocados a votar nuevamente, sería bueno que pudieran conservar sus atributos masculinos, toda vez que, si el kirchnerismo consigue perpetuarse en el poder, deberán dejarlos en la entrada del nuevo IAPI que, según ya avisó don Feletti, será utilizado por ese populismo acentuado para apropiarse de la renta.

Finalmente, resultó curioso que, para celebrar los doscientos un años de la Revolución de Mayo, doña Cristina no hiciera una sola mención a la efeméride, como si todo hubiera comenzado, en la Argentina, cuando llegó don Néstor (q.e.p.d.) a la Capital Federal.

Pero, dado el escenario político que se nos presenta, donde “cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón”, tal vez sea cierto.





Bs.As., 26 May 11






domingo, 22 de mayo de 2011

Deseos confesos

Deseos Confesos











“La política es el arte de obtener el dinero de







los ricos y el voto de los pobres con el pretexto







de proteger a los unos de los otros”
Anónimo











La semana pasada estuvo marcada por algunos hechos que nos deberían hacer reflexionar acerca de la apatía general que nos afecta como sociedad.

El primero, y tal vez el más grave, fue la llamativa indiferencia respecto a las declaraciones públicas de don Roberto Feletti, viceministro de Economía de la Nación, que confesó, urbi et orbi, que –si el kirchnerismo logra perpetuarse- el próximo paso de la tan mentada “profundización del modelo” consistirá, lisa y llanamente, en apropiarse de la renta privada.

Como todos sabemos -al menos, es lo que ocurría hasta la muerte de don Néstor (q.e.p.d)- nadie, en este gobierno, habla sin permiso. Entonces, y dado que la señora Presidente no lo ha desautorizado ni despedido, resulta necesario adjudicar dicha intención a la cúspide de la pirámide oficialista.

Esto, como ha dicho Ricardo López Murphy (el único que se enfrentó al funcionario en cuestión públicamente), reviste una gravedad extrema, que no parece ser percibida por la población, en general, ni atendida por aquéllos que, en un país normal, serían considerados clase dirigente.

Ya he explicitado, en notas anteriores, cuál es mi pobrísima opinión sobre los pseudo capitantes de la industria, la banca y el comercio argentinos. Lo hice, últimamente, cuando la Presidente, para poder disponer de los dividendos de Techint, modificó una ley mediante un DNU, que nada tenía de urgente y que, si hubiera tenido algo de necesario, hubiera debido ser enviado al Congreso para su tratamiento.

Porque, en lugar de plantarse ante esa nueva muestra de arbitrariedad y de avasallamiento de las instituciones de la República, esos verdaderos fantoches se atropellaron en la alfombra roja presidencial para aceptarla, con el infame y artificial argumento de que un director más o menos no conseguiría torcer la voluntad de los órganos de administración de las empresas. ¡Cuánto me hubiera gustado ver la reacción de la Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP) si a Dilma Rousseff se le hubiera ocurrido algo similar!

Pero, que a esas indignidades se sume la estrepitosa indiferencia ante un anuncio tan concreto acerca de cuál es el futuro que el kirchnerismo quiere para la Argentina –que, para concretarse, requerirá de la estatización del comercio internacional de granos, por ejemplo- no deja de ser llamativo, porque implica un suicidio colectivo.

Parecería que el cortoplacismo de nuestros empresarios es de tal magnitud que están satisfechos con contar con un ambiente amigable –que les permite ingentes ganancias- hasta las elecciones es preferible a un escenario de largo plazo, con seguridad jurídica. Claro que su miedo acerca del futuro se expresa en la falta de inversiones y en la fabulosa fuga de capitales argentinos, que ha llegado a los US$ 60.000 millones en los últimos cuatro años.

Otro hecho que ha transformado a la semana pasada en un hito es, a mi modo de ver, la prolongada batalla de los “cristinistas” contra don Hugo Moyano.

“El hombre del camión”, por ahora, ha asimilado el golpe y sólo ha manifestado su incomodidad al retirarse, anticipadamente, de la reunión del PJ que encabezaba con Don Danielito. Es cierto que, como contó en su ‘Panorama’ del sábado Jorge Raventos, no se discutió siquiera el reclamo de la CGT de lugares en las listas, básicamente porque aún hay tiempo para hacerlo, pero no lo es menos que el fantasma de la cárcel debe complicar el sueño de la familia Moyano.

Hay quienes piensan que, en realidad, toda la pelea y el distanciamiento entre doña Cristina y el líder sindical no es más que un montaje para el consumo de la clase media, que sigue repudiando, con su opinión al enriquecido y patotero dirigente gremial-empresario y que, cuando llegue el momento, éste obtendrá una vez más lo que busca: impunidad y más poder. No coincido con esa opinión, y la guerra contra Clarín, el mejor aliado de don Néstor (q.e.p.d.) hasta la crisis del campo, me parece la mejor muestra.

Por el contrario, creo que se trata de una verdadera lucha de poder entre dos bandas, la que encabeza con Zaninni y acompaña ‘La Cámpora’ y la otra, comandada por don Hugo y don Julio de Vido, ésta con más problemas internos, derivados del odio que el Secretario General despierta entre sus pares.

En mi concepción, al menos por ahora, va perdiendo la segunda, y por goleada. El súbito despertar de Oyarbide, el juez de pasado prostibulario, y de su colega Bonadío, tal vez se deba al sonambulismo de otro Fernández, hermano del Senador kirchnerista, tan afecto a caminar de noche por los pasillos de Comodoro Py, en especial cuando la “pingüinera” lo envía, dan una pauta confirmatoria.

La conformación de todas las listas de candidatos del FPV a la ciudad de Buenos Aires es un hito importante en esta guerra, ya que han quedado fuera de ella prácticamente todos aquéllos que no forman parte de “La Cámpora”, ese engendro que constituye el desteñido –a fuerza de cargos y cajas- espejo donde se miran los presuntos herederos de los jóvenes asesinos de los 70’s.

Dicen en los pasillos que, para protegerse de tanto avance en su contra, don Hugo ha dado manos libres a los gremios para que reclamen aumentos de sueldos sin respetar la pauta del 24% (el verdadero número final alcanzado es sensiblemente mayor, de todos modos) fijada por la negociación con los camioneros y tan festejada por doña Cristina.

Si es así, pronto veremos agudizarse el conflicto gremial en calles, rutas, yacimientos y establecimientos fabriles. Pese a la tranquilidad económico-financiera que le produce al Gobierno el precio internacional de la soja, podríamos ver surgir un problema político que complicaría seriamente al “modelo”, que no parece tener nubes amenazadoras desde la economía en el corto plazo.

Otro hecho fue la nueva lección que la República Oriental del Uruguay nos dio a los quienes vivimos en la otra orilla. Pese a la enorme presión del gobernante Frente Amplio y a la errática conducta del propio “Pepe” Mujica, el Congreso rechazó desconocer la voluntad popular, expresada dos veces en sendos referenda, y derogar las leyes de pacificación nacional vigentes.

Como se ve, los argentinos vivimos tiempos interesantes, algo que los chinos desean a veces a quien no quieren bien. Hoy, uno de los procesos que marcará la intensidad de los próximos meses se está dirimiendo en la Provincia de Santa Fe.

Cuando se conozcan los resultados –y se hayan probado las virtudes de la boleta única- sabremos más de la realidad y, sobre todo, de cómo percibe la ciudadanía en general la peligrosísima vocación chavista del Gobierno.

Algunos, entre los que me cuento, sabrán además si han predicado en el desierto, y si la capa adiposa -que supo definir Leopoldo Lugones- nos impide, como sociedad, ver más allá del plasma comprado en cuotas.










Bs.As., 22 May 11


Publicado por:
http://www.cronicayanalisis.com.ar
http://corinariosargentina.blogspot.com
http://www.totalnews.com.ar
http://argenlibre.blogspot.com
http://www.elojodigital.com
http://vozdelalibertad.blogspot.com
http://www.periodismodeverdad.com.ar
http://esperanzablog.blogspot.com
http://www.offnews.info
http://scolaro.blogspot.com
http://www.informadorpublico.com
http://elquijote2010l.es.tl/HACER-CONOCER.htm
http://www.lacajadepandoraonline.com
http://nuevoencuentro.com
http://www.politicaydesarrollo.com.ar
http://www.notiar.com.ar
http://www.cepoliticosysociales-efl.blogspot.com
http://www.lahistoriaparalela.com.ar
http://www.analitica.com/va

domingo, 15 de mayo de 2011

Nueva carta abierta a la señora Presidente de la Nación

Nueva carta abierta a la señora Presidente de la Nación



“Pero ella no era diosa,

y su deseo fue en vano”
Laura Esquivel



Estimada señora:

Lo de ‘nueva’ se debe a que, el 7 de noviembre de 2010, ya le había escrito (http://tinyurl.com/3mjtznk), sugiriéndole la adopción de una serie de medidas que, lamentablemente, no resultaron de su gusto; si hubiera aceptado mis consejos de entonces, el país entero sería otro y usted podría retirarse con la seguridad de figurar, en letras de molde, en el libro de la historia grande de la Argentina.

Esa carta anterior se generó, obviamente, a partir de la muerte de don Néstor (q.e.p.d.). Cuando se produjo su fallecimiento, pronostiqué en un artículo –“Muchos muertos en uno”, (
http://tinyurl.com/258rm29)- que de todos los que roles que ocupaba su marido en ese momento, el único que le iba a resultar irremplazable (no me refiero, obviamente, a los aspectos estrictamente personales de su duelo) sería el de gran articulador, el equilibrista permanente que podía mantener pegoteadas a la nueva izquierda de la billetera y los cargos y a la CGT delincuencial. Lo sucedido en las últimas semanas parece haberme dado la razón.

Que don Huguito se transformaría en una enorme roca en su zapato, también se lo avisé (
http://tinyurl.com/2g4t9fx) con tiempo, pero era la época en que usted prefería seguir entregándole cuotas crecientes de poder, y tampoco me escuchó.

No soy, señora, ni más inteligente ni más culto que nadie; tengo sí, aparentemente, algo más de sentido común que muchos de los que la rodean, aunque éstos sean cada vez menos.

Pero no vale la pena llorar sobre la leche derramada, y hacer historia contrafáctica no reporta utilidad alguna. Elucubrar acerca de qué hubiera pasado si …, no solamente carece de sentido sino que puede ser considerado un vicio adolescente y, como tal, condenable.

Por lo que usted misma informó al país el jueves, no se muere –fea imagen, a la cual los argentinos somos tan adictos- usted por la Presidencia, y ha dado todo lo que podía dar. Reconozcamos, además, que la política le ha dado, también, todo lo que podía recibir, que no ha sido poco, en ningún sentido.

Reflexionemos juntos, entonces, sobre ambos aspectos, es decir, sobre su papel, en caso de ser reelecta, y su capacidad como mujer y, sobre todo, como madre.

Como no la considero tonta y, con seguridad, su información real es mucho más ajustada a la realidad que la mía, no dudo acerca de su conocimiento sobre dónde se encuentra su “modelo”. Dramáticamente y después de ocho años, ha llegado el momento de pagar la cuenta de la fiesta que organizó con don Néstor (q.e.p.d.) para festejar el éxito del viaje de su pareja desde la lejana Patagonia a la tan iluminada Buenos Aires.

No debería, entonces, hacerlo pero, como se trata de una carta abierta que será leída, seguramente, por alguien más, enumeraré sólo los títulos de los problemas a los que se enfrentaría si decidiera reincidir: tarifas, tipo de cambio, energía, subsidios, planes, inflación, inseguridad, Justicia, narcotráfico, defensa nacional, puja redistributiva, poder gremial, falta de inversión, fuga de capitales, conflictos internacionales.

Como usted y yo sabemos, sobre todo después de habernos peleado con Brasil, que se niega a aceptar que nosotros podemos frenar las importaciones y ellos no, sólo le quedaría, como arma para enfrentar esos problemas, el maldito ‘yuyo’. En serio, señora, me parece un poco poco.

Si puede evitar hacerlo, saliendo a tiempo del restaurant por la puerta grande, ¿para qué pagar la cuenta? Déjele ese ‘muerto’ (¡otra vez esa imagen!) a su sucesor, cualquiera que éste sea, y que los ex ‘jóvenes idealistas’ se las arreglen como puedan.

No me diga, señora, que su lealtad hacia sus cómplices la llevaría a inmolarse para protegerlos porque, sinceramente, no le creería.

Desde otro ángulo, ¿cuánto crédito da usted a las encuestas tan favorables que le acercan esos futuros ni-ni (ni curro ni libertad)? Porque, convengamos, la última vez que puso usted en juego su capacidad de convocatoria, dos ‘nadies’ derrotaron a esa “armada Brancaleone” formada por su marido, don Danielito, los intendentes, los ministros y los artistas “testimoniales”.

Además me pregunto, ¿para qué organizar otra vez el zafarrancho de las listas ‘colectoras’ si sus cómplices están tan convencidos de ese imparable triunfo en octubre?

En el campo, gran artífice de su victoria de 2007, siguen sin quererla ver ni en figuritas. Es posible que, en los pueblos del interior, su imagen haya mejorado un poco, pero dependen mucho de sus clientes y éstos, como sabemos, la sola posibilidad de su reelección les provoca una reacción imposible de expresar en palabras; tanto usted como don Néstor (q.e.p.d.) hicieron todo lo posible, a fuerza de agravios gratuitos, para merecerlo.

La clase media, esa que su gobierno está intentando convencer de las virtudes del “modelo” a fuerza de plasmas y automóviles, de tarifas regaladas de luz y de gas (especialmente, en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores), también es la más preparada y ha descubierto que esta película ya la vio y, peor aún, sabe cómo termina. Por otra parte, los muchachos de la Cámpora, ciertamente efusivos y entusiastas, no son tantos como para asegurar el triunfo.

Centrar la fuerza del “ya ganó” en el negro que adoptó después de la muerte de su marido suena, al menos contradictorio. Si don Néstor (q.e.p.d.) era el prócer que ahora quiere instalar en nuestra historia, ¿por qué el índice de confianza y su imagen positiva sufrió un alza de tal magnitud cuando desapareció? Desde otro ángulo, ¿cuánto tiempo más puede durar el efecto benéfico de su viudez sobre la intención de voto de sus conciudadanos?

Finalmente, señora, piense en sus hijos. La ilimitada voracidad por más poder y más dinero costó la vida de su padre y, con total seguridad, ‘las luces del centro’ los deben haber encandilado, después de una vida entera en Santa Cruz.

Don Néstor (q.e.p.d.) y usted, que nunca habían salido del país hasta 2003, tampoco hicieron nada para que, al menos, los chicos pudieran aprovechar la enorme fortuna personal que habían generado, curiosamente, desde puestos públicos.

Esa situación los debe haber llevado, sin dudas, a buscar límites, intentando golpear con paredes que la actividad política de sus padres les imponía colocar en su camino. ¡Vaya uno a saber cómo son, en realidad, las vidas de Máximo y de Florencia!

Usted, como madre, tiene una natural y primigenia obligación con ellos. Vuelva entonces a su casa, edúquelos, conténgalos y, sobre todo, corrija las eventuales desviaciones de cualquier tipo en la que pudieran haber caído.

Finalmente, doña Cristina, debe usted tomar las riendas de su salud. Algunos médicos, expertos en la dolencia que la aqueja, me dijeron que ya no está usted en condiciones de ejercer la actual Presidencia, ni qué hablar de una futura.

Estoy convencido –si leyera mis notas sabría cuánto hace- que, finalmente, decidirá no presentarse a las elecciones; también entiendo que esa resolución tendrá que ser comunicada a la banda delictual que la rodea lo más tarde posible, para evitar que el desmadre que producirá inevitablemente la noticia golpee a su gobierno con demasiada anticipación.

Acertar en esta predicción no me producirá alegría alguna, porque quisiera que, alguna vez, la Argentina pueda hacer juicios de residencia a los funcionarios salientes, cualquiera fuera su nivel de responsabilidad. Sin embargo, debo priorizar el bien del país que, de triunfar usted o alguien de su entorno en la contienda, se verá inmerso en el “socialismo del siglo XXI” que tan pocos éxitos le ha llevado a su amigo, el papagayo caribeño y que tantos males ha producido a Venezuela y a América del Sur.

El objeto de esta carta ha sido, simplemente, procurarle una ayuda-de-memoria para el momento en que deba explicar su renunciamiento final. Para llevarla al atril habitual, bastará con agrandar la letra.

Me despido con cortesía, pero sin afecto alguno.



Bs.As., 15 May 11


viernes, 13 de mayo de 2011

Modesto consejo a los opositores

Modesto consejo a los opositores









“Tenemos que ser padres de nuestro futuro





y no hijos de nuestro pasado”
Miguel de Unamuno









Estimados señores:

La renuncia de Mauricio Macri a competir en las elecciones presidenciales, ha dejado a un amplísimo arco de ciudadanos, que piensan en forma diametralmente opuesta al populismo demagógico y al estatismo absurdo, sin un claro referente para esa fecha tan importante para el futuro de la República.

Por otra parte, y como les deben haber informado sus asesores económicos, el “modelo” de rimbante nombre y nulo éxito –salvo para la ex parejita imperial y sus cómplices de toda laya- ha terminado de saquear las cajas disponibles y, en especial, la de la ANSES, quitando la espoleta a una granada enorme que explotará más temprano que tarde.

El campo minado que dejará el kirchnerismo a su sucesor está conformado por aspectos tales como la complicada paridad cambiaria, la inflación creciente, la gran masa (40%) de pobres y miserables, la falta de reservas energéticas, el festival de subsidios cruzados, la increíble decadencia de la educación, la inexistente salud pública, la carencia de una infraestructura apta para el desarrollo, la ausencia total de seguridad jurídica, la destrucción de las instituciones y organismos de control, la porosidad infernal de nuestras fronteras, el creciente problema del narcotráfico, la corrupción desaforada, la esencial dependencia del tipo de cambio en Brasil y del precio internacional de la soja, el desmadre del poder sindical, la inseguridad ciudadana y la indefensión total de nuestra soberanía; lamentablemente, y pese a la importancia de esos temas, no agotan la lista de agujeros negros que recibirá quien se siente en el sillón de la Rosada.

Esos problemas revisten tal magnitud que ningún partido por sí solo, menos aún una persona, podrán enfrentarlos con alguna posibilidad de éxito. Para superarlos se necesitará adoptar medidas heroicas, de esas que la población difícilmente aceptará en forma pacífica, porque llegarán después de un consumo forzado pero convincente. Especialmente, cuando se trata de una ciudadanía tan abúlica como nosotros.

Creo, entonces, y de allí el título de esta nota, que los opositores que aún están en la línea de largada deben ponerse de acuerdo, ya mismo, respecto a algún mecanismo parecido al viejo lema peronista: el que gana gobierna, y el que pierde acompaña.

La traducción es simple. Por una vez, y frente al tétrico panorama que enfrentaremos todos, es necesario que quienes representarán a sus respectivos partidos en agosto, cuando se produzcan las internas obligatorias y simultáneas, firmen ya mismo –esta misma noche, si fuera necesario- un pacto en ese sentido.

Suena ilusorio e ingenuo, lo sé, porque cada uno de ellos tendrá su propia receta para enfrentar esos problemas; por ejemplo, es casi seguro que los radicales, los peronistas federales y los “lilistas” podrán ofrecer distintas soluciones para el tema de la inflación.

Sin embargo, señores, aquí y ahora, esté en juego la República y el país mismo. Creo que, si una vez más fracasamos, no tendremos la entidad necesaria para enfrentar el apetito generalizado del mundo sobre un territorio enorme, absurdamente rico, y conducido por un puñado de cretinos.

Mientras organizamos, entre todos, el generalizado conflicto económico que doña Cristina dejará cuando se vaya (recuerden cuánto hace que sostengo que no se presentará en octubre), podemos adoptar una solución muy heroica, pero transitoria.

La solución que les propongo, señores, tiene en vista la recuperación inmediata de la confianza internacional en nuestro país. Una confianza destruida por el default de 2002, por la disparatada política internacional de los Kirchner y, sobre todo, por la falta de seguridad jurídica.

Nuestra Corte Suprema de Justicia, tan alabada por los psudo bienpensantes, no ofrece ninguna garantía a los inversores; nadie en el mundo, y la fuga de más de sesenta mil millones de dólares de la Argentina es una prueba más que suficiente de ello, cree que podría contar con garantías en cuanto al mantenimiento de las reglas de juego que rijan al momento de decidir invertir: Guillermo Moreno, como herramienta de don Néstor (q.e.p.d.) y de doña Cristina se ha ocupado muy eficientemente de ello.

Mientras tanto, si no conseguimos que esas inversiones lleguen –sea provenientes del ahorro interno hoy fugado del circuito, sea por reales capitalistas extranjeros- la oferta de bienes seguirá restringida (en especial, frente a una demanda artificialmente incentivada), no se crearán puestos de trabajo formales, se exportará y se importará cada vez menos, y la inflación comenzará a espiralizarse, antes de lo que podamos prever.

Mi receta puede no ser fácil de “vender” a nuestros compatriotas y, con seguridad, será un sapo muy difícil de tragar para nuestros políticos pero, mientras alguien no proponga algo mejor e igualmente rápido en la obtención de resultados, seguiré pensando que puede ser la solución. Al menos, Brasil la adoptó en su momento, y con gran éxito por cierto.

Se trata de constituir un fideicomiso, en uno de los países centrales y confiables, con todas las acciones que se encuentran en manos de la ANSES de empresas que cotizan en bolsa, comenzando por el 26% de Techint.

Luego, todos los contratos vinculados con la inversión externa serían garantizados –exclusivamente frente al riesgo de alteración de las reglas de juego, no del éxito del negocio concreto- por ese fideicomiso, y se pactaría la jurisdicción de los tribunales del país en el cual ese fondo estuviera constituido. Con ello, los inversores estarían a cubierto de cualquier “riego-país” que pudieran considerar para decidir su apuesta.

Por supuesto, una solución de este tipo heriría los sentimientos falsamente nacionalistas tan arraigados entre nosotros y, por ello, sería necesario que todos los partidos de oposición se unieran para explicar el remedio y llevar tranquilidad a los ánimos seguramente exaltados.

Cuando, después que esas inversiones hayan llegado y se haya reconstituido la confianza internacional en la Argentina, ya que el país se habrá transformado en una nación nuevamente pujante y creíble, podremos volver a la normalidad y se aceptará que sean nuestros propios tribunales quienes decidan las contiendas.

Este consejo, modesto por cierto, debe terminar con una descripción de las virtudes y ventajas que su adopción traerá para todos nosotros. A medida que se vayan radicando nuevas industrias, éstas exigirán más mano de obra y cada vez más calificada, con lo cual la educación deberá mejorar sensiblemente. Lo mismo ocurrirá con la salud, ya que los nuevos operarios deberán estar mejor cuidados. La seguridad mejorará, pues los inversores exigirán una firme política contra el narcotráfico –han debido pagar su inexperiencia en Colombia y, hoy, en México- y el delito común.

Una economía que se desenvuelve en un ambiente corrupto, rápidamente hace que la libre competencia fracase, y ello hará que comience a disminuir en forma muy marcada. La necesidad de las empresas hará que la inversión en infraestructura y en la búsqueda de reservas de energía convencionales y nuevas se deba transformar en una prioridad.

La industria nacional, de alta calidad pero de muy pequeño mercado consumidor, deberá especializarse en el ataque a los mercados de excelencia y de altos precios mundiales, dejando para quienes pueden producir más cantidad a menor precio el abastecimiento del mercado interno.

En resumen, señores, la Argentina les pide, a cada uno de ustedes, grandeza y sensatez en esta hora, virtudes de las cuales, hasta ahora y salvo contadísimas excepciones, no han hecho gala. Se trata, simplemente, de ponernos de acuerdo quienes estamos hartos de populismo y de clientelismo, de fracaso y de frustración, sobre un tema único y central: recuperar la confianza como país.

La Historia, con mayúscula, se los agradecerá.

¡Que tengan ustedes muy buenas noches!







http://www.analitica.com/va
http://www.lahistoriaparalela.com.ar/
http://cepoliticosysociales-efl.blogspot.com






domingo, 8 de mayo de 2011

Confesión y opción

Confesión y Opción





“El progreso económico requiere un orden jurídico

y una justicia independiente, que proteja a los

ciudadanos contra los excesos del poder

administrador. El quebrantamiento de la seguridad

jurídica origina incertidumbre y promueve inestabilidad”
Arturo Frondizi
















Antes de que se me propinen críticas por mi militancia, y por si alguien no lo hubiera descubierto aún, confieso que no soy periodista; sólo me considero un mero analista aficionado y, por supuesto, tengo una marcada inclinación política.

Sigo insistiendo en que doña Cristina no se presentará a las elecciones que le permitirían renovar su mandato y, aún equivocándome en ese pronóstico, los próximos meses parecen encaminar a la sociedad argentina a una definición crucial: ser Venezuela o Chile.

Porque, reconozcámoslo, Ricardito también trae, bajo el poncho, un proyecto estatista y socializante que le ha permitido, hasta ahora al menos, unir bajo la bandera rojiblanca a Binner y a Giustiniani, a Juez y Stolbizer y que lo llevaría, en caso de ballotage, a negociar y obtener el apoyo de “Pino” Solanas y de la izquierda vernácula no kirchnerista. Alfonsín es lo mismo que tenemos, con algunos buenos modales.

Que a esa lamentable comparsa se haya agregado últimamente el “Colorado” de Narváez, que parece no hacerle ascos a nada con tal de seguir como candidato a gobernador, podría expulsar del armado a algunos desilusionados, que se inclinarían, entonces, por las listas del Frente para la Victoria.

La retirada de Mauricio Macri de la carrera presidencial, las pobres expectativas que se auguran a Lilita Carrió y Alberto Rodríguez Saa, sumadas a la ya definida negativa de Carlos Reutemann a participar en la lid, hace que, en segunda vuelta, las expresiones de derecha del electorado estén obligadas a votar por Eduardo Duhalde.

El jueves mismo, el Congreso, con una mayoría conformada por el kirchnerismo, el radicalismo y la izquierda, y la abstención del PRO, sancionó un nuevo avance del Estado sobre las empresas privadas y sobre los contratos entre particulares, con regulaciones sobre la medicina prepaga (algunas de ellas imprescindibles) que la convertirán en inviable. El silencio general de la ciudadanía da cuenta de su apatía y de la profunda ignorancia en que se encuentra sumida.

Esa noticia, sumada a la continuidad de la ilegal lucha del Gobierno contra Techint, tiene su lógico correlato en la otra certeza que trajo la semana: la Argentina sólo logró captar, el año pasado, el 5% de las inversiones extranjeras directas que llegaron a América Latina.

Esa falta de inversiones, agravada por la fuga de decenas de millones de dólares, tiene una esencial influencia sobre el principal flagelo que golpea a la economía nacional: la inflación. Además, atenta contra la creación de empleo formal, único capaz de sacar de la pobreza y de la miseria a los que este rimbombante “modelo” hizo caer del mapa.

Porque, ¿quién vendría a invertir en un país donde los contratos no se respetan? ¿Podrían los inversores confiar en una Justicia incapaz o desinteresada en imponer la obligatoriedad de sus fallos? ¿Existe alguien que, voluntariamente, acepte someterse a las tropelías de don Guillermo Moreno? ¿Sobre qué ecuación energética realizaría sus cálculos de inversión?

El socialismo stalinista se ha derrumbado en el mundo entero, y nosotros ya hemos probado en exceso la receta de “vivir con lo nuestro”, que preconizaba Aldo Ferrer, como para creer en su factibilidad. Ese mundo, al cual parecen -o dicen- aspirar los viejos “jóvenes idealistas” que nos gobiernan ya no existe; el papagayo caribeño todavía lo podrá mantener vivo un poco más en Venezuela porque está sentado sobre un lago de petróleo y gas, pero nosotros no tenemos algo así.

Toda esta fantástica construcción, el “modelo”, de don Néstor (q.e.p.d.) pudo sostenerse hasta ahora con dos pilares fundamentales, ambos ubicados en el exterior de la Argentina: el precio de la soja y la revaluación del real brasileño contra el dólar estadounidense. Por su parte, los superávits gemelos, de los cuales el difunto se enorgullecía, han desaparecido hace rato, y hoy su viuda sólo puede hacerlos sobrevivir saqueando las reservas del Banco Central y recaudando, a lo potro, por la presión inflacionaria.

Es altamente probable que el alto precio del “yuyo” dure más que la actual cotización de la divisa de Brasil, dada la presión de la FIESP por el deterioro de las exportaciones. Cuando eso suceda, y en algún momento sucederá, deberemos comprarnos cascos, porque lloverán piedras.

Quienes pensamos diferente, quienes no estamos dispuestos a empeñar el futuro de nuestro país por un plasma o por un auto en cuotas, todavía estamos a tiempo. Aún podemos imponer algunas condiciones a quien resulte, finalmente, elegido. Pero es imprescindible que actuemos ya mismo, sin perder un segundo más.

El re-lanzamiento presidencial de Duhalde trajo, al lastimoso escenario político, un claro mensaje de sentido común y reinvindicó, como tal, al único verdadero estadista que tuvimos los argentinos desde la última mitad del siglo pasado: Arturo Frondizi.

Al anunciar, el viernes, su decálogo de prioridades colocó en primer lugar a la guerra contra el hambre, la marginación y la miseria, y declaró su intención de poner en orden de batalla todos los recursos del Estado.

Más tarde, estableció la imperiosa necesidad de contar con una Justicia seria e independiente. Quienes hayan tenido la paciencia de seguir mis notas, sabrán de mi convencimiento de que ese es el principal pivote sobre el cual podremos construir la Argentina del futuro.

El kirchnerismo nos ha enseñado, y continúa haciéndolo diariamente, que sólo puede moverse en un ambiente en el cual los jueces sean sus meros lacayos, dispuestos siempre a responder a las necesidades del poder. Uno, en particular, con un pesado pasado prostibulario, se ha transformado en el ícono de esa Justicia que, para ser República, debemos erradicar desde sus cimientos.

Muy probablemente, y el excelente Alfredo Leuco –con el cual disiento en muchas otras cosas- tendrá una gran responsabilidad al respecto, la Presidente emita un nuevo DNU para cancelar la convocatoria a las famosas primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.

La excusa que esgrimirá para justificarlo tendrá una cierta justificación: pensadas para que diferentes candidatos de un mismo partido compitan entre sí, la realidad muestra que los precandidatos actuales presentarán listas únicas en sus distintas armazones políticas. Ricardito, Lilita, “el” Alberto, Duhalde y quien sea el ungido por el FPV ya han sido (en este caso, debiera serlo hasta entonces) designados, y las primarias entonces implicarían un gasto sin sentido.

Pero la razón real, como explicó Leuco en Perfil del sábado, radicará en que esas internas, precisamente por cómo ha quedado el tablero, en la práctica se transformarán en una “primera vuelta” electoral. Quienes, como quien esto escribe, no están dispuestos a votar al FPV en ningún caso, emitirán un “voto útil” el 23 de octubre, optando por el opositor más votado en agosto. Y el Gobierno se ha enterado.

Pero, antes que el calendario nacional nos atropelle, los porteños tenemos enfrente las elecciones locales. Y aquí también quienes pensamos en que una continuidad del kirchnerismo constituiría, sin dudas, lo peor que puede pasarle a la Argentina, estamos obligados a votar por Mauricio Macri.

Muchas críticas, seguramente justificadas, pueden hacerse a su gestión municipal, pero el daño emergente de entregar la ciudad de Buenos Aires a uno de los tres pre-candidatos del FPV o a “Pino” Solanas y, con ello, dar una enorme vidriera triunfalista a quien quiera convertirse en aspirante a sucesor de doña Cristina al frente de su “modelo” sería muy alto y podría poner en riesgo cualquier tentativa nacional.

Hoy la República está, por obra de don Néstor (q.e.p.d.) y su viuda, en terapia intensiva. Si el kirchnerismo triunfara en octubre, tengo la más absoluta certeza de que morirá, y con ella el futuro del país que queremos para nuestros hijos y nietos. Reflexionemos, y votemos en consecuencia.




Bs.As., 7 May 11



Publicado por:
http://www.periodismodeverdad.com.ar/
http://www.informadorpublico.com/
http://corinariosargentina.blogspot.com/
http://www.elojodigital.com/
http://www.politicaydesarrollo.com.ar/
http://argenlibre.blogspot.com/
http://www.totalnews.com.ar/
http://nuevoencuentro.com/
http://www.notiar.com.ar/
http://scolaro.blogspot.com/
http://www.cronicayanalisis.com.ar/
http://offnews.info/
http://www.lahistoriaparalela.com.ar/
http://www.miradornacional.com/
http://www.lacajadepandoraonline.com/
http://cepoliticosysociales-efl.blogspot.com/
http://www.analitica.com/va

domingo, 1 de mayo de 2011

Falsedades y cobardías

Falsedades y Cobardías









“La madre de los imbéciles



está siempre embarazada”



Refrán italiano









En estos días, en los que nadie parece entender qué vendrá si el kirchnerismo consigue, a través de algunas de sus variantes, conservar el poder después del 10 de diciembre, volvió a mi memoria ese refrán que, pese a su procedencia original –o tal vez por eso mismo-, tan bien describe la situación de nuestra sociedad.

Y lo que lo trajo fue la actitud de las empresas que aceptaron, para no hacer olas, el aumento de los representantes del Estado en sus directorios, como fueron los casos emblemáticos de Consultatio y Banco Macro, que encabezaron una lista de once compañías dóciles frente a las arbitrariedades del Gobierno.

Es más, en el acto de asunción de José Ignacio de Mendiguren como nuevo Presidente de la Unión Industrial Argentina, pudieron oírse voces que reprochaban al grupo Techint –ni hablar de Clarín- su inflexible resistencia a aceptar pasivamente este nuevo avance oficialista, de marcado sesgo chavista, porque distorsionaba el panorama general de genuflexión.

El argumento sobre el que se apoya la crítica, calcado del expuesto por los lenguaraces del Gobierno es real -la cantidad de directores que pretende imponer no alcanza para torcer las decisiones de los órganos de administración- pero es falso a la vez, porque no tiene nada que ver con lo que debe discutirse.

Lo que está verdaderamente en cuestión es que, una vez más, doña Cristina, eludiendo inconstitucionalmente al Congreso, dictó un decreto de necesidad y urgencia que, por carecer de ambos requisitos, desobedece e ignora un fallo de la Corte Suprema de Justicia que establece, claramente, en qué casos y circunstancias puede recurrirse a ese adefesio jurídico.

En resumen, lo que importa es que el DNU es ilegal e ilegítimo y, en tal carácter, su utilización debe ser rechazada por todos los afectados. Sin embargo, con el pánico que caracteriza a nuestros empresarios cuando está en juego el favor del gobierno de turno, la gran mayoría de éstos optó por tolerar este nuevo atropello, cerrando así un poco más el nudo de la cuerda con la que serán ahorcados.

Porque ésta es la cuestión: todos, sin excepciones -pero, sobre todo, aquéllos a los que su esfuerzo, su suerte o su capacidad de lobby han puesto en posiciones de poder-, debemos negarnos a permitir que, desde la Casa Rosada, se continúen vulnerando las instituciones de la moribunda República.

Pero la triste realidad es que las empresas y las cámaras sólo pueden contemplar el horizonte de la semana siguiente. Por esa miopía, por ese mal entendido instinto de supervivencia y, sobre todo, por cobardía, admitieron las amenazas y los disparates económicos ejecutados por don Guillermo Moreno, una de las herramientas más nefastas de don Néstor (q.e.p.d.) y de doña Cristina han utilizado contra el país y su futuro.

La Corte, la misma que esta semana contempló impertérrita que la Ministro de Seguridad nuevamente desconociera un fallo judicial expreso, la misma que ha dejado de cumplir rol de última defensa de los ciudadanos para transformarse en un instrumento de las desfachatadas políticas del Gobierno, tiene que actuar, y hacerlo ya mismo.

Peor aún, no hubo reacción alguna del alto Tribunal cuando el Poder Ejecutivo, a través de los absurdos bigotes del inefable don Anímal Fernández, se dio el penoso lujo de “apretar” a una juez que otorgó una medida cautelar.

Si bien carece de los medios reales (ninguna fuerza de seguridad la obedecería) para ejercer el poder de policía necesario para ordenar la inmediata detención de los funcionarios que desobedecieran sus mandatos, tiene la enorme arma legal del pedido de juicio político.

Los miembros del alto Tribunal, hasta ahora tan cuidadosos de sus pasos institucionales cuando se pueden pisar los callos de los pies del Ejecutivo, pasarán a la historia con las mismas lacras que hoy ensucian los curricula vitæ de la gran mayoría de sus antecesores. Han permitido que todo el andamiaje jurídico previo, construido a lo largo de nuestra historia (constituido por los principios de legalidad, de presunción de inocencia, de ley penal previa, de ley más favorable), fuera convertido en papel mojado para servir a los espurios intereses de los Kirchner y su banda.

De nada les servirá, cuando el tsunami llegue, escudarse en algunas sentencias que dictaron contrariando los deseos del Ejecutivo porque, en la realidad, nada hicieron para imponer su cumplimiento. Los casos del Procurador Sosa, los fallos vinculados a las jubilaciones, los desalojos relacionados con el Riachuelo, la intervención en el gremio de los aeronavegantes, son algunas de las muestras de esa inoperancia y de la absoluta falta de redaños de los señores jueces. De allí que serán tan responsables como los mismos Kirchner del desastre institucional en que la Argentina está sumida y que se agravará si el oficialismo consigue retener el poder.

La otra novedad importante de la semana fue el frustrado “apriete” que intentó el “hombre del camión” sobre doña Cristina; cuando resultó evidente que no conseguiría reunir el número necesario de asistentes, el discurso viró e intentó parecerse al que, en el mismo lugar, la CGT realizó para forzar la fórmula Juan Perón-Eva Perón.

Cuando hablo de frustración me refiero, estrictamente, a las matemáticas, porque don Hugo había anunciado que “reventaría” la Avda. 9 de Julio con quinientas mil personas, y sólo obtuvo unas sesenta mil. Las causas políticas de ese fracaso -las conspicuas ausencias de doña Cristina y los “Gordos”- hicieron que el eje cambiara y todo dejara de estar al servicio exclusivo del “Negro” para transformarse en un reclamo de clase, más afín a los interesados oídos del Ejecutivo y sus cómplices.

No puedo dejar de mencionar la tristeza y la repugnancia que me provocó ver a gran parte de lso funcionarios públicos de primer nivel, muchos de los cuales –Scioli y Anímal Fernández, sin ir más lejos- estuvieron en las gestiones de Menem, de la Rúa y Duhalde, soportar impertérritos el cúmulo de falsedades que Moyano derramó sobre el pasado desde su atril, como un eslabón más de la construcción de un “relato” con el que se pretende reescribir nuestra historia.

Ambos hechos, por lo demás, (me refiero al avance del Ejecutivo sobre las empresas y a los anuncios de Moyano sobre injerencia obrera en las mismas) no hacen más que espantar a los pocos inversores que aún creen que la Argentina puede ser un buen destino para sus dineros. Sin ellos, no será posible recuperar puestos de trabajo, mejorar los índices de pobreza e indigencia y contener la inflación.

Como vengo diciendo en mis últimas notas, hoy mis esperanzas y mis expectativas están centradas en el éxito de proyectos como Votar Unidos (Votarun), al que veo día a día crecer y afianzarse. Probablemente no llegue a tiempo para influir en forma determinante en las inminentes elecciones, pero tengo la más absoluta seguridad de que se constituirá en una alternativa viable y positiva para el futuro argentino.

Mientras tanto, habrá que seguir peleando con las escasas armas (en especial, la pluma y la palabra) que tenemos a nuestra disposición; una pobreza en materia de instrumentos que proviene del espíritu cortoplacista y acomodaticio de los dirigentes de toda índole, y de la pequeñez moral de casi todos nuestros políticos, incapaces de poner al país y a su porvenir por encima de sus meros apetitos personales.








Bs.As., 1 May 11