sábado, 5 de diciembre de 2015

¿Bronce o Hierro?



¿Bronce o Hierro?

"¿Plata sin honra u honra sin plata? Un opcional de sociedades predemocráticas". Oscar Muiño

Estamos asistiendo, impávidos por cierto, al mayor atentado contra el futuro de la Argentina que recuerde su trágica historia. La hembra escorpión (¿habrá sido, en 2010, una mantis religiosa, como muchos creen?) que nos gobierna desde hace ocho años, ha apelado reiteradamente al juicio de la historia que, a su entender, revalorizará su ruinosa gestión; pretendía así alcanzar el bronce de los héroes. Sin embargo, y visto lo desastroso de su tan corrupto como incapaz gobierno, resulta harto más probable que su destino sea el hierro carcelario, aún cuando haya acumulado oro como para que varias generaciones de sus descendientes sean inmensamente ricos.

Cristina continuará hasta el último día envenenando con saña el futuro de los argentinos. Se está comportando como Adolf Hitler cuando dispuso quemar París; fue obviamente desobedecido por el Gral. von Choltitz, gobernador militar. Falta sólo saber si aquí los dirigentes del PJ aún están dispuestos a enterrarse con la "mariscala" de la derrota; parece que no, visto lo ocurrido en el Senado, donde la tropa habitualmente genuflexa se negó a votar 95 de los 96 proyectos aprobados por Diputados la semana anterior.

A los innumerables nombramientos -incluyendo nada menos que a dieciséis embajadores- que realizó en los escasos meses que han transcurrido desde las PASO, le ha sumado leña a la hoguera en que ha consumido las finanzas públicas. Todos suponíamos que iba a rascar el fondo de la lata hasta el grado de lastimarse las axilas y, hablando de las reservas internacionales, tuvimos razón, puesto que han sido saqueadas o regaladas al sector más pudiente de la sociedad con el único propósito de mantener artificialmente bajo el precio del dólar; pero nadie pensaba que su maldad llegaría a endeudar al país a tan corto plazo y a tasas de interés comparables a las venezolanas. No podía ser menos si pensamos que, desde el 1° de enero de 2013, Cristina y su "mejor asesor", Axel Kiciloff, han devaluado el peso en un 97% y, aún así, mantienen una brecha entre la cotización del dólar "oficial" y el blue superior al 55%; resulta hasta gracioso que, con ese mínimo ejercicio de la memoria, Lancha Scioli aún pretenda enrostrar a Mauricio Macri una intención devaluadora.

Entre lunes y martes, dos decretos de necesidad y urgencia (DNU) que aumentaron el déficit público, en gran medida producto de la corrupción y principal responsable de la inflación, hasta la estratósfera -9% del PBI-, porque a esas nuevas normas hay que agregarle todo el endeudamiento anterior del Estado con particulares y organismos de toda laya, que alcanzó, según las estimaciones, a los $ 350 mil millones. De pagar esa carísima fiesta deberá hacerse cargo el gobierno que asumirá el jueves 10.

Además, y con una perversión inexplicable en una mente sana, voluntariamente se apuró a extender los efectos de un inoportuno fallo de la Corte Suprema, que beneficiaba a tres provincias con la restitución de los fondos de coparticipación federal retenidos, a todo el resto; eso implica, lisa y llanamente, hacer volar por el aire a la AFIP y a la ANSES, imponiendo a su sucesor la necesidad de convertirse en un mago para hacer frente a esa demencial decisión, tal como curiosamente reconoció el propio Anímal Fernández. Lo notable fue que ella misma se resistió a hacerlo durante cinco años y utilizó la falta de esos fondos -sin que el Tribunal supremo hiciera nada por evitarlo- para sojuzgar la voluntad de gobernadores y legisladores del interior y atarlos al yugo del poder unitario kirchnerista.

Ese tan demorado fallo salió simultáneamente con otro, también pendiente desde hace mucho, que declaró inconstitucional la modificación de la estructura del Consejo de la Magistratura; en el tiempo que transcurrió desde que la demanda fue interpuesta, la noble viuda utilizó el adefesio montado para intentar colonizar, también a la Justicia. A la luz de lo sucedido, tal vez haya llegado el momento de imponer a la Corte un plazo máximo para la resolución de los conflictos sometidos a su decisión, precisamente para impedir que una siesta de los ministros que la integran produzca tanto daño institucional.

El conflicto generado por la resistencia de Alejandra ¡Giles! Carbó a abandonar su cargo de Procuradora General de la Nación, después de ejercerlo como fervorosa militante del Frente para la des-Vergüenza, demuestra que los legisladores que votaron su designación casi por unanimidad -incluidos varios del PRO-, fueron ingenuos consumidores de caramelos envenenados. De todas maneras, y dado que ya se encuentran en avanzado estado las investigaciones judiciales contra ella, Guita-rrita Boudou, Alejandro Vanoli (BCRA) y Martín Sannatella (AFSCA), que demuestran la comisión de innumerables delitos, me pregunto por qué los jueces federales no los hacen detener de inmediato.

La frutilla de ese indigesto postre fue la deserción de la Secretaría de Comercio del programa Precios Cuidados que así, por la gigantesca inflación generada por la monumental emisión de pesos, dio pie a la inmediata reacción de los industriales, tan corruptos como el Gobierno que los apañó, que remarcaron todos sus productos hasta en un 30% en las dos últimas semanas. Pretender imputar la responsabilidad de esos aumentos a la nueva administración es un ejercicio más de la irreductible hipocresía del Gobierno.

Hoy, en un Venezuela, se juega el destino del populismo latinoamericano (ya derrotado en Argentina y en grave riesgo en Brasil) en unas cruciales elecciones. Las encuestas arrojan un margen, en favor de la oposición, que supera los cuarenta puntos (70/30); sin embargo, Nicolás Maduro, el actual Presidente, y Diosdado Cabello, titular de la Asamblea Nacional, han anunciado que resistirán por la fuerza y, en ningún caso, están dispuestos a entregar el poder. Si algo así sucediera, gobiernos tan vergonzosamente remisos a condenar a ese narco-régimen por la violación permanente de los derechos humanos (Brasil, Bolivia, Ecuador y Uruguay), como lo fue el de la propia Cristina, se verán obligados a cambiar radicalmente de posición.  

El jueves 10 deberemos colgar la bandera en todas nuestras casas y, a partir de las 10:00 de la mañana, ir todos a la Plaza de los Dos Congresos para no dejar solo a Mauricio Macri el día de su asunción pero, fundamentalmente, para decirle a los Kirchner y a sus hordas rentadas que, aquí, en la Argentina, el miedo se acabó.

Con esta columna, la 482 que escribo desde que comencé, hace ya diez años, a criticar todos los disparates de este triste período, cierro un ciclo, y sólo volveré a "reunirme" con mis muy pacientes lectores a partir de enero. Mientras tanto, y dado que por fin cambiamos, mis deseos de una muy feliz Navidad, y el mejor 2016 posible para todos.


sábado, 28 de noviembre de 2015

Violenta in-transición



Violenta in-transición

"Quien es piadoso con los crueles acaba por ser cruel con los piadosos". Talmud

La noche del domingo los argentinos recuperamos la libertad después de la larga noche kirchnerista. Mucho se ha dicho sobre el fraude que se habría producido en el escrutinio provisorio que, por cierto, carece de efecto legal, ya éste queda reservado al definitivo que se conocerá en pocos días. Las encuestas "boca de urna" que se difundieron durante la jornada electoral, que arrojaban márgenes en favor del candidato de Cambiemos que iban desde 8 hasta 16 puntos, generaron dudas cuando el dato final fue un escasísimo 2,8, producto del éxito de la campaña del miedo oficialista.

Con esa pequeña diferencia y por lo mucho que conozco al kirchnerismo, me formulé una pregunta: ¿por qué Scioli reconoció su derrota tan temprano, a las 21:36, y con sólo 50% de las mesas escrutadas? El viernes, respondió que temía que la situación se saliera de cauce por la agresiva presencia de Quebracho, La Cámpora, Miles, la Tupac Amaru y el Movimiento Evita en la Plaza de Mayo.

Se confirmó ahora que el oficialismo prepara una gigantesca concentración para el 9 y el 10 de diciembre, para despedir a la Presidente e impedir que la ciudadanía acompañe a Macri en la asunción. La machacante recomendación de la imitadora local de Nicolás Maduro a sus militantes "empoderados" para que defiendan "en la calle" las supuestas conquistas y las incitaciones a la violencia de la "soñadora" Hebe Bonafini y Fernando Esteche, a sueldo de la ex-SIDE, pronostican incidentes complicados pero no deberá temblar la mano que ordene la represión de eventuales hechos antidemocráticos.

Por su parte, María Eugenia Vidal, Gobernadora electa de la Provincia de Buenos Aires, alertó sobre la posible generación de saqueos a fin de año, e instó firmemente al kirchnerismo -al cual responsabilizó- a desactivarlos.

Lo descripto, más el vergonzoso trato de la Presidente a Macri y, en especial, la bochornosa sesión en Diputados del jueves, en la cual fueron aprobados casi cien proyectos del Ejecutivo que, de transformarse en leyes, costarán al Estado la friolera de US$ 1.600 millones, justifica el título de esta nota; la esencial e imbécil colaboración de la izquierda para lograr el quorum, me recordó un artículo de José Enrique Miguens, "Darse cuenta", que está disponible en Internet. El kirchnerismo, siempre canalla, continuará sembrando bombas para intentar, hasta el último día, impedir que la próxima administración tenga éxito y, así, permitirse soñar con retornar al poder.

La Corte Suprema, por su parte, también salió a reafirmar su poder y, después de largos años de injustificado atraso, decretó la inconstitucionalidad de la ampliación del Consejo de la Magistratura, y falló en favor de las provincias en su reclamo por la cesión de coparticipación federal; ambas sentencias, sin dudas, son correctas pero no se puede decir lo mismo del momento elegido para dictarlas. La injustificable demora en la primera cuestión permitió los avances de Cristina contra la Justicia, y las consecuencias de la otra agravarán, aún más, el frágil panorama financiero del Estado.

Mauricio Macri ha designado un gabinete de lujo, quizás -como él mismo ha dicho- uno de los mejores de la historia, y su mejor gesto político fue la ratificación de Lino Barañao como Ministro de Ciencia y Tecnología. Confío en el profesionalismo y en la vocación altruista de todos sus integrantes, muchos de los cuales han resignado importantes cargos en la actividad privada, para superar la grave crisis que, a contramano de las mentiras y de falsedades del discurso agotador de la Presidente, deberemos enfrentar.

Los problemas financieros, que por cierto no son menores, quizás resultarán más simples que los demás por la muy favorable acogida internacional que tuvo el resultado del domingo. Pero la confrontación social, la pobreza, la salud, la educación, el narcotráfico, la inseguridad, los irracionales subsidios, la falta de energía, la obsoleta infraestructura, la insensata ubicación geopolítica regional y mundial, la colonización del Estado en todos sus niveles, la independencia de la Justicia, la revisión de las sentencias írritas, los derechos humanos de todos  y, sobre todo, la implacable persecución a los corruptos de todo linaje, deberán concentrar los mayores esfuerzos de ese grupo de notables.

Por lo demás, confío en que el Frente Renovador y el peronismo federal ejercerán una oposición inteligente y responsable y colaborarán con el Ejecutivo otorgando a sus proyectos el respaldo político y legislativo que nos permita evitar el abismo que estas demenciales conductas intencionalmente han generado; solo así sus nuevos líderes podrán transformarse en una verdadera alternativa a la hora de la indispensable alternancia, ya que habrán atravesado el Jordán y lavado en él sus pecados de juventud.

Nuevos vientos han soplado y los argentinos hemos cambiado, en pocos días, nuestra imagen; hemos dejado atrás la cris-pasión y el pesimismo, y eso se nota en la calle. Pero para eso se convierta en un decidido respaldo a la gestión del Mauricio Macri, éste deberá tratarnos como adultos y, el mismo día de su asunción, hacer el inventario de la real situación del país y convocarnos a todos a poner el hombro, aunque esto implique, como dijo Churchill, sangre, sudor y lágrimas.

Así, el futuro nos pertenecerá. Habremos enderezado el rumbo y recuperado los laureles que. en un pasado lejano, supimos conseguir; entonces, los libres del mundo podrán genuinamente responder "al gran pueblo argentino, salud".


sábado, 21 de noviembre de 2015

Esta noche, ¡la Libertad!




Esta noche, ¡la Libertad!

"Darle a verdad, y a nuestra propia libertad, la bienvenida". Eladia Blázquez

El título esta nota corresponde a una novela que escribieron Dominique Lapierre y Larry Collins, que relata la génesis del día en que se declaró la independencia de India; la utilizo para conmemorar el ya cantado final del ciclo kirchnerista, que nos ha abrumado, por nuestra exclusiva responsabilidad, durante doce largos años.

En pocos días más, Cristina deberá dejar el poder pero, mientras tanto, continúa con su demencial propósito de dinamitar el futuro: rifa las ya nulas reservas internacionales, compromete al Banco Central en operaciones ruinosas, firma contratos de obras públicas millonarias con potencias extranjeras, llena todos los organismos del Estado de empleados que integran La Cámpora y no tienen, siquiera, espacio físico para sus tareas; inclusive, ha nombrado varios embajadores que, a la hora de presentar sus cartas credenciales ante otros gobiernos, lo harán en nombre de una ex-Presidente.

Como un toro ciego, aún pretende controlar al Poder Judicial pese a que sabe que no dispone de tiempo ni de las mayorías necesarias para hacerlo. Con la declaración de inconstitucionalidad de la reforma del Consejo de la Magistratura, los jueces pusieron la frutilla a un postre que le resultó indigesto a partir de los procesamientos y condenas a varios de sus funcionarios más emblemáticos y los allanamientos a organismos públicos, como el Banco Central, la AFIP, la ANSES o el PAMI, y las sentencias contra la leyes de medios audiovisuales, las subrogancias judiciales, las facultades de los veedores en empresas privadas, el nombramiento de los miembros de la Auditoría General, el secreto del contrato con Chevron, etc. ¿Qué pasará con el acuerdo con China que le permitió instalar una base militar en la Patagonia y que aún se mantiene oculto?

Evidentemente, no recordó la máxima que dice que los magistrados federales nunca se venden sino que sólo se alquilan, y tienen mejor nariz que cualquier perfumista para detectar los vientos de cambio. Peor aún, en el apogeo de su poder no logró enterrar los expedientes que más le preocupan: la causa Hotesur, que la vincula directamente con la corrupción y, por supuesto, el memorandum con Irán y el asesinato del Fiscal Nisman; además, corre el riesgo cierto de que resuciten algunas archivadas por el obsceno Oyarbide. En ambos casos, la desesperación la ha llevado a cometer los más paradigmáticos mamarrachos procesales.

Ante ese panorama cabe preguntarse a qué obedece esa patológica conducta que, en ningún caso, podría redituarle rédito político: el nuevo Presidente, la Justicia y el Congreso revisarán esos disparates y, seguramente, invalidarán la mayoría de ellos. Pero, además, también compromete cualquier retorno que, en sus alucinadas noches, pudiera soñar; cuando las bombas que ha sembrado estallen, la ciudadanía, aún aquélla más desinformada sobre la cosa pública, recordará con odio su monumental latrocinio y las prebendas otorgadas a jóvenes incapaces de labrarse un futuro con su esfuerzo personal, y pedirá que la responsable pague por todo ello.

En estos días, a raíz de la publicación de un libro de Nelson Castro, que abreva en las fuentes médicas que tuvieron a su cargo la salud de la noble viuda, se ha planteado un tema sobre el cual valdría la pena reflexionar y, en la medida de lo posible, dejar aclarado de cara al futuro: ¿qué debe primar, el secreto profesional que protege al paciente o el obvio interés superior de la Nación? Porque quienes atendieron a Cristina Kirchner antes y después de que ésta accediera a la primera magistratura, sabían que no estaba en condiciones mentales de ejercerla y, sin embargo, callaron; todos los argentinos, incluidos quienes la votaron, están pagando esa factura.

No parece superfluo, con vistas a la inevitable reconstrucción de la Argentina, poner el acento en uno de los problemas más graves y urgentes que deberá enfrentar la nueva administración: el narcotráfico. Ese flagelo, que tiene fecha de nacimiento en la época de Carlos Menem, se ha potenciado y profundizado a partir de 2008 de modo tal que ya no resulta exagerado compararnos con el trágico México actual o la Colombia de hace tiempo.

El des-gobierno de Nicolás Maduro fue golpeado por la detención en Haití, de dos familiares del primero, que viajaban en un avión comandado por un coronel en actividad y portaban pasaportes diplomáticos venezolanos, con 800 Kg de cocaína que pretendían ingresar a los Estados Unidos; más tarde, en una casa en República Dominicana que pertenecía a los delincuentes, fueron descubiertos 80 Kg más de heroína y cocaína. Este episodio permitió confirmar cuán involucrados están los más altos niveles de decisión de Venezuela en el tráfico de drogas exportadas por los guerrilleros de la FARC colombiana.

La noticia nos impone un regreso en la máquina del tiempo a los últimos meses de 2007, cuando la Policía Aeronáutica insistió en abrir la última valija (de las más de veinte que traían) perteneciente a un grupo de funcionarios argentinos y bolivarianos, y descubrió US$ 800.000 en efectivo. Antonini Wilson asumió la propiedad de la maleta, que fue decomisada, visitó la Casa Rosada y, rápidamente, se fue a los Estados Unidos, donde declaró que era un aporte de Hugo Chávez a la campaña presidencial de Cristina, que ambos negaron enfáticamente. Suena ingenuo pensar que el azar determinó que justamente la única valija con dinero fuera la interceptada, y que las restantes, que habían pasado sin problema alguno por la Aduana, contenían sólo ropa o regalos familiares. Como no lo soy, me inclino a creer que todas o, al menos, la gran mayoría de ellas tenían similares cantidades de dinero. Desde otro ángulo, la campaña estaba casi terminada y los Kirchner no necesitaban aporte alguno.

A partir de eso, mi frondosa imaginación -la misma que me llevó a sostener que el real objetivo de la misión oficial a Angola, que encabezaran la Presidente y Guillermo Moreno, fue cambiar containers con billetes de € 500, a los que Néstor era tan devoto, por diamantes (http://tinyurl.com/bv6hqzz)- me permite sugerir que el movimiento de dinero volador provenía del narcotráfico, y estaba destinado a pagar la complicidad oficial argentina en el mismo. Desde entonces, se intensificó enormemente; para confirmarlo,  basta con recordar el desguarnecimiento de las porosas fronteras, el contrabando de efedrina, los aportes de los narco-laboratorios a la campaña de Cristina, los paquetes de droga que transportaron aerolíneas públicas a España, o el vuelo de los Juliá a Barcelona, con 1.000 Tm de cocaína camufladas en el fuselaje en la base aeronáutica militar de Morón. En este submundo, es sabido que los decomisos nunca alcanzan al 10% del tráfico real.

Pero esta noche nacerá un nuevo país, y el próximo Presidente, estoy seguro, dejará de inmiscuirse en los caminos de la Justicia y cumplirá a rajatabla la ley, en todos los ámbitos. También se intensificará la fuerza de la ola que está recorriendo América Latina para llevarse los siniestros populismos corruptos y dictatoriales que se impusieron en la región en esta década (http://tinyurl.com/o5h3zc2). Por eso, brindo hoy por la libertad que recuperaremos -y contagiaremos- los argentinos después de la larga noche kirchnerista.


Bs.As., 22 Nov 15

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sábado, 14 de noviembre de 2015

Asesinos Togados



Asesinos Togados

Sic transit gloria mundi

Tal como ha sucedido otras veces, la vertiginosa realidad se llevó el tema al cual, hasta ayer, pensaba dedicar esta columna: la conexión entre las detenciones de los familiares de Maduro, con pasaportes diplomáticos venezolanos, y las extrañas vinculaciones de la familia Kirchner con Hugo Chávez y su sucesor; deberá que esperar otra oportunidad.

En el cierto crepúsculo de la década más infame que recuerde nuestra historia moderna, encabezada por un matrimonio que hace caso omiso de los derechos humanos actuales y finge abrazar los de los viejos terroristas para lograr la impunidad para los enormes delitos de corrupción que han cometido, algunos jueces siguen recitando su canallesca e inmunda venganza, olvidando la esencial función que la sociedad les ha encomendado.

En este caso, me refiero a quienes integran el Tribunal Oral Federal de La Plata, presidido por el asesino Carlos Rozanski, acompañado por Pablo Vega y Pablo Jantus, el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, compuesto por Néstor Parra, Mario Portela y Roberto Falcone, y el Juzgado Federal de Tucumán, a cargo de Daniel Béjas. Pero todo se andará y estos son nombres para recordar.

El jueves, los magistrados de Mar del Plata revocaron la prisión domiciliaria otorgada a varios militares y ordenaron su traslado al penal de Marcos Paz. El caso paradigmático fue el del Cnel. Carlos Saini, a quien la comisión policial encargada de cumplir esa orden lo encontró mientras celebraba, en familia, su 88° cumpleaños. Coordinadamente y entre otros, fueron también encarcelados el Cnel. Oscar Bardelli, de 74 años, y el Cap. Navío Carlos Robbio, héroe de Malvinas. El viernes por la noche, Rozanski ordenó idéntico proceder contra el Almte. Antonio Vañek, de 92 años, que la gozaba hace 17 años, y que está afectado por una innumerable serie de inconvenientes de salud, al cual ya le fue implantado un marcapasos permanente. Descompensaciones sufridas por algunos de los condenados impusieron su internación en hospitales públicos, ya que también se les ha prohibido la atención en los nosocomios de las respectivas fuerzas armadas.

No voy aquí a referirme a las parodias de juicios en los cuales estos señores fueron sometidos, ni a las violaciones a todos los principios legales, jurídicos y procesales cometidas para llevarlos a cabo. Pero sí a la notoria y aberrante discriminación que sufren, en prisión, aquellos a quienes el Estado legal y democrático encomendó la represión del terrorismo en 1975 y, sobre todo, impedir que éste lograra la independencia de Tucumán, como pretendían los guerrilleros del ERP para recibir reconocimiento internacional.

Lo más notable es que estas nuevas canalladas de los asesinos togados (ya han muerto en la cárcel 328 de estos presos por falta de atención médica adecuada) es que se produjeron en la misma semana en la que un Tribunal Federal del Chaco concedió la prisión domiciliaria, alegando problemas de salud, al mayor traficante de cocaína detenido hasta la fecha.

En cambio, a los militares y civiles presos, muchísimos de ellos sin condena firme, se les niega ese beneficio, que la ley otorga a los mayores de 70 años, siempre y cuando éste no pueda interferir en la investigación de los hechos ni encarne un riesgo de fuga; ¿qué podrían hacer ahora respecto a sucesos ocurridos hace cuarenta años o cómo podrían escaparse ancianos que ya están, prácticamente, inválidos? Tampoco se les aplica el cómputo de 2 x 1 (cada día de detención antes de la sentencia vale por dos de la pena) ni se les permite, por ejemplo, estudiar en las delegaciones universitarias que funcionan en las unidades penales.

Aún quienes se encuentran en las antípodas de mi pensamiento y creen que se trata de genocidas, deberían hacer suya la máxima que establece que no se combate a los caníbales comiéndoselos.

Pero como dice la frase del epígrafe, a la que se atribuye una antigüedad de más de mil años, la gloria del mundo es transitoria, y la espada de la verdadera Justicia caerá, más temprano que tarde, sobre estos homicidas togados y prevaricadores, que actúan con alevosía y premeditación para cometer sus crímenes de lesa humanidad, tal como describe el Pacto de Roma, del cual nuestro país es suscriptor desde 2004. El mismo Rozanski ya se encuentra penalmente imputado por el asesinato del detenido Dr. Aldo Chiacchietta, a quien le impidió asistirse adecuadamente del cáncer que padecía.

El Poder Judicial, cuya cabeza -con excepción del Dr. Carlos Fayt- fue cómplice de tantas bárbaras aberraciones durante estos años, debe aplicar la Ley correcta e inmediatamente a todos los ciudadanos por igual; así podrá desempeñar el verdadero rol que la Constitución le impone al respecto, revisando uno por uno los juicios y dejar de actuar como un instrumento de venganza, no sólo de aquéllos que fueron vencidos en la guerra, sino de toda una sociedad hipócrita y cínica, que prefiere mirar para otro lado y no asumir la responsabilidad de haber llamado a la puerta de los cuarteles para evitar que la locura marxista, traducida por los "jóvenes idealistas" en atentados, bombazos y asesinatos indiscriminados, se impusiera.

¿Nadie es capaz en la Argentina de preguntarse qué hubiera sucedido si Firmenich y Santucho hubieran logrado su demencial objetivo y, como aseguró el primero que harían, hubieran matado a un millón de personas? Europa entera, después de los atentados del viernes en Paris, se mira en el mismo espejo.

Hoy asistiremos al debate de los candidatos presidenciales que, el domingo próximo, se enfrentarán en el segundo turno electoral. No creo que este tema esté en la agenda que ambos han acordado, pero el comportamiento de la Justicia, observado con preocupación desde hace varios años por la Asociación Internacional de Jueces -remitió una carta expresándolo así a la Presidente-, será la verdadera y excluyente base sobre la cual se podrán apoyar los cimientos de la reconstrucción nacional.

Con una Justicia independiente, rápida, eficiente y capaz, todo será posible; sin ella, nada lo será.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Cambiemos la Industria Argentina



Cambiemos la Industria Argentina


"Aquél cuyos oídos están tan cerrados a la verdad, hasta el punto que no puede escucharla de boca de un amigo, puede darse por perdido".   Cicerón

Somos un país de, aproximadamente, cuarenta millones de habitantes, y entre un cuarto y un tercio de ellos se encuentra bajo la línea de pobreza; eso significa que el tan mentado mercado interno es sumamente reducido: ¿por qué, entonces, sustentar en él una industria no competitiva a nivel mundial?, ¿cuántos de nosotros pueden, por ejemplo, comprar un par de zapatos por año? El tamaño de ese mercado, sin escala suficiente, impide producir masivamente y, con ello, reducir los precios.

Ahora bien, nuestros "capitanes de la industria" han decidido, curiosamente, vender dentro de nuestras fronteras, lo cual los obliga a realizar ingentes esfuerzos para cuidar su "quintita", e insisten, desde hace años, en privilegiar su vocación por pescar en la bañadera o cazar en el zoológico, rechazando de plano competir con productos extranjeros.

Exigen, casi siempre con éxito, al Gobierno de turno el cierre de la economía, mediante la aplicación de distintas formas de protección (barreras arancelararias y para-arancelarias, cuotas de importación, medidas anti-dumping) que, a la postre, implican la aplicación de políticas restrictivas similares contra la Argentina; les ha sido enormemente útil utilizar el fantasmal argumento del cierre de empresas y la desocupación. Esta peculiar situación, que se impone como modelo de desarrollo desde hace décadas, hace que los argentinos tengamos que conformarnos con lo que se nos ofrece y, sobre todo, a la calidad y al precio que sea.

Pero modificar ese escenario es factible, en especial a partir del mes próximo, cuando desterraremos, al menos por un tiempo, el populismo idiota y corrupto que ha imperado en los últimos doce años.

Mi propuesta no es nueva, ya que llevo diez años pregonándola, pero es bien simple, y parte de varias certezas. Tenemos materias primas y técnicos y artesanos de altísima calidad, en áreas tales como el diseño, la manufactura, el marketing y la comercialización, y toda la tecnología necesaria para concretarlo está disponible en el mundo globalizado. Así las cosas, salgamos a vender Argentina al mundo, y compitamos por precio y calidad en los mercados más exigentes y más pudientes.

Entonces, volviendo por un momento al ejemplo de los zapatos, que hoy resultan un producto fuera del alcance cotidiano de la economía familiar de la mayoría de nuestros compatriotas, y que tampoco alcanzan los niveles de excelencia que justifiquen lo que hay que pagar por ellos, me pregunto: ¿por qué, en lugar de impedir que ingresen a nuestro país los calzados que China y Brasil producen masivamente -cinco mil millones por año- y a precios muy reducidos (US$ 2,5 el par), los fabricantes argentinos no se dedican a fabricar zapatos de altísima calidad y elevado precio para su exportación a los mercados de lujo mundiales?

He recorrido algo de mundo y puedo asegurar que nunca he visto que los zapateros italianos, suizos o ingleses -se llamen Fratelli Rosetti, Bally o Churchs- exijan a sus respectivos gobiernos que impidan la importación de esos calzados baratos. Y no lo hacen por una razón muy sencilla: no les interesa, porque no es el objetivo de su negocio; su producción está destinada a los mercados que pueden y aceptan pagar precios verdaderamente siderales. Lo mismo sucede, por ejemplo, en la industria textil, la relojería, el diseño y la moda.

Para lograr ese cambio de mentalidad de los "capitanes", claro, será necesario que acepten reconvertir su industria, concederles los créditos baratos necesarios para ello -en la práctica, ya la estamos subsidiando a través de los precios de la energía y la protección aduanera- y, sobre todo, garantizarles reglas claras y estables, que les permitan prever el futuro con tranquilidad; no me refiero, obviamente, a asegurarles ganancias pero sí a que el riesgo se reduzca al negocio mismo y no, como sucede ahora, que dependen del humor del funcionario de turno y, de acuerdo con él, el diario de la mañana les informa si son ricos o pobres.

A la luz de lo que nos muestran las pantallas de televisión diariamente, si pudiéramos lograrlo recibiríamos grandes ventajas, ya que todos nuestros conciudadanos podrían acceder a zapatos y a ropa baratos, y ya no deberían tantos vestirse con harapos o caminar descalzos. Además, al consolidar un mercado externo demandante de una calidad similar a la que hoy ofrecen los fabricantes de lujo de otras latitudes pero a precios sensiblemente inferiores, nuestros industriales dejarían de estar sujetos a los avatares nacionales, que tanto les han costado, y generarían innumerables puestos de trabajo estables y registrados.

La industria del vino, algunas áreas de la tecnología nuclear y espacial, ciertos fabricantes de autopartes pueden explicar claramente a sus congéneres el modelo de negocio que han montado para exportar sus productos y competir con éxito en los mercados internacionales. Incluso, bastaría con que los "capitanes" analizaran a Embraer, la empresa brasileña que hoy vende sus aviones de pasajeros de mediano tamaño, jets ejecutivos y hasta aviones de combate en el mundo entero; ¿sería lo que es hoy la compañía si sólo hubiera trabajado con la vista puesta en su mercado interno?

Si la nueva administración, que asumirá el 10 de diciembre, con la colaboración de la oposición inteligente, pudiera transformar esta humilde propuesta en una verdadera política de Estado, también en esta área los argentinos habremos realizado el cambio que tantos hemos escogido en las elecciones recientes, y que seguramente confirmaremos en escasos once días.