viernes, 24 de junio de 2022

País cachivache

 


País cachivache

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 843)

 

"Contra la estupidez, hasta los mismos dioses luchan en vano”.

 Friedrich Nietzsche

 

Entre el cúmulo de disparates, falsedades, tergiversaciones y rotundas mentiras que contuvo la perorata con la que Cristina Fernández nos volvió a azotar el lunes pasado, hubo una frase que, creo, pasó injustamente desapercibida. Me refiero a su sibilina referencia a Manuel Belgrano y al éxodo jujeño, es decir, a la retirada que, en 1812, el General ordenó sobre Tucumán, dejando atrás tierra arrasada para que los realistas no pudieran abastecerse en su avance. ¿Habrá sido una sugerencia a su títere, al cual cedió la lapicera pero no la tinta, para que haga lo mismo?

 

Sin duda, está desesperada por la inminencia de la sentencia en el juicio por el direccionamiento de la obra pública a las empresas del testaferro de su marido muerto, Lázaro Báez, destrabado el martes por la batería de fallos con los que la Corte Suprema rechazó sus múltiples e improcedentes recursos. Y no es para menos, ya que en el Instituto Patria, más allá de las declamaciones, nadie cree que ella pueda ser una candidata triunfante en las elecciones del año próximo; por eso, descarto que lo intente, toda vez que resultar perdidosa la dejaría sin protección contra las múltiples órdenes de detención que la afectan.

 

En el marco de un tejido social destruido, un escenario muchísimo peor que el que precedió a la crisis de 2001 y que se está complicando a una velocidad imprevista, debido a la guerra interna en la que está inmerso el Frente para Todos (ese adefesio que Cristina inventó y del cual ahora pretende despegarse sin renunciar a las tremendas cajas del Estado que controla con impericia y corrupción), la falta de gasoil y sus consecuencias sobre el transporte de granos y mercaderías, el creciente déficit fiscal, la imparable inflación, la escasez de reservas, la increíble bola de nieve en que se ha convertido el festival de bonos del Tesoro y Leliqs un riesgo-país de 2400 (3200 al final de De la Rúa), el país se asoma a una hecatombe.

 

La situación internacional y regional merecen un somero análisis, ya que ambas también incidirán en nuestro futuro. En primer término, corresponde decir que lo sucedido en Francia, en España, en Chile y en Colombia ratifica que, en los países en los cuales se ejerce el voto en libertad, las enormes diferencias socio-económicas que padecen las sociedades, agudizadas por la pandemia, están derrumbando a los oficialismos sin importar si se trata de regímenes de derecha o de izquierda. Todo indica que lo mismo sucederá en Brasil, en Gran Bretaña y hasta en Estados Unidos, en las elecciones de medio término de noviembre, en las que Joe Biden corre alto riesgo de perder el escaso control del Congreso del que hoy dispone.

 

En Europa, la criminal invasión a Ucrania parece transformarse en una guerra prolongada, y hasta es posible que se extienda a los países bálticos y a Moldavia, sobre el Mar Negro, con las enormes consecuencias que todo ello ya está produciendo sobre los senderos de los recursos energéticos y alimentarios globales. En el sur de Asia, Corea del Norte sigue amenazando con sus misiles al mundo y China continúa hostigando a Taiwan, mientras que, asociada a India en la empresa, diluye los efectos de las sanciones occidentales sobre Rusia al comprar sus combustibles.

 

Si esos conflictos se extienden, la base militar que el kirchnerismo regaló a Xi Jinping en Neuquén convertirá a la Argentina, ya muy sospechosa por su cercanía con los ayatollas de Irán, en un más que razonable objetivo militar. Y tampoco resultará ajena nuestra ubicación geográfica en la cercana discusión sobre la Antártida y el Atlántico sur ni, menos aún, la vocación de Alberto y Cristina Fernández por cortejar rastreramente a los peores y más sanguinarios dictadores del mundo.

 

En América, una región que los triunfos de Gabriel Boric y Gustavo Petro están tiñendo de rosa shocking, que podría acentuarse con la probable victoria de Lula da Silva en octubre, la preocupación cunde aunque, creo, por ahora resulta injustificada. Sus países tienen instituciones sólidas y ninguno de estos nuevos presidentes podrá hacerse con una mayoría automática en sus congresos. Si bien el proyecto de modificación de la Constitución trasandina merece particular atención, por sus enormes implicancias sobre la forma del Estado (en realidad, casi su desaparición), no es probable que sea aprobado en el plebiscito previsto para septiembre y, en el país cafetero, más allá del pasado guerrillero del nuevo Presidente, no parece que éste se encuentre en condiciones de alterar demasiado el rumbo, como tampoco pudieron hacerlo para un lado Pedro Castillo, que todos los días está al borde de la destitución en Perú, ni hacia el otro Guillermo Lasso, con Ecuador incendiado por las protestas indígenas. Y tampoco debemos olvidar que Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro sostienen sus tiránicos regímenes sobre el apoyo irrestricto de las fuerzas armadas, algo que no sucede en Chile, Perú, Ecuador o  Colombia, país que mantiene una antigua alianza militar con los Estados Unidos.

 

Volviendo a la Argentina, creo que sólo una verdadera catástrofe como la que se perfila en el horizonte cercano puede salvarla del terrible destino al cual la condenan los veinte años que el kirchnerismo lleva destruyendo la educación, colonizando la cultura, e implantando en el frágil carácter de la población ese egoísmo que hace que nadie esté dispuesto a sacrificar nada, ni a pagar por lo que las cosas valen, en beneficio de todos. Por eso, porque únicamente cuando ya no les queda nada por perder, las sociedades consiguen hacer pie en el fondo para impulsarse hacia la superficie y volver a respirar. Conviene recordar dos frases -una de Jorge Luis Borges (los peronistas son incorregibles) y otra de Juan Domingo Perón (peronistas son todos)- porque su combinación puede explicar qué nos sucede hoy como país.

 

Bs.As., 25 Jun 22

viernes, 17 de junio de 2022

Dados cargados y ajenos

                         


                

              Dados cargados y ajenos

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 842)

 

“Tenemos que defender la verdad a toda costa, aunque volvamos a ser solamente doce”.

 San Juan Pablo II

 

El vuelo del avión, seguramente uno de los muchos más que deben haber pasado desapercibidos, que tanto revuelo ha suscitado aquí y también en el exterior, se inscribe en un marco complejo. El mundo está sufriendo una grave recaída en aquello que se llamó “guerra fría”, en la que Occidente se enfrentó a la Unión Soviética desde el fin de la IIª Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín. Hoy, con el crecimiento exponencial de China, el auto-aislamiento de Estados Unidos, la criminal invasión de Rusia a Ucrania, la grave tensión militar en el sur de Asia y el Mar de la China, los persistentes conflictos en Medio Oriente, convulsiones sociales en tantos países y la aparición de populismos de todos los colores, el escenario global se ha vuelto “tibio” y cada día más inestable y peligroso.

 

Conviene recordar ahora las veinticuatro valijas que Guido Antonini Wilson y Claudio Uberti (sólo una, con US$ 800.000, fue retenida) trajeron desde Caracas para la campaña electoral de Cristina Fernández, los oscuros negocios nucleares con Teherán triangulados a través de Venezuela, los carísimos y luctuosos negociados con las vacunas rusas, chinas y cubanas y, sobre todo, la firma del pacto con Irán, autor de los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, que costó la vida al Fiscal Alberto Nisman cuando lo denunció penalmente. Por la clara afinidad que la PresidenteVice tiene con los jerarcas de todos esos países, en los que no existe la democracia y se violan los derechos humanos más elementales, el Gobierno debe defenderlos en los más variados escenarios internacionales, protagonizando siderales y estruendosos papelones.

 

En América Latina, como siempre, se suceden nuevamente procesos que, en el pasado reciente, llevaron a verdaderas guerras intestinas provocadas por Rusia, Cuba y China, que armaron y entrenaron ejércitos de terroristas en muchas naciones. Varios países de la región los padecieron y pagaron con enormes cuotas de sangre su elección como escenarios lejanos para disputas que preferían no resolver en sus propios territorios. El caso paradigmático fue la crisis de los misiles de 1962, ya que se estuvo a minutos de una guerra cuando Estados Unidos descubrió que la URSS había instalado armas en Cuba que podían alcanzar su territorio e impuso un bloqueo para impedir que los rusos continuaran armando a la isla. Hoy la situación se repite, no solamente con la subsistencia de la dictadura castrista sino con las alianzas militares que Nicaragua y Venezuela han concretado con Vladimir Putin y los ayathollas iraníes, habilitando la presencia de las fuerzas armadas de éstos en el continente americano.

 

Así, todas las especulaciones, derivadas de la absoluta falta de credibilidad que merecen los dichos del MemePresidente y sus funcionarios, un increíble conjunto de mamarrachos e incapaces chapuceros que se contradicen en público en cuestión de minutos, resultan verosímiles; cuando el jefe de la central de inteligencia nacional, Agustín Rossi, especuló que se trataría de un vuelo de instrucción, simplemente movió a risa.

 

El avión, ¿fue escoltado por la Fuerza Aérea argentina?; ¿trajo armas de guerra y milicias para infiltrarse en las inminentes protestas y provocar acciones violentas?; ¿se buscará replicar aquí los incendios de Santiago, Lima o Bogotá?; ¿querrá utilizarlas el kirchnerismo para perpetuarse indefinidamente, al mejor estilo chavista?; ¿estarían destinadas a los pseudomapuches, que pretenden independizarse de la Argentina? Por el notorio carácter de narcotraficante de la “nomenklatura” de Caracas, también resulta imaginable el objetivo de la escala en la triple frontera, plagada de integrantes de Hezbollah y de criminales brasileños.

 

La explosiva situación socio-económica del país, que recuerda a la de España en 1935, exacerbada por el déficit fiscal ya imposible de financiar, la gigantesca bola de nieve de los bonos y de sus intereses, la desbocada inflación que todo ello genera y la creciente pauperización de la población, auguran un escenario social extremadamente conflictivo y, por eso, esas preguntas sobre los vuelos se tornan más urgentes y dramáticas. Por mucho menos, estallaron otras sociedades vecinas más estables y exitosas y, a caballo de ellas, salvajes grupos de trotskistas y anarquistas lograron destruirlas desde adentro.

 

Estamos en carrera hacia unas elecciones que, según la opinión del propio kirchnerismo, le resultarán fatales. Como ya hizo en 2015, intentará arrastrarse para llegar a diciembre de 2023 sin que las bombas que ha cebado exploten en sus manos; no es difícil prever qué hará cuando vuelva a ser oposición. De todas maneras, prefiero que el Gobierno se cueza en su propia salsa, aunque en la olla nademos todos, y se sostenga pues, si así no fuera, se victimizará, eludirá la responsabilidad y volverá al poder.

 

Quien lo asuma el año próximo se encontrará con una sociedad agotada y hastiada pero, sobre todo, esquizofrénica; todos los análisis de opinión otorgan mayoría a quienes son conscientes de qué hay que hacer en materia de disciplina fiscal, tarifas de servicios públicos, sistema jubilatorio, régimen laboral, fomento a las inversiones, impuestos, etc., pero todos, con la cabeza quemada por veinte años de populismo, quieren que los costos de ese imprescindible giro hacia la racionalidad los paguen los “otros”. Dispondrá no de los cien días de luna de miel que disfrutan habitualmente los vencedores, sino sólo de cien horas para tomar todas las medidas necesarias para evitar un nuevo fracaso, y no contará con las mayorías parlamentarias que le permitan actuar racionalmente y con sensatez. ¡Menudo futuro nos espera, sin salvadores de la Patria a la vista!

 

Bs.As. 18 Jun 22

viernes, 10 de junio de 2022

Milagros demorados

 


Milagros demorados

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 841)

 

“Hoy nos ha resucitado, porque Dios sabe el pasado y el milagro pudo ser”.

Homero Expósito

 

Podría parecer lo contrario, pero tiende a cerrar la grieta la resolución de la Cámara Federal que ordenó a la Juez María Romilda Servini de Cubría dictar un nuevo fallo en la causa penal por la bomba vietnamita colocada por Montoneros en el comedor de Seguridad Federal de la Policía que, en 1976, mató a 23 personas y dejó 60 heridos; fue el mayor atentado terrorista de la Argentina hasta que se produjo el de la AMIA. La magistrada Buru-buru-buría (pasó con ese apelativo a la petite historie nacional cuando censuró al programa de Tato Bores) había declarado prescripta la causa en 2006.

 

Sus superiores dijeron que no había considerado que esa organización subversiva recibía apoyo de gobiernos extranjeros (Cuba, Argelia, Checoeslovaquia, Líbano, etc.) y, por ello, se trató de un crimen de lesa humanidad y, como tal, imprescriptible. Están imputados en la causa, entre varios más, Mario Firmenich, Horacio El Perro Verbitsky y Roberto Perdía, que intentó copar, en 1989, el cuartel de La Tablada; Rodolfo Walsh, muerto combatiendo contra el Ejército, elevado a los altares al designar con su nombre a una estación del subterráneo, no podrá ya ser juzgado. El trascendental fallo reconoce que, en la Argentina, hubo una verdadera guerra, que iniciaron distintas organizaciones armadas (FAR, FAP, ERP, etc.) en varias naciones de América Latina para crear en nuestro continente “mil Vietnams”, como pretendía el criminal Ernesto Che Guevara.

 

Raúl Alfonsín llevó a los integrantes de las cúpulas militares que gobernaron hasta 1983 ante la Justicia, que los condenó; y el Poder Legislativo dictó las leyes de “obediencia civil” y “punto final”, que excluyeron de juzgamiento a los subordinados. En 2003, Néstor Kirchner se envolvió en los derechos humanos (“La izquierda te da fueros”, explicó con su habitual cinismo) que había negado hasta entonces y las mayorías del Congreso derogaron esas sabias normas, habilitando la venganza terrorista contra las fuerzas legales que las habían vencido.

 

La persecución de las fuerzas armadas, entonces, se transformó en política de Estado, al obsceno decir de Ricardo Lorenzetti, e incluyó su empobrecimiento masivo con sus magros salarios, la estigmatización de los militares, la insignificancia del presupuesto para la defensa y el enjuiciamiento de miles de ellos en procesos viciados. A modo de ejemplo, mientras que el máximo legal de la prisión preventiva no puede exceder los tres años según el Código y los pactos internacionales suscriptos por la Argentina, el promedio actual en este caso llega a casi nueve años (151 oficiales y suboficiales llevan más de once años presos y 17 de ellos, más de dieciséis años), todos sin sentencia firme.

 

Esta semana difundí una excelente descripción de Osvaldo Rolleri Aragón, “Robar a través de YPF”, sobre los dos juicios –uno, por no ofertar la compra de todo el paquete accionario y, el otro, por daños ambientales producidos por la empresa en un río del Estado de Nueva Jersey- que está enfrentando el Estado ante los Tribunales de Estados Unidos; la extrema gravedad del tema se debe a que suman US$ 31 mil millones; una carta en Clarín de Juan Alemann, la ratificó y agravó. Si tiene interés, le enviaré ambos trabajos, que ya motivaron una denuncia ante el Juzgado Federal N° 5. La familia Kirchner es dueña de algunas de esas acciones judiciales, detrás de sus testaferros Eskenazi, también propietarios del Banco de Santa Cruz, que intervino en los desaparecidos fondos provinciales, privatizado por el fundador de la dinastía saqueadora. Poco éxito auguro a la defensa de nuestros intereses ante esas cortes, en la medida en que, como Procurador del Tesoro, está a cargo de Carlos Chino Zaninni, notorio integrante de la asociación ilícita que nos gobierna.

 

Para tener una idea general de la magnitud del problemón, basta pensar que la petrolera vale hoy en el mercado menos de US$ 2.800 millones, y el Estado, dueño de la mayoría de sus acciones, estará obligado a hacer frente a la deuda por violar tanto los estatutos sociales cuanto las normas que impone la bolsa de Nueva York a las empresas que allí cotizan. Si estos fallos condenaran a la Argentina, destruirán definitivamente el relato que, aún hoy, sostienen Alberto Fernández, Cristina Fernández y sus delegados en el área energética y, en especial, el inefable Axel Kiciloff quien, como “exitoso” negociador ante Repsol de la expropiación de YPF, se hizo cargo de todos los eventuales daños ambientales que hubiera producido, convalidó la transferencia de todos sus activos externos y pagó US$ 10 mil millones por el 51% de la empresa, mientras declaraba que no sólo no lo haría sino que sería la compañía española quien debería indemnizar al país. 

 

Resultará caro pero, tal vez, logre enterrar al kirchnerismo definitivamente en el baúl de la nefasta historia reciente; también colaborará a esa inhumación el desastre que el Gobierno está generando en la economía y en la sociedad, con una inflación que no sabe, no quiere y no puede controlar.

 

Un párrafo final merece la penosa actitud del MemePresidente en la Cumbre de las Américas, donde se disfrazó de abogado defensor –tal como el Embajador de China ante Argentina, Sabino Vaca Narvaja, frente al exterminio al que el régimen somete a los uigures- a las dictaduras asesinas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que violan permanentemente los derechos humanos de sus sociedades y encarcelan a sus opositores para perpetuarse. Si a eso le sumamos la traición a Joe Biden que esa posición implica, cuando tanto le rogó apoyo para cerrar el reciente acuerdo con el FMI, no podemos menos que avergonzarnos.

 

Bs.As., 11 Jun 22

viernes, 3 de junio de 2022

El sueño corto de la Corte

 


El sueño corto de la Corte

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 840)

 

“No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas

 obtener con toda seguridad. Sitúate sólidamente en el puesto que te corresponde.

 Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable”.

 Noel Clarasó

 

La sociedad, en todos los estudios y encuestas, confiesa que está abrumada por la inflación, el profundo deterioro del salario, la falta de trabajo, la inseguridad cotidiana, la imposibilidad de imaginar un futuro mejor para sus hijos, el deterioro de la educación y de la salud públicas, la falta de gas y gasoil ante un invierno que se anuncia muy frío, precisamente a cien años de la creación de YPF, etc..

 

La mayor prueba de la desconexión del kirchnerismo con esa realidad en la que sobrevive la ciudadanía se da en la insólita agenda judicial del Gobierno, fuertemente influenciada por la desesperación de la actual jefa de esa asociación ilícita ante la catástrofe que, en materia penal, ve venir a una velocidad inusitada y que cree que la alcanzará pronto, ya que está convencida de la inevitabilidad de la derrota electoral, en especial porque su banda delictiva carece de candidatos competitivos.

 

La Putina patagónica, que pretende emular a su envidiado Vladimir, particularmente por su capacidad para envenenar o asesinar a sus enemigos políticos sin pagar por ello, ha fracasado estrepitosamente en todas sus tentativas de domesticar a la Justicia. Intentó “democratizarla”, embarazarla de jueces militantes, insultarla a través de sus más repugnantes lenguaraces (Alberto Fernández, Martín Soria, Hebe de Bonafini, etc.), amenazarla en movilizaciones “espontáneas”, humillarla invocando la “absolución de la historia”, destratarla en cada comparecencia, denigrarla en su prensa “militante”, completar la Corte con un ministro adicto tras la renuncia de Elena Higton de Nolasco. Nada funcionó, y continúa siendo una multiprocesada con varios pedidos de detención, atrincherada en unos fueros tergiversados y mal interpretados.

 

Ahora, el PresidenteMeme –un borracho, según el Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni- está dando una nueva muestra de su repugnante obsecuencia y sumisión al haber reunido a los gobernadores de las provincias más empobrecidas, precisamente por el saqueo de esos eternos y enriquecidos señores feudales, para obtener su apoyo a un cachivache que, además, no tiene ninguna probabilidad de resultar exitosa.

 

Todos ellos levantaron la mano para sumarse al sueño de Cristina Fernández de ampliar el número de ministros de la Corte Suprema –de 5 a 25- para “federalizarla” con un integrante por cada provincia. Para que se entienda la loca propuesta, el ladrón y permanente violador de los derechos humanos Gildo Insfrán designará al Juez por Formosa, el saqueador Juan Manzur al de Tucumán, el tránsfuga Gerardo Zamora al de Santiago del Estero, etc.; o sea, cada uno de esos consuetudinarios delincuentes tendría un cortesano que le respondería directamente, con el cruel asesinato de la Constitución que ello implica.

 

Ahora bien; es posible, aunque poco probable, que el kirchnerismo pueda modificar y ampliar la Corte, ya que sólo necesitaría de una mayoría simple, pero no tengo duda alguna que no podría (como no pudo hacerlo tampoco con la designación de Daniel Rafecas como Procurador General) obtener las mayorías especiales necesarias para designar a cada uno de los nuevos miembros que pretenda entronizar. Consecuentemente, se trataría de un nuevo fracaso, esta vez mucho más estentóreo.

 

Dada esa incontestable realidad, cabe preguntarse para qué avanza el Gobierno contra el Poder Judicial en este preciso momento, cuando la Corte debe resolver, presumiblemente en pocos días, acerca de los múltiples e improcedentes recursos de queja que Cristina ha interpuesto contra el progreso de todas las causas criminales que la tienen como protagonista. ¿Sabe, acaso, que los fallos le resultarán adversos y opta entonces por presentarlos más tarde como una venganza ante sus cada vez más menguantes fieles? Si así fuera, no podría sorprendernos este nuevo dislate institucional que tanto daño le está haciendo a la República.

 

He escrito infinidad de veces sobre el tema de YPF y, en especial, de lo costosa que resultó –y aún lo hace- para todos nosotros la vocación por el latrocinio que tenía el fundador de la dinastía saqueadora que lo llevó a robarse el 25% de la empresa: pérdida del autoabastecimiento energético, la permanente necesidad de importar gas y gasoil a costa de las paupérrimas reservas monetarias y un endeudamiento sideral con los mismos ladrones, que aún no ha terminado.

 

Es inminente un fallo de la Juez Loretta Prieska en Estados Unidos, que podría costar a la Argentina una suma tal que excedería en mucho el valor en bolsa de toda la empresa. Esa enorme cantidad de dinero irá, una vez más, a los bolsillos de la familia Kirchner, escondida detrás de sus testaferros Eskenazi y de dos fondos “buitres”. Que los Fernández² hayan festejado ayer el aniversario de la empresa con un acto multitudinario y autocelebratorio, merecería una nueva nota, ya que sirvió para mostrar, una vez más, la profunda hipocresía que ambos ostentan.

 

Bs.As., 4 Jun 22