viernes, 28 de julio de 2023

Lamer el fondo

 


Lamer el fondo

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 900)

 

“Necesitamos una nación donde la corrupción no sea una forma consentida de gobernar”.

 Javier Díaz Canseco

 

El 7 de julio de 2018, publique una nota, “Cristinita, ¿otros US$ 5.000 millones?” (https://tinyurl.com/dvusrx4c) contando el sideral daño que sufriría la Argentina por el populismo, el autoritarismo y la falta de escrúpulos de la familia Kirchner, probado todo ello por el proyecto de ley para expropiar el 51% de las acciones de YPF, que había sido sancionado por el Congreso con una enorme mayoría de votos, incluidos muchos de los que ahora se rasgan las vestiduras desde la oposición. Describí cómo redundaría en beneficio de Cristina Fernández y sus hijos, que recibirían en sus ya ahítas arcas una parte sustancial de la indemnización que el país debería pagar a los accionistas no expropiados (casualmente sus testaferros, la familia Eskenazy), simplemente por no obedecer la norma del estatuto de la empresa que establecía que, al hacerse alguien con el control de la misma, debía ofertar a los restantes socios comprar también su parte.

 

No repetiré aquí todo cuanto dije en esa nota y en otras similares que pueden leerse en mi blog (egavogadro.blogspot.com) y sólo diré que la sentencia que nos condenó a pagar la indemnización reclamada por Burford y Templeton –de la cual los Eskenazy y, por consiguiente, los Kirchner, participarán con el 30%- ha sido dictada hace tiempo y que ahora sólo resta determinar el monto; ambas partes lo han estimado entre US$ 5.000 millones y US$ 16.900 millones, y la Juez Loretta Preska sólo debe fijar el importe entre ambos extremos.

 

Cuándo se le preguntó al entonces Ministro de Economía y actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires precisamente por qué habían omitido cumplir esa regla, respondió que el Gobierno no era tan imbécil como para respetar ese tipo de acuerdos; Fernando Marull ha calculado (https://tinyurl.com/5445xdae) que, si la sentencia fuera por un promedio entre los límites, las bravuconadas de Axel Kiciloff (Repsol, Club de París, holdouts, etc.) nos habrán costado la friolera de US$ 45.000 millones. Hasta los fondos de inversión que habían comprado bonos de deuda atados al crecimiento del PBI han entablado juicios en Estados Unidos y Europa porque, para evitar pagar los cupones por la realidad de nuestra economía, recurrimos al original método de alterar las estadísticas del INDEC.

 

Durante el gobierno de Mauricio Macri, el Estado opuso en su defensa la falsedad y la ilegalidad del contrato de venta del 25% de YPF pero, cuando asumieron los Fernández² y designaron a Carlos Chino Zannini como Procurador del Tesoro, éste se hizo cargo del caso; tratándose de un prominente integrante de la asociación ilícita que saquea al país desde hace veinte años, que hayamos perdido el juicio no debe sorprendernos, ya que redunda en más enriquecimiento para la jefa de la misma. Total, con las apelaciones del caso, será la próxima administración argentina quien deberá pagar los daños. Me pregunto si no ha llegado el momento en que el H° Aguantadero sancione una ley que disponga la realización de un “juicio de residencia” a todos los funcionarios importantes que, así, se verían obligados a responder con sus propios bienes a las costosísimas consecuencias de su impericia, de su negligencia o, sobre todo, de su dolo.

 

Finalmente, el Aceitoso obtuvo su tan demorado acuerdo con el staff del FMI, que será elevado a consideración del Directorio para su aprobación, si es que la obtiene, en una reunión que se celebrará recién después de las PASO; la letra chica no dice aún si Sergio Massa dispondrá de algunos dólares para intervenir hasta octubre en el mercado de cambios, que tantos disgustos le produjo esta semana. Ha trascendido que el Ministro de Economía y pre-candidato presidencial pagará al organismo el lunes los ya vencidos US$ 2.700 millones utilizando yuanes del swap vigente con China; dado que todas las negociaciones con Beijing son inexplicablemente secretas, no sabremos, quién sabe por cuánto tiempo, qué gravosas concesiones habrá hecho para obtener la autorización necesaria.

 

Lo único seguro es que las recientes medidas económicas traerán consigo un fuerte estímulo a la depreciación del peso; la postergación en la fecha de publicación, por el Banco Central, de las expectativas del mercado (REM) para después de las PASO habla a las claras de la certeza que tiene el Gobierno acerca de la espiralización de la inflación, a la cual ningún “precio justo” o coerción policial ha podido, ni podrá, domeñar. Es que el salvaje ritmo de emisión monetaria, indispensable para atender al nuevo “plan platita” y a la bola de nieve de los intereses de la deuda pública es uno –no el único- factor de degradación de nuestra moneda y, con ella, de las condiciones de vida de la población.

 

Más ahora, después de tantas elecciones en provincias y en el mundo (España es un claro ejemplo), descreo de todas las encuestas, pero estoy convencido que Unión por la Patria, el pretencioso nuevo nombre que ha adoptado el kirchnerismo, conserva un importante caudal de votos, algo absolutamente irracional en este contexto de alta inflación, de inseguridad, de complicidad con el floreciente narcotráfico, de pobreza y miseria, de falta de salud y educación, de rampante corrupción y de absoluta impunidad. De todos modos, y a pesar de las quejas de sus más irreductibles fieles, es mejor que Cristina Fernández no aparezca en la campaña electoral del Aceitoso; no vaya a ser que los argentinos recuerden que, mientras ella percibe ilegalmente más de diez millones de pesos mensuales de jubilación y pensión, tantos de ellos deben hacer interminables filas a la intemperie para recibir unos mendrugos con que paliar temporalmente el hambre.

 

Colonia del Sacramento, 29 Jul 23

viernes, 21 de julio de 2023

Im-¿Posibles?

 



 

Im-¿Posibles?

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 899)

 

“Donde antes habitaban la perseverancia y el ingenio, ahora deambulan la apatía y la desesperación. Donde antes reinaba la autosuficiencia, ahora ocupa su lugar un sometimiento mendicante”. Hernán Díaz

 

En un país simplemente normal, alguien como Sergio Massa no podría presentarse siquiera como candidato a portero de un prostíbulo. Sin embargo, por alguna de esas múltiples razones que convierten a la Argentina en un ejemplo nefasto para el mundo, no es tan descartable como debiera la probabilidad de que se transforme en el próximo presidente. Y ello habla muy mal de nosotros, ya que hubiéramos debido aprender, y mucho, de las experiencias generadas por el peronismo siempre mutante.

 

Sin embargo, sigue teniendo un núcleo duro de votantes, que padece del síndrome de Estocolmo, entre los más perjudicados por su fracasada gestión, en especial en el Conurbano bonaerense. Allí, por múltiples razones históricas, políticas y delictivas, el Estado ha abandonado a los ciudadanos: no hay luz, agua corriente, educación, seguridad, salud, vivienda, e impera el narcotráfico y la violencia. Que un tipo que ha llevado la inflación al 140% anual y el dólar a $ 525 aún tenga el apoyo de los gerentes de la pobreza, de la CGT y del trotskismo llama la atención del mundo entero. Hoy la Argentina, en manos de estos canallas desde hace más de veinte años, se encuentra 6° entre los países más miserables del globo.

 

Es innegable que las salvajes peleas a cielo abierto de la oposición coadyuvan a sostener las esperanzas de Unión por la Patria. Por ello, me permitiré formular una propuesta a los dos contendientes dentro de Juntos por el Cambio que anuncien que, de triunfar en las PASO, ofrecerán al perdedor un cargo importante en su futuro gobierno: ¿la Jefatura de Gabinete a Horacio Rodríguez Larreta?, ¿el Ministerio de Seguridad y Defensa a Patricia Bullrich? Con eso, las dudas sobre el comportamiento de los votantes de cada uno en las generales de octubre se disiparían rápidamente y la imagen de verdadera unidad se vería solidificada.

 

Más allá de las permanentes contradicciones y contorsiones que exhibe el Aceitoso sin pudor, cabe recordar tres recientes hitos de su tradición de inveterado mentiroso: 1) dijo que China había enviado una carta al Directorio del FMI para apurarlo a cerrar el acuerdo con la Argentina, y fue desmentido hasta por la Directora General, Kristalina Georgieva; 2) dijo que el gasoducto Kirchner se había construido pese a la oposición del FMI, pero rápidamente se conocieron los documentos que demuestran que el organismo recomendó priorizar esa obra para mejorar la situación de las reservas monetarias; y 3) dijo que economistas de Juntos por el Cambio habían reclamado al FMI no ayudar a nuestro país hasta después de las elecciones; no sólo fue una flagrante falsedad, probada por su negativa a dar nombres, sino que permitió recordar (https://tinyurl.com/bdhrv4cw) que el peronismo, oficialmente, intentó perjudicar al gobierno de Mauricio Macri.

 

Los empresarios “expertos en operar en mercados regulados”, con la permanente vocación por cazar en el zoológico y pescar en la bañadera, siguen apoyándolo, sobre todo con mucho dinero pero también operando en la prensa en su favor. Están convencidos de la prosperidad que lloverá sobre ellos si consigue ganar las elecciones, al continuar el saqueo de la mano de licitaciones amañadas, de permisos de importación digitados y vendidos, de protecciones inicuas y de corrupción generalizada.

 

Nuestros padres y nosotros mismos, que ya somos mayores, en general abdicamos de nuestro rol político de clase dirigente, al cual estábamos destinados por educación y por herencia, ese papel que sí asumió responsablemente la generación del 80 haciendo grande al país, y entregamos la administración de nuestro bien más preciado (la Patria) a cafres de todos los colores; obviamente, a nadie podemos echar la culpa de lo sucedido y la historia nos imputará por haber permitido, sin reaccionar, la fatal y terminal decadencia de la Argentina.

 

El país dejó de soñar, entonces, con ser una Nación y se conformó con ser un mero consorcio, en el que no obedecemos el reglamento de copropiedad ni sus reglas de convivencia (la Constitución), que establecen cuándo debemos sacar la basura, por dónde pueden circular las mascotas o los horarios prohibidos para los ruidos molestos y, por supuesto, no respetamos los derechos de los otros copropietarios (los ciudadanos), entre otros, a circular libremente. El día en que se generalizó el lema “sálvese quien pueda” y se internalizó la pregunta “¿dónde está la mía?”, nos condenamos a la insignificancia y, en último término, a la inviabilidad.

 

Hoy el mundo, que en razón de la prepotencia asesina de Vladimir Putin (prohibió la circulación de buques graneleros en el Mar Negro) se encuentra nuevamente al borde de una monumental hambruna, no puede permitirse por mucho tiempo más que los incompetentes y egoístas argentinos terminemos de arruinar un territorio tan despoblado, con capacidad para alimentar a 500 millones de personas, feraz en recursos naturales de todo tipo, en agua dulce y en energías renovables. En la medida en que nuestro país no se hundirá en el mar, resulta imaginable que su superficie actual sea desmembrada y repartida entre los países vecinos y entre las potencias globales que, aún con las dificultades derivadas de la presencia de 47 millones de incorregibles argentinos (¿por qué no pagarnos para que nos vayamos?), administren eficientemente sus enormes potencialidades.

 

Bs.As., 22 Jul 23

 

 

viernes, 14 de julio de 2023

Diezmos Aceitosos

 



 

Diezmos Aceitosos

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 898)

 

“Siendo mediocre, a fuerza de saber humillarse se alcanza todo”.

 Pierre Auguste Caron de Beaumarchais

 

Sergio Massa sabe que Patricia Bullrich es su peor enemigo y, para esmerilarla, no duda en recurrir a los muchos recursos estatales, como ha sido la intervención de su ONG, ordenada por su lacayo, Ricardo Nissen, respaldado por el inefable Martín Soria, Ministro de in-Justicia. Pero su última intervención verbal contra la Piba causó fuerte escozor en las filas de la “generación diezmada” ya que, como un insulto, la acusó (es falso) de haber integrado Montoneros. El desplazado Eduardo Wado de Pedro había sido escogido para competir por Cristina Fernández precisamente por ser hijo de dos asesinos de esa agrupación, que murieron combatiendo en la guerra civil que asoló nuestro país entre los 60’s y los 90’s, provocada por la sanguinaria actuación de terroristas adoctrinados, armados y financiados por Cuba, Argelia, Vietnam, China y Líbano; o sea, el Aceitoso tocó una dramática cuerda en la guitarra que templó el kirchnerismo desde 2003.

 

La pantomima que protagonizó el Gobierno el 9 de Julio resultó vomitiva. Asistimos a una nueva payasada de los integrantes de ese triunvirato compuesto por un don nadie que tardíamente se calzó las botas, por una envejecida reina que ve el poder escurrírsele entre los dedos y sólo aspira a la resistencia, y por el personaje más inescrupuloso de cuantos ha producido esta tierra, tan fecunda para engendrarlos como proclive a ser sometida por estos crápulas. No sólo usaron una obra pública para hacer ilegal campaña política sino que, sin ponerse colorados, “inauguraron” un tramo no terminado de un gasoducto, abriendo una falsa canilla. Realmente, dan vergüenza ajena, aunque debería ser de todos nosotros ya que, por acción de unos y omisión de otros, el kirchnerismo conserva un volumen electoral inexplicable pero no desdeñable.

 

Esta semana, pese a ello, sufrió dos derrotas estruendosas. No logró cerrar el anunciado acuerdo con el FMI lo cual nos pone al borde del precipicio, ni consiguió reunir al Senado para prolongar hasta los 80 años la estadía de Ana María Figueroa, tan creyente de su relato, en la Cámara Federal de Casación y, además, designar a un montón de jueces adeptos, como pretendía la emperatriz del Calafate.

 

La perenne pulsión por el poder del peronismo obliga a sus más encumbrados actores a tragar muchos sapos. Hoy, cuando necesita de la solidaridad de otros integrantes de esa estafa monumental llamada “Patria Grande”, bajo cuya carpa se acomodan el Foro de São Paulo, el Grupo de Puebla y demás vociferantes del “Socialismo del Siglo XXI”, no duda en apoyar sin fisuras a las dictaduras más sangrientas de la región, amparándose cínicamente en el principio de no intervención en los asuntos internos de otros países. Pretende que olvidemos, impulsados por su tan eficiente aparato de propaganda, que esos aliados fueron actores principales en los recientes dramas terroristas de Perú y Bolivia, como antes lo hicieron en Chile, Colombia y Ecuador.

 

¿O no vimos sus largas manos en los disturbios que destruyeron Lima, Santiago, Quito, Bogotá o La Paz? ¿Quién, sino ellos mismos, llevaron a la cárcel a Jeanine Añéz Chávez después de los ataques de los cocaleros de Evo Morales? ¿Quiénes suspendieron al Paraguay como miembro del Mercosur porque se oponía al ingreso de Venezuela y así lo lograron? ¿Quiénes usan la teoría del lawfare para proteger a Luiz Inácio Lula da Silva, Cristina Fernández, Pedro Castillo y Rafael Correa? ¿Quiénes callan, cómplices, ante los asesinatos, las torturas, la expulsión de sus propios ciudadanos más allá de sus fronteras y las proscripciones de adversarios de Daniel Ortega, Nicolás Maduro o Miguel Díaz-Canel? ¿Quiénes se asocian internacionalmente con los regímenes sanguinarios de Rusia, China e Irán, capaces de exterminar a sus enemigos, aún en el exterior? ¿Quiénes, mientras montan movimientos feministas para destruir desde adentro a las sociedades, callan cuando se impide a Corina Machado participar en las elecciones venezolanas o cuando el poder mata a mujeres que saben demasiado en el Chaco, en Tucumán, en Caracas o en La Habana? ¿Quiénes han amasado inmensas fortunas, han saqueado los recursos naturales y llevado a sus sociedades al infierno de la pobreza y la marginalidad?

 

Pero no hay impostura que dure eternamente, y los mitos ya no son vendidos tan fácilmente a la ciudadanía latinoamericana que, en todas partes, como sucede en Italia o España, comienza a despertar y obliga a sus políticos –ha pasado con Gabriel Boric y Gustavo Petro- a privilegiar sus compromisos éticos sobre el alineamiento automático con los canallas dictadores de la región.

 

Por falta de espacio en ésta, en otra nota hablaré de los otros muchos diezmos que recibe el Aceitoso, esos que le han permitido ser tan rico. Por hoy, sólo me resta afirmar que Sergio Massa y su feliz cónyuge/socia Malena Galmarini, si llegaran al poder, convertirán a Néstor y Cristina Kirchner en aprendices del saqueo y del autoritarismo; sin duda, serán mucho peores que sus maestros.

 

Faltan 29 días para que se sustancien las PASO, que, no lo dudo, llevarán a la oposición al gobierno. Las terribles circunstancias socio-económicas que atraviesa la Argentina obligarán a actuar de forma bien distinta al gradualismo, y la resistencia en la calle, fogoneada por el peronismo y su aliado estratégico, el trotskismo, será inevitable; es por eso que, cuando votemos, deberemos pensar muy bien quién creemos que tiene el simple coraje de imponer la ley, toda ella, para controlarla y reducirla.

 

Bs.As., 15 Jul 23.-

viernes, 7 de julio de 2023

Conejos muertos o falsos

 


Conejos muertos o falsos

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 897)

 

“Una mentira da media vuelta al mundo mientras la verdad aún se está calzando”.

 Ken Follett

 

Sergio Massa ha hecho de su vida un remedo de Mandrake, el Mago, y debo reconocer que no le ha ido mal. A fuerza de una ambición desmedida, de zarpazos, codazos, traiciones, vicios más o menos ocultos e inmundas complicidades de empresarios venales,  logró alzarse con la candidatura presidencial de Unión por la Patria (UxP), pese a que su devaluada jefa debe estar aterrada con la probabilidad de un triunfo electoral de su nueva marca; la historia, esa que tanto le gusta, enseña que, de ser así, lo único esperable en un futuro inmediato sería un matricidio.

 

Sin ponerse colorado, su equipo de campaña anunció, urbi et orbe, que había cerrado un trato con el FMI y que la semana pasada, concretamente el lunes, una misión encabezada por su Viceministro, el inefable y tan arrepentido Gabriel Rubinstein, viajaría a firmarlo con el staff, como medida previa a su aprobación por el Directorio del organismo. En el escabroso camino, consiguió que China –vaya uno a saber a qué costo y con qué exigencias, ya que todo es secreto- le permitiera usar un tramo del swap vigente para pagar las cuotas vencidas con yuanes.

 

Pues bien, nada de eso existió y no hay expectativas de que acontezca en los próximos días. Ante la terrible escasez de divisas que padece el Banco Central, el Aceitoso ya anunció que los pagos correspondientes a julio (US$ 2.700 millones) se harán sólo a fin de mes, o sea, si llegan fondos del propio FMI para efectivizarlos. A la vez, está intentando chantajear aún  más al organismo, que tan condescendiente ha sido con el kirchnerismo pero ahora exige una devaluación, haciendo presión sobre Joe Biden e intentando sumar a Egipto, con problemas similares a los de Argentina aunque menores, y amenazando con un default que perjudicaría a todo el mundo.

 

La situación es tan grave que, si el Ministro dejara de pagar al FMI, tendría un efecto cascada sobre otras entidades multilaterales, tales como el Club de Paris, el Banco Mundial o la Corporación Andina de Fomento, sumando problemas a los ya existentes con los importadores, incluidos aquéllos “expertos en operar en mercados regulados” que aceptan la increíble voracidad -¿estarán juntando para la campaña del Aceitoso?- de quienes deben autorizar el acceso a los dólares necesarios para pagar sus compras de insumos, y con la recesión que ya se nota en todos los campos.

 

Pero Massa, en su triple rol de presidente de facto, de jefe de la cartera económica y de precandidato, no se arredra e intenta ocultar sus múltiples fracasos con un despliegue de hiperactividad, mostrándose en los más diversos escenarios regionales –como cuando fue a buscar la foto con Luiz Inácio Lula da Silva- o locales. Mañana mismo, y con la prometida –hasta ahora- aparición conjunta de los Fernández², inaugurará el tramo Tratayen-Salliqueló del gasoducto llamado -¡qué originalidad!- Néstor Kirchner.

 

La enorme campaña publicitaria que ha desplegado el Gobierno al respecto (independencia energética, ahorro de divisas, soberanía, federalismo, tiempo record en su construcción, costo final), no puede ser más mentirosa. El caño actual, todavía ni siquiera terminado (70%), sólo servirá, realmente, cuando entre en servicio el siguiente hasta la frontera con Brasil, aún no emprendido. Además, la licitación convocada en 2019 por Mauricio Macri para que lo hicieran capitales privados fue anulada y todo el proceso fue encomendado, con dinero público, a Enarsa, conducida por un mocoso de La Cámpora que lo único que sabe de la actividad es encender las hornallas de la cocina; esa demora -¡26 meses!, comparable a la del tren a Mendoza que, reinaugurado por el autopercibido Presidente, tarda más que hace cien años- le costó a la Argentina una cifra monstruosa.

 

Por sobre todo, se hace el olvidadizo respecto al pavoroso daño que la sucesión de desaguisados cometidos con YPF causaron, y aún lo hacen, al país. Todo comenzó cuando Carlos Menem privatizó la empresa y, para convencer a Kirchner y a otros gobernadores de apoyar la ley, “recalculó” las regalías que correspondían a las provincias petroleras. Entonces, el finado consiguió más de US$ 1.000 millones, los desaparecidos “fondos de Santa Cruz”. Curiosamente, el miembro informante de la ley de privatización fue Oscar Parrilli, el mismo “pelo…” (Cristina Fernández dixit) que luego impulsó la estatización que ella promovió.

 

Ya Presidente, Kirchner decidió robarse el 25% de YPF y, para lograrlo, congeló las tarifas a los productores, “convenciendo” a Repsol de “venderle” –sin plata- ese porcentaje a los Eskenazy, sus testaferros. Con ese estrangulamiento, cayó la producción de gas, afectando especialmente a YPF que, tal como preveía en ese contrato tan especial, distribuyó todas sus utilidades como dividendos y, así, dejó de explorar nuevos yacimientos, con lo cual la Argentina perdió el autoabastecimiento energético, tan duramente logrado. A partir de entonces, los ductos construidos para exportar gas debieron invertir el sentido de los flujos para importarlo y, cuando no fue suficiente, comenzamos a traer innumerables buques con gas licuado, dando lugar a una gigantesca corrupción.  

 

Todo ello será escamoteado mañana por el oficialismo, cuando la trifecta gobernante se autocelebre y permita al cada vez más Aceitoso Massa coronarse como héroe nacional, aunque su corona sea de cartón pintado y el nuevo conejo falso huela tanto a podrido.

 

Bs.As., 8 Jul 23