viernes, 26 de mayo de 2023

Bastardos apropiadores

 


Bastardos apropiadores

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 891)

                                                                         

“El castigo del mentiroso no consiste en lo más mínimo en

 que nadie le crea sino en que él no puede creerle a nadie”.

 George Bernard Shaw

 

Como muchos, la mayoría abrigados en sus casas y algunos miles soportando una inclemente lluvia para expresar su adoración a la diosa pagana y falsa que disertó el jueves, vi y escuché desde aquí un discurso psicótico y repetitivo que no merecería siquiera dedicarle demasiado tiempo útil. De todas maneras, la bastarda apropiación de la fecha patria con que el penoso acto del kirchnerismo, sumando en el escenario a grandes y emblemáticos personajes del terrorismo subversivo, celebró los veinte años de inmundo saqueo al que sometió al país entero, puso fuertes y denunciantes reflectores sobre el resto de los dirigentes políticos y sociales, que no fueron capaces de celebrar, como hubiera correspondido, un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo y generar así una imagen distinta.

 

En resumen, su “pueblo elegido” fue defraudado porque esperaba ver a su propio Moisés bajar del monte Sinaí del Calafate con sus nuevas tablas de la ley kirchnerista en las manos, renunciando a la auto-proscripción y convertida en candidata o, al menos, enterarse de quiénes serían los favoritos (Eduardo Wado de Pedro, Sergio Massa, Axel Kiciloff, el hijísimo Máximo) para heredarla, pero tuvieron que volver a sus míseros hogares desilusionados, tan golpeados y empobrecidos por la inflación, con hambre, sin salud, sin seguridad, sin cloacas ni agua potable como antes de ir a la plaza pero, además, empapados y sin futuro.

 

Después de lo que pasó anteayer, resulta absurdo negar la centralidad que conserva Cristina Fernández en el universo político nacional pero, a la vez, destacar que la desesperación que la embarga la llevó a descender aún más al barro con el lenguaje, al calificar de “mamarracho” a la Corte y gritar que la prensa independiente sólo decía “boludeces”. Y demostró, sobre todo, que los signos de interrogación de una nota –“Triste, solitaria y ¿final?”- que escribí el 25 de febrero pasado, ya resultan superfluos; las más que notorias ausencias de importantes gobernadores, intendentes, sindicalistas, etc., así lo certifican. Pero también merece ser calificada de patética, en especial cuando comenzó a llover copiosamente y simuló comparecerse de la situación de los fieles cooptados por su absurda iglesia, diciendo que le encantaban las tormentas, con sus privilegiados apóstoles protegidos bajo techo mientras que ellos se encontraban a la intemperie.

 

Por lo demás, si los fantásticos logros alcanzados entre 2003 y 2015 descriptos por ella hubieran sido ciertos y no un gran camelo destinado a una clientela que, para hacerla suya, debiera carecer de memoria, si los salarios y las jubilaciones hubieran sido tan altas, si había tanto trabajo, si no existía la inflación ni la deuda, hubieran sido ciertos, ¿por qué perdió su partido las elecciones presidenciales? ¿O en su mente enferma, esa derrota se debió sólo al error de designar tan malos candidatos a la Casa Rosada como Daniel Scioli y Carlos Chino Zannini, y Anímal Fernández a la Provincia de Buenos Aires? En resumen, miente descaradamente y, además, siempre elige mal a sus mariscales.

 

En este sentido, ruego a Dios porque quien asuma en diciembre no repita los graves errores de Mauricio Macri, que faltó el respeto a la sociedad ocultando las neutrónicas bombas que había recibido y así condenó irrevocablemente al fracaso a su gobierno, habilitando el regreso de la mafia saqueadora. Cuando quiso, muy tardíamente por cierto, informar acerca de la realidad de la herencia maldita, esa misma que hoy reivindica la eterna sacerdotisa de la corrupción, publicó “El estado del Estado”, un mamotreto que nadie leyó y que, a esa altura, careció de sentido.

 

A mi modo de ver, el gran perjudicado por los dichos de la Vicepresidente es el Aceitoso Ministro de Economía, quien para sobrevivir como candidato necesita indispensablemente de alguna ayuda externa que sostenga su “plan llegar”. De todas maneras, tampoco es que le vaya a resultar fácil acceder a la categoría de único ungido que pone como condición esencial para presentarse: además de la indomable inflación que lo golpea en la cara, La Cámpora lo detesta y Cristina, con toda razón, desconfía de él y descree por completo de la posibilidad de convertirlo en un nuevo títere. Mañana partirá hacia China con un invitado al menos raro, Máximo Kirchner, a intentar que Beijing abra una vez más la dolorosa hucha con la que abastece de yuanes a economías exhaustas, a las cuales impone condiciones tan duras y humillantes que todos los acuerdos que firma son estrictamente secretos. Después de las represas del río Santa Cruz –Kirchner y Cepernic-, el litio, una nueva central nuclear, la administración de la Hidrovía y la base militar instalada en Neuquén, ¿qué más pedirá ahora?

 

Al mismo tiempo, y en medio de una más que complicada renegociación con el FMI, donde Japón y Alemania no están en absoluto de acuerdo con la tolerante postura de Joe Biden con respecto a nosotros, Massa debe haber recibido como un balde de agua helada las belicosas posturas que enunció Cristina Fernández el jueves contra el organismo, cuando prácticamente propuso caer en default y lograr luego un drástico cambio en el cronograma de pagos de la deuda, vinculándolos con las exportaciones argentinas. ¿Está tan rematadamente loca como para llevar al país a una posición de no retorno y hacer explícita la tierra arrasada que quiere entregar a quien resulte vencedor en noviembre? ¿Cree, por ventura, que luego de empujar a la Argentina al abismo, llegarán a rescatarla China, Rusia, Brasil o Irán?

 

Mientras esa penosa comedia de enredos se desarrolla en el escenario visible para el conjunto de la ciudadanía, entre bambalinas los problemas se agudizan y el Banco Central, día tras día, se ve obligado a apretar la horca que el cepo cambiario ha colocado en el cuello de la economía real. Los depósitos de particulares, en dramático goteo, van abandonando los bancos y reduciendo, consecuentemente, los encajes que éstos deben mantener en la entidad rectora, que está indebidamente utilizando por el rango negativo en que se encuentran las reservas. La inflación de mayo, que será anunciada el 14 de junio, difícilmente se encuentre por debajo del dramático 10%, si es que no lo supera, y los pasivos remunerados –Leliq’s y bonos de deuda- ya exigen, por los enormes intereses que se ve obligado a ofrecer el Estado en sus licitaciones semanales, una creciente emisión que, pese a que es reabsorbida precisamente con los mismos instrumentos, no tiene otra posibilidad que espiralizarse, mientras la actividad se sigue paralizando.

 

Todos los economistas que trabajan en los planes económicos que anunciará la oposición están, al día de hoy, literalmente aterrados, por las cifras publicadas porque saben que, además, encontrarán bajo la alfombra muchísimos datos negativos que ignoran y que comprometerán gravemente, con certeza, la recuperación del país. Y no deben olvidar que, para que aparezcan las esenciales inversiones, sean de argentinos o extranjeros, el principal factor será recobrar un imán fundamental: la seguridad jurídica, tan claramente inexistente durante el kirchnerismo. Tal vez, para colaborar en ese proceso, no estaría mal imitar lo que hizo Lula da Silva en 2003, cuando su llegada al poder hizo entrar en pánico a propios y extraños: constituyó un fideicomiso en garantía de los contratos, con todas las acciones de empresas privadas que estaban en manos del Estado, y lo sometió a la jurisdicción de tribunales extranjeros, con un éxito inmediato.

 

Colonia de Sacramento, 27 May 23

viernes, 19 de mayo de 2023

Milei quizás pueda, pero ¿quiere?

 



 

Milei quizás pueda, pero ¿quiere?

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 890)

 

“Cada uno ve lo que pareces, pero pocos palpan lo que eres”.

Nicolás Maquiavelo

 

Todos los días, en el mundo entero, se confirma el “teorema de Baglini” que, básicamente, postula que, cuanto más lejos se encuentra un candidato de acceder al poder, más radicales son sus propuestas y, cuanto comienza a percibir la probabilidad de acceder al poder, las va morigerando.

 

Sin embargo, un personaje tan excéntrico y enigmático como Javier Milei, pone en duda esa hipótesis. A semejanza de lo que sucedió con Donald Trump, Vladimir Zelensky o Jair Bolsonaro, según todas las encuestas podría acceder a la segunda vuelta electoral  y acabar así con el monopolio absoluto que las dos grandes coaliciones, escasamente pegoteadas por su adhesión u oposición al kirchernismo, han ejercido sobre el escenario político nacional. Esta probabilidad fue imaginada hasta por Cristina Fernández al confesar públicamente que espera un escenario de tres tercios y la consecuente necesidad de un ballotage, en cual ya no está tan segura de la participación de su fuerza política.

 

Desde su repentina irrupción en el horizonte de los medios, el mesiánico líder de La Libertad Avanza no ha cesado de enumerar las disruptivas y, a veces, hasta revulsivas acciones que encararía si fuera Presidente; y ahora, cuando podría estar en condiciones de triunfar –en principio, al menos, tanto los votantes del Frente de Locos cuanto los de Juntos para Qué se inclinarían por él si el candidato propio quedara excluido de la segunda vuelta electoral- no sólo no las aligera para los paladares más reactivos, sino que sigue sosteniéndolas públicamente, con gritos destemplados y malos modales.

 

La democracia directa vía consultas populares para suplir una segura oposición del Congreso, la fuerte reducción del gasto público, la modificación de la educación pública gratuita aplicando un sistema de vouchers, el arancelamiento de la salud en los hospitales estatales y en las residencias médicas, la gestión público(seguridad)-privada(hotelería) del sistema penitenciario, la privatización de empresas deficitarias, la derogación de la ley del aborto y establecer la protección al niño desde la concepción, el fin de la educación sexual obligatoria en las escuelas, la eliminación de subsidios, la libre portación de armas, el tráfico legal de órganos, la dolarización con o sin canasta de monedas, “dinamitar” el Banco Central, la aplicación de una política inmigratoria racional, la unificación de los ministerios de Defensa y Seguridad para habilitar a las fuerzas armadas a actuar en conflictos internos, etc., son sólo algunas de las propuestas a las que me refiero; adelanto que con muchas de ellas coincido totalmente.

 

Milei contradice a tal punto al mencionado teorema que resulta necesario preguntarse si él mismo, que obviamente carece de estructura territorial para apuntalar su candidatura,  de un contundente equipo técnico para asumir los cargos principales de la administración pública (que, de todas maneras, se zanjaría por la vocación tan argentina de correr presurosos en auxilio del vencedor), de la cantidad de fiscales necesarios en todo el país para defender sus boletas y carecerá de un número importante de legisladores, lo cual lo obligaría a negociar permanente sus leyes, quiere llegar ahora a la Presidencia o sólo incorporar una treintena de diputados (en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires) para hacer crecer fuertemente su espacio de derecha y condicionar al próximo gobierno, reservándose (como seguramente hará Sergio Massa en sus antípodas) para el siguiente turno electoral, dentro de cuatro años.

 

El jueves, Cristina Fernández fue la única actriz en un show conducido por un muy reciente y fanático converso; obviamente, no se le formularon preguntas incómodas pero, aún así, después de reiterar sus muletillas habituales (los medios concentrados, el “partido judicial”, la inexistente proscripción, el FMI como único responsable de esta estanflación que nos lacera), hizo algunos guiños menos previsibles: ponderó en Sergio Massa haberse hecho cargo de la “papa caliente”, pero aclaró que en los únicos en quienes confía completamente son su tan laborioso hijo Máximo, Eduardo Wado de Pedro y Andrés Cuervo Larroque.

 

O sea que, tal como suponíamos, el innegablemente audaz Aceitoso, aún si quisiera sostener una candidatura imposible en medio del caos económico en que el demencial populismo sin dólares del modelo kirchnerista y su propia impericia nos han sumido, no podrá contar con el dedo dictador de la jefa del espacio para apuntalar sus pretensiones; éstas, por lo demás, habían encontrado un auto-límite importante en la necesidad de disputar las PASO con otros contendientes, ya que una de sus condiciones excluyentes era ser ungido como único representante del Frente de Locos.

 

Mucho más preocupante en el discurso de Cristina Fernández fue su desligitimación previa al gobierno que asumirá en diciembre al cual, por estar ella “proscripta” y extender ese estado a todo el peronismo (para fundamentarlo utilizó los vetos judiciales a las inconstitucionales re-reelecciones de Sergio Uñac y Juan Manzur) negará representar al “pueblo”, tal como hicieron ya varios de sus más salvajes lenguaraces, como el ínclito asesor papal Juan Grabois o Mario Secco, Intendente de Ensenada, quienes directamente amenazaron al futuro y proyectan hacerlo saltar por los aires mientras corren ríos de sangre en las calles, en caso de que el Frente perdiera las elecciones, algo altamente probable. Me sigue sorprendiendo que ningún fiscal tenga el coraje de denunciarlos por apología del delito y por alzarse contra las instituciones, una conducta en la que ha incurrido hasta el propio Caracol que se auto-percibe Presidente.

 

 

Bs.As., 20 May 23

viernes, 12 de mayo de 2023

Arde el Frente de Locos

 


Arde el Frente de Locos

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 889)

 

“La pobreza no se rebela. Encontraréis situaciones de rebeldía

 sólo cuando la gente pobre alberga alguna esperanza”.

  Ryszard Kapuściński

 

La vertiginosa realidad no da respiro en la Argentina, y los precios de los balcones que se alquilan para asistir al espectáculo que brinda subieron bruscamente el martes, cuando la Corte Suprema de la Nación dictó una medida cautelar que suspendió las elecciones a Gobernador y Vice en San Juan y en Tucumán, en las cuales los eternos Sergio Uñac y Juan Manzur (éste ya desistió y postula a un subordinado) pretendían re-reelegirse con permiso de las respectivas cortes provinciales, siempre subordinadas al poder político local. ¿Podrían aparecer otros fallos similares ante otras candidaturas “irregulares” cuando éstas se concreten?

 

El Frente de Locos se incendió porque leyó esa resolución como una reacción del máximo Tribunal ante el funambulesco juicio político que tramita, sin destino, en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, y quedó aterrado ante otros inminentes fallos que preocupan mucho a Cristina Fernández, como la probable revocatoria de la Cámara de Casación del insólito sobreseimiento, resuelto sin hacer el juicio oral, que la benefició, con sus hijos y decenas de cómplices, en la causa “Hotesur-Los Sauces”.

 

El autopercibido y totalmente desdibujado Presidente, al día siguiente, emitió por cadena nacional un breve mensaje en el cual, como es habitual en él, desconoció los principios más elementales del derecho y, en algunos tramos, mintió descaradamente, mientras se alzaba contra las instituciones de la Constitución; entre otros dislates, exigió al “pueblo” salir a las calles para impedir que el supremo Tribunal ejerza el rol que nuestra carta magna le atribuye y, arrastrándose una vez más, sostuvo que su Presidente-Vice es una perseguida política, y no una corrupta condenada con toneladas de pruebas. ¿Habrá un fiscal que lo impute penalmente por haber incurrido en tantos flagrantes delitos, antes o después de dejar su cargo?

 

El escandaloso índice de inflación dado a conocer ayer por el INDEC (8,4% en abril), que anualizada llega ya a 150% y amenaza con espiralizarse, implica que muchos más argentinos cayeron en esta abrumadora pobreza provocada por veinte años de populismo kirchnerista (bien calculada, supera el 50%, con especial incidencia en los chicos), y que se suma a la inseguridad cotidiana que padecen, nos obliga a preguntarnos por qué no ha estallado ya una sociedad que tantas veces lo ha hecho en el pasado, sobre todo durante gobiernos no peronistas. ¿Le faltará, como chispa para encenderla, la ilusión a la que se refiere el escritor y periodista polaco en el epígrafe de esta nota o, simplemente, están en el gobierno quienes siempre han promovido la violencia y los saqueos? Más allá de exigir revisar las paritarias cada vez con más frecuencia, el estruendoso silencio de la CGT, que hizo innumerables  paros salvajes a Raúl Alfonsín, a Fernando de la Rúa y a Mauricio Macri, parecería dar la razón a la segunda hipótesis.

 

Lo que, sin duda, determina esta medición de la depreciación de la moneda, que se acentuará en mayo por la incidencia de los incrementos en servicios públicos, alquileres, medicina privada, etc., es la definitiva muerte –salvo que llegue un improbable chaparrón de dólares de libre disponibilidad- de los sueños de Sergio Massa de convertirse en el próximo Presidente por ser el único candidato del Frente de Locos. Éste, por lo demás, a contramano de la pretensión del Aceitoso de evitar la competencia interna sin llegar a las PASO, algo que hasta Alberto Fernández resiste, todavía parece estar dispuesto a presentar matungos perdedores tales como Daniel Scioli, Eduardo Wado de Pedro, Juan Grabois, Axel Kiciloff, etc., y tampoco ha decidido aún si el trabajador Máximo Kirchner se postulará como Senador por la Provincia de Buenos Aires, si su madre sostuviera –algo por demás improbable- su auto-proscripción total, para mantener la destacada presencia de ese tan ilustre apellido en las boletas.

 

El domingo pasado dejó otros interrogantes que, tal vez, sólo tal vez, puedan comenzar a responderse mañana, cuando otras tres provincias bajo administraciones kirchneristas –Salta, La Pampa y Tierra del Fuego- elegirán gobernador. La fuerte derrota del candidato de La Libertad Avanza en La Rioja, pese a tener un apellido teóricamente tan convocante allí como el de Menem, mostró con meridiana claridad la falta de estructura territorial que afecta a Javier Milei y, en la medida en que exhibe su condición de líder mesiánico de un movimiento unipersonal, pone en justificado cuestionamiento su capacidad para administrar el país en caso de triunfar en noviembre. Si en Tucumán, cuando sea que se realicen las elecciones después de la cautelar de la Corte que las suspendió, y en las cuales su candidato es Ricardo Bussi, se repitiera esta penosa performance, también se pondrá en discusión su probabilidad de acceder al ballotage y la veracidad de las encuestas que señalan su desmesurado crecimiento en intención de voto, que podría transformarse en una mera expresión de protesta, sin concreción efectiva en las urnas.

 

Pero, a la vez, probará lo acertado de Cristina Fernández al haberlo elegido como sparring, puesto que es un fuerte divisor del voto opositor al kirchnerismo, al menos en las PASO. Un dirigente “bullrichsta”, Joaquín de la Torre, da los pasos correctos al intentar llegar a un acuerdo con el líder libertario en la crucial Provincia de Buenos Aires, pero Juntos para Qué sigue, en una actitud suicida, sin ponerse de acuerdo en una candidatura unificada y, así, pone en valor la perspectiva del Frente de Locos de retener allí el poder y transformarla en el bunker para la tan anunciada resistencia violenta contra la próxima administración nacional.

 

Bs.As., 13 May 23

viernes, 5 de mayo de 2023

Al final, llovieron piedras

 



Al final, llovieron piedras

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 888)

 

“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo, se debe a qué los

 ignorantes están completamente seguros, y los inteligentes llenos de dudas."

 Bertrand Russell.

 

Hace mucho que recomiendo a mis sufridos lectores comprar cascos porque, según creía, lloverían piedras sobre esta devastada Argentina; pues bien, el momento llegó y hoy, por el fracaso ya irremediable de este adefesio inventado por Cristina Fernández para ganar las elecciones en 2019, los cascotes caen sin piedad sobre todos nosotros. El desmesuradamente audaz Sergio Massa, quien suponía contar con un enorme paraguas para evitar los golpes, ve cómo se diluyen sus ensoñaciones presidenciales al ritmo de esta tan descangallada economía que, sin pausa, reduce a la pobreza y a la indigencia a miles de nuestros conciudadanos diariamente, en especial en los bolsones en que el kirchnerismo reinaba.

 

La insólita actitud del INDEC al anunciar que demoraría la publicación del índice de inflación de abril hasta después de las elecciones en varias provincias y tuvo que recular en chancletas, hizo que todos supiéramos que será superior al 8% (algunos piensan en 8,8%), empujó hacia arriba la presión devaluatoria y hacia abajo las siempre presentes ensoñaciones presidenciales de Massa, que se equivocó fiero cuando pronosticó, precisamente para el mes pasado, un porcentaje que comenzaría con 3.

 

Hoy, esos desflecados sueños dependen de varios hechos, todos de altamente improbable ocurrencia: convertirse en candidato único del Frente de Locos (donde lo necesitan pero no lo quieren y sí desconfían); un fuerte y muy demorado anticipo de los desembolsos del FMI previstos para el segundo semestre (que estaban pactados para pagar al propio organismo, y no para intervenir en los mercados, y que los funcionarios se resisten a otorgar); la ampliación del swap con China para pagar importaciones de ese origen (las propias exportadoras lo rechazan, ya que quieren cobrar en dólares); la implementación de un intercambio compensado, en pesos y reales, con Brasil (que requeriría de una inexistente garantía del Banco Nacional de Desenvolvimento Social); o un apoyo masivo del banco de los BRICS (tiene el apoyo de Lula da Silva a través de Dilma Rousseff, que lo preside, pero carece de consenso entre los miembros).

 

Mientras  tanto, el Banco Central argentino, obligado por Cristina Fernández a no convalidar la inevitable devaluación, ve como se escurren entre sus débiles dedos las escasísimas divisas de las que dispone, producto del fracasado plan “soja III”, de la terrible sequía y de la notoria impericia de los operadores oficiales. Massa, siempre tan audaz pero retrógrado por carecer de herramientas financieras para reparar el casco del escorado Titanic, recurre a los mismos métodos persecutorios que caracterizaron al peronismo desde que, en su segunda presidencia, su fundador descubrió que el dinero acumulado durante los años de bonanza se había terminado.

 

El patoterismo del Ministro de Economía, si bien tiene mejores modales aquellos de los que hacía gala, pistola en mano, el recordado Guillermo Moreno, no se limita a los procedimientos policiales en casas de cambio y agencias de bolsa, a los aprietes de la UIF o de la Aduana y a las amenazas rimbombantes que profieren sus esbirros. También llega (tal como hizo don Néstor -q.e.p.d.- en el caso de YPF/Repsol) a la apropiación de bienes y empresas nacionales a precio vil, siempre en sociedad con algunos “expertos en mercados regulados”, que antes se llamaban Eskenazy, y ahora Vila, Filiberti o Manzano; cuando sus apetencias no son atendidas, los capitales y sus dueños deben emigrar. Es público y notorio que una de las fuentes de los ingentes recursos financieros necesarios para tales “operaciones” es la megacorrupción que impera en la zona que controla Matías Tombolini, Secretario de Comercio, dada la arbitrariedad con que se otorgan o deniegan los permisos de importación con dólares “oficiales”.

 

En medio de ese tétrico panorama de inflación galopante y ya clara recesión, de desaparición de la movilidad social ascendente, de pobreza y miseria, de destrucción de la educación y de la violencia generada por el narcotráfico, y de la impudicia con la que Juntos por el Cambio dirime en público sus diferencias, se recorta la figura cada vez más inevitable de Javier Milei. Coincido con una frase de Luciana Vázquez (“Las encuestas son ese género literario con el que nos entretenemos mientras llega el futuro”), pero la unanimidad entre quienes elaboran análisis de opinión en marcar el fuerte crecimiento del líder anarco-libertario hace que resulte creíble.

 

Ya no es para nada descartable que, en un escenario de tres tercios, poco más o menos, Milei acceda al ballotage; si eso sucede, y dado que tanto los votantes del Frente de Locos cuanto los de Juntos para Qué votarán por él para impedir la victoria del enemigo natural, es probable que el economista antisistema logre sentar sus reales en el sillón de Rivadavia. A partir de entonces, todo es imaginable: que la clara falta de equipos que lo afecta sea suplida con los que siempre acuden en malón en auxilio del vencedor, que se vea obligado a negociar con un Congreso duro, que las medidas que adopte sean resistidas con violencia en la calle, etc., etc.. Una vez más, se justificará alquilar balcones.

 

No puedo evitar dedicar un párrafo a este mundo del revés donde un terrorista devenido Ministro de Defensa (Jorge Taiana), haya sancionado a un condecorado héroe de la guerra de Malvinas y de la recuperación del Regimiento de La Tablada (el señor General Rodrigo Soloaga), desplazándolo como jefe de los oficiales retirados del arma de Caballería, por haber cometido el imperdonable pecado de expresar su solidaridad con los militares que pagan con injusta cárcel la culpa de haber derrotado a las mismas criminales organizaciones armadas que integraba aquél canalla en la guerra civil que asoló nuestro país hasta 1990. Espero, con pocas ilusiones, que la vergüenza invada las almas de esta sociedad tan hipócrita y que, finalmente, los vientos que desatará el cambio de gobierno hagan girar las crueles veletas de los tribunales federales de todo el país, que siguen persiguiendo con saña a quienes tanto les debemos.

 

Bs.As., 6 May 23