viernes, 26 de julio de 2024

En vilo

                                                                  



                                                                       En vilo

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 951)

 

“Un pueblo no tiene sino un enemigo peligroso, su gobierno”, Antoine de Saint-Just

 

Con el debate entre Donald Trump y Joe Biden, comenzó una saga que terminó con la renuncia de éste a la carrera electoral; el mundo, por el enorme peso específico que tienen los Estados Unidos en la geopolítica global, por las actuales guerras de Ucrania y Medio Oriente y por la agresividad bélica de China, está pendiente de la convención demócrata que, en agosto, definirá quién correrá con los colores del partido. Luego, habrá que esperar hasta noviembre para saber quién ocupará el Salón Oval los próximos cuatro años. Realmente, el tema justifica comerse las uñas.

 

Pero hoy todos estamos observando, con enorme preocupación, el proceso que se iniciará mañana en Venezuela, una nación crucificada por el socialismo del siglo XXI y que -todas las encuestas lo aseveran, en términos de votos- será rescatada de un terrible pasado de 25 años, en los cuales el chavismo provocó una inimaginable catástrofe, transformando a uno de los países más ricos de la región en uno miserable, que ha expulsado a 8,8 millones de sus habitantes y proscripto, encarcelado, torturado y asesinado a los opositores. Aunque habrá que seguir atentos a lo que allí suceda hasta el 10 de enero de 2025, una eternidad, cuando está previsto el cambio de gobierno, ya que hasta entonces Nicolás Maduro, capaz de cualquier iniquidad, estará sentado en el Palacio de Miraflores.

 

Por primera vez, todos los partidos han decidido participar con un candidato único, Edmundo González Urrutia, y concurrir a las urnas en vez de abstenerse, un error repetido hasta el cansancio; a quien hubiera correspondido por su enorme mérito ocupar ese lugar, la muy corajuda María Corina Machado. ¿Se dará en Venezuela, de cambiar de manos el poder, algo similar a la breve presidencia de Héctor Cámpora aquí?

 

Maduro transformó a su país en uno de los tableros en los que se juega, como sucedió en los 60’s y 70’s, una guerra fría cada vez más caliente. Ha hecho que Rusia, China, Irán y hasta Turquía, Bielorrusia y Norcorea encuentren allí la puerta de acceso a América Latina, inquietando a todos los vecinos. Y su organización criminal “Tren de Aragua” intentó desestabilizar a los gobiernos que no se mostraron dispuestos a integrar las extintas Unasur, CELAC y ALBA, esos inventos de Hugo Chávez Frías para construir su soñada “Patria Grande”, ya en franco retroceso.

 

Los bolivarianos, herederos de la Cuba de antaño, están presentes en Bolivia, Nicaragua y Honduras, amén de haber sido bienvenidos, hasta hace poco tiempo, en Argentina, Colombia y Chile, aunque un reciente asesinato en el último haya invertido las tornas. Por su parte, Brasil que, en manos del PT de Luiz Inácio Lula da Silva venía mostrando simpatía hacia el chavismo, ahora marca sus diferencias ante la posibilidad de un conflicto civil y un nuevo drama migratorio provocado por Maduro, que va por su reelección y ha amenazado con un baño de sangre si pierde, cuando todas las previsiones dicen que la ventaja en favor de González Urrutia supera los 34 puntos.

 

Por supuesto, una solución evaluada ya por el arco opositor es fabricar para Maduro y algunos de sus cómplices un puente de plata que les garantice la impunidad por sus crímenes y sus inmensos latrocinios, aplicando una “justicia transicional” que permita un cambio en paz. Sin embargo, tampoco eso será fácil de concretar. Los ciudadanos que, empobrecidos al extremo (el salario mínimo equivale a US$ 3,5 mensuales), han visto asesinar a familiares, perdido sus patrimonios y soportado el exilio forzado de sus hijos y nietos durante tantos años, ¿aceptarán mansamente un perdón que permita un cambio pacífico, sin clamar por verdad y justicia?

 

El tirano y sus más inmediatos colaboradores están procesados ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, y no creo que los países que los han denunciado ante él por crímenes de lesa humanidad coincidan en desistir en su persecución penal, ni que los jueces lo consientan. ¿Se sentirán tranquilos los acusados circulando por un mundo que les resultará tan hostil o sólo tendrán la posibilidad de mudarse a los países que, como las grandes potencias que sostuvieron a su régimen, no respetan las decisiones de ese Tribunal ni las circulares rojas de Interpol?

 

Por otra parte, detrás de Maduro están los “fierros” de la Fuerza Armada Bolivariana (¿cómo reaccionarán frente a una derrota electoral?) y hay una poderosa e inmensa organización  criminal, el Cartel de los Soles, así llamada por las doradas charreteras de los generales que la integran, dueña de tráficos y contrabandos de todo tipo, desde personas y drogas hasta el petróleo de PdVSA y el oro, extraído ilegalmente en los departamentos que controla. Además, el dictador ha armado y empoderado a aterradoras bandas parapoliciales, que han probado estar dispuestas a matar y secuestrar a cuantos sean necesarios para mantenerlo en el poder. ¿Sería posible amnistiar a tantos jerarcas civiles y militares y a sus testaferros y, además, permitirles conservar las enormes fortunas que han escondido en paraísos fiscales alrededor del mundo?

 

Todas esas incógnitas comenzarán a develarse a partir de mañana a la noche, pero mucho me temo que nada será fácil ni, menos aún, agradable, y que a Venezuela le esperan más tragedias de las luctuosas manos de los herederos de Hugo Chávez Frías. 

 

Bs.As., 27 Jul 24

viernes, 19 de julio de 2024

Señor Presidente, ¡desista o explique!


 

Señor Presidente, ¡desista o explique!

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 950)

 

“Gobernar es explicar, no confrontar”. Luciano Román

 

El fuerte envión dado por el Gobierno a la postulación del enormemente cuestionado Juez Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia ha obtenido la rápida reacción del H° Aguantadero, que ha citado a una audiencia en su Comisión de Acuerdos para el 21 del mes próximo. Para que esa candidatura prospere cuando llegue al recinto, se requerirán dos tercios de los senadores presentes, por lo cual revestirá suma importancia verificar, a posteriori, quiénes concurrieron y cómo votaron, pero también quiénes se ausentaron para facilitar el trámite sin poner la cara. Es poco razonable pensar que Javier Milei no sepa que lo logrará, porque el rechazo implicaría un carísimo papelón en términos políticos.

 

Entonces, por la comprobada debilidad legislativa de La Libertad Avanza, le resultará indispensable para la aprobación del pliego de Lijo el acompañamiento de gran parte de los senadores de la oposición, muy especialmente de Unión por la Patria, el sector aún fuerte controlado por Cristina Fernández. Y esta innegable circunstancia genera en la sociedad, sobre todo entre sus miembros más informados, una profunda inquietud y muchas sospechas de colusión, aunque la ex Presidente ha dejado traslucir que conserva viejos y justificados rencores contra el públicamente tan denostado candidato.

 

Desde otro ángulo, la legislación vigente al respecto impone a quien propone un candidato a ocupar un sitial en el tribunal más importante de la República, cabeza de uno de sus tres poderes, lo haga en un marco de “… prudencial respeto al buen nombre y honor de los propuestos, la correcta valoración de sus aptitudes morales, su idoneidad técnica y jurídica, su trayectoria y su compromiso con la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos que lo hagan merecedor de tan importante función” (Decreto N° 222/2003). Milei no lo ha modificado y, desde ya, tampoco ha atenido al mismo su proceder en este caso.

 

Lijo tiene el record Guiness de oposiciones, no sólo de miles de ciudadanos de a pie, sino de las entidades más prestigiosas e influyentes de nuestro país, desde los colegios de abogados públicos y privados y de la federación que los nuclea hasta las más relevantes cámaras y asociaciones empresariales, a punto tal que hasta el Wall Street Journal, el diario económico-financiero más importante del planeta se ha hecho eco de ellas. El Presidente ha decidido hacer oídos sordos frente a ellas y avanza, como si fuera un buey enloquecido y no el león con el que se identifica, y está cerca de producir un fenomenal desquicio institucional.

 

Este Juez, cuyos antecedentes prueban que carece de formación constitucional, precisamente el área de actuación de la Corte, amén de haber recibido innumerables denuncias ante el Consejo de la Magistratura (frenadas todas allí por el Senador Héctor Recalde, representante del H° Aguantadero por la banda kirchnerista), entre ellas varias por demorar hasta la prescripción las causas que llegaron a su conocimiento para proteger a interesados y generosos amigos, sumó un “detalle” trascendental: en su Juzgado se encuentra la investigación sobre la “privatización” de YPF, envuelta en negras nubes de corrupción.

 

Si Lijo hubiera avanzado, la Argentina hubiera podido probar ante los tribunales de Nueva York que los reclamos de Burford Capital y Eaton Park Capitals por la “re-estatización” de la petrolera (derivados de la “impericia” cómplice de Axel Kiciloff, por entonces Ministro de Economía de Cristina Fernández) contra la Argentina, defendida por el Procurador General de Alberto Fernández, Carlos Chino Zaninni, otro miembro de la asociación ilícita que, desde la época del finado Néstor Kirchner, saqueó tan eficientemente el país, son el “fruto de un árbol podrido” (la corrupción) y, por ende, incapaces de generar beneficios a sus tenedores. O sea, la interesada y reprochable conducta del candidato a Ministro de la Corte que eligió Milei le costó al país la friolera de US$ 16.100 millones, varias veces más de lo que vale la compañía hoy en la bolsa. El Presidente parece ignorar este penoso y tan gravoso antecedente, porque sigue sosteniendo su postulación contra viento y marea.

 

Quien esto escribe es un ya muy viejo abogado que, como tal, había perdido hace mucho la capacidad de asombro por los hechos (o la falta de ellos) del Poder Judicial; pero agradezco enormemente al Presidente que me haya permitido recuperarla, pues es un síntoma de juventud intelectual. Sin embargo, el alto cargo que ejerce lo obliga a gobernar para todos los ciudadanos, no sólo para sus fanáticos más aguerridos y, por ello, debería retirar ya mismo el pliego de Lijo o, de lo contrario, explicar muy claramente a qué se debe su extraño interés en elevar a tan alto sitial a un individuo tan cuestionado; si no optara por uno de esos caminos, su Presidencia y la nación entera sufrirán un daño de enormes consecuencias, que se reflejará en las inversiones que tanta falta nos hacen para salir de esta dolorosa recesión y lanzarnos al futuro que nos promete.

 

Un último párrafo para agradecer a los seis diputados de La Libertad Avanza que esta semana tuvieron el coraje de visitar, en la cárcel de Ezeiza, a los presos políticos de esta hipócrita sociedad cuyas administraciones, a lo largo de los últimos veinte años, nada han hecho para impedir la venganza de los terroristas y que sigue permitiendo que se cometan en su contra tantas iniquidades, a pesar de la provecta edad de la mayoría de ellos. Las críticas que recibieron del siniestro coro de los cobardes genuflexos, de los organismos de derechos humanos tuertos y de la prensa zurda no son más que honrosas cucardas en sus pechos.

 

 Colonia del Sacramento, 20 Jul 24


Publicado en:

https://totalnewsagency.com/2024/07/19/senor-presidente-desista-o-explique/

https://prisioneroenargentina.com/senor-presidente-desista-o-explique/

https://www.informadorpublico.com/opinion/senor-presidente-desista-o-explique

https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/131904-senor-presidente-desista-o-explique-por-enrique-avogadro

https://prisioneroenargentina.com/post-data-de-senor-presidente-desista-o-explique/

https://www.elojodigital.com/contenido/19582-se-or-presidente-desista-o-explique

https://www.diarioenfoques.net/index/edition/e/2367/s/19

viernes, 12 de julio de 2024

Venganza Perpetua

 



Venganza Perpetua

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 949)

 

"Es necesario sellar definitivamente el reencuentro de los argentinos; eliminar los

 motivos de encono, los pretextos de revancha y los últimos vestigios de persecución.

 Debemos extirpar de raíz el odio. El pasado queda a nuestras espaldas".

       Arturo Frondizi

 

Presencié, con muchos miles de mis compatriotas, el desfile militar con el cual Argentina conmemoró el aniversario de su independencia. Y como tantos otros, me conmoví hasta las lágrimas con el paso de los veteranos de la guerra de Malvinas, héroes ignorados desde la dura derrota sufrida por nuestras tropas en el Atlántico sur, después de haber combatido, con escasos medios pero con enorme valor, en ese desigual conflicto. No es posible olvidar que, al ser repatriados, el propio Gobierno los hizo desembarcar de noche, en ómnibus con los vidrios cegados, y esta hipócrita sociedad, siempre tan triunfalista, lo consintió con su silencio cómplice.

 

Fue un acierto de Javier Milei este gran festejo, inexistente durante 20 años (con excepción de los cuatro de Mauricio Macri), ya que permitió comprobar no sólo la intencionada desinversión en el área de defensa sino, también, que la ciudadanía tiene una posición, frente a las fuerzas armadas, completamente opuesta al discurso kirchnerista, exacerbado desde la firma del pacto entre el finado Néstor y el canalla Horacio Verbitsky, uno de los máximos responsables del atentado contra el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, que costó 23 muertos y 110 heridos, del cual se cumplieron 48 años el 2 del corriente mes.

 

Ese siniestro acuerdo permitió a Kirchner y a su viuda robar impunemente una cantidad monstruosa de dinero sin recibir crítica alguna desde la izquierda y, a su facción terrorista, vengarse de quienes la habían derrotado cuando pretendía instaurar aquí un régimen similar al que aún mantiene cautivas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que prometía fusilar a un millón de argentinos, como reconoció Roberto Santucho, fundador del ERP. A cambio de esa impunidad, se llegó al extremo de permitir a los organismos de derechos humanos (tuertos), como el CELS, hasta acceder a los legajos personales de todos los miembros de las fuerzas e intervenir en los ascensos a las jerarquías mayores de las fuerzas armadas y de seguridad.

 

Lamentablemente, muchos de esos veteranos no pudieron participar porque, sea en la cárcel, sea en sus domicilios, continúan siendo objeto de una inicua persecución, a manos de fiscales militantes y asesinos togados, que validan declaraciones de falsos testigos que buscan con ello ser indemnizados por un Estado cómplice, por haber cometido el supremo pecado de haber impedido que triunfaran los terroristas. Los números son por demás elocuentes: 2730 siguen en prisión, la enorme mayoría sin sentencia firme, por hechos sucedidos hace más de 40 años, y más de 850 han muerto ya en cautiverio; esta última cifra continuará creciendo rápidamente por su avanzada edad (79 años, en promedio, cuando el de los presos comunes sólo alcanza a 35) y las dolencias que se derivan de la misma, en lugares no aptos para el tratamiento médico de personas mayores.

 

Todos los procesos incoados contra ellos serían nulos en cualquier país occidental, puesto que los jueces han derrumbado todos los principios sobre los cuales se sustenta el derecho penal en el mundo civilizado. Sólo para ellos (no para quienes cometieron tantos crímenes que continúan impunes), con la imprescindible complicidad del Congreso y de la Corte Suprema, presidida en la época por Ricardo Lorenzetti, se dejaron de lado el principio de inocencia, de juez natural, de debido proceso, de legítima defensa y de prescripción. Para llevar adelante las parodias de juicios, se derogaron el Código de Justicia Militar y las leyes de “obediencia debida” y “punto final” sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y se “interpretó” la ley del “2x1” para que nos les fuera aplicable. Mi colega, el Dr. Enrique Munilla, ha publicado en la sección Cartas de Lectores del diario La Nación, los detalles de varias de las inicuas sentencias, casi todas ellas a prisión perpetua, dictadas por magistrados indignos de ocupar sus cargos, tal como sucede con Ariel Lijo, al cual Milei insiste en nombrar en la Corte Suprema y el kirchnerismo defiende, a capa y espada, en el Consejo de la Magistratura.

 

Federico Morgenstern en su imprescindible libro “Contra la corriente”, un fantástico análisis de la actuación de Jaime Malamud Goti, citó al maestro: “La vergüenza mayor que tenemos hoy como sociedad es la de no querer respetar el Estado de derecho al denegar garantías constitucionales y penales básicas, como el principio de la ley más benigna y la irretroactividad de la ley penal más gravosa” y “Hay militares detenidos bajo prisión preventiva hace más de diez años, … algunos de ellos reciben un trato inmerecido aún por el más aborrecible criminal”. La ilegal duración de las prisiones preventivas (hoy exceden los 16 años en algunos casos), las ha transformado en verdaderas condenas a muerte encubiertas.

 

Pero tanta ignominia podría tener un rápido fin si Milei replicara lo que hizo Uruguay, gobernado entonces por el Frente Amplio, o sea, convocar a un referendum al respecto. En tres oportunidades (1989, 2009 y 2011, la última cuando José “Pepe” Mujica, un ex-guerrillero Tupamaro, era Presidente), la sociedad oriental decidió, por enorme mayoría, cesar en la persecución a los militares que tomaron el poder durante los 70’s, acusados por hechos similares a los que aquí nos ocupan.

 

Posteriormente, y guardando las formas constitucionales, una forma de concretar una política así sería recomendar a la Procuración General de la Nación que analice, a través de sus órganos competentes, qué hicieron los fiscales que de ella dependen en cada uno de los juicios mal llamado de “lesa humanidad” y hasta efectuar, utilizando a los representantes del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, denuncias contra los jueces venales, que han permitido y colaborado para convertir a sus juzgados en reales circos romanos, con los imputados tirados a los leones vengativos, sin respeto alguno por la verdad ni, menos aún, por la Justicia.

 

Bs.As., 13 Jul 24


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https://totalnewsagency.com/2024/07/12/venganza-perpetua/

https://prisioneroenargentina.com/venganza-perpetua/

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https://www.informadorpublico.com/opinion/venganza-perpetua

https://periodicotribuna.com.ar/36827-venganza-perpetua.html

https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/131806-venganza-perpetua-por-enrique-avogadro

https://prisioneroenargentina.com/post-data-de-venganza-perpetua/

https://radiomiami.us/enrique-guillermo-avogadro-venganza-perpetua-2/

http://www.diarioenfoques.net/index/edition/e/2366/s/19

viernes, 5 de julio de 2024

Carísimo Dislate


Carísimo Dislate

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 948)

 

“Hay que elegir muy bien a nuestros enemigos, porque uno termina pareciéndose a ellos”.

 Jorge Luis Borges

 

Era evidente que el triunfo de Javier Milei en el ballotage del 19 de noviembre pasado produciría una implosión en todos los partidos políticos relevantes de nuestro país, o sea, el peronismo, el radicalismo y el PRO, porque los demás, sobre todos los bulliciosos y agresivos de izquierda, no cuentan. Pero nadie podía prever la magnitud que tendría. El kirchnerismo, la última franquicia del famoso movimiento, hoy se está matando entre las apetencias de dos horrores, el carísimo e incapaz Axel Kiciloff y el inútil hijísimo Máximo, una competencia que, al menos por ahora, la dueña del espacio no dirime, y que podría llevarla a optar por presidir la marca en la Provincia de Buenos Aires.

 

El más que centenario partido de Leandro Alem, Hipólito Irigoyen y Aristóbulo del Valle, en una curiosa voltereta que lo llevó a desechar el histórico cursus honorum que debían recorrer sus líderes y candidatos, eligió para encabezarlo a un sobrevenido Martín Lousteau, adepto a las alianzas contra natura, que lo han obligado a votar solitariamente en contra de toda su bancada en el H° Aguantadero, una prueba más del escaso acompañamiento a su gestión de las provincias que gobierna la UCR. Y en el fragmentado sector amarillo, Mauricio Macri no termina de digerir la masiva fuga, en el ballotage, de sus votantes hacia La Libertad Avanza, una actitud claramente racional y esperable para evitar el mal enormemente mayor que hubiera significado la victoria de Sergio Aceitoso Massa y la continuidad de sus ruinosos políticas económicas, amén de la desaforada corrupción del régimen que representaba.

 

Patricia Bullrich, que derrotó en las PASO a Horacio Rodríguez Larreta, un muy eficiente gestor que adolece de falta de carisma, llevó los colores del PRO al primer turno electoral pero, al resultar tercera en esa carrera, no dudó en escuchar la voz de sus seguidores y se incorporó, sin reclamar contraprestación alguna, al gabinete nacional en el más que difícil sillón de Ministro de Seguridad. Las encuestas muestran lo acertado de esa decisión, puesto que la ubican, junto con el propio Presidente y la Vicepresidente, Victoria Villarruel, entre las figuras públicas mejor calificadas por la ciudadanía, las únicas que superan el 50% de aprobación.

 

Todo eso hace que la gestión del Presidente, aunque errática en algunas áreas, en especial en el hiperbólico Ministerio de Capital Humano (creo necesario insistir en mi sugerencia de incorporar en cada ministerio un consejo asesor formado por gente con experiencia en cada tema, siempre ad honorem), no encuentre demasiada oposición, pese a la magnitud del ajuste que está llevando a cabo. La propia CGT, también fisurada entre los “gordos” y los camioneros de Pablo Moyano, se ha guardado a silencio y dejado en soledad a la combativa ATE, que patalea diariamente contra el cierre de organismos innecesarios y costosísimos, siempre aptos para el robo, y la consecuente “desvinculación” de miles de “ñoquis” incorporados a mansalva por los Fernández² a una ya gigantesca masa de empleados públicos.

 

Por lo demás, con sólo revisar la historia y, en especial, cómo surgieron a la escena Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner y Javier Milei, se puede constatar la forma de acumular poder que caracterizó el comienzo de sus gestiones. Perón, que lo logró ya durante el proceso militar de 1943, derrotó a todos los partidos unificados y llegó aupado por las masas. Kirchner, que sólo contaba con el 22% de los votos de la primera vuelta, tenía a su favor el respaldo de todo el pragmático peronismo, al que supo encolumnar rápidamente detrás suyo. Milei, en cambio, pese al 56% logrado en el ballotage, carecía de partido propio, de gobernadores e intendentes adictos y hasta de legisladores fieles, todo lo cual lo obliga a actuar como depredador ante todas las formaciones adversarias.

 

El flanco más justificadamente débil de esta Presidencia es, sin dudas, el renvovado impulso que está dando a la candidatura del Juez Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema. A medida que transcurren los días desde que fuera anunciada, más voces, todas seriamente relevantes, se alzan en público contra este monumental e inexplicado disparate institucional que, con certeza, tendrá una enorme repercusión negativa sobre la imagen de seguridad jurídica que el país necesita imperiosamente ofrecer a los inversores, sean éstos locales o internacionales, a punto tal que hasta el propio Wall Street Journal, el periódico financiero más leído en el mundo, hizo suyas tales fundamentadas críticas. Si el individuo en cuestión tuviera un mínimo de dignidad, ya hubiera renunciado no sólo a esa absurda candidatura sino como juez de la Nación, un cargo que requiere de quien lo ejerce y que, como tal, dispone sobre la honra, la libertad y el patrimonio de los ciudadanos, de excelsos saberes y condiciones morales.

 

Es una verdadera pena, porque esa presión para designar a un tan cuestionado personaje, sumada al írrito fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que benefició a Angelo Calcaterra, se dan cuando la tan denostada Justicia estaba recuperando cierta credibilidad ante una sociedad que contemplaba, pasmada, sus desmanejos anteriores. Los recientes fallos que desecharon las nulidades en la “causa Cuadernos”, que confirmaron el procesamiento por delitos sexuales de Fernando Espinosa (Intendente vitalicio de La Matanza, vergonzosamente reelegido esta semana como Presidente de la Federación Argentina de Municipios), que condenaron por hechos similares del ex-zar de Tucumán (José Alperovich), o el pedido fiscal de condena para Guillermo Moreno (ex Secretario de Comercio de Néstor Kirchner) por falsear las estadísticas del INDEC, fueron en ese sentido, pero el affaire Lijo sepultará tales esfuerzos.

 

Bs.As., 6 Jul 24