viernes, 11 de abril de 2025

Carta Abierta a Nosotros


                                           Carta Abierta a Nosotros

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 989)

 

“Se le pidió al pueblo que votara en masa por un régimen de sacrificio, y

 respondió como hace siempre que se recurre a su espíritu heroico”.

 Winston Churchill

 

El mundo entero vive desde hace días en medio de tifones y   huracanes en razón de la insana guerra comercial que detonó Donald Trump con su batería de tarifas arancelarias, impuestas para –al menos, en teoría– compensar los deficitarios desequilibrios comerciales que EEUU tenía con cada país. Lo más curioso es que quienes peor han reaccionado son los mercados, esos dioses omnisapientes que tantos líderes adoran; todos los días, las pérdidas bursátiles suman cifras enloquecedoras y no parecen tener fondo y sólo las bolsas norteamericanas perdieron valor por el equivalente a más de diez veces el PBI argentino.

 

Ni siquiera las más que sospechosas idas y vueltas de Trump consiguen llevar calma por más de media hora, para precipitarse luego nuevamente al vacío. Tal como muchos preveíamos, todo está redundando en lógicas resistencias de la clase media, que votó por el magnate hace tan poco y es la principal perjudicada. Es que la declarada intención del Presidente de conseguir que las empresas norteamericanas relocalicen sus plantas fabriles en territorio nacional no parece fácil: los salarios son mucho más elevados en EEUU respecto al sudeste asiático, la mudanza requeriría de mucho tiempo y grandes inversiones, y la necesidad de mano de obra se da de bruces contra la política migratoria de Trump, que expulsa a los potenciales trabajadores de esas fábricas.

 

Las actitudes del Presidente han lleno de dudas y desconfianza no sólo a sus propios ciudadanos, pues los norteamericanos tienden a ahorrar invirtiendo en acciones, ya los propios empresarios que han perdido verdaderas fortunas en las bolsas, sino, especialmente, al resto de los países, sean estos aliados, socios comerciales, amigos o enemigos. Y la confianza, como todos sabemos, se puede perder en segundos pero tardará años en recuperarse. Después de lo que ha hecho Trump estos días, ¿alguien podrá creerle en el futuro, y comprometer su patrimonio para ello? ¿Qué confiables resultarán sus promesas y sus alianzas de aquí en más?

 

La Argentina, como ha sucedido en los últimos ochenta años, debe enfrentar esa crisis monumental desde una clara debilidad económica – tal como mostró ayer el índice de precios al consumidor, con 3,7% mensual - y, por ello, dispone de escasos recursos propios para enfrentar estas fortísimas turbulencias externas. Es como un buque que transporta a cuarenta y siete millones de pasajeros pero que, ya antes de que estallara la tormenta, había perdido la arboladura y tenía varios rumbos peligrosos en su casco, a través de los cuales el mar inundaba su sentina.

 

En este momento tan complicado, todos los argentinos debemos priorizar la supervivencia y unir nuestros esfuerzos para que nuestro barco no se hunda definitivamente. Estamos obligados a dejar de lado los intereses mezquinos y personales para no ahogarnos, pero muchos parecen no entender la gravedad del momento y, utilizando consignas falsas, hacen lo posible para mandarnos a pique.

 

Es verdad que el Gobierno aún no ha conseguido que sus innegables éxitos macroeconómicos – me refiero a los superávits financieros y comerciales – se traduzcan en una mejora en la situación personal de los ciudadanos. Pero los dirigentes sindicales, que exhiben insólitas fortunas y cada vez representan a menos trabajadores, y los pseudo empresarios nacionales, que sólo pueden sobrevivir cazando en el zoológico y exigen protección para producir bienes peores y más caros, se alían desvergonzadamente para mantener sus privilegios y para evitar que un nuevo país emerja de estas ruinas en que, con tanta eficacia, lo han convertido desde hace años.

 

Incluyo entre los saboteadores a los políticos de todos los colores, con sus “patéticas miserabilidades” , como diría Hipólito Yrigoyen, que denodadamente impiden la construcción de algún futuro que, eventualmente, los aleje del poder y, sobre todo, de sus apetecidas cajas. Lo hacen quienes, provenientes de otros sectores, hoy militan en La Libertad Avanza y se niegan a cualquier alianza con quienes piensan parecido; también lo hacen los caudillos del PRO, que parecen sobrevalorar su caudal de votos cuando dicen querer negociar acuerdos políticos; y los variopintos correligionarios de la UCR, algunos de los cuales tanto han aportado a la decadencia del país, sea en el H° Aguantadero, sea en la gobernación de Santiago del Estero. Y qué decir de los compañeros pero-kirchneristas, que tanto confirman aquella graciosa afirmación de Antonio Cafiero, ( “somos como los gatos que, cuando parecen pelearse, en realidad se están reproduciendo” ); los hemos visto escenificar fuertes disputas y, cuando llegó cada momento electoral, unirse como ratones en pos del queso.

 

Esas “miserabilidades” podrían permitir el regreso de lo peor que ha parido nuestra política, tanto en CABA cuanto, muchísimo peor, en la Provincia de Buenos Aires, esa madriguera construida con esmero, importando pobres de los países vecinos a los cuales se les proveyó de documentos argentinos para que, esclavizados con subsidios populistas y planes sociales, los sigan votando desde sus casas de lata.

 

Si Churchill pudo contar con el pueblo británico para respaldar el esfuerzo de sostener la guerra contra Hitler, ¿por qué deberíamos confesarnos más débiles y dejar inerme a nuestra patria?. Agradezcamos al FMI por su fuerte ayuda, pero roguemos a Dios por esa fuerza individual.

 

Bs.As., 12 Abr 25

viernes, 4 de abril de 2025

“Todos ponen”



“Todos ponen”

Por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 988)

 

“Quizás la única lección que nos enseña la historia es que los seres

 humanos no aprendemos nada de las lecciones de la historia”.

 Aldous Huxley

 

Finalmente, Donald Trump concretó sus amenazas públicas y declaró la guerra al mundo al aplicar, invocando la reciprocidad, fuertes aranceles aduaneros a los productos de todos los países, más pesados ​​en el caso de sus mayores socios comerciales y excluyendo, llamativamente, a Rusia, Irán y Corea del Norte. Se dio un tiro en el pie. Esa actitud proteccionista, que busca que cada país negocie en directo con EEUU para aislar a China, golpea la globalización, que tanto progreso trajo a la humanidad; significa que las piezas de todos los artefactos que usamos - automóviles, celulares, computadoras, etc. - se fabrican en los países más competitivos en cada rubro. A quien no lo haya hecho, sugiero leer un artículo de Thomas Friedman, en La Nación, que describe la realidad actual del desarrollo científico en ambos países: ( https://edicionimpresa.lanacion.com.ar/la-nacion/20250403/page/6/textview ) .

 

La intención de Trump es forzar a las industrias a mudar sus plantas a territorio norteamericano pero, hasta que eso eventualmente suceda, traerá aparejado el alza de los precios internos con el lógico deterioro en el nivel de vida de sus ciudadanos, y no explica, aún si tuviera éxito, cómo  harán esas fábricas para entrar en régimen rápidamente. El mundo comenzó a reaccionar, y ya ha generado hechos hasta ahora imposibles, como las conversaciones que encararán Japón y Corea del Sur - países aliados de EEUU y vitales en la defensa del Pacífico Sur - con China para planificar acciones comunes en respuesta a la decisión de Washington.

 

Por lo demás, la Unión Europea analiza aplicar represalias arancelarias a los productos de EEUU, y eso probablemente llevará a una estanflación global, tal vez repitiendo crisis de enorme magnitud como fueron, por ejemplo, el crack bursátil de 1929, el estallido de las hipotecas subprime en 2008 o la reciente pandemia. Las órdenes ejecutivas del Presidente han producido ya serios daños a la imagen del país en el exterior y derrumbes en las bolsas norteamericanas equivalentes a US$ 2,5 mil quinientos millones de dólares, y eso afectará la popularidad del Presidente, ya que todos sus conciudadanos invierten masivamente en valores bursátiles.

 

 Per o , además, Trump ha olvidado aristas de gran importancia tanto para los propios EEUU en cuanto para la economía global: el dólar es “la” moneda que el mundo usa como reserva de valor, pues confía en la solidez de la economía norteamericana, y con él se realizan todas las transacciones internacionales. En tanto reserva, traducida en billetes atesorados por individuos y empresas en el exterior, le permite a EEUU “exportar” su inflación interna y, así, disimular su  déficit sideral  comercial y, sobre todo, la enorme magnitud de su deuda pública, y los BRICS se proponen dejar de utilizarlo en el comercio entre los países miembros. Si uno de esos factores dejara de existir, esa cotización caería como un piano y es difícil imaginar el tamaño del cataclismo que se produciría.   

 

En la agitada Argentina, los grandes titulares se los llevó la sesión del Senado del jueves, en la que fueron rechazados los pliegos de los candidatos del Ejecutivo a la Corte Suprema. Javier Milei se comió un sonoro sopapo, y la responsabilidad del inmenso conflicto institucional generado – agravado por haberse integrado ya, juramento mediante, Manuel García Mansilla al alto Tribunal y firmadas sentencias que serán cuestionadas - sólo cabe al oxidado “triángulo de hierro”, que integra con “El Jefe” (Karina Milei) y Santiago Castín Caputo, el raro “asesor no oficial” todoterreno, que cada vez adquiere más poder dentro del aparato del Estado.

 

Seguramente, éste fue el autor del disparatado comunicado con el cual la Oficina del Presidente respondió al fracaso legislativo; en él, el Gobierno pretendió utilizar el rechazo para demostrar que no existe pacto alguno con la “casta”, pero no consiguió explicar por qué ha insistido tanto en su deseo de encumbrar a alguien con las mayúsculas máculas morales y profesionales que porta el Juez Federal Ariel Lijo, como no sea un fallido pacto espurio con la condenada Cristina Fernández y los suyos.

 

La verdad es que el DNU al que recurriera Milei para imponer su voluntad ante un Senado remiso a considerar los pliegos fue dictado con una endeble interpretación de la Constitución y, por ello, carecía tanto de legalidad cuanto de legitimidad. La Argentina necesita, con desesperación, de inversiones genuinas directas, capaces de generar empleo de calidad, para que los innegables éxitos macroeconómicos de la actual gestión trasciendan y se derramen sobre el día a día de sus habitantes; un requisito esencial para que lleguen es la seguridad jurídica y la posibilidad de tener una Corte a tiro de decreto conspiraba contra esa condición.

 

La celebración del 2 de abril de 1982, cuando nuestro país recuperó transitoriamente las Islas Malvinas obliga a resaltar, una vez más, la monstruosa y repugnante hipocresía de nuestra sociedad que, mientras se emociona y lagrimea recordando a los héroes de esa gesta, los que quedaron allí o en el fondo del mar y los que regresaron, mantiene en las cárceles a muchos de éstos, ya ancianos y enfermos, varios además condecorados por su excepcional valor en combate durante la guerra. austral, y ha tolerado en silencio que a algunos de ellos, recurriendo a claras mentiras, esta administración diera de baja, privándolos de sueldos y asistencia médica.

 

Bs.As., 5 Abr 25


Publicado en:

https://totalnewsagency.com/2025/04/04/todos-ponen/

https://prisioneroenargentina.com/todos-ponen/

https://diariocastellanos.com.ar/opinion/2025/04/04/todos-ponen.htm

https://www.informadorpublico.com/todos-ponen-2/

https://elcanillita.info/press/2025/04/05/quien-no-aprende-de-los-errores-del-pasado-esta-condenado-a-repetirlos/

https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/135876-todos-ponen-por-enrique-avogadro

https://prisioneroenargentina.com/post-data-de-todos-ponen/

http://www.diarioenfoques.net/index/edition/e/2402/s/19