por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 1004)
“He visto el futuro, y funciona”.
Lincoln Steffens
Cuanto la política exhibió, con notable impudicia y
hasta oportunísimos cortes de luz, en la presentación de las listas para las
elecciones legislativas bonaerenses de septiembre mostró qué duro será el
camino que la Argentina deberá recorrer para recuperar, aunque sea parcialmente,
un nivel de bienestar que permita acabar con la pobreza, la indigencia y la educación
y la salud públicas hechas pedazos. Recomiendo efusivamente leer “Somos
Nosotros”, de Willy Kohan, porque nos recuerda, muy brevemente por cierto, todo
lo que hemos hecho para caer tan bajo.
En una provincia arrasada por la salvaje inseguridad y
la miseria, sólo mostraron el rastrero y desvergonzado afán por lograr, con
engañifas y garrochazos, acceder a cargos públicos que permitan a sus caciques,
viejos y nuevos, robar sin tasa ni medida, asociándose con lo peor del hampa y
con los saqueadores habituales del Estado. Con la única y muy honrosa excepción
del frente Potencia, encabezado por María Eugenia Talerico, que tanto luchó contra
la corrupción desde la UIF, ningún partido pudo siquiera simular alguna empatía
o sensibilidad con la ciudadanía y sus problemas cotidianos.
Aparentemente, al menos Javier Milei parece haberse
puesto las botas y ordenado a los restantes integrantes del “círculo de hierro”
deponer las armas y dejar de exhibir sus diferencias en público. La soterrada
batalla que mantenían “el Jefe” Karina Milei y el super-asesor sin cargo Santiago
Caputo podría así haber llegado a su fin, ya que asignó a ambos tareas
específicas: a su hermana, el armado territorial de La Libertad Avanza y, al “mago
del Kremlin” – apodo que le debe a Carlos Pagni -, la conducción de la campaña
electoral.
Mientras tanto, y pese a los excelentes resultados
macro – los famosos “fundamentals” -,
el “riesgo-país” sigue altísimo, precisamente por el ruido infame que genera la
política argentina; ese índice, que mide la opinión de las calificadoras acerca
de la credibilidad que tienen los títulos de deuda de cualquier país, resulta
fundamental a la hora de acceder a los mercados internacionales de crédito. Y
los mercados locales presionan al termómetro principal de la economía (la
cotización del dólar) y obligan al Banco Central a intervenir para conservar el
máximo logro del Ejecutivo: la sensible baja de la inflación. Tendremos que acostumbrarnos
a este tembladeral, como mínimo, hasta las elecciones de octubre y, salvo que en
éstas La Libertad Avanza se imponga por márgenes enormes e inesperados, muy
probablemente hasta 2027.
Tampoco el mundo se ha tranquilizado. En Ucrania, y
contra las esperanzas de Donald Trump, Vladimir Putin sigue adelante con su
campaña de verano y destruyendo cada vez más ciudades y, con ellas, vidas de
civiles. No han logrado detener al tirano ruso las amenazas europeas de nuevas
sanciones económicas, la liberación estadounidense al suministro de armas ni
los ataques que Volodimir Zelensky ha logrado concretar en las profundidades de
la geografía rusa.
Y qué decir de Benjamin Netanyahu, a quien una
multitud de países ha condenado por la bestialidad humanitaria que está concretando
en Gaza. Notoriamente, se ha excedido en su razonable venganza por los actos terroristas
de Hamás el 7 de octubre de 2023, que costó miles de muertos y centenares de
rehenes, muchos de los cuales han fallecido en territorio palestino por las
torturas que les fueron infligidas en cautiverio. Pero la magnitud de la
hambruna que está provocando el ejército de Israel en la población civil –
justificada por sus mandos precisamente por la búsqueda de esos rehenes – ha hecho
que la opinión mundial, que se había solidarizado inicialmente con el país
agredido y la precisión quirúrgica con que ejecutó su retaliación, hoy haya girado
por completo, conllevando un aislamiento creciente del régimen de Netanyahu.
Tampoco el sudeste de Asia, que estuvo a punto de
estallar con los recientes incidentes entre India y Pakistán por Cachemira
hasta que la intervención de China puso paños fríos, duerme tranquilo. Thailandia
agravó la situación de los habituales roces fronterizos con Camboya con ataques
aéreos y misilísticos; aunque ninguna de esas naciones dispone de armamento
nuclear, no por ello deja de preocupar a todos sus vecinos.
La izquierda regional, que había caído en desgracia con
la muerte de la UNASUR, inspirada por Hugo Chávez, está intentando reconstruirse
con la colaboración del impresentable Presidente del Gobierno español, Pedro
Sánchez, que ha conseguido reunir esta semana a Luiz Inácio Lula da Silva
(Brasil), Gabriel Boric (Chile), Yamandú Orsi (Uruguay) y el inefable Gustavo
Petro (Colombia); sólo faltaron, porque no se atreven ya a salir de sus países,
Nicolás Maduro (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua) y Miguel Díaz-Canel
(Cuba).
En la medida en que a todos los une hoy su rechazo a Trump
y sus políticas, con la “foto de familia” que graficó el encuentro se sumaron a
la negativa española a acompañar, con el 5% de su presupuesto para gastos en
defensa, al esfuerzo de la Comunidad Europea para sostener a la OTAN y dotarla
de fuertes condiciones disuasivas frente a eventuales tentativas de avance de
Rusia hacia el oeste. Tampoco resultan irrelevantes, en igual sentido, los
persistentes esfuerzos de los BRICS para reemplazar a al dólar como moneda de
cambio en las transacciones comerciales internacionales, además de reserva de
valor.
Bs.As., 26 Jul 25
Publicado en:
https://www.informadorpublico.com/chiqueros-chapuzas-y-cambalaches/
https://diariocastellanos.com.ar/opinion/2025/07/25/chiqueros-chapuzas-y-cambalaches.htm
https://prisioneroenargentina.com/chiqueros-chapuzas-y-cambalaches/
https://totalnewsagency.com/2025/07/26/chiqueros-chapuzas-y-cambalaches/
https://elcanillita.info/press/2025/07/26/chiqueros-chapuzas-y-cambalaches/
https://fundacionatlas.org/index.php?m=art&s=8658