lunes, 29 de junio de 2009

¡A los botes!

¡A los botes!

Hace unos días, concretamente el 21, envié a Néstor Kirchner una “carta abierta”, que fue publicada en innumerables medios electrónicos y que aún puede verse en mi blog.

En ella, le describía los dos caminos –la confrontación o el diálogo- que se abrirían ante él después de las elecciones de ayer, cuando le aseguraba que su “modelo” sería mayoritariamente rechazado por la sociedad argentina.

Ignoro si mi carta le llegó, básicamente porque no la ha respondido. Pero sí sé que mi esfuerzo cayó en saco roto.

La breve aparición de esta madrugada ante las cámaras en el bunker del Intercontinental Hotel, en la que un verdadero “mariscal de la derrota” dopado intentó minimizar la derrota sufrida por su “ejército” bonaerense aludiendo a las elecciones legislativas como de mero trámite.

Olvidó así sus dichos más recientes, cuando las calificó como el episodio de mayor gravedad de su período, iniciado en 2003, ya que los “oligarcas destituyentes” ponían en juego la gobernabilidad del pseudo gobierno de su mujer. Olvidó, también, que había avisado que, si perdían, llegaba el caos.

Esta misma mañana, apareció en otra onírica conferencia de prensa –un solo periodista, y de la agencia oficial- un Kirchner, otra vez dopado, rodeado esta vez por Scioli y Balestrini, Amén de repetir las sandeces tendientes a quitarse las culpas de encima, dio dos muestras concretas de cuál había sido el camino elegido.

Al anunciar su renuncia a la Presidencia del PJ -¿por qué lo habrá hecho frente a todo el público, en lugar de hacerlo frente a los órganos partidarios?- designó, a dedo, a Scioli para sucederlo.

No paró allí el desconocimiento del mensaje de las urnas.

Lo más grave fue que Kirchner dijo que le había ordenado a don Daniel que no renunciara a su cargo de Gobernador y, consecuentemente, resignara su ganada banca de diputado. Lo peor fue que el propio Scioli lo aceptó como natural.

¿Cómo no se ha dado cuenta que su dedo ya no sirve ni para apretar botones? La mejor prueba de ello es la resistencia que ese nombramiento de don Néstor ya generó en los gobernadores justicialistas, tipo Gioja o Das Neves, que han salido a pedir una democrática normalización del partido.

Pero lo que realmente se ha transformado en el mayor signo de la inutilidad del esfuerzo que acometí con mi “carta abierta” fue la conferencia de prensa que, graciosamente, otorgó doña Cristina a los medios.

No estoy hablando de la limitación en las preguntas que los periodistas podían formular y la prohibición de repreguntar, todo lo cual desnaturaliza la esencia misma del mecanismo comunicacional, sino en la cerrada negativa a admitir la realidad.

Para ser exactos: primero jugó con los números, transformando 24 distritos diferentes, cada uno con un juego individual de realidades, en un único distrito electoral, y así dejó en claro que, a su insano juicio y mediante el procedimiento de mezclar peras, manzanas, pepinos y huevos, el Frente para la Victoria había ganado esas elecciones nacionales. ¡Notable! No registró, obviamente, que su marido había llevado al peronismo a la peor derrota de su historia, un agravio que el PJ no le perdonará jamás.

El disparate y la alarma total llegaron cuando negó que resultara necesario cambiar un ápice su gabinete, con la obvia excepción de Ocaña, ni alterar la decisión de falsificar las estadísticas, que le permite falsificar los datos de la realidad para adecuarlos a lo que ella cree o, al menos, a lo que ella pretende que creamos, ocultando bajo esa frazada a una multitud de pobres y de indigentes, de desnutridos, de analfabetos, de bebes muertos en la primera infancia..

Todo eso dejó en evidencia, como dije, que mi optimista tentativa de hacer pensar a la pareja imperial no había tenido éxito alguno.

Ni don Néstor ni doña Cristina registraron que, por haber convertido una elección de medio término en una batalla épica con la intención de plebiscitar la gestión del matrimonio, se habían comido un cachetazo histórico.

Baste para confirmarlo que, ante la pregunta de un periodista referido a que su propia patria chica, la Provincia de Santa Cruz, en la que el kirchnerismo perdió por primera vez en su historia, la Presidente resaltó que había ganado en Calafate, su “lugar en el mundo”.

El segundo semestre, por obra y gracia de la falta de adecuación de los Kirchner a la nueva realidad impuesta por las urnas, y a éstas por la cordura y el sentido común, va a resultar muy, pero muy, complicado. Y, con certeza, deberán meternos, otra vez, la mano en el bolsillo, ya que el robo anterior, la confiscación de las AFJP’s, no resultará suficiente para el cúmulo de obligaciones acumuladas.

Por eso digo, para no extenderme más, ¡Argentinos, a los botes!


Bs.As., 29 Jun 09
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