domingo, 26 de octubre de 2014

Pasan cosas lindas en una familia ...


Pasan cosas lindas en una familia ...

"La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda". Thomas Fuller

Uno de los más conspicuos integrantes de la gran familia pingüina, el inefable don Ricardo Echegaray, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, ha demostrado hasta dónde está dispuesto a llegar cuando ve amenazado su entorno o disputado su poder por otros pájaros, de la misma calaña pero más jóvenes.

Su descolgada confirmación acerca de la inexistencia de una sociedad entre Lázaro Bóvedas Báez y la jefa espiritual de La Cámpora, nuestra reverenciada Presidente, sonó a una grave advertencia para conjurar los avances de Alex Bambino Kiciloff sobre su área de influencia, en especial porque proviene de quien es el mayor coleccionista de "carpetas" sobre los demás, tal vez con la única excepción del General Espión Milani. La aclaración del día siguiente, que intentó diferenciar una "sociedad" de la "relación" que reconoció entre tan importantes personajes, hubiera merecido el famoso dicho: "no aclares que oscurece". 

Cuando se observan los emprendimientos que, nominalmente, comparten en materia edilicia, el monumental crecimiento de la riqueza de los involucrados, la asignación de la obra pública, o la concesión de enormes tierras petrolíferas, los inexplicables contratos por habitaciones que nunca fueron ocupadas en los hoteles presidenciales o, inclusive, el faraónico sepulcro del fundador de la familia, resulta imposible negar esas "relaciones".

La opinión pública coincide en descreer de la existencia de una sociedad entre la familia Kirchner y Bóvedas, ya que es sabido que éste es sólo uno más de los muchos empleados y testaferros que doña Cristina heredó de su marido, un paraíso en el que habitan otros verdaderos ángeles como Cristóbal Timba López, Gerardo Enchufe Ferreyra, Enrique Nafta Eskenazi, Amado Guita-rrita  Boudou, Julio Pajarito De Vido y tantos otros.

La preocupación del Gobierno, en general, por los trapitos que está poniendo al sol el fondo MNL, de Paul Buitre Singer, sobre los extraños y masivos movimientos de fondos negros por parte de los negados "socios" y reconocidos "relacionados" en bancos alrededor de todo el mundo, incluyendo las Seychelles, aquellas paradisíacas islas en las que la noble viuda se detuvo inexplicablemente medio día al regresar de Vietnam, alegando necesidades técnicas de los pilotos del avión rentado en que se trasladaba, ha quedado ya a la vista.

Como dije hace poco, va a resultar cómico observar cómo se toman la sopa de afiches con la leyenda "patria o buitres" los "pibes para la liberación", o los legisladores oficialistas se comen un sandwich con la Ley de Pago Soberano cuando, a partir del 1° de enero, la Presidente de un nuevo giro de 180° y anuncie -como lo adelantó el jueves- que, en nombre de alguna nueva soberanía, ha llegado a un arreglo con los holdouts que inevitablemente será mejor que el obtenido por los holdins, es decir, los que entraron en los canjes de 2005 y 2010.

Todo esto se agravó el mismo jueves, con las declaraciones de Eduardo Chiquito Arnold. Este señor, que fue Vicegobernador de don Néstor (q.e.p.d.) en los lejanos tiempos de Santa Cruz, conoce mejor que nadie cómo fue la administración pingüina que se abatió, como una de las plagas del Apocalipsis, sobre la provincia. No sólo explicó cómo el muerto se robó los millones de dólares que Menem pagó por el fenomenal lobby que aquél hiciera para permitir la privatización de YPF, sino que calificó como "sideral" la fortuna malhabida de la familia presidencial, a la que mensuró en más de US$ 10.000 millones.

Los kilos de dinero -que se pesa ante la imposibilidad de contarlo- de los que estamos hablando, y el riesgo de perder al menos una buena parte en un escenario previsible de moralización y castigo de la corrupción que la ciudadanía impondrá al sucesor de la Presidente, forman parte de las preocupaciones graves que afectan el ánimo de la noble viuda. Esas preocupaciones le han provocado picos de stress y la han llevado a lanzar varias iniciativas, algunas ya aprobadas y otras en fácil trámite.

La limitación en la responsabilidad del Estado y sus funcionarios en el nuevo Código Civil y Comercial, la modificación inminente del Código Procesal Penal, la segura designación de innumerables fiscales pertenecientes a La Cámpora y a Justicia Legítima, que tendrán a su cargo la investigación de los delitos de corrupción, y la pretensión de contar con fuertes bancadas parlamentarias, forman parte de la red de seguridad e impunidad con que doña Cristina pretende cubrir su retirada final, después de dejar tierra arrasada.

También forma parte de esas defensas la presentación efectuada, ante la Justicia del Estado de Nevada, en los Estados Unidos, para pedir que se cubra con un manto de confidencialidad todas las informaciones que las empresas atribuidas a Bóvedas o los propios fondos buitre suministren al Juez interviniente. Si esa solicitud es denegada y datos tan significativos y complicados sobre la corrupción gubernamental trascienden, es difícil predecir qué efecto de indignación tendrán sobre una ciudadanía tan castigada por la inestabilidad laboral, la inflación, la inseguridad cotidiana, el narcotráfico, la pobreza, la indigencia y el resto de las calamidades con las que el kirchnerismo ha castigado a la población desde su llegada al poder.

Pasan cosas lindas en una familia; muchas, se viven con el agua de cloaca de todos los días.

El 13 de noviembre, a las 20:00 horas, quienes queremos salir de este escenario nefasto, donde somos sólo víctimas propiciatorias, nos encontraremos en las calles y plazas de todo el país, y sería deseable que todos, todos, los líderes opositores, en silencio, encabezaran las marchas.



domingo, 19 de octubre de 2014

Desnudar a la Reina

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Desnudar a la Reina

"Algunos causan alegría donde quiera que vayan; otros, donde quiera se vayan". Oscar Wilde

La enorme presión del fondo MNL, de Paul Singer, que sólo mostró una puntita de lo mucho que sabe sobre las rutas del dinero Bóvedas Báez/Kirchner y Timba López/Kirchner por el mundo entero, y el natural terror que generó en el ánimo de la Presidente la certeza de quedar desnuda, hizo que cambiara radicalmente la postura del Gobierno respecto a la anunciada negativa a negociar después del 1° de enero de 2015, cuando el artificial argumento de la cláusula Rufo haya dejado de tener vigencia.

El viernes se supo que Alejandro Vanoli, Presidente del Banco Central, comentó ante un grupo de banqueros internacionales que el Gobierno sí negociará entonces; está por verse cuánto durará ahora en su sillón, ya que la Casa Rosada estará tironeada entre dos frentes: cambiarlo, a días de su nombramiento, sería un nuevo papelón mayúsculo; mantenerlo, iría contra la costumbre de matar a quienes dejan filtrar información reservada.

Como Cristina había exigido pegarse un nuevo tiro en el pie, el obediente Congreso sancionó hace poco la Ley de Pago Soberano, que impide ofrecer a los fondos buitre algo más que lo que fue aceptado por quienes entraron en los canjes de 2005 y 2010. Este escollo legal, pequeño para quien está dispuesta a transgredir todas las leyes, Constitución Nacional incluida, no será nada en comparación con el arduo trabajo que deberá desarrollar el área de comunicación del Gobierno para transformar, en el discurso militante, el lema "Patria o buitres" en otro que transfigure a las aves carroñeras en simpáticos canarios; resultará patético observar como digieren los "pibes para la liberación" la sopa de afiches que deberán tragar y aplaudir.

De todas maneras, auguro que este tardío arreglo con quienes obtuvieron sentencias favorables en las cortes norteamericanas no redundará en la lluvia de dólares que el Gobierno espera para transitar, con cierta tranquilidad, el final de su prolongada década. Así, sin dinero y con un panorama económico-social a punto de explotar, sólo le ha quedado el desesperado intento de aterrorizar a quienes reciben tantos planes y subsidios con el fantasma de una oposición aniquiladora; Alfredo Leuco, en su columna de ayer en el diario Perfil, se preguntó si esa campaña para infundir miedo no se refería en realidad a su prolijo inventario de las atrocidades que se cometieron en estos años.

La opinión pública y el periodismo independiente están contemplando, azorados, la falta de iniciativa de todos los "presidenciables" para intentar recuperar el centro de la escena política, ocupada hoy exclusivamente por doña Cristina, dueña de una innegable capacidad de generar hechos que, aunque carezcan de efectos prácticos, consiguen concitar un debate de bajísimo nivel pero no por ello menos efectivo a la hora de ganar los títulares de los diarios.

Quienes desempeñan el rol de opositores en ambas cámaras del Congreso sufren, día a día, el peor "ninguneo" imaginable de parte de sus colegas del oficialismo quienes, escudados en la obligación de responder a mayorías circunstanciales ya perdidas -como quedó demostrado en octubre de 2013-, ejercen su papel de meros votantes formales de todos y cada uno de los disparates que el Ejecutivo envía para su aprobación. El resto de los partidos con representación parlamentaria resulta así totalmente incapaz de modificar la agenda que impone la Casa Rosada, aún cuando ésta contenga iniciativas suicidas o se transformen en simples dibujos, como el Presupuesto Nacional.

En los últimos tiempos, y en los que seguirán hasta que el kirchnerismo abandone -por las buenas o por las malas- el poder, han pasado y pasarán por el Congreso leyes trascendentales para un futuro mensurable en décadas, como el nuevo Código Civil y Comercial, la citada Ley de Pago Soberano, la Ley de Abastecimiento, la Ley Antiterrorista, los futuros nuevos Código Penal y Procesal Penal, la limitación de las medidas cautelares y de la responsabilidad del Estado y sus funcionarios, los acuerdos secretos con el Club de Paris, con Repsol, con Chevron, con China y sus swaps y su base en la Patagonia, con Rusia y, en general, el alineamiento internacional que Cristina nos está imponiendo con estos verdaderos campeones de la libertad y de los derechos humanos. Muchos de esos proyectos, hay que recordarlo, fueron acompañados por algunos idiotas útiles que aún creen ver buenas intenciones tras las iniciativas oficialistas.

De cara a la ciudadanía, y como se ve en todos los medios de comunicación, la oposición está siendo esmerilada por la irremediable falta de acción activa a la que la condena la forma atomizada en que los argentinos hemos votado. En general, los ciudadanos de a pie ignoran quiénes fueron los legisladores que formaron parte de la "lista sábana" que eligieron en cada oportunidad y, mucho menos, saben cómo votaron cada uno de los proyectos que envió el Ejecutivo.

Para cambiar esa imagen, me permitiré formular una sencilla propuesta a todos los senadores y diputados que hoy integran ese confuso magma que, aún oponiéndose, no consigue siquiera unificar su discurso en temas tan absolutamente graves.

Les sugiero que, cada vez que se llame a sesión, en cualquiera de las cámaras, no solamente no presten su presencia para dar quórum, dejando al oficialismo y a sus aliados en soledad, sino que se reúnan en la Plaza de los Dos Congresos. Si es necesario, que armen allí una carpa, como la que tuvieron tantas organizaciones sociales, para sesionar en paralelo; que pasen lista de los presentes y que, tanto la concurrencia cuanto cada una de las intervenciones, sean difundidas en tiempo real por los medios de prensa. Esta conducta permitirá a los argentinos saber quién es quién, y cómo cada uno de ellos representa a sus mandantes y a los intereses de éstos y evitará que el desgaste al que los somete el oficialismo siga contribuyendo al desprestigio de toda la actividad parlamentaria.

Así, la desnudez de la Reina quedará expuesta, y se verá que sólo cubren sus cada vez mayores impudicias los legisladores cómplices que pretenden conservar sus prebendas y, para ello, están dispuestos a cometer las más injustificables bajezas. Si la oposición no asume, ya mismo, una actitud como la propuesta, u otra similar, demostrará que es verdaderamente incapaz de comandar, en el corto plazo, la indispensable recuperación de la Argentina.

Cuando el hombre comenzó a organizarse en comunidades, creó una organización, a la que llamó "estado", para encomendarle algunas funciones básicas para la vida en común:  la creación de una moneda que permitiera las transacciones superando al trueque, la seguridad de la comunidad, la salud y la educación de sus miembros, la defensa pública y la administración de justicia. Desde ese punto de vista, resulta claro ya que el nuestro es un Estado fallido, puesto que no está cumpliendo -ni se encuentra en condiciones de hacerlo- ninguna de esas funciones que el pacto social -la Constitución Nacional- le ha delegado.  

Si nuestra sociedad no recupera rápidamente a su Estado y termina con todos los males que dejará el kirchnerismo -el narcotráfico es uno de los principales-, la propia Argentina se transformará en un país inviable y, como ha sucedido con tantos otros en la historia, dejará de ser una nación independiente. Se convertirá así, simplemente, en un rico territorio susceptible de desmembración, ya que el mundo no puede darse el lujo de dejar que tantos dones de la naturaleza, que le han dado un lugar de privilegio a la hora de producir alimentos y energía, se encuentren en manos de cuarenta millones de imbéciles suicidas.

Tal vez, sólo tal vez, podamos evitarlo si conseguimos ser muchísimos quienes, el 13 de noviembre, saldremos a decir que no queremos ese destino. Depende de nosotros.







sábado, 11 de octubre de 2014

Argenzuela, Corrupta y Pobre



Argenzuela, Corrupta y Pobre

"Es muy fácil romper y destruir. Los héroes son aquéllos que hacen la paz y construyen". Nelson Mandela

Tal como preveíamos muchos, el Juez Griesa habilitó el "discovery", es decir, dio a los fondos buitres la facultad de investigar dinero y bienes de los funcionarios y de sus cómplices en el exterior para embargarlos porque, como son producto de la corrupción, en realidad pertenecen al Estado argentino. Reeditó así una situación que ya se había producido con el Congo; cuando otros buitres consiguieron las pruebas de malversación contra su Presidente, ese país, que también había desacatado una sentencia de un tribunal norteamericano, pagó rápidamente y sin discutir, un monto mucho mayor al reclamado.

Cuando el jueves, los fondos que obtuvieron fallos en contra de la Argentina, denunciaron que Bóvedas Báez -o sea, los mismos Kirchner- habían realizado giros monumentales a bancos alrededor de todo el mundo, incluidas las islas Seychelles, y que Elaskar, movilizador de esos fondos non sanctos, había transferido parte de los mismos a Irán, se presentó en el horizonte inmediato de la Casa Rosada un huracán de enormes proporciones. Esta novedad, claro, me hace dudar de mi seguridad acerca de que no se negociaría con los buitres después de enero porque, esta vez, doña Cristina se encontró con un enemigo que tiene más dinero y más tiempo que ella, y está dispuesta a perseguirla hasta el fin.

Para conjurar el golpe frente la opinión pública, la Presidente, única dueña de la agenda política que la oposición ya ni siquiera disputa, reinició rápidamente la guerra contra el grupo Clarín; claro que lo hizo de un modo tan desprolijo que, como tantas otra veces en el pasado, la maniobra será abortada por la Justicia, pero le permitió ganar las portadas de todos los diarios y de los noticieros de radio y televisión y eliminar de ellos las explosivas y probadas revelaciones de la corrupción del Gobierno. Y el jueves, para completarla, firmó un acuerdo con Putin, el zar de la libertad de prensa y de los derechos humanos, para que los argentinos podamos ver la televisión rusa, y viceversa; y ambos se congratularon porque así lograrían evitar que los periodistas "intermedien" la información que deben recibir las neuronas de los ciudadanos, a las que se debe cuidar.

Doña Cristina siguió avanzando así hacia la "venezualización" del país; a mi modo de ver, encontrará para ello escollos insalvables aunque, para intentarlo deba incendiar el país y, al terminar derrotada, dejar tierra arrasada. Una de sus principales herencias será haber integrado al país al "club de los malos", como diría Alejandro Borensztein, mientras quedamos enemistados con todos los países occidentales, incluyendo a todos los que nos rodean.

Cuando digo que se encontrará con barreras imposibles de superar no me estoy refiriendo, obviamente, a los complots destituyentes que cada día inventa la Casa Rosada ni, tampoco, a alguna acción de quienes aspiran a sucederla, sino a las torpezas infinitas de aquéllos a quienes ha encomendado la conducción económica.

La nuestra necesita, como cualquier economía que carezca de una moneda respetada en el exterior y resulte transable en los mercados, de esos dólares que no puede fabricar Ciccone. La combinación de estupidez y preconceptos que generó el cepo cambiario, hizo que esas esenciales divisas dejaran de fluir en ambos sentidos, es decir, no salen pero tampoco entran, y el nivel de reservas internacionales es inferior a cualquier límite de seguridad ante una corrida. ¿Usted entraría a una fiesta de la que sabe que no podrá salir?, ¿traería usted dólares al país si sabe que deberá venderlos en el Banco Central a $8,50 por unidad pero, a la hora de concretar una inversión, se encontrará con que valen $15?; si usted fuera tan ladrón como Cristina, ¿traería los miles de millones de dólares que fugó del país?

Hay rubros, sobre todo las importaciones de energía y de componentes de productos terminados (medicamentos y automóviles, por ejemplo), las comunicaciones, los pasajes internacionales y los consumos de los argentinos en el exterior, las compras de divisas para ahorro y hasta los vuelos de Aerolíneas Argentinas (al menos, los internacionales), que deben ser pagados en dólares, es decir, con una moneda que no tenemos. La presencia de siete barcos con gas licuado, que flotan en las inmediaciones desde hace semanas por la imposibilidad del Gobierno de pagar, es una clara demostración de cuanto digo.

Más allá de los enfervorizados juramentos de la noble viuda en el Museo del Bicentenario, ¿hasta cuándo permitirá la compra de "dólar ahorro", que los ciudadanos compran a $10 y venden, minutos después, a $15 en el mercado "blue"? ¿Cuánto resistirá nuestra economía, tan globalizada, sin importar las piezas que necesita para producir? ¿Cuándo moriremos por falta de remedios? ¿Cómo iluminaremos, calentaremos o refrescaremos nuestras casas sin la energía que necesitamos imprescindiblemente importar?

El Bambino Kiciloff dedicó sus últimas semanas a pasar la gorra para intentar conseguir esos indispensables dólares. Veamos qué sucedió. En primer término, fue a reunirse con el Ministro Mantega, en San Pablo, pero recibió una frontal negativa de Brasil, inmerso en sus propios problemas, a prestar dinero a un país que tanto ha maltratado a sus industriales. Luego, acompañado por doña Cristina, que llevó como obsequio los muebles de Solano López incautados en la Guerra de la Triple Alianza, pretendió que Paraguay nos pagara US$ 6.000 millones, por una presunta deuda por la construcción de Yaciretá; la respuesta guaraní fue clara: al día siguiente, los diarios locales calificaron a la Argentina de ¡buitre! y nada se pagó.

Más tarde, trató obtener de Evo Morales, tan cercano al corazón del kirchnerismo, un financiamiento de Bolivia al gas que importamos, pero nada logró. Fue a Beijing, con el decapitado Frávega, para ablandar al Banco Central local y habilitar que, al menos parte de los swaps, fuera en yuanes convertibles; los chinos, que había permitido que la agencia oficial de calificación de riesgo soberano nos declara en default, les explicaron que los kamikazes eran los japoneses. El frustrado raid continuó con un pedido de adelanto de US$ 6.000 millones a las cerealeras internacionales que actúan en el país, que tampoco tuvo éxito. Auguro un mismo fracaso en la inmediata gestión que intenta ahora ante el FMI, al cual denostó tan pronto llegó a Washington, que continúa exigiendo la auditoría de las cuentas públicas prevista en sus estatutos.

Desde otro ángulo, la Argentina tiene un gasto público fenomenal, que excede en mucho sus recursos, que hoy es financiado, en pesos, con una emisión comparable. ¿Es sustentable en el tiempo, aún en el corto plazo, seguir con esa demencial conducta cuando se parte de una inflación del 40%? Si el Gobierno sigue haciéndolo, y la nueva conducción del Banco Central a cargo de Vanoli lo garantiza, hará que comience rápidamente a espiralizarse. Piense usted en los planes sociales, en los salarios de la administración pública y en las jubilaciones; esos conceptos, los rubros más importantes del gasto, se pagan en moneda nacional y, aunque crecen por debajo de la inflación, no dejan de hacerlo al 30%. Sin recursos genuinos, ¿cómo hará Kiciloff para financiarlos sin emisión?, ¿cómo hará para aumentar los impuestos, que ya constituyen la mayor presión tributaria de la historia?

Los montos de los planes sociales y las jubilaciones, que no se ajustan por inflación, están degradando aún más, si cabe, a quienes dependen de ellos, literalmente, para comer. Como en el corto plazo no resulta posible reconvertir esos planes en verdaderos alientos al trabajo, a la salud y a la educación, el Estado debe seguir pagándolos como están, so pena de matar de hambre a gran parte de los ciudadanos. En resumen, se deberá emitir sin límites para sostener esos subsidios, o permitir que la calle estalle por desesperación; estoy seguro que se optará por la primera opción, al menos mientras el Gobierno pretenda transmitir sensación de gobernabilidad, pero se disparará la inflación a la estratósfera.

Ese panorama general, que habla a las claras del inevitable colapso de la economía kirchnerista, generará conmociones sociales de una magnitud muy difícil de anticipar, tanto como cuándo se manifestarán en las calles; hay expertos que la pronostican para febrero/marzo, otros la anticipan y algunos, pocos ya, descreen de ella. Estos últimos, en el fondo, creen que la ignorancia general que se ha impuesto a la ciudadanía hará que una mayor cantidad de billetes devaluados en los bolsillos tranquilizará los ánimos pero, obviamente, no coincido; la mujer, dueña y señora de la economía familiar, no necesita de ningún Indec para percibir cómo se deteriora, día a día, su poder de compra.

Para controlar el descontento y para controlar la calle, el Gobierno cuenta con un impredecible General Milani, y con las certezas del Vatayón Militante, de la Tupac Amaru, de los barra-bravas y de los adictos al "paco" (¿se acuerda de los sicarios, como los que golpearon a Longobardi?) a los cuales comprará con las dosis que, como cómplice y socio del narcotráfico, no le faltan. Resta saber cuándo, y para qué, serán utilizados estos ingentes recursos de combate.

Para concluir, y en el marco del descontento generalizado que existe hoy en la sociedad argentina con la tolerancia de SS Francisco hacia los corruptos y enriquecidos miembros de La Cámpora, además de inmorales integrantes de la farándula, cabe preguntarse qué sintió la Secretaría de Estado vaticana frente a la obvia manipulación que hizo Cristina en la ONU de su almuerzo en Roma; creo que el mejor termómetro para medirlo será el tiempo que demore en otorgar el placet a la designación de Eduardo Valdez como nuevo embajador, en reemplazo de Juampi Cafiero.

Por favor, no olvide que el 13 de noviembre, a las 20:00 hs., tendremos que estar todos en la calle para expresar nuestro repudio a este régimen tiránico, populista y corrupto; si no nos acompaña, no se queje después.


sábado, 4 de octubre de 2014

"¡No pasarán!", ... ¿o sí?



"¡No pasarán!", ... ¿o sí?

"Como aquel estúpido individuo que apagó la vela para que las pulgas que lo torturaban no pudiesen hallarlo". Robert Burton

Ayer, cuando regresaba a casa, como siempre encontré a varios porteros sentados en la verja que rodea a uno de los árboles de la cuadra; al saludarlos, repetí mi broma cotidiana: "Qué suerte que están ustedes para evitar que se caiga". Ya en el ascensor de mi edificio, pensé en el rol que desempeñan hoy todos los presuntos líderes de la oposición y de las organizaciones de empresarios y productores, y me pregunté cuánto estaban haciendo, o dejando de hacer, para mantener en pie a la República ante los permanentes hachazos que ésta recibe desde el Gobierno.

Ni siquiera se han puesto de acuerdo para firmar un compromiso irrevocable para perseguir a todos quienes se han robado el país durante esta década y declarar la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, o para derogar e investigar los blanqueos de capitales, o para luchar contra el narcotráfico, o para devolver la seguridad a nuestras calles, o despedir a todos los nombrados por La Cámpora, o para enumerar las inicuas leyes, dictadas con la complicidad de este vergonzoso Congreso, que serán anuladas. Me parece que, si rápidamente no corrigen ese vergonzoso derrotero, la ciudadanía dejará de tenerles alguna confianza para encomendarles la dificilísima tarea de reconstruir al país que dejará, Dios sabe cuándo, la viuda de Kirchner.

Los discursos presidenciales de esta semana, tan llenos de denuncias increíbles acerca de planes de magnicidios provenientes del norte (la semana anterior, venían de oriente), de variados complots destituyentes, teóricamente integrados por actores tan disímiles que sólo los boy-scouts y los bomberos quedaron excluidos, y ya de una clara confirmación de la vocación "nerónica" que anida en la psiquis de doña Cristina, marcaron un nuevo hito en el camino de destrucción de la sociedad tal como la concibió Alberdi. Como avisó la viuda de Kirchner en Rosario, vienen por todo.

El abanico de leyes que el oficialismo, en soledad o acompañado por ocasionales idiotas útiles que nunca consiguieron ver el escenario completo, ha aprobado estos días hubieran debido ser claras señales de alertas para quienes, se supone, ocupan jefaturas de hecho sobre los que no queremos convertirnos en algo tan reñido con nuestra cultura y nuestra civilización; sin embargo, no hubo ninguna resistencia, y la ciudadanía está demasiado ocupada en sobrevivir como para dedicar siquiera un pensamiento a la catástrofe que se avecina.

Por lo demás, la ignorancia en que el populismo ha sumido a la sociedad argentina no permite a ésta entender qué significará, para las generaciones futuras, el adefesio del nuevo Código Civil y Comercial que comenzará a regir en 2016. Ese mismo desinterés por la cosa pública es el que permitió que se sancionaran, sin reacción popular alguna, las leyes de medios audiovisuales o de abastecimiento, la modificación a la ley orgánica del Banco Central, de impunidad del Estado y sus funcionarios por hechos dolosos, la permanente emergencia económica o la interminable serie de presupuestos nacionales dibujados.

Si como muestra basta un botón, el rastrero y cobarde silencio de las asociaciones de bancos y grandes empresarios ante el cierre de una subsidiaria del Mariva por haber sido acusada por la Presidente de realizar ¡operaciones lícitas!, prueba más allá de cualquier duda de qué material está hecha nuestra dirigencia, la misma que permitió que Alberto Coto, por hacer un comentario acerca del nefasto "modelo", fuera denostado públicamente por el fallecido antecesor, dejándolo en absoluta soledad. Realmente, no han aprendido siquiera el famoso poema de Martin Niemöller, que terminaba cuando los nazis, al final, fueron por él, pero ya no había quién lo defendiera.

Sólo quedan, así, dos focos de resistencia ante los avances de la tiranía: la Justicia y la prensa libre, y nadie puede asegurar cuánto podrán mantener esos últimos bastiones de libertad, y SS Francisco, con las extrañas audiencias que concede y con los no menos raros almuerzos a los que invita a la "noble viuda", no ayuda demasiado en este sentido. El kirchnerismo ha colonizado al Estado y, además de colocar multitudinaria propia tropa en cada uno de sus organismos, pretende ahora llenarlo de fiscales que le respondan y le garanticen, ante un eventual fracaso del plan general, una saludable impunidad.

El jueves, Ricardo Lorenzetti, Presidente de la Corte Suprema de Justicia, dijo que la inseguridad estaba en la mente de todos los argentinos, y que el Estado, desde los otros poderes, carecía de políticas públicas para luchar contra el narcotráfico. Bastaron esas perogrulladas para que el inefable Kokísimo Capitanich, todavía Jefe de Gabinete, respondiera con argumentos tan coherentes como que los jueces no pagan impuesto a las ganancias o que, al igual que los mismos funcionarios del Ejecutivo, no publiquen sus declaraciones patrimoniales.

El mundo occidental contempla, con enorme pena y no poco asombro, lo que estamos permitiendo que ocurra en un país que, hasta escasas décadas, era considerado un modelo en muchas áreas; nuestros científicos, artistas, literatos, filósofos, etc., fueron forjados por una sociedad que privilegiaba la libertad y el conocimiento, y nadie puede creer cuánto hemos hecho, con una inédita vocación suicida, por transformarnos en algo tan intrascendente y, a la vez, tan peligroso para el equilibrio global, como muestra la autorización para instalar una base militar china en la Patagonia; ¿alguien se pregunta qué hubiera pasado si un gobierno de otro signo hubiera hecho lo mismo con una instalación bélica norteamericana?

Así como sostengo que la viuda de "Él" no adelantará, en ningún caso, las elecciones ni renunciará, también estoy convencido que no arreglará, después de enero, con los fondos "buitres"; recordemos que, además, esa negativa a ofrecer algo aceptable a quienes han ganado los juicios en Nueva York ahora es ley.

Por el contrario, Doña Cristina, imbuida de un mesianismo digno de mejor causa, pretende dejar su nefasto sello en la historia, transformando su sociedad para llevarla hacia los "paraísos" que añora, como los que comandan quienes forman la penosa banda de amigos internacionales de la Argentina, todos flagrantes violadores de los más elementales derechos humanos: Xi Jinping, Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Raúl Castro y Hasán Rouhaní; gracias a Dios, Osama bin Laden ya murió porque, si así no fuera, ya sería miembro honorario del selecto club.

Con esta dirigencia política y empresarial, y las hordas armadas de las que dispone el "modelo" para resistir (los fabricados "ni-ni" del "paco", el Vatayón Militante y la Tupac Amaru), el futuro me parece muy negro y, por primera vez en mucho tiempo, comienzo a dudar que aquí la frase que inmortalizó La Pasionaria en el asedio de Madrid se transforme en un lema vencedor. Como están las cosas, con la Presidente como única dueña de la agenda política, y con los dirigentes opositores que callan por cobardía o por conveniencia, todo es posible, incluida la perpetuación de esta verdadera tiranía disfrazada de democracia.

Ya se está convocando, para el 13 de noviembre, a una nueva marcha ciudadana para llevar a la calle el fuerte reclamo contra la corrupción, la inseguridad y el régimen kirchnerista; debiera incluir, antes, una equivalente apelación a los líderes de toda laya, que los obligue a salir de sus cuevas y ponerse al frente de estas manifestaciones. Espero que, esta vez, se transforme en algo más que una simple escenificación testimonial, como fueron las anteriores, que no consiguieron siquiera alterar el ánimo presidencial.