sábado, 27 de abril de 2019

Bailar sobre el flan elegido




Bailar sobre el flan elegido


“Si quieres ser recordado como un buen monarca, sólo tienes dos posibilidades:
 reinar en época de paz y tener la suerte de estar en el trono en años de
 bonanza, o ser el rey que guía a la patria hasta librarla del infortunio”.
       Jo Nesbø

¡Qué semana vivimos, y cuántas parecidas tendremos que vivir por lo menos hasta agosto, cuando votaremos en las PASO! Los mercados, sin piedad e impulsados por algunas encuestas más que dudosas (aparece un enorme porcentaje de indecisos), castigaron al Gobierno por haber escogido a Cristina Elisabet Fernández como sparring en las próximas elecciones; haberlo hecho cuando las aguas estaban casi calmas no lo excusa del mortal pecado de haber puesto, nuevamente, a la Argentina al borde del abismo. 

Para contribuir a la tormenta perfecta –inflación, recesión y cotización del dólar- aparecieron cisnes negros internacionales de la mano de la suba en el precio del petróleo, el fortalecimiento de la economía norteamericana, la crisis turca, etc.. Hasta es probable que hayan contribuido a generarla algunos delincuentes locales interesados en una futura impunidad tribunalicia, ya que disponen de sobrados medios financieros para hacerlo: con la libertad y la fortuna propias no se juega.

Fue sintomático que, al día siguiente de los coincidentes titulares de La Nación y de Clarín que reflejaban claramente el miedo de los jueces federales a sentar en el banquillo a Cristina y sus testaferros, la Cámara de Casación pusiera un límite a la pusilanimidad expuesta y confirmara que el 21 de mayo comenzará el primer juicio oral y público a la banda de delincuentes que saqueó el país durante la prolongada década kirchnerista. Por supuesto, sigue llamando la atención la notoria inacción judicial frente a los Eskenazi y Jorge Horacio Brito, máximos cómplices de ese desmadre, culpable de todos nuestros males actuales.

Pero por una vez, “Sinceramente …”, el Gobierno tuvo suerte cuando su contendiente publicó su libro. El texto no deja duda alguna acerca de la falsedad del disfraz de “yegua herbívora” (sic) que ha adoptado para tranquilizar a los votantes; las confesiones escritas confirman que, de volver al poder, creará el “Ministerio de la Venganza” y con él arrasará la pequeña porción de institucionalidad que hemos recuperado. Por si fuera poco, Guillermo Moreno se ocupó de explicar cuáles serán las características morales que imperarán aquí si volviera a la Casa Rosada.

A mi modo de ver, y lo puedo decir porque lo hago desde 2015, el error más grave cometido por Mauricio Macri fue no detallar profundamente, al asumir, la magnitud del desastre que heredaba, puesto que hacerlo le hubiera permitido apelar a la Historia y convocar a la ciudadanía a pagar con “sangre, sudor y lágrimas” el precio de la reconstrucción nacional.

Veníamos de un desastre macroeconómico, pero no todos lo sabían y creían que los regalos en materia de energía y transporte, entre otros, podían continuar hasta la eternidad; nadie les dijo que era imposible salir del pantano de décadas de populismo irresponsable y ladrón en sólo cuatro años. Pero, cuando ya ha transcurrido casi todo el mandato, no vale llorar sobre la leche derramada.

Porque el otro déficit del Gobierno atañe a su comunicación, que debiera centrarse en la inmensa cantidad de obras públicas terminadas o en marcha, que en general resulta desconocida para los habitantes de las ciudades, pero que beneficia –cloacas, pavimentos y cloacas- a los más pobres, amén de reducir el costo –rutas, autopistas, puentes, ferrocarriles y puertos- de la logística nacional.

Ya no creo en un triunfo de Macri en octubre, porque hay muchos dispuestos a ejercer en su contra el voto-castigo, sea por los serios problemas que afectan nuestros bolsillos, sea por la falta de cumplimiento de sus promesas respecto a “terminar con el curro de los derechos humanos” (sic), habilitar la discusión sobre el aborto libre e impulsar la difusión de la retorcida educación sexual. Habrá candidatos que, levantando esas banderas, morderán con fuerza la base electoral de Cambiemos.

Pero sigo pensando que lo logrará en noviembre, ya que muchos volveremos a optar por el mal menor. Me parece, entonces, que debiera explicarnos qué hará, en los primeros cien días de ese segundo mandato, con la política y con la economía; necesitamos imperiosamente de un plan concreto, que nos presente una meta temporal para salir de nuestras eternas dificultades. En esa breve luna de miel, que toda sociedad mantiene con el ganador de una elección, es cuando deberá adoptar las medidas más necesarias aunque sean impopulares, porque la composición del H° Aguantadero no cambiará demasiado (para diputados y senadores no hay ballotage) y en él subsistirán kirchneristas irredentos, más que dispuestos a trabar en todo lo posible al Ejecutivo.

Las estadísticas del riesgo-país, tan meneado el jueves cuando superó por un rato los 1000 puntos, nos recuerdan algunos valores que alcanzó en períodos recientes: 4753 con De la Rúa, 7720 con Duhalde, 6769 con Kirchner y 1965 con Cristina. O sea, no nos asustemos más de lo debido, ni permitamos que tantos economistas, encuestadores y periodistas agoreros nos induzcan a creer que estamos aún peor de lo mal que sí estamos.

Bs.As., 27 Abr 19

viernes, 19 de abril de 2019

Idiotas y cómplices





Idiotas y cómplices


“El destino de la revolución dependía de nuestra capacidad para
 suministrar pan de manera fiable al proletariado y al ejército”.
 Oléxander Shlíjter


Esta semana, en medio de los furiosos huracanes que azotan la economía, el incendio de Notre Dame y el suicidio de Alan García, pasó desapercibido un hecho político: un cínico, el ex Ministro de Economía, Axel Kiciloff, presentó un libro, en el cual explica las recetas que, a su entender, deberían aplicarse para sacar al país del pantano en que él mismo –entre otros- lo introdujo e intentar justificar el desastre -del que fue autor intelectual- que legó Cristina Elisabet Fernández a su sucesor.

Entre los pecados de los cuales pretende exculpación destaca la tremenda crisis energética, que atribuye a una oferta estática frente a un explosivo crecimiento de la economía durante el kirchnerismo. Este verdadero caradura intenta negar así la catastrófica responsabilidad que le cupo a don Néstor, que provocó la pérdida del autoabastecimiento, en un momento en que la Argentina exportaba gas y electricidad a Chile, Uruguay y Brasil. Verdaderamente, nos toma por idiotas.

Y que lo hizo, con el único fin de robarse el 25% de YPF, mediante la asfixia a la industria petrolera nacional con el congelamiento de las tarifas en boca de pozo, y que concretó a través de sus testaferros, la familia Eskenazi, la misma que había colaborado en la fuga de los famosos “fondos de Santa Cruz”. He escrito innumerables notas sobre el tema y, por ello, sólo reitero que los jueces no han siquiera llamado aún a sus miembros como imputados en las causas de corrupción.

La cobardía de los magistrados, que era casi patrimonio del fuero federal, se ha extendido a otros ámbitos. La demostración fue la triunfal resistencia que opuso la Fundación Madres de Plaza de Mayo ante un mero intento de inventariar sus bienes, previsto por la ley en los casos de quiebra. El Juzgado interviniente, ante la presencia hostil de militantes, retrocedió y sus oficiales debieron huir, mientras eran escupidos y empujados.

Así, una vez más, quedó claro que en Argentina hay hijos y entenados. Cualquier individuo que hubiera cometido ese delito estaría ya tras las rejas, mientras que Hebe Bonafini continúa insultando a la democracia, mientras pide a gritos la destitución del Gobierno, como ha hecho tantas veces, siempre impunemente, pese a las numerosas denuncias en su contra.

Mauricio Macri, aterrado por las encuestas que ahora lo dan perdedor en un eventual ballotage contra Cristina, lanzó un pequeño y paliativo paquete de medidas. Esas pesquisas impactan en los mercados internacionales, y el miércoles el “riesgo país” alcanzó un nuevo record. ¿Quién las paga si son carísimas, en especial en una campaña electoral que, por los “cuadernos”, sufre de anorexia?

La ex Presidente, asesorada por sus propios gurúes, mantiene un silencio absoluto sobre su participación en las elecciones y, presumo, seguirá haciéndolo el vencimiento del plazo para la oficialización de candidaturas. Por lo demás, esas halagadoras encuestas garantizan que se presentará, atomizando así al universo panperonista.

Multiprocesada, fue nuevamente autorizada a viajar a Cuba (¡qué enorme diferencia con Perú, Brasil y Ecuador!), ejerciendo el privilegio que le otorgan los fueros malinterpretados por el Senado y los vientos que enfrían el ánimo de los jueces que, por miedo a que regrese al poder, dan diarias muestras de su falta de coraje para juzgarla.

¿Qué nos pasa?, ¿cómo imaginamos que sería un nuevo gobierno del kirchnerismo?, ¿a qué magia podría recurrir para regalar jubilaciones, subsidios, planes, tarifas, etc.? Es cierto que Cambiemos ha fracasado, por impericia y soberbia, en casi todos los frentes económicos, pero sigue contando con un enorme respaldo internacional, como lo ha demostrado la actitud del FMI.

Por el contrario, si la viuda regresara sólo podría contar con el apoyo de Irán y de la empobrecida Rusia, ya que su admirada Venezuela se hunde en la mayor tragedia humanitaria imaginable, y está arrastrando a Cuba a un nuevo “período especial”, similar al que golpeó la isla cuando la URSS implosionó; ¿recibiríamos también, como Maduro, “asesores” cubanos y “guardias imperiales” iraníes? Después de permitirle instalar una base militar, con cesión de soberanía, ¿qué más concedería a China, que cuenta con enormes capitales y está ansiosa por aumentar su presencia en el continente por las materias primas que tanto necesita?

¿Y qué pasaría cuando lograra “democratizar” la Justicia y transformarla en “militante”?, ¿qué sucedería con las libertades individuales y con la prensa indócil?, ¿cuánto valdrían entonces los campos, las casas, las empresas?, ¿qué más podría robar la asociación ilícita que probadamente organizó y encabezó? Si la ciudadanía volviera a darle el triunfo, ya no sería su víctima sino, lisa y llanamente, su cómplice en la corrupción y el saqueo.

De todas maneras, y según sean sus creencias, que tengan usted y su familia muy feliz Pascua de Resurrección, o Jag Pesaj Sameaj.

Bs.As., 20 Abr 19

viernes, 12 de abril de 2019

Inmorales amuchachados




Inmorales amuchachados


“Había que despertar en el pueblo un sentimiento de vergüenza por los 
delitos que mancharon doce años de nuestra historia, y denuncié a quienes
 indirecta o directamente vindican ese espacio de infamia”. 
Jorge Luis Borges

En general, las necesidades electorales de algunos y la desesperación por la pérdida de la impunidad de otros generan situaciones repugnantes. Ayer, La Nación publicó una desagradable noticia que pasó desapercibida en medio de los planes para reducir los precios de los artículos de la canasta alimentaria, de las disputas políticas de baja estofa y de la detención de Julian Assange, que tanto ha dividido a la opinión mundial.

En ella, Lucrecia Bullrich listó quiénes asistieron a una cena en Palermo; entre otros, reunió a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Marcelo Tinelli, Miguel Pichetto, Daniel Vila, Rodolfo D’Onofrio y Facundo Manes. Hasta allí, una cita más de los electrones libres que pululan en el peronismo alternativo, el radicalismo, la televisión, el fútbol y las empresas. Pero también estuvo presente Sebastián Eskenazi y, como dicen los jóvenes, allí se pudrió todo. Según trascendió, otro prócer de este país decadente faltó a la cita: el banquero Jorge Brito; de haber asistido, alguien hubiera gritado ¡bingo!

Porque don Sebastián y su padre, Enrique Eskenazy, fueron eslabones fundamentales de la siniestra cadena montada por Néstor Kirchner y su viuda para saquear, como nunca antes, a la Argentina: no solamente operaron desde su banco la fuga de los famosos “fondos de Santa Cruz” –los US$ 1.100 millones de la Provincia que desaparecieron en las cuentas extranjeras privadas de su entonces Gobernador- sino que actuaron como testaferros en la apropiación del 25% de YPF, un truco de ilusionismo que le costó al país el autoabastecimiento energético y le generó un gasto superior a los US$ 50.000 millones en importación –además, sobrefacturada- de gas licuado.

Pero no se agotó así la vocación ladrona de los cómplices, ya que aún pretenden robar otros US$ 5.000 millones con un juicio promovido en los Estados Unidos contra el Estado. ¿Somos conscientes de la magnitud de los montos involucrados?, ¿y de qué relación tienen con el 32% de pobreza y la pauperización de la educación y de la salud, la inflación y el endeudamiento?

Es sabido que aquí no existe la condena social a los corruptos y a los cleptómanos, que circulan libremente por la calle y son invitados a los más rumbosos eventos públicos, donde son fotografiados por la prensa amarilla y cholula. En cualquier sociedad civilizada y con férreas reglas morales, muchos de los asistentes no se hubieran siquiera sentado a esa mesa, ya que al hacerlo se convertían en inmorales cómplices de la impunidad, y los corruptos estarían escondidos en sus madrigueras para evitar el castigo que, sin duda, les impondrían sus tribunales; entre nosotros, hasta cenan con los jueces que deberían juzgarlos o duermen las causas que los complican. ¡Teléfono para los jueces Ariel Lijo y Claudio Bonadio!

Pero cuando la Argentina nació, ya la violación de la ley y el contrabando formaban parte de su ADN; nada ha cambiado desde entonces, como no sea el agravamiento de los hechos y el suicidio colectivo de un país que, hace cien años, era una verdadera potencia y la quinta o sexta economía mundial.

Me pregunto cuáles habrán sido, en la reunión en cuestión, amén de las viandas y los mostos, que imagino exquisitos, los favores prometidos e intercambiados entre los asistentes: ¿alguna forma de amnistía para los funcionarios, empresarios y banqueros ladrones?, ¿fondos frescos (y negros) para las campañas políticas, anoréxicas desde el estallido de los “cuadernos”?

Las agencias anticorrupción, con toda lógica, avanzaron esta semana ante la Justicia buscando el procesamiento por lavado de dinero de los protagonistas de esa causa. Y digo que es totalmente razonable que lo hicieran, ya que el producto de los sobreprecios que el Estado se vio obligado a pagar en todas, todas las obras públicas del kirchnerismo, terminó en cuentas del exterior de ex-funcionarios y hombres de empresa y luego fue objeto del blanqueo, pese a su origen ilícito.

Para completar el cuadro del fangal siniestro en que se mueve la Justicia, que describí la semana pasada, recomiendo una imprescindible nota de Andrea Palomas Alarcón (http://tinyurl.com/y5w9f6dy).

Finalmente, aplaudo el tardío (llegó cuatro años después) decreto del Gobierno para autoimponer al Ejecutivo nacional un claro procedimiento que impida o, al menos, dificulte la continuación de la corrupción sistémica que tanto nos ha costado; sería deseable que los otros poderes, el Legislativo y el Judicial, hicieran suyas esas mismas normas, y que éstas se replicaran en las distintas administraciones provinciales. Como se ve, adoro las utopías.

Bs.As., 13 Abr 19



Bs.As., 13 Abr 19


viernes, 5 de abril de 2019

Veletas y arbitrariedades




Veletas y arbitrariedades

“Señora de ojos vendados, 
con la espada y la balanza 
a los justos humillados 
no les robes la esperanza. 
Dales la razón y llora 
porque ya es hora”.   
María Elena Walsh

Debo confesar, sin ambages, que la principal sensación que hoy me embarga es el asco; es tan fuerte que he asumido el compromiso íntimo de dejar de ejercer mi profesión de abogado, después de más de cincuenta años, tan pronto concluya el último juicio que atiendo.

En la Argentina, la Justicia ha dejado de existir hace tiempo, pero las manifestaciones actuales de esa muerte son tan graves que no podría aceptar nuevos clientes a los cuales prometerles proteger sus legítimos derechos. Porque ya no sé si serán juzgados con apego a la ley o si, por el contrario, serán víctimas de la arbitrariedad y de la ignorancia de los jueces o de los inmundos intereses políticos o monetarios de los poderosos.

Estamos asistiendo a un trágico sainete: los tribunales orales federales que habitan en Comodoro Py se han dedicado los últimos días a jugar a la “mancha venenosa” con las causas en las que se investigó -y se deberían juzgar- los hechos que jalonaron el período en que se produjo el mayor saqueo que pueda recordar nuestra historia. Ningún juez quiere asumir esa tarea porque los duros vientos de la política están impactando en las veletas que coronan sus testas, que son las que siempre determinan los procederes de los magistrados, que especulan con los plazos procesales para evitar asumir las obligaciones que el ejercicio de sus cargos implica.

Traduzco: ante la probabilidad de un regreso del kirchnerismo al poder, y sabiendo de la espada vengadora que trae en la mochila, el terror cunde en los despachos y los pasillos del emblemático edificio. Los tribunales recurren a triviales argumentos para apartarse de las causas más resonantes –Los Sauces, Hotesur, etc.- y enviarlas nuevamente a sorteo para que otros colegas se hagan cargo; éstos, a su vez, repiten el procedimiento y la calesita sigue girando al ritmo del tango “Las cuarenta”.

Todo eso implica que Cristina llegará a las distintas etapas electorales sin haberse sentado en ninguno de los juicios orales que la afectan. En ese objetivo coinciden su preocupación por la suerte de su hija, la cobardía de los jueces y la intención del Gobierno de tenerla como único sparring en las elecciones de octubre. ¿Terminará todo esto en impunidad generalizada que garantizará el peronismo, como siempre ha hecho a lo largo de la historia? 

Esta situación no es nueva, ya que viene repitiéndose ininterrumpidamente desde que el menemismo prostituyó a la Justicia federal con sobres de dinero que repartía, comprándole impunidad, la Secretaría de Inteligencia del Estado con sus fondos reservados.

Pero el episodio de la ya innegable fuga de Florencia Kirchner a Cuba, inexplicablemente autorizada por quienes debían impedirla, es la frutilla que coronó el indigesto postre. Y su sabor se hace más desagradable aún con la condescendencia y tolerancia que muestran los jueces ante su notoria desobediencia a las órdenes de presentar su historia clínica y regresar al país. ¿Dónde está entonces la igualdad ante la ley?

Ahora están preocupados por el vencimiento de la prisión preventiva de Lázaro Báez, ya que ha pasado en prisión tres años, y sólo la extendieron por ocho meses más. ¿Y qué hay de los presos políticos del kirchnerismo, 500 de los cuales llevan más de diez años en esas condiciones, mientras Cambiemos mira para otro lado?

Y qué decir del escándalo que constituye la causa instruida por el Juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, donde ruedan en el fango vociferantes y arrepentidos espías, falsos abogados, extorsionados y extorsionadores, ofreciendo un espectáculo indigno por donde se lo mire.

Pero, ¿qué se puede esperar de los tribunales inferiores si la propia cabeza del Poder Judicial, la Corte Suprema, se ha convertido en una bolsa de gatos, que exhibe impúdicamente sus bastardos “sensualismos de camastros”, como diría Leopoldo Lugones?

¿No fue su ex Presidente, Ricardo Lorenzetti, quien se dio el lujo de decir públicamente que la persecución a los militares que derrotaron a la subversión, desatada arteramente por Néstor Kirchner, era una “decisión consensuada” con los demás poderes como política de Estado?, ¿no ha ratificado ahora esta Corte que para ellos no rigen los esenciales principios de inocencia y de ley más benigna?

Es la primera obligación de todos los ciudadanos luchar para recuperar  la Justicia, porque ella debe ser la verdadera defensora de nuestros derechos frente al Estado y la custodia del cumplimiento de nuestras obligaciones para con él, tal como lo establece la Constitución Nacional, ese contrato que nos permite vivir en sociedad, que firmamos y hemos dejado de cumplir hace muchas décadas. Con una Justicia preparada, imparcial y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será.

Bs.As., 6 Abr 19