viernes, 26 de febrero de 2021

Ladrones inspirados y enredados

 


Ladrones inspirados y enredados

por Enrique Guillermo Avogadro

 

“Un hombre que carece de normas morales y hoy hace lo que ayer

 criticaba, no puede nunca representar lealmente a sus conciudadanos”.

 José de San Martín

 

El jueves la Argentina conmemoró el nacimiento del Padre de la Patria y, en Yapeyú, el Presidente Pinocho dijo inspirarse en él cada vez que los medios de prensa lo obligan a enredarse en discusiones inútiles, como aquélla que se vincula al affaire “Vacunatorio VIP”. Me gustaría preguntarle si se refería a la frase que sirve de epígrafe a esta nota.

 

 En la conferencia de prensa que brindó con Antonio Manuel López Obrador en México, se lo vio desencajado y desorientado y, en verdad, ese estado está totalmente justificado. Puedo garantizarle, querido lector, que el tan complicado tema de las vacunas robadas en beneficio de canallescos personajes vinculados al Frente para Todos recién comienza: amigos periodistas disponen de muchas listas de esos privilegiados en todo el país.

 

Eso se ve reflejado diariamente en las encuestas, que muestran el rechazo que produce, aún entre la rocosa base del kirchnerismo, la profunda amoralidad que aqueja al Gobierno, capaz de sacrificar la vida de médicos, docentes, abuelos y padres para asegurar inmunidad a sus dirigentes. Todos los días trascienden los dramas que viven los adultos mayores, un genocidio en que mueren a mansalva, mientras se inocula a gobernadores, intendentes, diputados y senadores, suegros varios, hijos y cónyuges jóvenes, bailarinas expertas en economía, asesores de prensa, extorsionadores sindicalistas millonarios y hasta fotógrafos presidenciales.

 

El ex Ministro Ginés González García, convertido oficialmente en el único responsable del latrocinio, dijo “si hablo se cae el Gobierno”, y seguramente lo hará si la Justicia lo procesa por la conducta descripta en el artículo 261 del Código Penal[i], el mismo que el Presidente Pinocho, que falsamente dice ser profesor en la materia de la UBA, demuestra ignorar. Espero que esa amenaza no le cueste la vida al funcionario despedido.

 

También cunde la desesperación en el Instituto Patria, madriguera de la PresidenteVice, porque la condena a Lázaro Báez -¿continuará en silencio tras el fallo contra sus hijos?- acerca el huracán a Cristina Fernández. Ninguno de los disparates que ha intentado para detener los innumerables procesos que la afectan ha tenido éxito, y esta sentencia al testaferro de los Kirchner y constructor del faraónico sepulcro de don Néstor, quebró definitivamente el relato y recordó a la sociedad cuántas penurias y cuánto hambre podrían haberse evitado si el Estado contara con las siderales sumas robadas por la banda delictiva que hoy encabeza su viuda.

 

Para que quienes no son abogados sepan por qué Báez, Amado Boudou, Julio de Vido, Milagro Salas y tantos otros no volverán, por ahora, a la merecida cárcel, me parece útil explicar cómo es el perverso andamiaje judicial que garantiza esa impunidad: ante la denuncia de un delito, un Juez comienza la investigación, permanentemente controlado por la Cámara Federal (3 jueces), cuyas resoluciones son revisables por la Cámara de Casación (otros 3) y, eventualmente, por la Corte Suprema (5 más). Si al finalizar esa etapa, el Juez considera, en principio,  acreditado ese delito, eleva la causa a un Tribunal Oral (otros 3), cuyo proceder también es controlado por Casación y la Corte.

 

Al finalizar el juicio oral, se dicta la sentencia, que siempre es apelada y revisada por Casación y la Corte, por lo cual no queda “firme” hasta tanto esta última lo resuelva. Mientras todo eso ocurre, y lleva años, los condenados no van presos, salvo que se trate de los militares imputados por crímenes de lesa humanidad, para los cuales estas básicas garantías no rigen. Ahora, además, el kirchnerismo pretende que las sentencias también sean revisadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos antes de adquirir esa firmeza; o sea, a los quince jueces que intervinieron en el proceso y fallaron contra los ladrones, se quiere agregar otra instancia y quitarle a la Corte su carácter de Suprema. ¿Me expliqué bien?

 

Pero la inquietud de los Fernández² en relación con las elecciones de este año contiene otros componentes. La imagen del Gobierno se deteriora a diario por la percepción de la corrupción, por la insuficiencia de los sistemas de contención del hambre y la miseria, por la proliferación del narcotráfico y la violenta inseguridad cotidiana, por la imparable inflación y el deterioro del poder adquisitivo de salarios y planes sociales, por la catástrofe educativa. Y sabe que, si no obtuviera un resonante triunfo en las legislativas, la jefa oficial terminará condenada por sus múltiples delitos.

 

Hoy mismo, a las 1800, saldremos a las calles y plazas de todo el país a decirles que no pueden robar más, se trate de dinero, empresas o vacunas, que deben renunciar todos los involucrados en esos delitos y que, finalmente, no lograrán la anhelada impunidad.

 

Bs.As., 27 Feb 21

 



[i] ARTICULO 261. - Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo. Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por una administración pública.

viernes, 19 de febrero de 2021

¿Saben qué nos jugamos?

 


¿Saben qué nos jugamos?

por Enrique Guillermo Avogadro

 

“Demasiado tardíos los laureles que florecen sobre la tumba”.

 Marcial

 

Una vez más, el oficialismo busca cambiar las reglas en medio del partido; ahora, el objetivo es demorar o suspender las PASO, falsamente ilusionado con  que alguna mejora en la catástrofe económica y social que ha generado pueda mejorar el deprimido ánimo de la ciudadanía. Y la oposición, siempre pava, parece estar bailando con la música insolente pero muy afinada que surge de las ventanas del Instituto Patria y, sobre todo, ser incapaz de ofrecer una propuesta que enamore a ese 30% fluctuante que decide los resultados; apostar todo al voto “espanto” parece suicida, en especial en el Conurbano sur.

 

Me parece razonable suprimir las primarias en aquellos distritos electorales en que sólo exista una lista de candidatos e, inclusive, en aquellas categorías (senadores, diputados, etc.) en que suceda lo mismo. Pero no debemos perder de vista la obvia maniobra que, como ha ocurrido en el pasado, permitiría a los gobernadores feudales presentar varias listas y transformar las verdaderas elecciones de octubre en una interna del Partido Justicialista, que les asegurará, en algunas jurisdicciones, quedarse con los dos senadores por la mayoría y, también, con el de la minoría.

 

Este año nos jugaremos el futuro, nuestro y de las generaciones que nos sucederán. La importancia crucial de estas elecciones legislativas radica en que, si el oficialismo se hiciera con los diputados necesarios para acceder al quórum propio, tendrá allanado el camino a una reforma constitucional que sepultará, para siempre, a la República y, con ella, a la democracia y la libertad. Si bien hoy mismo hay algunos legisladores que han demostrado su permeabilidad frente a los requerimientos del Gobierno, vaya a saber a cambio de qué, el tema aún le resulta incómodo, como se puede comprobar con su fracaso en sus proyectos de reformar al Poder Judicial para garantizar la impunidad de la PresidenteVice.

 

De todas maneras, las embestidas contra la Justicia no cesan, mientras la Corte, cuya obligación principal es decidir sobre la inconstitucionalidad de los disparates y mamarrachos que pergeña y vocaliza permanentemente el elenco estable de los militantes, guarda un peligroso silencio. Las primeras espadas de Cristina Fernández en la materia (Carlos Zannini, Graciana Peñafort, María de los Angeles Sacnun, Vanesa Siley, Eugenio Zaffaroni, etc.) siguen, con prisa y sin pausa, en su tarea de destrucción de las instituciones y de persecución a jueces y fiscales díscolos.

 

Todas esas reacciones, de todas maneras, generan una certidumbre: nuestra “arquitecta egipcia” y su corte están más que preocupados, porque no hay registros históricos de un triunfo electoral en medio de un estallido inflacionario como el que estamos viviendo y con una pobreza que, bien medida, llega al 50%. Y los gobernadores, que fuman bajo el agua y han comenzado a desligar sus propias elecciones de la nacional, son una cabal prueba de ello.

 

Con sólo recordar cuántos subsidios llegan a los más necesitados se puede comprobar que sólo cubren a una proporción muy pequeña de los mismos, y el resto pasa, literalmente, hambre. Y es que el Gobierno tiene un problemón entre las manos: es imposible hacer populismo masivo sin recursos aunque, para intentarlo, logrará dejarnos sin gas ni luz, sin comunicaciones ni Internet, sin alimentos en las góndolas y, como siga así, sin exportaciones de granos ni ganado.

 

Como espanta a los inversores con sus idas y vueltas y con su creciente y nefasta intervención en todos los mercados, tampoco estará en condiciones de contar con un mercado laboral privado que pueda absorber la gran cantidad de desocupados que, además, carecen de preparación para acceder a trabajos cada vez más sofisticados, tanto por la demencial destrucción de la educación profesional secundaria y terciaria, cuanto por la fuga masiva de cerebros y empresas que, al igual que lo que sucede en Venezuela, huyen de nuestro país por desesperación y por miedo a la miseria generalizada que produce el socialismo del siglo XXI.

 

Todos los días veo signos que confirman mis peores pronósticos: los controles y los virulentos ataques a las compañías alimenticias a las que se pretende culpar por la inflación, cuando la verdadera causa es la emisión desbordada de pesos para sostener un gasto público que, además de dilapidado es ineficiente y pobrista, impedirá que se llegue a un acuerdo con el FMI y derivará en un nuevo default con el Club de Paris; tras ello, sólo quedará China como financista de este régimen nefasto, y a ella le pagaremos con nuevas claudicaciones de soberanía y le permitiremos transformarnos –como está haciendo en muchos países- en una colonia sólo proveedora de materias primas para alimentar a su creciente industria. Le sugiero, al respecto, ver un espléndido documental de la televisión alemana en dos partes: https://www.youtube.com/watch?v=l322kC4NJ_Q&t=35s y https://www.youtube.com/watch?v=QYyVjhAU9V4&t=19s.

 

Todavía estamos a tiempo de evitar ese triste final, pero sólo lo lograremos si tomamos conciencia de la importancia que tendrán las elecciones de este año y no dispersamos el voto de la oposición. Si perdemos, la única salida será Ezeiza.

 

Bs.As., 20 Feb 21

viernes, 12 de febrero de 2021

Alberto y Cristina, golpistas




Alberto y Cristina, golpistas

por Enrique Guillermo Avogadro

 

“Al fin y al cabo, en una democracia el valor de

 la palabra adquiere una relevancia singular”.

Alberto Fernández

 

El domingo, el matón de cartón pintado que ejerce como Presidente concedió una entrevista a Página 12 en la cual, lisa y llanamente, avisó que el mamarracho al que llaman Frente para Todos detonaría un golpe de Estado contra el Poder Judicial de la Nación. Manifestó tener una “cierta impotencia porque es un poder autónomo en la República” y le preocupa porque “La Corte actúa con una discrecionalidad pasmosa”; olvidó que juró respetar la Constitución hace sólo catorce meses. El martes, el golpe se concretó cuando una comisión bicameral, que reúne a las principales espadas cristinistas, resolvió que la Corte dejara de ser Suprema.

 

Las razones para tamaño dislate hay que buscarlas en el Instituto Patria, la maloliente guarida en la que buscó refugio la PresidenteVice, rodeada por sus más importantes cómplices en el saqueo y sus más enfervorizados militantes. Y es fácil encontrarlas, pues todos los esfuerzos que ha desplegado para que los jueces la absuelvan –algo que, según ella, ya logró de la historia- no han tenido, al menos hasta ahora, éxito alguno. Y el tiempo se le escurre entre los dedos, toda vez que ha transcurrido el 29% del mandato de su sirviente y este año, mal que le pese, habrá elecciones que no le prometen demasiadas alegrías.

 

El Presidente Pinocho carece de un plan económico, que tantos propios y ajenos le reclaman, y de un plan de salud para combatir la pandemia, ya que tampoco tiene dólares para comprar las esenciales vacunas. En cambio, tiene un plan muy preciso para liberar a su jefa de sus cuitas judiciales y, de paso, cuidar el patrimonio que ella ha robado a todos los argentinos.

 

Precisamente esa terrible inquietud que aqueja a su mandate es la que justifica el golpe institucional que se le ha encomendado ejecutar. La Corte guarda silencio frente a los insólitos recursos de queja interpuestos por los abogados de Cristina Fernández en las causas que la afligen y, conociendo la forma en que se mueven los operadores judiciales de esta delincuente, es razonable pensar que ella sabe que las resoluciones no le serán favorables y que los juicios –Ruta del Dinero K, Vialidad, Memorandum con Irán, Hoteles, etc.- seguirán su curso inexorable, aunque lentísimo.

 

Pero hoy la cuestión es otra. El kirchnerismo aprendió de la experiencia de 2015, cuando su exceso de fe y, sobre todo, su omnipotencia lo expulsaron de la Casa Rosada y del trono de La Plata, donde pretendía imponer a Anímal Fernández como Gobernador de su principal bastión electoral. No repetirá esos errores y, para evitar convalidar un triunfo opositor en las legislativas de 2021, que bloquearía definitivamente el proyecto de impunidad, hará lo que sea necesario, llámese fraude, alteración del cronograma electoral, persecución al periodismo y a la oposición, compra de voluntades, emisión descontrolada para pagar subsidios y, en último recurso, hasta ocupación de las cámaras del H° Aguantadero, al mejor estilo de Nicolás Maduro.

 

Los ex mandatarios que integran el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla (Dilma Rousseff, Fernando Lugo, Mel Zelaya, Evo Morales) no fueron desplazados por votos sino por sociedades civiles que se pusieron de pie para evitar perder a sus repúblicas en manos del chavismo. Los banderazos pueden ser útiles para galvanizar la voluntad de los pueblos, pero no moverán un ápice al Gobierno.

 

Y quien esté pensando en los cuarteles para defender a la República se equivoca. Todos los oficiales en actividad de las fuerzas armadas egresaron de los institutos de formación en democracia, y sujetarán su accionar a la ley; la era de las revoluciones militares ha pasado ya y, para comprobarlo, basta mirar alrededor. Por lo demás, tienen muy presente cómo se comportó la sociedad en los últimos años que, con su cínico e hipócrita silencio, ha permitido al kirchnerismo y al macrismo, violando todas las normas procesales que rigen en el mundo desde 1789, mantener en la cárcel a dos mil de sus hombres, todos ancianos y enfermos a los cuales se les niegan todos los derechos, por supuestos hechos cometidos hace más de cuarenta años. ¡Ni los condenados en Nuremberg sufrieron un trato similar! Con los artículos del Código Procesal que puso en vigor la comisión el martes, que garantizan que nadie quedará preso en la Argentina, todos ellos deberían ser liberados de inmediato, salvo que el H° Aguantadero vuelva a sancionar una ley “interpretativa”, como lo hizo con el 2x1, y disponga que ese beneficio no se aplica a estos verdaderos presos políticos.

 

Carlos Mira acertó (tinyurl.com/142eh9er) al decir que el Gobierno se comporta como un ejército de ocupación. Esos flagrantes procederes de los Fernández², violatorios de la Constitución -cuando desconocen la división de poderes- y confiscatorias -cuando incrementan la monumental presión impositiva en su afán por recaudar sin reducir el demencial gasto público-, convierte a la parejita feliz en mandatarios ilegítimos y, así, habilitan la resistencia de la ciudadanía, al mejor estilo de Fuenteovejuna. Los métodos de los que disponemos para ejercerla son variados, y van desde una rebelión fiscal y un paro general empresario y agropecuario, hasta una “primavera árabe”, que consiguió derrumbar regímenes abroquelados por décadas. 

 

Como dijera el fundador del peronismo -ese movimiento de dirigentes cobardes y con esfínteres suturados al cual estos crápulas dicen ahora pertenecer- mientras repartía alambre de fardo: si lo entienden (los Fernández²) por las buenas, mejor pero, si no lo entienden, ¡pobre de ellos!

 

Bs.As., 13 Feb 21 

viernes, 5 de febrero de 2021

Roma, no; Cristina, sí

 


Roma, no; Cristina, sí

por Enrique Guillermo Avogadro

 

“Si las personas corrompidas están relacionadas entre sí, y

 constituyen una fuerza, las honradas deben hacer lo mismo”.

 Leon Tolstoi

 

La historia cuenta que unos germanos que, traicionando a los suyos, habían permitido un gran triunfo a las legiones en las Galias pretendieron reclamar su premio; el Tribuno los mandó matar explicando: “Roma no paga traidores”. Más de dos mil años después, la PresidenteVice sí lo hace y, anteayer, se aprobó la renovación en su cargo de la Juez Silvia Mora, mujer de Ricardo Recondo, quien tiene setenta y cinco años de edad y estaba obligada constitucionalmente a renunciar. Como bien dijo el Senador Ernesto Martínez (Córdoba-Frente Pro), aquí Cristina ha regalado a los cónyuges un bien ganancial en pago del cambio de posición de aquél.

 

El H° Aguantadero pagó esos treinta denarios al Juez Recondo, representante de sus pares en el Consejo de la Magistratura, por la traición que cometió al desertar del bloque opositor y votar, con el oficialismo, para devolver al Juez Eduardo Farah a la Sala II de la Cámara Federal; éste había solicitado el traslado para evitar su juicio político por haber liberado a Cristóbal López. Debemos recordar que, a fines de 2020, la Diputada Graciela Camaño, del bloque de Roberto Lavagna, también cambió bruscamente de bando y habilitó que los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, tan peligrosos para la PresidenteVice, fueran puestos en cuestión; las malas lenguas dicen que la compensación económica por esa voltereta lo recibió su marido, el sindicalista Luis Barrionuevo.

 

Peor aún, Recondo también votó para incluir en la terna elevada al Ejecutivo los nombres de Alejo Ramos Padilla, el militante Juez federal de Dolores que inventó un espionaje para intentar voltear la causa de los “Cuadernos”, que desde anteayer ocupa el Juzgado Federal N° 1 de La Plata (con competencia electoral en toda la Provincia de Buenos Aires) y de Roberto Boico, abogado de Cristina Fernández, Amado Boudou y Oscar Parrilli, propuesto también como integrante de la misma Sala II.

 

La Corte Suprema continúa guardando un peligroso –para la sociedad- e injustificado silencio, ya que tiene a estudio –desde hace cinco años- la sentencia de inconstitucionalidad de la reforma al Consejo de la Magistratura que, a instancias de Cristina Fernández, implicó darle al sector político el peso que hoy tiene, en desmedro de los estamentos de los jueces y los abogados. Le bastaría con confirmar ese fallo para que nada de lo que el kirchnerismo pretende en la Justicia pudiera concretarse.

 

Asombra al mundo que sea la propia acusada de una monstruosa corrupción y de la traición a la Patria que significó transar con un Estado terrorista que voló la Embajada de Israel y la AMIA y que busca desesperadamente su impunidad y la de sus hijos, quien elige a los jueces que deberán juzgarla y hasta permitirle eventualmente instrumentar las trampas precisas para ganar las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, su bastión político esencial.

 

Resulta más que razonable el apuro que demuestra Cristina Fernández por avanzar sobre la Justicia que, justificadamente, la persigue como delincuente multi-procesada. Su ideal sería obtener, en las legislativas de este año, un caudal tal de votos que le permitiera alcanzar en Diputados las bancas necesarias para tener quórum propio, como lo tiene en el Senado; con ello, podría desplazar al Procurador General, Eduardo Casal, designar como jefe de los fiscales a otro militante, y soñar con intervenir la Corte, sea creando un nuevo tribunal intermedio, sea ampliando el número de sus miembros para garantizar que la mayoría de los jueces reciba con cariño las causas que tanto la comprometen cuando lleguen a esa instancia.

 

Pero ese sueño está comprometido por la enorme crisis económico-social que las medidas del Gobierno –la “cuareterna”, el cepo al dólar y la ideológica persecución al campo y al capital privado- han producido y cuya reversión –si se lo quisiera- llevará un tiempo que no resulta acorde con los tiempos electorales. El cada vez más extenso Conurbano está al borde de estallar por el hambre y la desocupación, la creciente miseria, la inseguridad cotidiana y la proliferación del narcotráfico, que tanto perjudica a los chicos sin clases, y ya no hay a quién echarle la culpa; ese peligroso caldo queda aún más picante cuando se le agrega el descontento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el mismo que estalló a fines de 2020.

 

La mortal carencia de reservas está detrás del cepo a las importaciones, que está llevando a la paralización de muchos sectores que dependen de insumos extranjeros para producir y al desabastecimiento que ya se nota en góndolas y comercios;  puede también explicar las dificultades que muestra el Gobierno para cerrar contratos con los fabricantes de vacunas. La pandemia y la natural dependencia de subsidios oficiales de los más perjudicados por sus efectos sobre el consumo y el trabajo requerirá que continúe la emisión de pesos que, claro, seguirán perdiendo valor diariamente, y la inflación de este año superará el 50%, afectando a salarios y jubilaciones. Todo un complicado cocktail para tan cruciales elecciones.

 

Mientras tanto, la oposición continúa casi inactiva; sólo aparecen algunos legisladores que gritan en las cámaras contra los atropellos y Patricia Bullrich, que se desmarca de las palomas de Cambiemos. Ojalá esa actitud obedezca sólo al famoso consejo de Napoleón Bonaparte: “Si el enemigo se está equivocando, no lo interrumpas”.

 

Bs.As., 6 Feb 21