viernes, 26 de junio de 2020

¿Sólo torpeza?





¿Sólo torpeza?
por Enrique Guillermo Avogadro


“Los populismos del tercer mundo, una caricatura de los totalitarismos, fueron
 semitotalitarios escondidos en un marco democrático. El parlamento siguió funcionando
 pero subordinado al poder ejecutivo, y la prensa fue sometida a todo tipo de presiones”.
 Juan José Sebreli


Tras la oscura niebla generada por la pandemia, agravada por cien días de inédito confinamiento (se cumplen hoy), dispuesto en un país que entró en ese complicado escenario arrastrando la generalizada crisis que lo golpea desde hace, al menos, nueve años, el Poder Ejecutivo está modificando violentamente el marco institucional y el tejido socio-económico, ambos bien endebles por cierto, en que vivimos. Si en el mundo entero la cuarentena se ha convertido en el experimento de control social más grave de la historia, aquí adquiere características alucinantes.

Apoyado en un comité de “expertos” –que no pueden tener experiencia alguna por tratarse de un nuevo virus, como lo demuestran las muchas diferencias de opinión sobre las medidas preventivas y sobre los tratamientos aplicables en cada país- el Gobierno optó por una medida que producirá más enfermedades y muertes que las que se han evitado pues está destruyendo, en muchos casos en forma terminal, a miles y miles de empresas, las mismas que resultarán imprescindibles en la post-pandemia para una sociedad pauperizada. Mientras otros países tratan de evitar que los emprendedores colapsen con un apoyo monumental y quita de impuestos, en la Argentina se les impide trabajar y producir, y se persigue –hasta con actos de vandalismo- al único sector capaz de generar las esenciales divisas.


El Gobierno utiliza el ya injustificable encierro para intentar aplanar otra curva, la de la grave inflación y la consecuente corrida al dólar, fundada precisamente en la inexistencia de moneda, que se acentuará por la brutal emisión actual, que parece no tener límite.

La curiosa gestión del Ministro Martín Guzmán en la refinanciación de la deuda externa, que ya nos ha costado unos US$ 10.000 millones adicionales desde diciembre, parece destinada al fracaso. Podría achacarse a una mera torpeza de un profesor nada habituado a negociar con los grandes fondos de inversión pero, en realidad, se debe a la ideologización que le ha impuesto su maestro, Joseph Stiglitz, que pretende transformar nuestro problema en un leading case para futuras conversaciones entre países deudores y fondos acreedores.

El caso Vicentín es otra muestra de esa situación: el Presidente cometió un grave error de derecho al firmar el decreto de intervención transitoria y anunciar el envío de un proyecto de expropiación al H° Aguantadero, y eso quizás podría achacarse a la notable y general impericia que exhibe el gabinete de “científicos, no de CEO’s” (sic) de Alberto Fernández, pero también en este tema la realidad es otra: obedeció a la decisión de Cristina Fernández de hacerse de una participación en el mercado granario pero, sobre todo, a su ansia de venganza por el grueso sopapo que le propinó el campo, a través de Julio Cobos, en 2008.

El efecto seguramente no deseado fue que la empresa –cuya existencia era ignorada por la enorme mayoría de la ciudadanía hasta el día anterior al desaguisado presidencial- se convirtió en bandera en la reciente y multitudinaria protesta contra la prepotencia kirchnerista. Eso quizás, sólo quizás, evite otro zarpazo sobre SanCor, que tiene tantos o más problemas.

Pero todo ello empalidece frente a la actitud del Ejecutivo de violentar la Constitución y las leyes. El miércoles se dio un caso paradigmático en el Senado, cuando la Vicepresidente que, como tal, ejerce la Presidencia del cuerpo, no sólo modificó arbitrariamente la agenda legislativa sino que, para obtener la constitución de una comisión investigadora sobre los créditos recibidos por Vicentín durante la gestión macrista, negó a la oposición la palabra y violó el reglamento que exige, para conformarla, el voto afirmativo de dos tercios de los senadores. Por si ello fuera poco, las facultades atribuidas a esa ilegal comisión arrasan con la división constitucional de poderes, puesto que le permite allanar domicilios, disponer la comparecencia compulsiva de testigos, etc., todo reservado a la Justicia.

Y no contenta con ello, impuso a Claudio Cholakian, fundador de Justicia Legítima, como Administrador General del Poder Judicial, es decir, quien decide cuánto, cuándo y dónde van los fondos. Podría creerse que se trata de algo intrascendente pero, si se piensa que será quien deberá darle a la Cámara Nacional Electoral, que expuso claramente el problema el miércoles, el dinero necesario para organizar tanto las PASO como las elecciones legislativas generales del año próximo, el tema adquiere una importancia más que singular para el proyecto ladri-populista de perpetuarse en el poder: ¿se invocará la falta de presupuesto para postergar los comicios en épocas de pandemia?, ¿qué métodos se usarán para alterar los resultados, si es que se celebran?

Las principales espadas mediáticas del kirchnerismo están anunciando diariamente la voluntad de su jefa de modificar la Constitución para, como dijo el propio Alberto, crear un nuevo “contrato social”, y una sociedad enferma de pánico al contagio podría mirar para otro lado ante ese despropósito y estar dispuesta a tolerar tamaño desquicio.

Por ello es imprescindible que tomemos conciencia del rumbo que Fernández² está imponiendo al Gobierno; la forma de hacerlo, como expliqué la semana pasada, es constituir en cada pueblo, barrio y ciudad grupos de ciudadanos organizados para hacer frente a todo y cualquier tentativa de terminar con la República, la Constitución y la democracia. Si usted comparte estas ideas, convenza a sus amigos y contactos, físicos y virtuales, de nuclearse para la defensa de todo un sistema de vida en libertad, tan en peligro hoy por los avances del “socialismo del siglo XXI”, que Cristina pretende liderar en Latinoamérica.

Bs.As., 27 Jun 20

viernes, 19 de junio de 2020

¡A las barricadas!


¡A las barricadas!
por Enrique Guillermo Avogadro


“Si ganamos, ¡qué importa morir!;
 y si perdemos, ¡qué importa vivir!”.
 Consigna en la guerra civil española

Como ya le conté, estoy colaborando para lograr la unidad de las fuerzas opositoras con vistas a las elecciones legislativas de octubre de 2021, en las cuales es altamente probable que el oficialismo pierda las cómodas mayorías de las que hoy dispone. Sin embargo, ante la constancia de la aceleración del kirchnerismo aprovechando el confinamiento, y con la certeza de que el “largo plazo” en la Argentina es sólo la semana que viene, también debemos actuar para impedir que, finalmente, esas elecciones no se produzcan o que sean amañadas, como tantas veces hicieron los criminales regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Las luces rojas están ya todas encendidas en el tablero de control nacional, no sólo por el manotazo a Vicentín o por el hartazgo de Latam ante la prepotencia de La Cámpora y los gremios, sino por los trascendidos que hablan de la intención de suprimir las primarias y, más que nada, por la generalizada convicción de que el kirchnerismo recurrirá a cualquier ardid para perpetuarse en el poder, como única forma de garantizar la impunidad de su jefa pero, en especial, por la vocación de ésta por convertirse en la líder latinoamericana del socialismo del siglo XXI. El fracaso de Nicolás Maduro y la asfixia económica de la gerontocracia cubana habilitan esas ensoñaciones, sobre todo si a ese escenario se incorpora un “dinero-ducto” proveniente de China; detrás del ya previsible default y la extensión indefinida de la cuarentena -con su falsa opción “vida o economía”- que destruye la moneda y el futuro, está la voluntad revanchista de Cristina para cerrar todos los caminos alternativos y llevarnos a ese brete.

Enrique de la Torre me propuso una brillante idea; para llevarla a la práctica necesitamos la ayuda de todos los ciudadanos de bien de la Argentina. Se trata de nuclear, en todo el país, en cada pueblo, barrio y ciudad, grupos de ciudadanos que, con banderas y consignas aceptadas por aquellos que nada queremos de este ladri-populismo gobernante, se transformen en una verdadera red para defender la Constitución Nacional.

Bajo esos pabellones esenciales –libertad, democracia, república- los ciudadanos de a pie exigiremos a nuestros representantes de todos los colores que se pongan a la cabeza de ese combate contra el proyecto del Foro de San Pablo se llevará puesta a la Argentina, confirmando que ésta ha dejado de ser un país independiente y viable. Cuando digo ‘todos’ me refiero a Pro, Coalición Cívica, UCR, MID, NUC, Uni2, Recrear, Peronismo Federal, a Milei, Lavagna, Espert, Gómez Centurión, etc., pero también a las entidades del campo, a los empresarios, intelectuales, economistas, educadores, periodistas y organizaciones no gubernamentales que bregan por la transparencia y contra la corrupción reinante. Ya habrá tiempo de contar los porotos de cada partido político de cara a esas elecciones tan lejanas.

Sólo con una red capilar única así podremos eludir el colapso definitivo de la democracia y de la república en nuestro país. Tenemos que gritar, en cada rincón de la Patria, “NO PASARÁN” ante cada avance del kirchnerismo sobre las instituciones, ante toda negociación espuria entre los legisladores de distintos partidos, ante toda tentativa de trucar las normas electorales para permitir la eternización del castro-chavismo en la Argentina, ante cualquier pretensión de desconocer la propiedad privada, ante todo intento de sojuzgar a la prensa independiente, ante la renovada genuflexión de los jueces frente a los corruptos, ante el renovado saqueo a las cajas del Estado, ante la tentativa de adoptar el “garantismo” a favor de los delincuentes, ante la pretensión de “democratizar” al Poder Judicial, ante la utilización de los recursos del Estado para domesticar a la población.

Si lo logramos, si conseguimos frenar a esta banda de delincuentes a la que hemos permitido –con nuestro imbécil voto- hacerse con el poder, podremos avanzar hacia una Justicia independiente, seria y veloz, modificar el sistema tributario para hacerlo más simple y efectivo, impulsar la transparencia y la competitividad de nuestra economía, volver a confiar en nuestra moneda, recuperar la educación y la salud pública, dotar a nuestras fuerzas de la capacidad de defender nuestras fronteras y recursos naturales; podremos, en definitiva, presentarnos ante la faz de la tierra como una nueva y gloriosa nación, tal como soñaba nuestro Himno original.   

Hoy, precisamente, se cumplen doscientos años de la muerte del General Manuel Belgrano, tal vez el más indiscutido de nuestros próceres y de cuya memoria pretende arteramente apropiarse el Instituto Patria, quien sacrificó vida y hacienda en el altar de la libertad. ¿Qué mejor que forma de honrarlo que salir esta tarde, a las 16:00 horas, en caravanas con banderas por todo el país para reclamar por esas mismas libertades que vemos asfixiadas por las maníacas aspiraciones de la jefa de la asociación corrupta más grande que haya conocido la Argentina? Porque terminó la ficción: Alberto Fernández, es nada más que un Presidente delegado y el vocero, disfrazado de contemporizador, del siniestro relato kirchnerista.

Bs.As., 20 Jun 20

viernes, 12 de junio de 2020

Patético Alberto




Patético Alberto

por Enrique Guillermo Avogadro


“Una sociedad en la que se veía prosperar el vicio mientras
 que la virtud no recibía recompensa, quedaba herida de
 gravedad antes, incluso, de que el enemigo abriera fuego”.
 Max Hasting

Al negar estar avanzando en camino a Venezuela e innecesariamente decir, refiriéndose a la intervención de Vicentín y el propósito de expropiarla, que la idea había sido exclusivamente suya, Alberto Fernández confirmó que la orden había emanado de la Vicepresidente, lo cual fue además ratificado por la llamativa presencia, entre los anunciadores, de la Senadora Anabel Fernández Sagasti, una de las primeras espadas de La Cámpora. Así, el disfraz usado para ganar las elecciones cayó y el Presidente quedó desnudo, mostrando en su piel la marca a fuego de Cristina Fernández; sólo faltó que se le viera, en la oreja, la caravana que permite identificar y controlar al ganado.

No voy a opinar sobre la gestión de la compañía ni acerca de su endeudamiento pero, como abogado, reitero que la única habilitada para intervenir a una empresa en concurso preventivo de acreedores es la Justicia, encarnada en el Juez comercial Fabián Lorenzini; a pedido de cualquiera de los interesados –los administradores, los síndicos o algún acreedor- debiera fulminar el decreto presidencial declarándolo nulo e inconstitucional. Y tampoco me extenderé sobre las pretendidas y absurdas razones invocadas –la “soberanía alimentaria”, la necesidad de un “testigo” en el mercado, etc.- para intentar justificar el brutal manotazo sobre la propiedad privada, ya que mucho se ha escrito sobre el tema y, sobre todo, porque motivó la fuerte reacción ciudadana en Reconquista y Avellaneda, en el norte de Santa Fe, y un monumental cacerolazo en la noche del miércoles.

Pero me detendré en la reunión con los directivos de Vicentín que tuvo lugar en la residencia de Olivos el jueves, en la cual el Presidente aceptó analizar otras “alternativas superadoras”, según hizo saber el Gobernador Omar Perotti, preocupado por su propia interna, que fungió como vocero del evento. Sin embargo, el viernes por la mañana nos enteramos que, mientras conversaban, la UIF pedía en Comodoro Py la inhibición general de bienes de los interlocutores de Alberto, de los directivos del Banco de la Nación y de Mauricio Macri y, más aún, la Casa Rosada insistió en que se avanzará con la expropiación. Obviamente, toda negociación fue vetada por Cristina.

Se reeditará así la política de que el kirchnerismo ejecutó con Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, y tantas otras empresas privatizadas por Carlos Menem y que tanto dinero nos ha costado. En el caso de YPF, por ejemplo, no sólo se pagó por las acciones de Repsol un disparate (el entonces Ministro de Economía, Axel Kiciloff, había dicho que los españoles debían a la Argentina mucho dinero), sino que nos enfrentamos a un monumental juicio en Nueva York por un monto que podría llegar a muchos miles de millones; hace dos años, describí ese proceso en una nota a la que titulé “Cristinita, ¿otros US$ 5.000 millones?” (https://tinyurl.com/yajs4kkr), en la cual sostuve que, detrás de los reclamantes, estaba la familia Kirchner. El episodio Vicentín golpeó fuerte y nuevamente a la seguridad jurídica nacional y, con ello, no solamente se justificó el pánico que los inversores tienen a nuestro país sino que se dieron nuevos y negativos argumentos a la Juez Loretta Preska, precisamente quien tiene a su cargo ese juicio, para rechazar el pedido de trasladar el pleito a la jurisdicción argentina.

Además, repercutió sobre la renegociación de la deuda que, según el Ministro de Economía, Martín Guzmán, está tan cerca del éxito. Lo extemporáneo e irracional de la medida contra Vicentín, dado que el Estado debería hacerse cargo de los pasivos de la empresa, hará que los acreedores extranjeros exijan una sensible mejora a los funcionarios argentinos y, probablemente, transforme todo el proceso en un fracaso. Hace algunas semanas sugerí que Cristina Fernández no vería con malos ojos que quedara firme el default de nuestro país, ya que confía en recibir un fuerte apoyo financiero de China que, de concretarse, requerirá de mayores concesiones comerciales y hasta de soberanía.   

Otro hecho importante sucederá en el H° Aguantadero en los próximos días, con un tema rutilante en la agenda del oficialismo: la postulación del actual Juez Daniel Rafecas como Procurador General. Si bien la oposición ha demostrado que conserva músculo para frenar los descarados avances del ladri-populismo gobernante, está sufriendo carancheo sobre sus legisladores y, si algunos de ellos cediera a las tentaciones o a las necesidades crematísticas de los gobernadores de sus provincias, el kirchnerismo tendría allanado el camino.

Pero no vaya a ser que Rafecas sea nada más que un señuelo y ocupe hoy el rol que, años atrás, tuvo Daniel Reposo, aquel candidato para el mismo cargo que había falseado su curriculum; cuando todo el arco político opositor consiguió bloquear la iniciativa, la “abogada exitosa” propuso a Alejandra ¡Giles! Carbó, cuya nominación fue aprobada casi por unanimidad, y la jefatura de todos los fiscales pasó a manos de esa aguerrida militante.

Bs.As., 13 Jun 20

viernes, 5 de junio de 2020

Alerta temprana



Alerta temprana
por Enrique Guillermo Avogadro


“Quien controla el miedo de los individuos,
 se convierte en dueño de sus almas”.
 Nicola Machiavelo

El kirchnerismo ha aprovechado el confinamiento extremo para avanzar con prisa y sin pausa sobre los derechos constitucionales y las instituciones, sobre todo aquéllas vinculadas a la disposición de fondos y al control del proceder del Ejecutivo y de las personas que ocupan cargos públicos. La ciudadanía, aún sometida a la campaña de terror iniciada por la prensa internacional y aprovechada por los populismos de todo signo, ha reaccionado a esas movidas con tolerancia bovina.

Sin embargo, la semana deparó una luz de esperanza frente a la degradación que este anómalo presente ha permitido: el jueves, la bancada opositora en el Senado, indignada por una arbitraria modificación de las reglas pactadas para las sesiones virtuales, hizo valer su número y evitó que Cristina Kirchner obtuviera la aprobación del anacrónico proyecto de ley de alquileres que, al imponer nuevas regulaciones estatales, paralizaría al mercado inmobiliario y lo haría retroceder casi siete décadas.

Lo relevante fue que esa actitud contó con el apoyo de los veintinueve senadores que integran el bloque encabezado por Luis Petcoff Naidenoff. Ese número, de mantenerse, constituiría una insuperable barrera para la intención de designar Procurador General de la Nación, es decir, jefe de todos los fiscales federales, al Juez Daniel Rafecas.

Ya que será extendida a todo el país la vigencia del nuevo Código Procesal Penal, los subordinados del Procurador pasarán a decidir la apertura –o no- de las causas judiciales por corrupción y otros delitos federales y a conducir la etapa de instrucción de las mismas, limitando a los jueces a controlar la legalidad de los procedimientos. Si recordamos que Rafecas fue quien dispuso, sin investigación, el archivo de la denuncia que costó la vida al Fiscal Alberto Nisman contra la actual Vicepresidente por la firma del memorándum con Irán, podremos tener una verdadera dimensión acerca del triunfo que ese nombramiento significaría para Cristina Fernández en su bastarda guerra contra la Justicia.

Basta sumarla a la que ya obtuvo con la designación de Carlos “Chino” Zaninni como Procurador del Tesoro, aún cuando se encuentra procesado por corrupción. Este caso es aún más grave, desde el punto de vista económico, porque se ha convertido en una enorme piedra en el zapato de la Juez Loretta Prieska, que tiene a su cargo el monumental juicio que inició en 2015 el fondo Burford Capital (¿estará Cristina Fernández detrás?) contra la Argentina por el incumplimiento del contrato social de YPF cuando se estatizó el 51% de la empresa ignorando al 25% de los Eskenazy/Kirchner, cuyos derechos compró; la magistrada rechazó ayer la posibilidad de que la acción fuera juzgada en nuestro país precisamente porque Zaninni, jefe de los abogados del Estado, podía influir en nuestra Justicia.

La sociedad entera debiera estar alerta y vigilante frente a la probabilidad de que algunos de los senadores que esta semana obedecieron la decisión colectiva del bloque opositor acompañe el proyecto kirchnerista, sea votando a favor de esa cuestionada designación, sea ausentándose de la sesión. Porque algunos gobernadores de Cambiemos, de quienes dependen los legisladores, pueden sentirse obligados por sus necesidades a acompañar la propuesta, dado que sus provincias dependen mucho de los dineros que llegan desde la Casa Rosada.

El otro punto destacable de lo sucedido esta semana está vinculada a la publicación, en el sitio “Cohete a la luna”, de Horacio “Perro” Verbitsky, de la lista de quienes sacaron dólares –calificado como “fuga” por el oficialismo, pese a ser legal- del circuito bancario. La pretensión era demostrar que los empresarios vinculados a Mauricio Macri eran los malos de la película pero, sorprendentemente, el listado estuvo encabezado por testaferros y amigos de los Kirchner, en especial por los miembros de la familia Eskenazy, quienes prestaron su nombre para la costosísima apropiación del 25% de YPF.

Puede adjudicarse ese tiro en el pie a una de dos razones: a) una nueva demostración de la torpeza con que se maneja el kirchnerismo, algo que se confirma con sólo mirar a las formas en que ha negociado la deuda y en que ha conducido las relaciones internacionales, o b) a una complicada movida interna dentro del oficialismo, también habitual como lo demuestran las contradicciones entre los ministros y sus subordinados, debidos al “loteo” que Alberto Fernández ha implementado para dar cabida a los fieles del Instituto Patria y de la Cámpora y a los jerarcas de los movimientos sociales, que se han adueñado de los fondos de ayuda a los necesitados.

Por ahora, nos mantendrán encerrados otras tres semanas. Mientras tanto, la economía continuará hundiéndose en una miseria sin fondo.


Bs.As., 6 Jun 20