viernes, 17 de marzo de 2023

Canallas de Exterior




Canallas de Exterior

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 881)

 

“Puede haber en la oposición halcones y palomas, pero ninguna de esas

 aves plantea romper el sistema institucional ni crear una hegemonía”.

 Jorge Fernández Díaz

 

El kirchnerismo, priorizando siempre la ideología a los intereses nacionales, lo volvió a hacer. No bastaron los problemas que generó al intervenir en los asuntos internos de Chile (por la repudiable conducta del Embajador Rafael Bielsa y por el asilo al asesino Galvarino Apablaza), de Bolivia (por el apoyo al ex Presidente Evo Morales en el golpe contra Jeanine Añez), con Uruguay (por la radicación allí de las pasteras, que huyeron de Entre Ríos por las coimas que pedía el ex Gobernador, Jorge Busti) y hasta con Brasil (por la visita en la cárcel a Lula da Silva).

 

Ahora, por la complicidad criminal y política que existe –siempre con el invento del lawfare- entre Cristina Fernández y Rafael Correa, condenado por corrupción y fugado, hizo estallar la relación con Ecuador. En nuestra Embajada, a cargo de Gabriel Fuks, se refugió una ex Ministro, María Duarte, con sentencia firme en la misma causa del ex Presidente. Alberto Fernández pidió el salvoconducto para permitirle salir del país invocando falsas razones humanitarias, y Guillermo Lasso se lo negó fundado en los acuerdos que vinculan a ambas naciones.

 

Entonces, Duarte se esfumó y reapareció “milagrosamente” en la Embajada argentina en Venezuela, a cargo de Oscar Laborde, quien “por casualidad” había estado visitando a su colega de cargo y militancia Fuks. Escapó en un auto con inviolable patente diplomática, y las sospechas se agravan porque nuestro Embajador había pedido retirar la custodia policial y apagar las cámaras de seguridad. Pero no terminó allí la cosa, ya que el Caracol y el tan habilidoso Ministro Santiago Cafiero descaradamente mintieron en sus conversaciones con Lasso y con Juan Carlos Holguín, su Canciller. Resultado: Fuks fue expulsado y, en represalia, Argentina hizo lo mismo con Xavier Monge Yoder, Embajador ecuatoriano aquí.

 

Volviendo al escenario interior, la repugnancia que me produjo el juicio a militares que actuaron en 1975 en el Operativo Independencia y la coetánea sentencia que habilitó a las hijas de Mario Roberto Santucho, el asesino jefe del ERP, a cobrar una multimillonaria indemnización (lo describí en mi última nota), se agravó. Y no podía ser menos, ya que no quedan ex coimeros kirchneristas presos: el ladrón Ricardo Jaime, con montones de causas por corrupción y responsable de los 51 muertos de Once, fue excarcelado por infantiles razones de salud, mientras agonizan en las mazmorras de esta hipócrita sociedad muy ancianos soldados, a los que el sistema carcelario no puede brindar la más mínima atención gerontológica.

 

El anuncio de un índice de inflación del 6,6% para febrero (102% anual), y las estimaciones del mercado que la establecen superior al 7% -tal vez, cercana al 8%- en marzo, entierran los delirios de Sergio Massa, que se imaginaba ungido por Cristina Fernández y financiado por tantos empresarios “expertos en mercados regulados”, socios del Ministro en el saqueo y, quizás, hasta por los cárteles interesados en renovar sus vínculos con la política. Pese a que ella carece de candidatos competitivos, jamás confiaría en el Aceitoso puesto que éste, como todo heredero, podría rebelarse y cumplir sus viejas promesas de echar a los ñoquis de La Cámpora y meter presos a los corruptos (¿se autodenunciará por los muchos negociados que describió Carlos Pagni el jueves en La Nación?); coincidiría con el Caracol, que dijo pretender terminar con veinte años de kircherismo.

 

Hasta ahora, probando así la autoría intelectual de quienes, en 2001, obligaron a Fernando de la Rúa a renunciar, no ha habido asaltos a los supermercados ni estallidos violentos, a pesar del 50% por ciento de pobreza y del hambre imperante. Pero la desmadrada inflación está poniendo a la sociedad en grado de ebullición, como lo muestran la intemperancia con que reacciona cotidianamente en la calle y las espontáneas puebladas motivadas por los prolongados cortes de luz. El peronismo territorial está perdiendo la crucial batalla por el control social de los barrios carenciados y cediéndole ese puesto a los narcotraficantes, que dispensan justicia en los conflictos entre vecinos, dan trabajo y dinero a los jóvenes ni-ni, reparten alimentos y ejercen el monopolio de la violencia.

 

Las declaraciones que formuló el viernes el ridículo Senador Oscar Parrilli fueron intimidantes para el futuro institucional. Ese perro faldero de Cristina Fernández afirmó que, si su dueña no fuera ¡absuelta! antes de las elecciones en la causa que la condenó por concretar el mayor robo de la historia, quien resulte victorioso carecerá de toda legitimidad; o sea, amenazó a la República con nuevas andanadas de piedras y con el resurgimiento del terrorismo que, por lo demás, ya está presente en el territorio nacional, como bien saben en Villa Mascardi y El Bolsón.

 

Salvo que “convenzan” al subnormal Axel Kiciloff de aspirar a Presidente, ese puesto lo ocupará Daniel Pichichi Scioli. y Cristina Fernández de Hotesur reculará en chancletas de su autoproscripción para ser electa Senadora por Buenos Aires y conservar así los fueros que gozan tantos miembros del H° Aguantadero. Descreo de una postulación de Mauricio Macri, a quien veo sólo con intención de ser el “gran elector” de Juntos por el Cambio, e imagino que, en las PASO, competirán dos fórmulas, con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, cada uno acompañado por una figura de la UCR. La incógnita sigue siendo qué hará y qué suerte correrá Javier Milei; hasta ahora, no abre a la política su discurso, centrado en unas exóticas propuestas económicas, y a quien no se le conocen equipos técnicos ni candidatos provinciales, además de carecer, al menos por el momento, de un partido nacional para sustentar su candidatura.

 

Bs.As., 18 Mar 23 

viernes, 10 de marzo de 2023

Varas Repugnantes

 


Varas Repugnantes

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 880)

 

"Cuando la patria está en peligro se recure a Dios y al soldado,

 cuando el peligro pasa, Dios es olvidado y el soldado … juzgado"

 

No he podido leer aún –tiene más de 1600 páginas- los fundamentos de la sentencia que condenó a Cristina Fernández a seis años de cárcel por el sideral saqueo (muy superior al monto señalado en el fallo) al que sometió a su propio país y, sobre todo, a los más pobres de sus coterráneos. De todas maneras, me obligó a reflexionar sobre otras situaciones que se dieron, por casualidad, esta misma semana; por ejemplo, la mayor pena (ocho años) impuesta a Enrique Blaksley por una estafa a privados, que alcanzó un volumen infinitamente menor, y a tantos otros delincuentes comunes.

 

Los fondos robados durante 17 años por los Kirchner (según Lilita Carrió, iguales a un PBI), que hoy sueñan en paraísos fiscales o, convertidos en diamantes en Angola, en cajas de seguridad de todo el mundo, son los que faltan en escuelas, hospitales, agua potable, salarios, viviendas, energía, puertos, caminos reales (no los de Lázaro Báez), armamento y elementos de movilidad y protección para las fuerzas de seguridad, tribunales y fiscalías, etc.. Es decir, en todo aquello que nos  convierte en un país del tercer mundo, ya capturado por el crimen organizado, cuyos enormes beneficios también ingresan, por la asociación que mantiene esta familia de canallas con la mafia; al respecto, recomiendo escuchar este esencial y breve reportaje: https://www.youtube.com/watch?v=OvBl6qFbsWU.

 

Pero dos hechos me produjeron asco e indignación. El primero: la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativo Federal –Dres. Treacy y Gallegos Frediani- firmaron una escandalosa sentencia que concedió a las hijas de Mario Roberto Santucho (el asesino jefe del ERP que quería fusilar a un millón de personas), el derecho a cobrar una monumental cifra por la muerte de su padre, a la cual sumarán las que percibirán por haberse fugado a Cuba. O sea, continúa la estafa con esas indemnizaciones (US$ 3.500 millones) que denunció José D’Angelo en el libro cuyo acto de presentación fue prohibido por Cecilia Moreau, Presidente de la Cámara de Diputados, en un repudiado acto de censura.

 

El otro, el procesamiento de militares que actuaron en el Operativo Independencia, ordenado por el Poder Ejecutivo en 1975/76, durante la presidencia de Isabel Perón para combatir al ERP en la selva tucumana. La contradicción no puede resultar más flagrante: no es aplicable la prescripción a militares que obedecieron órdenes legales, por presuntos hechos cometidos hace nada menos que ¡48 años! El propio Caracol, en el tan patético como agresivo discurso del 1° de marzo ante el Congreso, anunció que esta inicua persecución, que sólo es venganza, continuaría.

 

Y todo ello ante el silencio cómplice de una sociedad hipócrita (radicales y peronistas, gremialistas, gobernadores y funcionarios, empresarios, ejecutivos y gente común) que, cuando la violencia, las bombas, los asesinatos, las desapariciones y los secuestros que se producían por miles le impedían vivir, llamaron a las puertas de los cuarteles para exigirles terminar, como fuera, con la pesadilla. Y que hoy, únicos chivos expiatorios, mira hacia otro lado mientras mueren diariamente ancianos en las mazmorras del régimen, que vocifera su falso apoyo a los derechos humanos.

 

No se recuerdan los 30 millones que mató Stalin con hambrunas forzadas en Ucrania y en sus gulags siberianos, o los muertos de Mao, Pol Pot y tantos otros “iluminados” que reciben la protección histórica de la izquierda, pero el 27 de enero se conmemoró el Día del Holocausto, que costó la vida a ¡6 millones de personas!, principalmente judíos. Por ese crimen fueron juzgados sólo 24 jerarcas y 3 de ellos resultaron absueltos. Desde 1960, todos los crímenes del nazismo, salvo los asesinatos, fueron declarados prescriptos por el Parlamento alemán, pero sólo fueron considerados “asesinos” los máximos dirigentes; los demás, sólo “cómplices” que recibían órdenes y, así, la prescripción los alcanzó en 1968.

 

En Argentina, y por menos de 9000 muertos y desaparecidos, en 1985 fueron juzgados los 9 miembros de las tres juntas que gobernaron de 1976 a 1983, y 4 fueron absueltos. Las condenas a Videla y Massera fueron graves (reclusión perpetua) y los demás (Viola, 17 años; Lambruschini, 8, y Agosti, 4) recibieron penas menores. En especial si se las compara con las que, habitualmente, reciben –prisión perpetua y, a veces, varias- quienes obedecieron sus órdenes, inclusive aquéllos que revistaban en los rangos inferiores de los respectivos escalafones, todas en juicios amañados, ilegales y plagados de testigos, falsos pero indemnizados, y con la tolerancia y la complicidad de los asesinos togados.   

 

Con este Congreso y con esta Justicia, ¿obedecerán las fuerzas armadas una orden de reprimir al terrorismo, que ya se ha instalado nuevamente en todos los conurbanos del país, en el sur con los pseudo-mapuches más Montoneros, ERP, Sendero Luminoso y FARC, y en la Triple Frontera, con Hezbollah, Comando Vermelho y Primeiro Comando Capital? El Caracol ordenó a los batallones de ingenieros del Ejército construir casas y calles en las zonas más calientes y ensangrentadas de Rosario; los envió desarmados. Habrá que ver qué suceder si uno de ellos cae bajo las balas de los sicarios, tan decididos a concitar la atención de la prensa mundial con sus crímenes y atentados contra víctimas famosas.

 

Bs.As., 11 Mar 23

martes, 7 de marzo de 2023

Polémica en el Business, 6 Mar 23

 


viernes, 3 de marzo de 2023

Balcones se alquilan

 



 

Balcones se alquilan

por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 879)

 

“En tiempos de engaños, decir la verdad es un acto revolucionario”.

 George Orwell

 

 

El espectáculo que, con formato de tragedia, se empeña en presentar la Argentina amerita comprar abonos permanentes salvo, claro, que usted aún viva aquí; si éste es el caso, recuerde cuánto hace que le recomendé comprar cascos, augurando que lloverían piedras. Los dos acontecimientos más relevantes de la semana –el discurso de Alberto Fernández en el Congreso y el tiroteo mafioso a un comercio de la familia de Lionel Messi- son una mínima parte del iceberg de ese siniestro show, pero obligan a plantearse dos debates trascendentes y urgentes: cuánto más daño a la República y a sus instituciones estará dispuesto a producir el kirchnerismo y a tolerar la sociedad en su conjunto, y cómo debe pararse ésta frente a la inseguridad que, a esta altura, le ha hecho perder hasta el sueño.

 

Los medios de prensa y las redes sociales han hecho una minuciosa vivisección del cobarde, injuriante y falso mamarracho que leyó Alberto Fernández, lo cual me ahorra repetirlo aquí. Pero sí me referiré al flagrante delito que cometió el Caracol. El artículo 109 de la Constitución, textualmente, dice: “En ningún caso, el Presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas”. ¿No fue eso lo que hizo al decir que Cristina Fernández no había tenido un proceso legal y que era injusta su condena, o cuando criticó la medida cautelar referida a los fondos hurtados a la Ciudad, ya que ambos procesos se encuentran en trámite? La causal de juicio político es innegable, y el pedido será formulado el martes.

 

A partir del miércoles, cualquier posibilidad de diálogo con el kirchnerismo quedó descartada. No se puede siquiera conversar con este hato de furiosos subnormales que, como ya quedó claro, buscan destruir la República, tal como la describe la Constitución. Buscarán refugiarse en diferentes bunkers para combatir desde allí, con la ayuda inestimable de las almas buenas y, sobre todo, de las quinta-columnas que habrán dejado en todos los estamentos del Estado, cualquier intento de cambiar este status quo que sólo nos llevará a seguir descendiendo, como país, al peor círculo del infierno. Nos toca transitar aún los nueve meses que faltan para el cambio de inquilino de la Rosada, y nada permite suponer que la violencia estará ausente durante la campaña.

 

El Caracol avisó que continuará con los juicios de persecución y venganza contra las Fuerzas Armadas y éstas, hartas de ser chivo expiatorio de una sociedad tan hipócrita, no estarán disponibles cuando suene la hora de la espada, indispensable para luchar, con la ley en la mano, contra la subversión en todas sus formas, se trate de pseudo mapuches, de viejos montoneros, de organizaciones terroristas (Sendero Luminoso, FARC, etc.) o de bandas de narcotraficantes (PCC, CV, etc.), incluyendo los “asesores” castrochavistas presentes en la Patagonia.

 

Para poder encarar eficientemente esa batalla, es imperioso que Juntos por el Cambio (JxC), por el método que sea (¿unas PASO no oficiales?), ponga fin a la novela turca que protagonizan sus pre-candidatos, unifique el discurso y defina ya mismo quién la representará en cada jurisdicción incluyendo, en la medida de lo posible, a los militantes de Javier Milei. El Frente de Todos (FdT) aún tiene las llaves de las mayores cajas del Estado y las usará para pavimentar, con un renovado “plan platita”, el camino hasta la elecciones, aunque ello signifique dejar tierra arrasada al sucesor de la emperatriz hotelera: simplemente, no tiene otras armas para competir por el cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, crucial para la guerra de guerrillas que está planificando.

 

Desde 2015, cuando se decía que La Morsa era el jefe del narcotráfico en el país, he venido sosteniendo que los verdaderos dueños eran los Kirchner.  Dada la patológica afición al dinero que padecen, es imposible que le hayan cedido el sideral negocio a un mero lacayo; y allí radica la base del drama que hoy está ensangrentando a tantas ciudades del país. Por ejemplo, la Hidrovía, principal ruta de trasiego de estupefacientes, está a cargo del Instituto Patria, el fanático think tank de la arquitecta egipcia.

 

A la luz de lo que aquí está pasando, me parece que se abre otro debate imprescindible. Cuando se pregunta en la calle por los piquetes, la unánime respuesta es que debe terminarse con ellos, pero sin reprimirlos; ¿se supone que abandonarán las calles por amor al prójimo, cuando en ellas los gerentes de la pobreza tienen una fenomenal arma extorsiva? En esta Argentina tan demente, por la estupidez garantista de Eugenio Zaffaroni, el ex miembro de la Corte acusado de evasor fiscal y de destinar sus propiedades a la prostitución, las cárceles son meras colonias de vacaciones: a los presos les pagamos un salario y les permitimos el uso de celulares y el acceso irrestricto a Internet y, con lo cual siguen  dirigiendo sus negocios y la sanguinaria violencia con que los protegen.

 

Esta misma semana, el Presidente de El Salvador, Najib Bukele, ocupó los titulares en todo el mundo por el modo –criticado, como siempre, por las entidades de derechos humanos de los delincuentes- en que ha rescatado a su país del terrible flagelo de las maras, las organizaciones criminales que lo habían hecho alcanzar siderales cotas de muertes con sus asesinatos. Inauguró una cárcel de extrema seguridad y trasladó a ella a los primeros seis mil detenidos a los cuales, no sólo les aplica un régimen riguroso de aislamiento sino que las familias deben pagar su sustento. Su popularidad se eleva al 97% y, a pesar de su autoritarismo, ha salvado al país de las mafias.

 

Para combatir delitos graves (narcotráfico, terrorismo, trata de personas, lavado de dinero, contrabando de armas, corrupción activa o pasiva, etc.) y terminar con la complicidad de jueces, fiscales, funcionarios y policías, ¿por qué no imitar en alguna medida su proceder y construir establecimientos carcelarios federales en medio de la Patagonia, obligar a trabajar a los reclusos para pagar por sus uniformes y comidas e impedir sus comunicaciones? También habría que rotar permanentemente a los penitenciarios, para minimizar tentaciones y riesgos.

 

Bs.As., 4 Mar 23