viernes, 24 de mayo de 2019

Mundos raros y curiosos olvidos





Mundos raros y curiosos olvidos


“Ninguno de los tres poderes que presiden la organización social es capaz
 de causar el número de miserias con que los encargados de la autoridad
 judicial afligen a los pueblos cuando frustran el objeto de su institución”.
 José de San Martín


Es sabido que la Argentina es de una originalidad nefasta pero creo que hemos logrado contagiar al mundo de nuestra extraña y suicida locura. El Brexit y el avance de los populismos nacionalistas y separatistas en Europa, que amenazan terminar con el período de paz y crecimiento más exitoso y prolongado de su historia, la paulatina degradación de los acuerdos climáticos y nucleares, la renovada guerra comercial entre Estados Unidos y China, el peligro de un nuevo conflicto armado con Irán, la probada incapacidad de la comunidad internacional para poner fin al desastre humanitario de Venezuela, etc., justifican esa creencia.

En el plano local, el denigrante espectáculo que ofrece el Poder Judicial, desde la Corte Suprema, en manos de una mayoría que tiende a garantizar impunidad a los saqueadores (debemos seguir evitándolo, como hicimos la semana anterior), pasando por la Cámara Federal de Casación, con miembros que se tiran en público de los pelos, y plagada de jueces inmorales e inexplicablemente enriquecidos, no deja de llamar la atención de toda la región, donde se avanza sin pausa contra la corrupción. No es para menos, ya que aquí esos mismos magistrados han conculcado, pese a que constituyen derechos constitucionales, los principios de igualdad ante la ley, inocencia, juez natural, ley anterior al hecho del proceso, ley más benigna para el acusado, limitación temporal a la prisión preventiva, insubsistencia de la acción penal por exceso de tiempo sometido a proceso, etc.

En otro orden de cosas, me parece rarísimo que la noticia más potencialmente dramática para nuestra economía haya pasado inadvertida. Me refiero al dictamen del Gobierno de los Estados Unidos, recomendando que se ventile en sus tribunales el juicio del fondo Bulford contra nuestro país; el proceso, relacionado con la expropiación de YPF –la ruinosa solución que Cristina Fernández eligió para enterrar en la impunidad de los robos de su marido muerto y sus testaferros-, nos puede costar otros US$ 5.000 millones (ya Axel Kiciloff pagó a Repsol US$ 10.000 millones),  o $ 225.000 millones, al tipo de cambio actual.

Para tener una idea de la magnitud de esa cifra, recordemos que la Asignación Universal por Hijo cuesta al Estado, por año, $ 50.000 millones, o sea, casi cinco veces menos que el nuevo saqueo que engrosará el botín de los Kirchner, que están detrás de los acreedores.

Eso obliga a reiterar la curiosidad que constituye que Enrique y Sebastián Eskenazi no hayan sido siquiera llamados por la Justicia (en este caso, representada por los jueces Ariel Lijo y Claudio Bonadio) a dar alguna explicación, pues son los teóricos dueños de Petersen Energía, de España, que pertenece a su vez a una empresa homónima de Australia, cuyos propietarios hay que adivinar quiénes son realmente. Y esto reviste una gravedad inusitada porque, si se demuestra que todo el tema de YPF configuró un delito, el Estado tendría un fuerte argumento para respaldar su pretensión de que el juicio antedicho tramite ante los jueces argentinos.

Ninguno de los magistrados intervinientes en las muchas causas de corrupción de la familia ex-presidencial se ha dignado visitar la faraónica tumba que Lázaro Báez construyó para su amigo Néstor, en Río Gallegos. Si eran tan íntimos como para que éste edificara semejante mausoleo, y se hiciera cargo de su “seguridad” durante años, ¿cómo sostiene ahora su viuda que nada sabía sobre esa relación, sobre todo por los enormes beneficios que ésta generó para sus deudos?  

La foto de Cristina Fernández sentada entre sus cómplices juzgados por defraudar al Estado por cifras siderales, apareció en la tapa de los diarios de todo el mundo. Mostraron a una mujer que registra nada menos que once procesamientos y cinco pedidos de prisión preventiva, todos firmes y, pese a ello, se encuentra entre los candidatos mejor posicionados para alcanzar la primera magistratura.

¿Y qué decir de la decisión de este personaje al designarse sólo como Vicepresidente en una PASO consigo misma cuando, según las encuestas, vencería a Mauricio Macri en un ballotage por más de ocho puntos porcentuales?  

Alberto Fernández, el elegido candidato a Presidente por su segunda (¡otro record mundial!), prueba en cada aparición su camaleónico proceder. Después de despotricar durante años contra la sucesora de Néstor, acusándola de hechos gravísimos (memorándum con Irán, Nisman, Ciccone, Boudou, pobreza, Indec, etc.), sin pudor alguno ahora acepta, se abraza con la hermana Alicia, recibe regalos de Rudy Ulloa Igor y amenaza a los jueces (muchos de ellos alumnos suyos en la facultad y todos designados durante el kirchnerismo) que avanzan contra la corrupción.

Nada puede sorprender en este personaje, cuya ausencia entre los acusados por las defraudaciones también asusta, ya que fue Jefe de Gabinete de ambos presidentes y cofirmante de todas sus resoluciones; a pesar de tener su despacho al lado, nunca vio los bolsos trajinados, por padecer de la misma ceguera que afectó a todos sus sucesores.

El jueves, a una pregunta de amigos, respondí que, si no fuera argentino, estaría más que divertido contemplando lo que aquí sucede, una verdadera ópera bufa; como nací y vivo aquí, no puedo más que llorar ante la tragedia nacional.

Pese a todo, ¡feliz Día de la Patria!

Colonia del Sacramento, 25 May 19

domingo, 19 de mayo de 2019

Truco fallido




Truco fallido


“La mistificación es un fenómeno frágil”.
 Laurence Debray


Dos pedidos de disculpas: 1) a los muchos a quienes aún no he podido responder sus comentarios de la nota del sábado; lo haré durante la semana; y 2) a todos, por saturarlos con dos envíos tan cercanos, pero creo que la situación lo amerita.

Cuando el viernes a la noche escribí mi columna habitual, obviamente no imaginaba que nuestra prestidigitadora egipcia lanzaría a la mañana siguiente el anuncio de su decisión de designar a Alberto “Camaleón” Fernández como candidato a Presidente de la Nación por Unión Ciudadana, reservándose el segundo puesto. Los integrantes del sello del PJ que encabeza José Luis Gioja y se apelotonaron para la foto con ella, agotaron los stocks de hilo quirúrgico para suturarse el … y se sumaron alegremente a la movida.

A mi modo de ver, se trata de una confesa muestra de clarísima debilidad. Todas las recientes encuestas que tanto nos han alegrado o preocupado –dependiendo del lado de la grieta en que nos encontremos- anunciando su triunfo son falsas, a punto tal que ni siquiera Cristina cree en ellas. ¿Alguien puede ser tan ingenuo, después de haberla soportado durante doce años, que renunciaría al más alto cargo si hubiera creído en una ventaja de ocho puntos sobre Mauricio Macri en un ballotage?

Su ego es tal que ni siquiera permitió que fuera su Instituto Patria quien hiciera el anuncio de la fórmula que competiría y, por primera vez en la trayectoria mundial de la democracia, un precandidato a vice designó a quien encabeza la fórmula. La lectura no puede ser más clara: soy yo quien decide.

Es decir, está convencida de que, como están las cosas, perderá otra elección –en 2017, esta genial mujer lo hizo contra dos “cuatro de copas” políticos, Esteban Bullrich y Gladys González- e intenta ahora evitar ser nuevamente la cara oficial de la derrota y ensayar alguna apertura en pos de votos ajenos. Pero su neo y fiel amigo no podrá de arrimarle nada.

Aún cuando tuviera éxito en la misión de atraer a Sergio Massa al redil abandonado, en modo alguno significaría que los escasos votos que éste conserva pudieran trasvasarse al binomio pretendiente; las sociedades ya no son aquéllas sobre las cuales podía usar el dedo elector. Pregúnteselo nada menos que a Luiz Inácio Lula da Silva, que no pudo hacerlo a favor de Fernando Haddad y permitió así el triunfo de Jair Bolsonaro.

Es cierto que Alberto Fernández tiene buenas relaciones con casi todo el espectro económico y político del país y del extranjero, puesto que ha usado todas las camisetas (cavallismo, menemismo, duhaldismo, nestorismo, massismo y, ahora, cristinismo) con buenos modales, pero nadie come vidrio.

No basta para convencer al círculo rojo que se haya desmarcado de la gestión de Cristina a punto de criticarla, hasta hace muy poco, agriamente; nadie cree en su capacidad de influir sobre el temperamento natural de ella. Si la fórmula tuviera éxito, el comando estaría en manos de la viuda y volveríamos al “socialismo del siglo XXI”; los mercados lo saben y los precios de todos los activos argentinos –moneda, bonos, acciones, campos, industrias, inmuebles, etc.- se depreciarían a la velocidad del rayo y todos esos eventuales amigos perderían en consecuencia.

Tampoco olvidan que, como todos los jefes de Gabinete kirchneristas, padeció de una ceguera localizada que le impidió ver el trasiego de bolsos en el despacho presidencial y, en una muestra clara de su nueva conducta enumeró él mismo, en un reciente sincericidio, quiénes son los jueces que deberán cuidar sus espaldas para no ser convertidos inmediatamente en nuevos Alberto Nisman. ¿Se asustarán tanto los nombrados como para paralizar los juicios?

Además, conviene pensar que, a contramano de la historia del kirchnerismo, esto se produce a un mes largo de la fecha de cierre de las candidaturas; entonces, hasta que éstas se oficialicen, no es más que un amague exploratorio y la fórmula podrá cambiar, o invertirse, sin que a nadie asombre.

Ante la declinación de Felipe Solá y Agustín Rossi a sus respectivas postulaciones a la precandidatura y dado que ambos tenían parecida intención de voto que yo en los Estados Unidos, para no ser menos también desisto irrevocablemente de competir contra Donald Trump. En cambio, Daniel Scioli informó que sostendrá la suya, para legitimar una PASO de ese espacio político; no era cosa de dejar solo al binomio inversamente ungido.

Se especuló que el anuncio pretende preparar el terreno para un indulto. Me parece un disparate adjudicar el “patriótico renunciamiento” que Cristina escenificó el sábado a esta causa: de triunfar, siempre podría confiar en la generalizada cobardía o complicidad de los jueces para obtener la impunidad. Por otra parte, los juicios por los zafarranchos del kirchnerismo aún no han comenzado y el trámite de la etapa oral de cada uno se extenderá, como mínimo, más de dos años. Luego la Cámara Federal de Casación revisará cada fallo y, finalmente, éste irá a la Corte Suprema, que no tiene plazos para expedirse. En resumen, estamos a años de una sentencia definitiva que habilitara, en caso de resultar condenatoria, un perdón presidencial.

Para no abusar más de usted, terminaré recomendando al Gobierno convencerse de que se trata de una buena noticia, y que debe abstenerse de reaccionar con precipitación o realizar cambios en sus propias fórmulas electorales. Cristina Elisabet Fernández está buscando precisamente esto, y sería una inigualable torpeza permitirle que marque el paso del proceso.

Bs.As., 19 May 19  

sábado, 18 de mayo de 2019

La escandalosa frutilla




La escandalosa frutilla


“Unirse para defender las democracias, para combatir el fascismo. Si hay
 necesidad de trabajar más, lo haremos porque, de lo contrario, seremos esclavos”.
 Francisco Pérez Leirós


No resulta superfluo recordar las claras amenazas a los jueces y fiscales que avanzaron en los procesos de corrupción que profirió Alberto Fernández, uno de los más notorios camaleones de nuestra política vernácula y virtual jefe de campaña de la ex-Presidente. Porque, si las sumamos a las confesas intenciones de modificar la Constitución para suprimir al Judicial como uno de los poderes del Estado, de expropiar o nacionalizar la banca y el comercio exterior, o de limitar la libertad de prensa, el fantasma de Venezuela se hará más presente en nuestras peores pesadillas.

Las óperas bufas que vimos esta semana –una de ellas fue la foto de la viuda en la sede del Partido Justicialista, en una reunión que ameritaba que la Policía Federal colorara un celular de culata y se llevara a todos los ladrones presentes- permiten afirmar, a un mes del cierre de las listas, que sólo serán favoritos para las elecciones de noviembre Cristina Kirchner y Mauricio Macri; los demás partidos podrán obtener algunas bancas legislativas –su real objetivo- pero, salvo que se produzca algún hecho hoy imprevisible, sus candidatos no participarán del ballotage.

Esos cisnes negros pueden llegar volando desde el exterior, de la mano de un incremento de las hostilidades comerciales entre Estados Unidos y China, de un posible conflicto bélico en el Golfo Pérsico que impida el tránsito normal del petróleo saudí o de cualquier otro episodio que altere aún más la economía mundial y modifique bruscamente las cotizaciones de las divisas o de los commodities.

Pero tampoco puede descartarse que, de producirse algo así, que pueda influir en forma determinante en el proceso eleccionario local, la preocupación de los Estados Unidos y del Brasil ante la probabilidad de un retorno populista a la Argentina, con una mandataria que daría su inmediato apoyo a los criminales regímenes de Nicolás Maduro, en Caracas, y de Miguel Díaz-Canel, en La Habana, y recibiría con los brazos abiertos a Rusia e Irán, pueda transformarse en una ayuda externa aún mayor para la débil economía nacional.

Al menos por el momento, a partir del 21 de este mes, Argentina verá a su segundo ex Presidente sentado en el banquillo de los acusados; y lo digo de ese modo porque, aunque me parezca altamente improbable, Cristina Fernández podría no presentarse, como es su obligación legal. En tal caso, el Tribunal nada podría hacer para obligarla, ya que cuenta con la protección del H° Aguantadero; debería, si la situación se diera, pedir su desafuero y el Senado sería quien lo decidiera.

Qué harían los legisladores del peronismo federal, que comanda  Miguel Angel Pichetto, si eso ocurriera es la gran pregunta, que aún no obtiene respuestas; la tentación de entregarla debería ser enorme, pues su retiro de la competencia habilitaría a un candidato propio, de la multitud que hoy pretende encarnarlo en las urnas, a participar por el premio mayor nucleando a todo el “movimiento”.

El martes pasado, la escandalosa orden de la Corte Suprema –con la honrosa excepción de su Presidente- para que le fuera remitida la causa que la juzgará y, con ella, algunos de los más conspicuos cómplices que integraron la asociación ilícita que organizó y comandó con su marido muerto, contradijo su propia jurisprudencia, carecía de antecedentes y pretendía consagrar la impunidad de los imputados demorando sine die el comienzo del debate oral.

Una inédita reacción social –múltiples cacerolazos y casi 300.000 firmas en change.org- obligó a los cortesanos a tascar el freno y recular en chancletas (¡genial el tuit de Andrés Malamud: “Ganó Rosenkrantz 1 a 4”), y la prueba más clara de ello fue el melifluo comunicado que emitieron el jueves por la mañana, incluyendo dos casos jurisprudenciales en que había actuado del mismo modo aunque, presumo que sólo por razones de espacio, omitió consignar que en ambos ese pedido de remisión de la causa se había producido después de realizado el juicio, y no antes. De no haberse puesto de pie la ciudadanía, la suspensión del juicio se hubiera concretado y, así, se hubiera convertido en la nefasta frutilla de la torta de corrupción más grande que recuerde la Argentina.

Pero debemos estar atentos y vigilantes, porque nada es definitivo con esta Corte, que se ha reservado el derecho a intervenir más adelante y, por la vía de la aceptación de algún recurso, declarar la nulidad de todo el proceso. Si el ballotage coronara a Cristina, no quedan dudas de que su impunidad estará garantizada, ya que se cancelarán los juicios por obra y gracia de su “Justicia Legítima” y quedarán en libertad todos sus cómplices, funcionarios y empresarios, ahora detenidos o procesados.

Se habrá cumplido así nuestro destino final, ya que llevamos décadas fracasando en nuestros intentos de suicidarnos en masa; no lo hemos logrado hasta ahora porque, como dijo Georges Clemenceau, Canciller de Francia, después de visitar nuestro país en 1910, “Argentina crece gracias a que sus políticos dejan de robar cuando duermen”.

Bs.As., 18 May 19

sábado, 11 de mayo de 2019

Sustos y sorpresas






Sustos y sorpresas


"Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento
 natural, pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos".
 Domingo F. Sarmiento


El jueves por la mañana, al difundirse la noticia del crimen que costó la vida a Miguel Yadón e hirió gravemente al Diputado Héctor Olivares, la Argentina se paralizó de susto. Con razón, creyó que había regresado la violencia política, en especial en medio de una campaña electoral que ya está lanzada, aún cuando se deba esperar hasta el 22 de junio para que se confirme, oficialmente, quiénes serán los candidatos presidenciales en octubre. Cuando trascendió un motivo personal para el terrible suceso, un triste respiro de alivio recorrió el país entero.

Por la noche, Cristina Fernández presentó en la Feria del Libro su ópera prima, en medio de un acto que transformó el evento más grande de la literatura de Sudamérica en un bastardo acto partidario.

Amerita pensar a qué género pertenece ese verdadero adefesio al que tituló “Sinceramente”. Porque, a poco que se interna uno en la obra, descubre que, más allá de su ramplona sensiblería personal y familiar y su falta de calidad –se percibe que fue dictado, y está lleno de errores y mentiras-, no se trata de un trabajo biográfico, histórico o político; en realidad, ni siquiera humorístico.

La lista de los impresentables asistentes (la Policía se hubiera podido llevar presos a muchos) permitió confirmar, con la presencia de Hugo Yatski y Roberto Baradell, sumadas a las recientes definiciones desestabilizadoras de Pablo Micheli, cuáles son los reales objetivos de los paros y movilizaciones con las que la CTA nos tortura a diario y de las huelgas salvajes de los maestros de la Provincia de Buenos Aires.

La primera sorpresa llegó cuando invocó, como modelo a seguir, a José Ber Gelbard, ex Ministro de Economía y conspicuo miembro del Partido Comunista, que nombró, nada menos que como Director de Precios, a Roberto Lavagna. La ex Presidente, injusta pero seductoramente, agradeció a éste habernos sacado de la crisis del 2001, cuando fue Jorge Remes Lenicov quien lo logró. Las medidas dirigistas que Gelbard adoptó desde los gabinetes de Héctor Cámpora, Raúl Lastiri y Juan Domingo Perón, tendientes a implantar una economía planificada al mejor estilo soviético, desembocaron, sin escalas, en el “rodrigazo” de 1975, que destruyó el salario, la moneda y todas las variables económicas.

La segunda, por cierto superior, llegó cuando ponderó la gestión de Donald Trump y recomendó a los actuales funcionarios argentinos que lo imitaran. Ignoro si hablaba de su posición respecto a la inmigración y su apetecido un muro fronterizo, a la guerra comercial con China, a la denuncia de los tratados climáticos, comerciales y atómicos, o a su vocación para encontrar una salida, quizás militar, a la trágica crisis venezolana. Loss más cercanos adláteres de Cristina, a pesar de sus comprobadas violaciones de los derechos humanos, siguen apoyando en la calle y con violencia al asesino Nicolás Maduro, que privilegia su relación con la ex Presidente; sin embargo, ella ni siquiera mencionó ese feroz drama humanitario en su discurso.

Lo que no constituyó algo novedoso fue la propuesta de firmar un nuevo “contrato social” al mejor estilo del fascismo italiano, o sea, modificar la constitución para suprimir el Poder Judicial del terceto constitucional y transformarlo en una dependencia del Ejecutivo, con todo lo que ello implica en materia de libre persecución a la oposición (“al enemigo ni justicia”) e impunidad total a los propios, incluida ella misma y su familia, para reintegrar a la Argentina al mundo del tan exitoso “socialismo del siglo XXI”. Sería interesante descubrir por qué no hay argentinos –salvo Florencia Kirchner- radicándose en Cuba o Venezuela, que viven bajo esos regímenes que dicen tanto admirar.

Como sostiene desde hace tiempo Alejandro Boreinsztein en su fantástica columna dominical de Clarín, ni Jaime Durán Barba podría haber imaginado un mejor aporte a la campaña de Mauricio Macri: el kirchnerismo en estado puro, pero disfrazado de vegano, se exhibió sin vergüenza y de explicitar sin ambages qué haría si pudiera ganar las elecciones.

Así, las opciones para octubre están claras: república y libertad, aún con dificultades económicas y deficiencias institucionales, o populismo autócrata y tiranía. Quienes esquilmaron al país hasta la extenuación, quienes engañaron a los más pobres con limosnas de subsidios y tarifas mientras comprobadamente se robaban todos los recursos públicos, aspiran a volver, para “venir por todo” lo poco que queda.

Mauricio Macri, como ya todos sabemos, no es un estadista o siquiera ideal como Presidente, pero nos garantiza que no se perseguirá a nadie por sus opiniones ni ideas (lo demostró durante más de tres años con su insensata permisibilidad ante el “club del helicóptero”), cuenta con un enorme respaldo internacional y nos ha reinsertado en el mundo; y nos permitirá, si triunfa, enterrar definitivamente al kirchnerismo, ese tumor maligno que, con nuestra recurrente tendencia al suicidio, nos supimos dar durante doce terribles años.

Tenemos ante nosotros una opción de hierro: pasado o futuro. Quiera Dios iluminarnos.

Bs.As., 11 May 19

sábado, 4 de mayo de 2019

Jueces que juegan





Jueces que juegan


“Hemos aceptado lo anormal como normal”.
 Petros Márkaris

El título remite a una noticia que, en el fárrago de informaciones que nos abruma, pasó casi desapercibida: me refiero a la prisión domiciliaria otorgada a Omar “Caballo” Suárez, el gremialista ladrón y extorsionador que tanto perjudicó al país desde su puesto de mando en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).

Sorprendieron las razones que dieron los integrantes del Tribunal Oral Federal N° 4 para conceder ese beneficio a este delincuente de 69 años, que invocaron algunos problemas, absolutamente menores (hipertensión, hipoacusia moderada, cataratas, lumbalgia y un nódulo sospechoso), que afectarían al reo y que, según los magistrados, no pueden ser atendidos satisfactoriamente en la cárcel de Ezeiza ni en el Hospital Penitenciario.  

Y me causaron una monumental indignación ya que, en muchísimo peores condiciones de salud y con edades que superan en décadas la del Caballo, estos mismos jueces y sus colegas, verdaderos asesinos togados, mantienen en prisión a casi 2000 militares ancianos, muchos con enfermedades terminales, ciegos y sordos, por los cuales no tienen consideración alguna, que nos salvaron –como tan bien se describe en el imprescindible “Crónica de una guerra negada”, de Jorge di Pasquale- de un destino similar al que ahora corremos el riesgo de volver en octubre. Ya han muerto en las mazmorras del kirchnerismo, sostenidas cobardemente por Cambiemos, 502 de ellos.

Nadie puede olvidar que, por ejemplo, al Tte. Gral. Jorge R. Videla se lo retuvo en la cárcel de Marcos Paz, pese a haber sufrido una doble fractura de cadera que, desatendida, lo llevó a la muerte a los 89 años, o al Com. Luis Patti, a quien se hace declarar en Comodoro Py en camilla, ya que está completamente paralizado.

Cambiando de tema, la asonada que protagonizó Juan Guaidó esta semana terminó en un previsible fracaso por la falta de apoyo de unas fuerzas armadas que mantienen una férrea lealtad al tirano Nicolás Maduro. En la medida en que resulta la lógica consecuencia de la participación de los jefes militares en los negociados del régimen (narcotráfico, contrabando de oro y diamantes, importación de alimentos, combustibles, etc.) y de la filiación marxista de muchos de ellos, resultaba natural este desenlace, pese a los esfuerzos desplegados con el anzuelo de una amplia amnistía.

Con la notoria actividad de Cuba, Rusia y China en el trágico escenario venezolano, países a los que deben sumarse Irán y el Hezbollah libanés, se aleja la posibilidad de una salida relativamente pacífica al conflicto, que ya ha provocado la mayor emigración en la historia de América. Es más, hoy es altamente probable una terrible conflagración, como la que destruye a Siria.

La amenaza norteamericana de estudiar una solución militar unilateral tampoco me parece creíble, aún con Donald Trump en el tablero de comando, ya que acarrearía la inmediata reprobación de todo el mundo, en especial en la región, y una consecuente pérdida mayor de prestigio de los Estados Unidos; y ello además del riesgo de réplica de las potencias involucradas.

En un contexto bélico, sólo una fuerza multinacional podría desalojar al chavismo del poder, pero también lo veo como escasamente factible, a pesar de la postura de Brasil, por la cerrada resistencia de México, Uruguay, Bolivia y Nicaragua. Entonces, sólo quedaría la posibilidad de hacer un negocio parecido al que terminó con la crisis de los misiles instalados en Cuba en los 60’s, que implicó el simultáneo retiro de las armas de la isla y el desmantelamiento de las bases que, desde Turquía, apuntaban a Rusia. ¿Será ahora la península de Crimea la moneda de cambio?

Y ahora, hablemos de la Argentina y de la irrupción del kirchnerismo más recalcitrante en el escenario electoral. La pretensión de Cristina E. Fernández de ser vista como una “yegua herbívora” comenzó a diluirse con el adefesio de su ópera prima; pero la actitud de sus organizaciones aliadas (en especial la CTEP, de Juan Grabois, el asesor de SS Francisco) cuando reprimieron violentamente a quienes se manifestaban frente a la Embajada de Venezuela en apoyo de Guaidó, la confesión de Mempo Giardinelli de la intención de cambiar la Constitución para suprimir al Poder Judicial como uno de los vértices del Estado, y las propuestas destituyentes de Pablo Micheli (tampoco investigadas por los aterrados jueces, como las de Hebe Bonafini), terminaron definitivamente con ese disfraz.

Ya no hay duda de que su eventual regreso a la Casa Rosada nos llevará sin escalas a la situación actual Venezuela, con todo lo que ello implica. El mundo ha tomado nota de eso, y de allí el inédito respaldo que recibe la pobre gestión del Gobierno de parte de los Estados Unidos, de los grandes líderes europeos, del Banco Mundial y del FMI.

Ni Jaime Durán Barba podría haber soñado con una explicitación semejante de parte de la contrincante elegida por el Gobierno, que ahora va hacia una confrontación directa y, por eso, se beneficiará con el voto de todos aquéllos que rechazan visceralmente el terminal clepto-fascismo de falsa izquierda que ella encarna.

Bs.As., 4 May 19