domingo, 30 de marzo de 2014

¿Pícara o Desesperada?

¿Pícara o Desesperada?

“A veces, la picardía crioya es sólo desesperación, Mendieta”. Roberto Fontanarrosa

Un pequeño inventario de los sucesos de la semana pasada deberá incluir, no necesariamente en orden, la invocación al doble standard hecha por la señora Presidente, la situación en Venezuela, la curiosa conmemoración del 24 de marzo de 1976, el desacato de los docentes a la medida cautelar dictada por un Juez de La Plata y la continuidad de la huelga hasta el viernes, el veto del kirchnerismo a que Cobos asumiera la Presidencia de la Comisión de Educación en la ¿H°? Cámara de Diputados, los linchamientos de Rosario y el “original” discurso del jueves de doña Cristina. Bravo el cóctel, ¿no es cierto?

En primer término, debo retractarme de todo lo que he dicho respecto al pago del cupón atado al crecimiento del PBI, que el Gobierno abortó esta semana. Realmente, quedé sorprendido por la corrección retroactiva de las cifras del INDEC para evitar ese desembolso, porque siempre supuse que se trataría de una maniobra de la señora Presidente para consumar el robo final. Es cierto que esta noticia traerá aparejada un nuevo y enorme daño a la imagen del país en el mundo, dadas las desprolijidades y arbitrariedades con que se manejan las estadísticas aquí, pero peor hubiera sido, sin duda, hacer este pago cuando estamos tan escasos de reservas y aunque, desde el 2005, ya hemos pagado más de US$ 10.000 millones por hablar de las “tasas chinas”. Por eso, mis disculpas y un pedido a los jueces: investiguen quién vendió esos cupones (“inside information”) el día anterior a saberse que no se pagarían.

En Venezuela, el Pajarico Chitiquico se ha quitado la máscara democrática, asesinando a la población civil desarmada y encarcelando y quitando sus bancas, por mera voluntad, a los líderes opositores. Cuando en Paraguay su Congreso destituyó, por enorme mayoría, al ex Presidente Lugo, los países de UNASUR se rasgaron las vestiduras, expulsaron a nuestro vecino del Mercosur y aprovecharon esa exclusión para permitir el ingreso de los caribeños a ese mercado, hasta entonces vetado por los guaraníes. Para todo ello, utilizaron una “cláusula democrática”, que habían aprobado cuando Rafael Correa consiguió disfrazar una simple huelga policial por mejores salarios en un presunto golpe de estado en Macondo, como los que Maduro denuncia diariamente.
La Argentina envió al ex Twitterman a integrar el grupo de cancilleres que se constituyó en Caracas para dar apoyo regional al régimen; mientras ya se contabilizan treinta y siete asesinatos, cientos de heridos y miles de detenidos, algunos de ellos probadamente torturados, por las hordas cubano-chavistas, nuestra Presidente dice horrorizarse por el doble standard de los países centrales en relación con la crisis de Crimea. ¡Realmente, notable!: doña Cristina se ha puesto del lado del Zar Putín, respaldando la toma por la fuerza de un territorio extranjero y el plebiscito de los habitantes; de allí a justificar la ocupación militar de Gran Bretaña en Malvinas y aceptar la opinión de los kelpers hay un solo paso.

El kircherismo ha sido, desde su origen, el campeón del doble discurso; basta recordar la sesgada política de derechos humanos que, mientras premiaba a éstos con cargos públicos muy bien rentados y pagaba sumas siderales a los familiares de los terroristas, envía a militares, policías y civiles, casi todos mayores de setenta años y muchos enfermos terminales, a cárceles comunes, todo ello en nombre de la “lesa humanidad” y la mayoría sin condena; se trata de los únicos presos para los cuales no rige el beneficio del arresto domiciliario cuando superan esa edad. (Si quiere que eso cambie, clickee aquí y firme: http://tinyurl.com/mnxnr4p) Ese concepto, la “lesa”, creado a partir de 2004 por el Estatuto de Roma, habla de acciones criminales respaldadas por “un estado”. Sin embargo, los guerrilleros de los 70’s, que eran financiados, armados y entrenados por Cuba, Libia, Líbano, Vietnam, China y hasta Rusia, fueron exculpados y transformados en los famosos jóvenes idealistas. Si esto, y la promoción del Tte. General Milani, imputado de los mismos hechos por los cuales sus camaradas están presos, no es doble discurso, ¿qué es?

Es más, el martes, el Gobernador Lancha Scioli (el mismo que, con la Presidente, mintió descaradamente con las cifras de muertos producidas en las inundaciones de La Plata, otro caso monstruoso de corrupción) obtuvo una medida cautelar que obligaba a los docentes a retomar las clases. Cuando los maestros se negaron a obedecer la resolución, Coqui Capitanich y los ministros nacionales y bonaerenses se sintieron ofendidos ante lo que llamaron un flagrante desacato. Otro episodio notable, toda vez que tanto don Néstor (q.e.p.d.) cuanto su viuda han desobedecido, y aún lo hacen, sentencias de la Corte Suprema de Justicia, como los casos del Procurador Sosa, de Santa Cruz, Badaro y las jubilaciones y Perfil y la pauta publicitaria, por sólo citar los más conocidos; con esos antecedentes, la reciente orden al Ejecutivo de transparentar e informar acerca de los planes y subsidios sociales constituirá un nuevo hito en la materia, ya que la Casa Rosada no puede exhibir la impudicia del clientelismo y dejará desnudo, una vez más, el doble discurso oficial.

La Corte, que tiene recursos constitucionales para que sus fallos sean acatados –desde la detención de los funcionarios reacios hasta el pedido de juicio político a la Presidente- nada hizo al respecto en todos los años de gobierno de los Kirchner; todos los laureles académicos que habían cosechado sus integrantes han quedado incinerados en el escenario de la real politik.

Lo mismo ocurrió en la Cámara de Diputados cuando la mayoría oficialista, por orden directa de doña Cristina, se negó, invocando su conducta en la crisis del campo, a la designación de Cobos como Presidente de la Comisión de Educación, que correspondía a la UCR. Lo hizo el mismo bloque kirchnerista que, cuando la oposición pretendió arrebatarle la Presidencia del cuerpo o de algunas comisiones, invocó la tradición parlamentaria para respaldar su posición; una vez más, un claro caso de doble standard que, por otra parte, mostró a un sector jugando limpio contra otro que no respeta norma alguna.

Pero la verdadera perla semanal fue el discurso presidencial, por cadena nacional, con que se despachó la Presidente de la Nación el jueves, en medio de la indispensable –pero escasa y mal ejecutada- quita de subsidios, de la irresponsable y torpe conducción personalizada de la economía y de la notoria manipulación de las cifras del INDEC, de la prolongada huelga de los docentes, de los ríos de sangre que produce la violencia sin control, de la desatada inflación. Mechando ridículas anécdotas personales, ponderaciones los alfajores Fantoche y de francas amenazas a los industriales, ignorando esas situaciones se autocalificó de “madre de todos los argentinos”. Convengamos en que: a) pronuncia pícaros discursos que nos obligan a hablar de pavadas y a olvidar lo principal; o b) desesperada por la inoperancia de su círculo áulico se ve impedida de hacer cualquier referencia a los enormes problemas de la coyuntura, aún a riesgo de convertirse en el epítome de la ridiculez, mostrándonos una total desconexión con la realidad de un país que se está cayendo a pedazos. No sé qué pasa en su cabeza ni qué mantiene ocupada la mente de nuestra mandataria, pero debe estar influida por viajar siempre en helicóptero, que transita entre nubes.

Los docentes bonaerenses recomenzarán las clases mañana, luego de obtener aumentos que, en algunos casos, llegan al 38%; el conflicto continúa en otras jurisdicciones. Caló se ha jugado el futuro al firmar por el 29% en dos tramos, ya que sus metalúrgicos seguramente acompañarán el paro general decretado para el 10 de abril y creo que lo harán con su cabeza. Falta mucho para cerrar todas las paritarias pero, con índices de inflación tal elevados, pocos serán los gremios dispuestos a aceptar menos del 35%, aún cuando para muchas empresas, en medio del estancamiento, les resultará imposible acceder.  Por otra parte, esos planes sociales –los que la Corte exige transparentar- que no se actualizan al ritmo de los precios serán fuentes de conflicto durante lo que resta, poco o mucho, del mandato de doña Cristina.

En fin; un panorama complicado sin razón para un país que perdió el tren de una década de fuertes vientos de cola para toda la región y que hoy, prácticamente solo, debe enfrentar huracanes que vienen de frente, de la mano de la desconfianza generalizada en una administración malvada y bruta, impredecible y arbitraria. La fiesta que organizaron los Kirchner para auto-festejarse está llegando a su fin; me permito recordar que, ya en 2006, dije que, a éstos, no los echaríamos ni siquiera con votos.


domingo, 23 de marzo de 2014

Estoy Herido y Triste

Estoy Herido y Triste


“Debe usted boxear como escribe y escribir como boxea: debe dar todo lo que tiene porque cada pelea, como cada libro, puede ser la última”. Joël Dicker


La editorial que escribí la semana pasada, “Inmunda Cloaca”, recibió algunos aplausos y no pocas críticas, que apuntaron a que se notaba la rabia profunda que me habría embargado mientras lo hacía, señalando que eso no servía, que debía bajar el nivel de enojo para poder llegar mejor a la conciencia de los lectores. Mis disculpas a éstos, ya que la sensación que tenía no era esa sino la desesperación; ¿qué otra cosa se puede sentir al ver en qué se ha convertido nuestra sociedad?

Ha pasado sólo una semana desde entonces y todo cuanto en ella dije tiene aún más olor a podredumbre. El kirchnerismo logró que el Consejo de la Magistratura demorara el proceso contra Oyarbide, pese a la confesión de éste de los delitos cometidos, y avanzó rápidamente contra Bonadío, un colega de aquél que, últimamente, había puesto a “bailar con la fea” a Abalito y al mudo vocero presidencial y elevó a juicio una de las causas en que el romano Patotín está imputado.

La indispensable columna de Carlos Pagni en La Nación del jueves, “Las ‘cuevas’, gran caja del poder en el país” (http://tinyurl.com/ljskq64) hace una verdadera autopsia del cadáver en que se ha convertido la Argentina, ese extraño país respecto al cual la mitad del mundo apostaba, hace cien años, que sería una de las grandes potencias globales. En las vísceras, además, encontró los restos de la Justicia seria e independiente que hemos sabido destruir con tanto ahínco.

El narcotráfico y el consumo masivo de drogas nos han exigido incrementar la cuota semanal de sangre que los argentinos debemos ofrecer ante el altar de la corrupción gubernamental, agravada por la incapacidad manifiesta para combatir esos males y el pavor silencioso de quienes aún no han caído en ella.

Tal como era previsible, la protesta de los docentes continuó y, pese al descrédito generalizado que una huelga tan prolongada está provocando sobre sus posturas, no tiene visos de concluir. Debo confesar que, habiendo cursado mi etapa secundaria en establecimientos públicos, me asombra que quienes antes eran “maestros” –con toda la responsabilidad y el respeto que el solo nombre implicaba- hoy se llamen a sí mismos “trabajadores de la educación”, y este hecho puntual habla muy a las claras del profundo deterioro en que la educación ha caído entre nosotros. Una nación que, ya en 1880, había erradicado el analfabetismo y asombraba al mundo con ese logro, hoy forma chicos que ni siquiera comprenden lo que leen.

Es cierto que los argentinos debemos enorgullecernos de ser el país de América Latina que más premios Nobel ha obtenido, pero esos enormes triunfos individuales no deben ocultar nuestro fracaso colectivo como sociedad. Me parece que la selección nacional de fútbol puede ser el mejor ejemplo de lo que digo: llena de estrellas, muchas de ellas entre los jugadores más caros y exitosos del mundo, es incapaz de grandes logros cuando se trata de hacerlos salir a la cancha con la misma camiseta.

Lo absurdo es que, mientras el Gobierno está destinando a la educación el porcentaje más alto del presupuesto nacional desde la época de Arturo Illía, el derrumbe continúa profundizándose; y lo notable es que los maestros ganan sueldos miserables y la infraestructura está cada vez peor. Comparto la idea oficial, tan resistida por los sindicalistas, de analizar el “presentismo”, ya que gran parte del despilfarro proviene de la cantidad de personas que están dedicadas a cubrir un mismo cargo docente, por las licencias irracionales y por las invocadas enfermedades que, de resultar ciertas, convertirían a la actividad en la más riesgosa del país.

Pero todo eso debiera ser objeto de una profunda discusión hacia adentro de la sociedad y la política, y no intentar que sea parte de la agenda una semana antes del comienzo oficial de las clases. Ni la Nación ni las provincias han conseguido explicar por qué abren las paritarias recién a fin de febrero, cuando debieran hacerlo en noviembre y así llegar a la fecha clave con soluciones y no con conflictos y, muchísimo menos, por qué no se destinan aún más fondos a la educación en lugar de dilapidarlos en Fútbol para Todos, Aerolíneas Argentinas, propaganda oficial, pauta publicitaria o subsidios de energía a los más ricos.

El jefe de los caciques sindicales que han crecido tanto al calor de la Casa Rosada, el metalúrgico Caló, ha debido poner en estado de alerta a su sector, ya que la presión de las bases tornaba imposible su pasividad ante el deterioro brusco que el Gobierno pretende aplicar a los salarios. A los líderes ahora opositores que acompañan a Camión Moyano en la CGT Azopardo, y a los gastronómicos de Barrionuevo y los estatales de Micheli, se han sumado los ferroviarios de Maturano y los colectiveros de Fernández, hasta hoy militantes de la CGT Balcarce, consolidando un grupo que puede, literalmente, parar el país cuando se le ocurra y que ya ha anunciado una huelga general para el mes de abril; cuando se produjo una conjunción semejante, en 1975, cayó un gobierno peronista por única vez en la historia, hasta ahora.

Y es que los trabajadores tienen una doble razón para la protesta. Por un lado, la Presidente quiere que ellos sean quienes paguen el costo de la fiesta que pretende mantener viva hasta su propio final: el gasto público que no para de crecer exponencialmente; y, por otro, no acepta subir el piso del impuesto a las ganancias ni modificar las alícuotas del tributo, por lo cual las mejoras salariales que los gremios obtengan con tanta lucha no hará más que aumentar la recaudación que exprime el inefable Feedlot Echegaray. A esta altura del ajuste, ya no se discuten ideologías ni posiciones políticas, sólo dinero.

El nuevo IPCNU, con dos meses de vida, ha conseguido dar un leve viso de seriedad a las estadísticas oficiales, ya que “sólo” ha diferido en casi un punto mensual respecto a las estimaciones privadas que divulga el Congreso; de seguir así, igualmente habrá conseguido, a fin de año, ocultar diez en la inflación, un número que, por sí solo, supera en mucho -en el mejor de los casos, triplica- al que sufren todos los vecinos anualmente, excepto Venezuela.

Claro que ese sinceramiento impuesto por la realidad de un gobierno que se ha quedado sin divisas y necesita desesperadamente auxilio externo no ha incluido a los ahora ocultos índices de pobreza e indigencia ya que, de haber visto éstos la luz, lo poco que queda del “relato” hubiera sido barrido finalmente; basta con saber que, sólo en enero pasado, quinientas mil personas descendieron a esos niveles. Esos ocultamientos y esa “rebaja” de la realidad seguirán trabando las negociaciones internacionales, Club de París incluido, toda vez que siempre requieren la revisión –artículo IV- de las estadísticas, en particular, y de la economía en general por el FMI, que no está dispuesto a convalidar nuestros dibujos locales, aunque quien los diseñe sea el propio Pablo Picasso.

Contra lo que pueda suponerse, mi frontal oposición a la familia Kirchner y a su gobierno es inmensamente mayor debido a lo que pudieron hacer y no hicieron, pese a los enormes recursos que fueron puestos a su disposición por la sociedad y los mercados internacionales, más que a los horrores y verdaderos crímenes que, para enriquecerse más allá de cualquier esfuerzo de imaginación, cometieron contra la nación, la república, sus instituciones y los más pobres de nosotros.

Por eso, precisamente, el dolor y la pena que me embargan cada vez que me toca describir la realidad de esta triste e insignificante Argentina. Pero no cejaré en esta cruzada por la Argentina que quiero, porque tengo la más absoluta certeza de estar librando “el buen combate”.




domingo, 16 de marzo de 2014

Inmunda Cloaca

Inmunda Cloaca


“Creía que la democracia no podía valorarse en dinero. Sin un sistema judicial eficaz, se acabó la democracia. … Los cimientos de la sociedad crujen, se retuercen y se quiebran” Henning Mankell


La ciénaga moral en que la sociedad argentina se debate tuvo esta semana un hecho por demás significativo: un juez federal, cargo que aún desempeña ese exponente paradigmático de la corrupción que se llama Norberto Oyarbide, apareció como sospechoso de extorsionar a cuevas financieras utilizando a la Policía Federal y reconoció que interrumpió los procedimientos en marcha por una orden telefónica de un funcionario, desconociendo la división de poderes. Los oficiales denunciados, que habían pasado a ser ladrones, dicen haber sido amenazados por el dueño de la entidad allanada invocando ser socio del Secretario Legal y Técnico de la Presidencia y del Secretario General de la CGT, y otros “damnificados” por los medidas relataron similares “aprietes”.

Ese ¿juez? es el mismo que se vio involucrado en el affaire de los prostíbulos homosexuales, donde fue filmado, y en un duelo a sopapos en un restaurant con el dueño de Spartacus. Tuvo a su cargo –por supuesto, sin consecuencias- causas tan resonantes como el enriquecimiento ilícito de los Kirchner y varios de sus ministros y secretarios (entre ellos, el propio Liuzzi, que lo llamó para que detuviera los allanamientos), la “mafia de los medicamentos”, “Sueños Compartidos” robados por Hebe de Bonafini y los Shocklender, las irregularidades en la ANSES, el canje de bonos intermediado por una financiera afín al poder, y terminó exhibiendo un anillo de US$ 250 mil y, al resultar obvio que carecía de dinero “blanco” para comprarlo, adujo haberlo ¿alquilado? por US$ 7.500 mensuales, que tampoco estaba en condiciones de pagar con su salario.

El Gobierno cerró nuevamente filas en el Consejo de la Magistratura para evitar un rápido enjuiciamiento y la suspensión de Oyarbide, quien es poseedor del record absoluto en materia de pedidos de juicio político. La razón para la actual y costosa protección del Gobierno al más notorio de los jueces corruptos radica en que, cuando fue sorprendido en flagrantes delitos, empezó a hablar de más, dando a entender que, en ningún caso, caería solo. Olivos entró en pánico, pese a convivir desde hace años con todas las bandas mafiosas de espías que se tiran, recíprocamente, carpetas y cadáveres.

Otra vez, la reforma del Código Penal volvió a la primera página, ahora por las críticas de Zaffaroni a Massa, que se opone frontalmente a ella. Sigo creyendo que, detrás de esa polémica, fogoneada por el propio Gobierno, éste hará pasar sin ruido el proyecto de unificación de los códigos Civil y Comercial, muchísimo más grave para nuestra sociedad. Zaffaroni es el mismo que, durante el Proceso, rechazó habeas corpus de detenidos y, ya en democracia, evadió confesamente impuestos y se convirtió en dueño de varios inmuebles en los que sus inquilinos ejercían el proxenetismo y la prostitución.

Parece que nos hemos acostumbrado a vivir en esta ciénaga inmunda, donde la familia presidencial roba a manos llenas, y lava su dinero a través de los Báez, los Ezkenazi, los Cristóbal López, los Ferreyra (Electroingeniería), los Spolsky, los Cirigliano y tantos otros, y enriquece a los Jaime, a los Boudou, a los Zannini, a los secretarios privados, a los transportadores de bolsos y hasta a los jardineros; donde la propia Presidente va, inexplicadamente, a visitar sus cuentas oscuras en las Seychelles o a cambiar, en Angola, billetes de € 500 por diamantes; donde se secuestran ingentes fondos en valijas de Antonini Wilson y nadie los reclama; donde se montan “embajadas paralelas” para cobrar coimas en negocios de exportación; donde los dineros escamoteados terminan matando a cincuenta y dos personas en Once; donde se queman sospechosamente archivos en Barracas y, un mes después, nadie pregunta y nadie se acuerda de los nueve heroicos bomberos fallecidos; donde se condena a morir de hambre y sed a los habitantes de provincias con mandatarios eternos y obscenamente ricos; donde los organismos de derechos humanos se transforman en pseudo empresas que estafan y trafican con dinero público.

Por si toda esa inmundicia no bastara, una patota sindical que realizaba un piquete, molió a palos a un discapacitado que pretendió atravesarlo para llevar a mujer embarazada al médico, le robó cuanto tenía y terminó tirándolo desde un puente. El hecho muestra el nivel de agresividad y de violencia que ha alcanzado la sociedad, y las crónicas periodísticas chorrean diariamente la sangre de muchos compatriotas. El Gobierno, al mejor estilo del Pajarico Chiquitico, sigue arrojando leña al fuego, financiando a las barras bravas y a organizaciones como Tupac Amaru o los Miles, de D’Elía, e incrementando la fractura y, sobre todo, negando el problema, aún cuando haya sido la causa del paro de colectivos –otro gremio K- del viernes que perjudicó, como siempre, a los más humildes, que no conseguían regresar a sus casas bajo la intensa lluvia.

Lo mismo sucede con el narcotráfico, del cual altísimos funcionarios son cómplices, por acción u omisión, y para “luchar” contra el cual se ha puesto a personas que se contradicen y que, por lo demás, ignoran cómo hacerlo, como es el caso del sacerdote al que han designado titular de la SEDRONAR. La monumental cantidad de dinero generado por este comercio convierte en cómplices o vulnerables a políticos, jueces y policías, que constituyen el entramado de impunidad en que estas actividades se desarrollan, como lo prueba la financiación de los traficantes de efedrina a la campaña presidencial de doña Cristina. 

El tema, con certeza, estará resaltado en la agenda del almuerzo que mañana compartirán la Presidente y SS Francisco en Roma. El Papa no puede permitir que su propio rancho se incendie, más cuanto está enfrentando la resistencia de la Iglesia a aceptar y digerir los enormes cambios que está intentando en su estructura y en su imagen. Como dije la semana pasada, el clero, que cuenta con el más eficiente servicio de inteligencia del mundo, sobre todo porque la información va desde abajo hacia arriba, está muy preocupado por ese enfrentamiento social, que sólo resulta comparable a aquélla que dividió a peronistas y antis en los 50’s, o a los terroristas y militares en los 70’s, y que puede transformarse, a corto plazo, en un súbito baño de sangre.

Mañana el Gobierno enfrentará una pesada disyuntiva: deberá anunciar el índice de inflación (el nuevo IPCNU). Si vuelve a mentir –como hizo don Néstor (q.e.p.d.) desde enero de 2007, y continuó su viuda-, todo el andamiaje que lentamente está construyendo para recomponer su imagen frente a los mercados voluntarios de crédito se derrumbará y se disipará la ilusión de que entren los dólares frescos que necesita como el aire para el segundo semestre. Si, por el contrario, reconoce la cifra que dio a conocer esta semana el Congreso, que elaboran las distintas consultoras privadas antes perseguidas por el exportado Patotín, tendrá un problemón con los gremios, ya que nadie estará dispuesto a aceptar los límites de incremento de salarios que doña Cristina pretende imponer, y el conflicto se profundizará.

Los maestros, que parecen dispuestos a cargar con la condena social que ya está produciendo una huelga que ya lleva ocho días, que ha dejado sin clases a casi cuatro millones de chicos y que amenazan con prolongar hasta el infinito, son nada más que la muestra más grande de lo que sucederá con el resto de los sindicatos en lo inmediato.

Los ancianos se han transformado en las primeras víctimas del salvaje ajuste que está encarando el Gobierno, aterrado por el deterioro profundo de la economía, que vive ya una estanflación. El aumento otorgado a los jubilados, 11,7% que cobrarán a partir de fin de mes, ya ha sido tragado por el incremento en los precios que se ha registrado desde diciembre, y con él deberán vivir hasta que, recién en septiembre, reciban otro. Desde otro ángulo, la deuda que el Estado ha adquirido con los pasivos, causa de los cientos de miles de juicios iniciados, ya alcanza la friolera de US$ 7.500 millones, y será una carga imposible de soportar para quien suceda a doña Cristina.

Nuestro país, la Argentina, necesita imperiosamente una profunda refundación moral, que sólo podrán encabezar gobernantes probos; si no lo hace, si no encara esa difícil transformación, dejará de ser viable como entidad jurídico-política, es decir, desaparecerá de la faz de la tierra como nación independiente, y sus pedazos engrosarán el territorio de todos nuestros vecinos.

No soy ingenuo, y creo que en casi todos los países hay corrupción, pero nos hemos convertido, por insignificantes y decadentes, en una sociedad en la cual el mundo ve reflejado lo peor de la civilización. Por eso, nadie moverá un dedo para defender nuestra integridad cuando llegue el momento final.



domingo, 9 de marzo de 2014

¡Hasta la victoria …, nunca!



¡Hasta la victoria …, nunca!

“Lo que yo cuento en el periódico no son chistes. Yo lo único que hago es observar al gobierno e informar los hechos” Will Rogers

La semana estuvo signada, por tres temas: el narcotráfico, la huelga docente, y la forma rápida y astuta en que Kolynos Massa salió a cruzar el anteproyecto de Código Penal que la Presidente anunció que enviaría al Congreso. Tuvo razón en hacerlo aún antes del ingreso del nuevo texto al parlamento ya que, una vez allí, la conformación de las cámaras permitirá al Gobierno aprobar cualquier disparate.

Con ello, alteró la agenda del Gobierno y levantó una polvareda que aún empaña el horizonte. Aún cuando las firmas que obtenga sean muchas, no resultará vinculante (obligatorio), pero pesará como muestra de la opinión generalizada. Pese a que estoy de acuerdo con el Diputado en su planteo, sobre todo por la inoportunidad de la discusión de un tema tan grave, creo que se ha transformado en una cortina de humo tras la cual el kirchnerismo logrará discutir, sin demasiadas estridencias, el proyecto de Código Civil y Comercial que ya tiene media sanción en Senadores.

A contramano de la sensación popular, motivada por el crecimiento notorio de la inseguridad y el narcotráfico, el cambio que se propone a través de esos códigos me parece aún más grave que el primero. En ellos los argentinos tendremos un nuevo ordenamiento vinculado a toda nuestra vida: en el digesto civil se regulan todas las relaciones de los ciudadanos entre sí, desde su nacimiento hasta la muerte y, por ello, debiera ser motivo de una discusión más amplia y, sobre todo, alejada de la politiquería y de la coyuntura; un gobierno que deberá dejar el poder a corto plazo y que, además, se propone cubrir con un manto de impunidad a sus funcionarios corruptos, sin duda alguna no es el más apto para encarar tantas modificaciones de fondo y, menos aún, cuando cuenta con inmundas mayorías que se cierran ante cualquier debate que implique el riesgo de cambiar una coma de los proyectos que envía el Ejecutivo y se apresuran a levantar la mano para aprobarlos por obediencia debida. Por eso, insto a mis conciudadanos a mostrarse diligentes y activos, y exigir a sus representantes abstenerse de votar favorablemente ambos temas.

Como siempre –Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires- el asesinato de un narcotraficante por sicarios en los bosques de Palermo consiguió dar la visibilidad que merece al problema del narcotráfico y, sobre todo, del narcolavado, por la enorme vinculación que tiene éste con la corrupción gubernamental, política y policial. Si recordamos que la propia campaña presidencial de doña Cristina fue financiada por los laboratorios responsables de la exportación de efedrina a México, o los esfuerzos que los funcionarios realizan diariamente para facilitar su comercio –falta de radarización y vigilancia de fronteras y rutas, incontrolada inmigración y, sobre todo, blanqueo oficial e impune de sus dineros- deberemos coincidir en que resulta indispensable, como arma prioritaria en esta lucha, la transparencia total de financiación de la política; las enormes sumas que genera la actividad permiten la compra de las voluntades más gravitantes en cada país, como ya lo mostraron, tristemente, Colombia y México.

La negativa del Gobierno a dar al problema su verdadera dimensión, pese a que donde más se ha expandido el consumo es en las capas más empobrecidas de la población, indica claramente en que bando de este combate se han colocado sus más importantes funcionarios. Si no reaccionamos ya mismo, si no acordamos sinceras políticas de estado para evitar su expansión, en poco tiempo más los dos centenares de muertos que ya enlutan Rosario se convertirán en miles en todo el país, ya será tarde y Argentina habrá perdido esta guerra.

Si, como ya es oficial, el gasto público creció en enero nada menos que 44%, generando un déficit fiscal que sólo los manotazos a la ANSES han podido paliar, la intención de llegar hasta el 2015 sin excesivas turbulencias tiene la pólvora mojada. Tal como era de prever, las medidas coyunturales y aisladas dispuestas por el Banco Central con relación al mercado cambiario han tenido un éxito que, sin un plan antiinflacionario claro, concreto y, sobre todo, confiable, no podrá extenderse por mucho tiempo. En especial, por la monstruosa suba de precios registrada en el mes de febrero, que algunos autorizados analistas ubicaron en algo más del 6%; resta saber qué hará el INDEC para evitar convalidar esa información.

De todas maneras, y como se esperaba, la huelga de los docentes, que promete agravarse, habla muy a las claras de cuánto entienden las bases sindicales que se deterioraron sus salarios, y cuánto se reducirá su poder adquisitivo este año que, a los efectos, recién empieza. Lo notable, si se quiere, es que quienes han encabezado la protesta son los gremios más kirchneristas; la mayor prueba de ello es que, sólo para impedir que Macri se desmarcara del conflicto, los “trabajadores de la educación” fueron al paro ¡después! de consensuar con la ciudad de Buenos Aires la pauta de remuneraciones.

Creo que sólo las alarmas rojas que se encendieron en todos los tableros en enero y febrero –fuga de reservas, devaluación, salto inflacionario convalidado, aumento de tasas, conflictividad social- y la sensación de la inminencia del choque planetario, es lo que hace que algunos analistas muestren hoy un exagerado optimismo respecto a los resultados terapéuticos del giro copernicano realizado por el Gobierno. Mi sensación es que, a pesar de la orden a los bancos de liquidar divisas y los adelantos de las cerealeras, no obtendrá una mejora de la economía más allá de julio; después, Dios dirá, y no será nada bueno. En especial, por la importante contracción (“estanflación”) que nos afectará este mismo año.

La grave crisis en la situación de Ucrania, de no encontrar una rápida solución no militar, repercutirá con fuerza en la suba de los precios de los combustibles, y la profunda dependencia que hoy tenemos del gas y del petróleo importados complicará aún más el panorama económico. Si en 2013 tuvimos que gastar casi US$ 14.000 millones en pagar esos indispensables energéticos, la factura podría entonces subir a la estratósfera y el escaso nivel de reservas con que contamos no transformarán el hecho en una buena noticia, en especial porque se deben pagar al contado y en efectivo.

Por otra parte, el ya injustificable apoyo del Gobierno al tiránico Pajarito Chiquitico, no ha hecho más que desnudar la falsa política de derechos humanos de doña Cristina. Pero lo más asombroso fue la misa en honor del fallecido Papagayo Caribeño a la asistió la Presidente el miércoles, en especial porque contrastó con su notoria ausencia a las que se celebran por las víctimas del crimen de Once, del cual su gobierno es responsable directo por haberse robado los dineros que hubieran podido evitarlo.

Un renacido ex Twitterman se ocupó, esta semana, y después de recular en chancletas por el memorándum con Irán, otra vez nos pone en la picota mundial con la errática política internacional. Mientras el Chiquito pero Rendidor Kiciloff y el Mago Galucchio hacen malabares para tratar de mejorar la imagen de la Argentina y la percepción de un clima de negocios razonable (condiciones esenciales para un más que dudoso desembarco de inversiones extranjeras), y muchas provincias cierran acuerdos con los Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico, nuestro Canciller, recordado por su tenaza en Ezeiza, dedica altisonantes agravios a ese país y el Jefe de Gabinete niega el problema y ratifica que no se controlará la inmigración. Si no hubiéramos inventado el blanqueo más injustificado y generoso para los corruptos y los lavadores de dinero, tal vez las posturas de éstos hubieran parecido más serias, pero lo único que han conseguido es ratificar el ridículo papel que la Presidente obliga a desempeñar a sus ministros.

A este paso, debe faltar poco para que los aplaudidores ofrezcan a doña Cristina mediar entre Moscú y Kiev o entre La Habana y Táchira. Tal vez desde ese rol, nuestra gentil Presidente pueda intentar digerir el nuevo sapo que ha pasado a integrar su dieta: la nominación de SS Francisco como candidato al Nobel de la Paz. Ahora que se ha anunciado que doña Cristina, camino a la Feria del Libro de París, también haría una escala en el Vaticano, habrá que observar qué consecuencias tendrá la entrevista privada que allí mantendrá con un Bergoglio muy, muy preocupado por la situación en la Argentina.

Voy a encender una luz de esperanza para mis conciudadanos que aspiran a que el kirchnerismo desaparezca de la faz de la tierra. Es posible que, de cara a las próximas elecciones, cuando quiera que se produzcan, se consoliden dos frentes: el primero sería una alianza entre Cobos, Aguad y Macri; el segundo, entre Massa, Reutemann y Eduardo Bussi, el actual Presidente de la Federación Agraria; resulta claro que saldrán de ambos fórmulas lo suficientemente potentes para confirman la exclusión del candidato del Frente para la ¿Qué? de un ballotage. ¡Espero que Dios bendiga tamaño signo de madurez política!