Sinsentidos
por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 956)
“Una causa, por muy justa que sea, se vuelve dañina tan pronto la defiende un fanático”.
Fernando Aramburu
Para
evitar malos entendidos, declaro que apoyo firmemente la gestión del Presidente
en su gigantesca lucha contra la pavorosa herencia que recibió de la tríada
Fernández²/Massa, cuyo principal contenido era un hiperinflación al borde de
estallar. Aunque me duelan, como a tantos, las consecuencias de esa ardua pelea,
su éxito se comprueba precisamente en que el tema ha pasado al cuarto lugar en
las preocupaciones urgentes de la sociedad, cuando hace sólo seis meses era prioritario.
Y la recesión, único remedio posible contra ese terrible flagelo, parece haber
tocado su durísimo piso y comenzado a rebotar, sobre todo en el interior.
Javier
Milei, por formación, ha asumido la economía como único objeto de su interés, y
entregado el comando real del resto de la administración nacional y de la política
libertaria a su hermana Karina, Secretaria General de la Presidencia, y a ese
raro asesor sin cargo oficial, Santiago Caputo, que ha demostrado disponer de
un poder ilimitado sobre funcionarios y legisladores; su influencia es tal como
para ser el responsable directo de un sideral traspié reputacional como es la
propuesta del impresentable Alfredo Lijo para integrar la Corte Suprema. El
miércoles, el Ministro de Justicia confirmó que había sido el ladino Ricardo
Lorenzetti quien había instilado el veneno llamado Lijo en los crédulos e inexpertos
oídos de esas dos personas.
La “casta”,
demonizada por Milei en sus discursos, estará de fiesta porque el nefasto
candidato, tan sospechosamente enriquecido, será una verdadera garantía de
impunidad para funcionarios y empresarios corruptos aplicando su gran
experiencia en dormir las causas más complicadas, aún cuando esa conducta
redunde en un sideral perjuicio para el Estado (como sucedió con las vinculadas
a la privatización, vaciamiento y re-estatización de YPF). Si llegara a la
Corte, y aún cuando la mayoría que conforman hoy Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz
y Juan Carlos Maqueda se mantuviera en temas clave, Lijo podrá desempeñar su
rol de adormecedor demorando indefinidamente su indispensable firma en las
sentencias del alto Tribunal.
La cerrada
e inexplicable defensa que hace de este nefasto personaje significa para Milei
una tácita renuncia a todas las promesas de campaña, porque sólo podrá llevarla
a buen puerto si transa con lo peor de la política, el pero-kirchnerismo, dueño
de los votos necesarios para consagrar al candidato. Se trata de un
razonamiento elemental porque ¿qué exigirán Cristina Fernández y los suyos a
cambio de prestar ese acuerdo? ¿Guarda esa negociación alguna relación con las
tan escasas denuncias judiciales en comparación con los escándalos que
diariamente destapa el Ejecutivo?
Si los
votos se repartieran como se vio en las sesiones de Diputados y Senado en la
reforma jubilatoria, es altamente probable que sus enemigos (en realidad,
quienes buscan estrellar el plan económico para lograr imponer una devaluación
que, al concretarse, impactaría de lleno sobre la inflación que, con tanto
sacrificio, estamos intentando domar) lograran alcanzar los dos tercios
necesarios para insistir en el texto aprobado y, de ese modo, sortear el veto
presidencial. Cuidado, porque si esta oposición de permanente geometría
variable consiguiera reunir nuevamente ese porcentaje podría hasta hacerle
juicio político al propio Presidente.
Cuando
digo “enemigos”, no me refiero sólo a los políticos y gremialistas que
perderían canonjías y kioscos varios si el Presidente tuviera éxito sino, también
a los empresarios argentinos, que se niegan a invertir en sus propias
industrias (generando puestos de trabajo de calidad), mejorar la productividad
y competir con sus homólogos del exterior y así, permitir que gocemos de mejores
precios y más calidad en lo que compramos y consumimos.
Pero las
derrotas que sufrió el Ejecutivo en el Congreso no se debieron sólo a una
oposición que, en defensa propia, está dispuesta a hacer saltar todo por el
aire, sino a las crisis que exponen a cielo abierto las disidencias
intra-bloques libertarios y, en especial, a inexplicables procederes del propio
Presidente de la Nación, que da permanentes muestras de incontinencia verbal.
Estoy en
total desacuerdo con el sistemático e injurioso ataque que despliega diariamente
la granja de trolls de Santiago Caputo, que Milei retuitea, contra los
periodistas que se niegan a aplaudir como focas amaestradas al Gobierno,
cualquiera sea el dislate que éste cometa. Los vergonzosos episodios del acoso
a los diputados que visitaron a los presos políticos, el permanente desencuentro
entre el Presidente y la Vice y la expulsión del Senador Francisco Paoltroni
del mini-bloque libertario por haber cuestionado la candidatura de Lijo, son ejemplos
clarísimos de un autoritarismo anti-republicano que me niego de plano a
convalidar.
Todo
eso me duele mucho y ruego que se corrija prontamente, porque estoy convencido
de que, en este período presidencial, se concentra la esperanza de una sociedad
que, como reflejan todos los análisis de opinión pública y ratifica la ausencia
de estallidos sociales, confía en dar vuelta definitivamente la página de trágica
decadencia que comenzó a escribir, en una actitud claramente suicida, hace ya
ocho décadas.
Bs.As., 31 Ago 24
Publicado en:
https://periodicotribuna.com.ar/37015-sinsentidos.html
https://totalnewsagency.com/2024/08/30/sinsentidos/
https://www.informadorpublico.com/opinion/sinsentidos
https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/132573-sinsentidos-por-enrique-avogadro
https://www.elojodigital.com/contenido/19594-avogadro-sinsentidos
https://prisioneroenargentina.com/post-data-de-sinsentidos/