¿Gambito de arquitecta egipcia?
por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 791)
“El Führer se consideraba a sí mismo un arquitecto frustrado”.
Wilbur Smith
Esta vez
voy a plantearle un ejercicio de imaginación raro e improbable, pero posible; lo
sabremos dentro de un mes, cuando vencerá el plazo para presentar candidaturas.
Las encuestas, aún las propias del Frente para Todos, están mostrando la brutal
caída que la imagen de sus kapos ha sufrido desde aquellos días de comienzo de
la “cuareterna”, allá por marzo de 2020. Ese deterioro, impulsado por la
impunidad de los corruptos y la injustificada soberbia del Presidente Clown, se
profundizará aún más cuando la Argentina alcance la escalofriante cifra de
100.000 muertos por Covid, para lo cual falta dramáticamente poco por la demencial
sumisión a Rusia y China y los negocios con laboratorios amigos del poder, que
bloquearon el ingreso de más y mejores vacunas. Esos números adversos preocupan
a la PresidenteVice porque, claramente, es quien más arriesga en las mesas de
las próximas elecciones legislativas. Veamos a qué me refiero.
Cristina
Fernández sabe que, si no obtuviera en la justa electoral la cantidad de
diputados (sólo siete) que necesita para adquirir quórum propio y si, además,
perdiera algunos de los caracoles que la siguen rastrera y babosamente en el
Senado, su suerte estará echada y su tentativa de reformar la Justicia y la
Procuración para garantizar la impunidad de los infinitos delitos que ha
cometido y la perpetuidad de su proyecto dinástico, habrá abortado
definitivamente. Y si hay algo que conoce a la perfección es la velocidad con
que las veletas de los Tribunales federales de Comodoro Py giran con los
vientos que soplan con furia cuando el poder se pierde.
Desde
otro ángulo, y porque ha sido quien inspiró la gran mayoría de las ruinosas medidas
económicas con las que pretende retener a sus votantes del pauperizado y
hambriento Conurbano bonaerense (intervención en todos los mercados, control de
precios y congelamiento de tarifas, cepo y freno al dólar, emisión
descontrolada de papelitos de colores, monumental generación de deuda en pesos,
multiplicación de subsidios y planes, atraso y default en el pago de la deuda,
restricción de las exportaciones e importaciones, etc.), también sabe que sólo significaron
barrer debajo de una alfombra que desaparecerá al día siguiente de las
elecciones; ya no habrá magia, ni siquiera china –¡qué degradación en la
calificación internacional de nuestro país-, y llegará una factura imposible de
afrontar para este populismo ladrón, analfabeto, berreta y pobre.
Si se sumara
la renuncia (o incapacidad) de Alberto Fernández a continuar ejerciendo desde
el ridículo su rol de Presidente, ella debería asumirlo (art. 88 de la
Constitución), y completar el mandato; si lo hiciera, sin duda acentuará sus
rasgos autocráticos y acelerará el conflicto. Además, debería hacerse cargo
directo de la catástrofe educacional, sanitaria, social, institucional, económica,
laboral y geopolítica que ha generado –dijo Jorge Fernández Díaz, “en la Argentina, quien paga la fiesta
organiza su (propio) funeral”- y,
aún si llegara al final, tendría asegurada la derrota en 2023, convirtiéndose -a
lo sumo dentro de dos años- en un blanco móvil para jueces y fiscales. ¿Qué opción
tendría?: en otra jugada, como la que hizo al nominar a Alberto Fernández, renunciar
también ella y presentarse como candidata a diputada; si fuera por la Provincia
de Buenos Aires, esa decisión serviría, además, para galvanizar a sus fieles. Su
elección estaría asegurada, obtendría fueros y podría dormir tranquila algún
tiempo más.
El art.
1° de la Ley 25.716 establece el orden de quienes, en caso de renuncia o
inhabilitación de Presidente y Vice, deben asumir la primera magistratura: el Presidente
Provisorio del Senado (Claudia Zamora), de la Cámara de Diputados (Sergio
Massa) y de la Corte Suprema (Carlos Rosenkrantz); quien fuera, deberá
desempeñarla hasta tanto la Asamblea Legislativa, reunida a las 48 horas,
designe a un legislador o gobernador en ejercicio (con los requisitos del art.
89 de la Constitución) para completar el mandato presidencial. Creo que Zamora se
apartaría y el siempre Aceitoso
aceptaría encantado, para aspirar a la inmediata elección por sus pares.
Dejemos
ahora de imaginar. La inoportuna (para Argentina) cita de SS Francisco de “Rerum
Novarum” y los dichos de Alberto Fernández en el sentido de considerar a la
propiedad privada un derecho “de segunda”, que debe ceder ante las necesidades
sociales, habilitaron a bandas de mafiosos, muchas importadas pero constituidas
por gente con documentos argentinos, a comenzar a tomar nuevas tierras en todo
el país para “venderlas” a los más pobres, forjando esta semana conflictos
violentos. En esos conglomerados prolifera el narcotráfico, asociado a policías
y políticos locales que recaudan para la corona, gran socia y facilitadora del
negocio de los cárteles. Esta situación está preanunciando que pronto viviremos
aquí el mismo infierno en que ese comercio infame ha sumido a la ciudad de
Rosario, donde la luctuosa lista de asesinatos entre bandas competidoras se
agiganta día a día.
Si le
sumamos que la gigantesca manifestación de las organizaciones del viernes
anterior estaba encabezada por las imágenes de Ernesto “Che” Guevara, el
fusilador, y Roberto Santucho, el asesino fundador del ERP en los 70’s, tenemos
en las manos una olla a presión de impredecible pronóstico. La descomposición
social, producto del hambre, la desocupación, el cierre de las escuelas, el
clientelismo, la marginalidad y la inseguridad, está transformando a nuestro
país en algo inviable, cuyo rumbo resulta cada vez más difícil de rectificar mediante
esta original democracia que brinda tan obscena indemnidad a los corruptos; en
especial porque quienes tienen la responsabilidad directa de comandar el buque –o
proponerse como alternativa a esta oficialidad demente y borracha- se dedican
sólo a bailar en la cubierta del paria y naufragante Titanic argento en que nos
hemos convertido.
Bs.As.,
26 Jun 21