sábado, 27 de junio de 2015

Paracaídas para no Todos ni Todas



Paracaídas para no Todos ni Todas

"En el traicionero mundillo político, la lealtad tiene fecha de vencimiento". James Neilsen

El viernes por la noche tuve una certeza: la suerte de mi país está echada. El Gobierno renovó sus ataques a la Justicia, con mayor virulencia y menos formas aún. Tras la sanción del Código Procesal Penal y remover a un Juez de Bahía Blanca, que intervenía en el caso de las facturas falsas de Lázaro Bóvedas Báez y su hijo, el jueves hizo lo mismo con el Juez Luis Cabral, el molesto subrogante en la Sala de la Cámara de Casación Penal que debe decidir sobre la inconstitucionalidad del memorandum firmado con Irán, ya decretada por las dos instancias inferiores. Procura así poner la lápida final sobre la denuncia del Fiscal Nisman contra la Presidente, que le costó la vida.

Pese a la enorme gravedad del tema, no suscitó reacción alguna en una sociedad adormecida y adocenada que, en cambio, prefirió depositar todas sus energías en el partido en que nuestra selección, agónicamente, consiguió superar por penales a la colombiana y, así, pasar a la ronda semifinal de la Copa Sudamericana de Fútbol. Si esa es la nula importancia que los ciudadanos damos a las instituciones, bien hace Cristina Kirchner en pisotear todo para alejar el riesgo de futuras complicaciones penales.

Lo hubiera podido entender y justificar si esa conducta autista se hubiera dado entre aquéllos que, ignorados por los números presidenciales, deben hacer malabares para sobrevivir con ingresos que la inflación devora al ritmo de un pacman; el pan es tan escaso que el circo resulta poco menos que indispensable. Sin embargo, la clase socio-económicamente más alta, aquélla que se supone más instruida e interesada en la cosa pública, ni siquiera en defensa propia se comportó de un modo diferente; en lugar de sufrir por la destrucción de la República, y actuar en consecuencia, se vistió con camisetas y gorros de colores patrios para sentir que compartía un destino común, aún cuando éste fuera intrascendente.

El Tte. Gral. César Milani pidió su retiro; el original militar estaba acosado por la Justicia en dos causas por violación de derechos humanos y, tal vez la más complicada, por enriquecimiento ilícito. Rápidamente, comenzaron las especulaciones acerca de los motivos que llevaron a la noble viuda a soltar lastre con vistas a unas elecciones generales que prometen darle un disgusto mayúsculo. Creo que ya es un poco tarde para que tirar por la borda el excesivo peso de personajes relativamente menores pueda surtir efecto sobre un electorado harto de soportar tanta arbitrariedad y tanta corrupción. Por lo demás, ¿aceptará Milani mansamente ir preso sin contar lo mucho que sabe?

Pero el asunto merece ser observado desde otro ángulo. Cuando se cerraron las listas para las elecciones nacionales de presidente y vice, de varios gobernadores, de legisladores de todo tipo y color, quedó demostrado que para Cristina no hay lealtades que valgan, y que los paracaídas no alcanzan. El peronismo, desde su origen, tiene un Día de la Lealtad porque los otros 364 son los de la traición, y hasta los barones del Conurbano practican esa conducta, yendo y viniendo con sus garrochas.

La primera demostración la dio el trato que dispensó a Florencio Tren Randazzo, que se enteró por televisión que su candidatura había dejado de existir por voluntad de la emperatriz del Calafate; que su principal sostén hasta ese momento, Carlos Chino Zannini, se hubiera pasado al otro bando e integrara su fórmula, no hizo más que aumentar la dosis de sapos que fue obligado a tragar. Más sorprendente aún fue la ausencia de Guita-rrita Boudou entre los candidatos, ya que ni siquiera fue nominado para integrar el ilusorio Parlasur, un organismo consultivo que, salvo que mucho cambie en la región antes de 2019, jamás llegará a existir.

Hoy, sin embargo, el más importante paracaídas se lo quitó a SS Francisco. Creí que bastaría el respaldo explícito que brindó al Dr. Carlos Fayt, a través de una del Cardenal Poli, para frenar la embestida oficial en su contra. Sin embargo, la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados siguió adelante y el jueves recibió, en una reunión secreta a la que asistieron sólo oficialistas, el exótico testimonio de una neuróloga; ¿qué habrá dicho sobre alguien que no conoce? El Papa está pagando, para muchos argentinos, el costo resultante del deferente trato que brinda a la Presidente y a todo su entorno, incluida La Cámpora; si, además, doña Cristina responde aprobando el aborto no punible, negando la pobreza y destruyendo lo poco que queda de la República, ese precio repercutirá en la imagen social de la Iglesia toda.

Lo entienda o no la ciudadanía, la noble viuda, asesorada por el Chino, está perpetrando lisa y llanamente un golpe de Estado. ¿Hasta cuándo lo permitirá la Corte Suprema sin abocarse a tratar el tema, sentenciar la imposibilidad del Ejecutivo de continuar por esta senda de agravio a la República y, eventualmente, procesar a la Presidente y pedir su destitución al Congreso?; no lo conseguirá, dado que el oficialismo dispone de las mayorías necesarias para impedirlo, pero permitiría que la sociedad tomara conciencia de los gigantescos peligros que surgen de estas conductas y que, seguramente, deberá enfrentar de hacerse Daniel Lancha Scioli con el triunfo en octubre.

Y digo esto por una simple razón. Doña Cristina y su Ministro de Economía, el inefable Axel Estigma Kiciloff, siguen sembrando de minas económico-financieras el futuro; es probable que comiencen a explotar antes del fin de su mandato, como lo demuestra la escapada del dólar blue pero, sea o no así, quien quiera que la herede deberá enfrentar un ajuste monumental; un breve inventario incluye la inexistencia de dólares en el Banco Central, el déficit estatal, el desmadrado gasto público, los vencimientos de deuda de corto plazo, los niveles de pobreza e indigencia, la necesidad de importar gas, los impagables subsidios al transporte y la energía, el conflicto con los holdouts, etc. Si venciera, como creo que sucederá, Mauricio Macri, la solución tendrá que venir de la mano de la reconciliación con el mundo y el consecuente acceso a las inversiones y a los mercados voluntarios de crédito.

Pero si ganara Lancha nadie estará dispuesto a asumir los riesgos que la presencia del Chino, un fervoroso seguidor del maoísmo en su más arcaica version, implica; así, no tendrá otra posibilidad que atar más nuestro destino a la voluntad de Beijing, que necesita materias primas para alimentar a su población y a su industria, que tiene sumo interés en participar en el control del Atlántico Sur y en la futura discusión sobre la Antártida, y para el cual todas nuestras necesidades financieras son sólo cambio chico; Argentina recibirá así el mismo trato que hoy aplica China a los países africanos en los que está presente, que saquea impunemente, y no se alterará la relación sumisa que el Gobierno mantiene -recuerde que hay imperialismo malo (el británico, en Malvinas) e imperialismo bueno (el chino, en la base militar de Neuquén)- con Xi Jinping y, también, con Putin, con Maduro y con Rouhaní, todos ellos campeones olímpicos de la democracia y los derechos humanos.

Estamos frente a una trágica encrucijada histórica -¿asado o chop suey?- y por como actuemos ahora se definirá nuestro futuro. Lamentablemente, no soy demasiado optimista puesto que el "sálvese quien pueda" ha inoculado su virus letal en la sociedad, que sigue sin percibir que el egoísmo y el desinterés nos resultarán mortales.


domingo, 21 de junio de 2015

En una Lancha lenta a la China



En una Lancha lenta a la China

"Afilando el hacha mientras ordena rencores por orden alfabético". Arturo Pérez-Reverte.

La designación de Carlos Zanini como pre-candidato a vicepresidente en la fórmula que encabeza Daniel Scioli conmovió el escenario político, tanto porque nadie previó que doña Cristina haría tanto para limitar el poder de quien, eventualmente, podría ser su sucesor sino porque éste, con tal de llegar al sillón presidencial, estaría dispuesto a aceptar los riesgos -¿la "gran Nisman"?- que implica convivir con tal compañero.

El apodo del actual Secretario Legal y Técnico de la Presidencia -Chino- responde a su aspecto físico pero más a su filiación política, ya que joven adhirió al maoísmo en su variante albanesa y, como se ha visto en los últimos años, no ha abandonado esa disparatada postura ideológica -archivada hace tiempo hasta en su mismo país de origen- y ha conducido al Gobierno a esta cerrada encrucijada.

En resumen, si Lancha triunfara en los comicios de octubre, la Argentina entraría en un camino que podría llevar a que su destino estuviera conducido por un terrorista del ERP, que tanta sangre derramó en el pasado. Es imaginable, entonces, qué sucederá con nuestro país, ya que basta con recordar que el Chino fue el autor intelectual de las peores fechorías  estos años -Ley de Medios, "Democratización" de la Justicia, nuevo Código Procesal Penal, etc.- y mirar el presente de la pobre Venezuela de Nicolás Maduro: la grieta político-social y el enfrentamiento se ampliarán hasta el extremo, la represión se extenderá y la economía, ya extenuada por los doce años kirchneristas, será estatizada aún más, por la vía de expropiaciones; lo poco que queda de la Justicia y del Congreso será enterrado bajo una lápida de autoritarismo, el saqueo a las arcas públicas se profundizará con el robo a la propiedad privada, desaparecerá la prensa libre y los opositores más combativos serán encarcelados.

Como muchos economistas preveían, el Gobierno agravará la situación ya caótica de la economía con el simple recurso de darle a la maquinita de Ciccone para inundar de pesos al país antes de las elecciones y endeudarse masivamente a altas tasas y cortos plazos, sin importar en lo más mínimo que cada vez resulten más cortas las mechas de las muchas bombas que dejará como herencia; como dije, si ganara la fórmula Lancha-Chino, es altamente probable que se intente morigerar todos esos desequilibrios mediante expropiaciones, con el apoyo de capitales que llegarán, entonces sí, desde Beijing acentuando nuestra actual situación de colonia.

El escenario se complica aún más si percibimos que el principal binomio ofrecido por el ¿Frente para la Qué? a la Provincia de Buenos Aires lo integran Anímal Fernández, uno de los políticos con peor imagen, reiteradamente señalado por Lilita Carrió como jefe de los carteles de la droga nacional, y Martín Sanatella, otro prócer rejuntado por Cristina entre las huestes del Partido Comunista a quien sus ex-colegas, los barones del Conurbano, odian hasta el extremo.

¿Estará dispuesto el peronismo real, representado por gobernadores e intendentes y por los líderes sindicales, a recorrer mansamente ese camino de ida? Sigo creyendo que no, que más allá de los gestos públicos de obsecuencia, imprescindibles mientras la noble viuda maneje la chequera, pondrán sus escondidas fuerzas a jugar contra ese disparate, que puede llevarlos al destierro después del copamiento por La Cámpora de sus concejos deliberantes, y mandarán a sus fieles a votar por cualquier otra fórmula (¿Felipe Solá-Daniel Arroyo?), ya que en ello les va la supervivencia misma; lo hicieron en 2009, cuando desataron la furia de Néstor al ver su propio nombre vencido, y en 2013, al mandar a votar por Massa para frenar la reelección eterna de su noble viuda. Por lo demás, si cabía la posibilidad de una cierta atracción del manso Scioli sobre independientes o indecisos, la designación del Chino, un cultor de la teoría de la confrontación, la excluye por completo.

La emperatriz, como era dable esperar, no se anotó en ninguna de las carreras posibles para no asumir el riesgo de perder, fuera por la escasez de votos, fuera porque su candidato local obtuviera más adhesiones que ella. Pero Cristina consiguió, pese a todo, reconfirmar que pretende que el Congreso se convierta en el gran aguantadero de los delincuentes que la han rodeado estos años, encabezados nada menos que por Julio de Vido, el ladrón que le costó a la Argentina el autoabastecimiento energético, y por el mínimo Máximo, tan acosado por sus trapisondas en Hotesur.

Ratificando cuanto sostuviera en una nota reciente, "Espejos que Avergüenzan", la Justicia norteamericana investiga a Ricardo Jaime por la compra de aviones a Embraer para Aerolíneas, utilizando los miles de mails cruzados por sus cómplices que aquí fueron desechados como prueba, en un proceso que seguramente terminará con el propio De Vido y Recalde, el  candidato de esta asociación ilícita a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma, que cosechara aún menos voluntades que Filmus, el eterno perdedor.

Por su parte, el PRO de Mauricio Macri ha dado una fuerte muestra de pragmatismo, tanto al optar por Gabriela Michetti como candidata a Vicepresidente, que seguramente evitará la fuga de los progres porteños hacia el espacio de Martín Lousteau, cuanto al elegir a Daniel Salvador como integrante de la fórmula provincial de María Eugenia Vidal, que le permitirá contar con los indispensables fiscales radicales en el más problemático territorio electoral.

Así, los dados están rodando. Falta sólo comprobar si el cortoplacismo y egoísmo del "sálvese quien pueda", alentado por una transitoria hinchazón de bolsillos, decide enterrar de una vez y para siempre con la República o sí, aunque sea por única vez, los ciudadanos priorizan el futuro y, con él, la esperanza de la redención de Argentina como nación independiente. Hoy, Mendoza y Tierra del Fuego tal vez comiencen a despejar esas dudas.


Bs.As., 21 Jun 15

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sábado, 20 de junio de 2015

Entrevista en "República Indefensa", por TLV1, del 15 Jun 15

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sábado, 13 de junio de 2015

La Nariz de Pinocha




La Nariz de Pinocha

"El voto tránsfuga afecta la base de la democracia. ¿Para qué votar si el representante no está dispuesto a cumplir? La teoría democrática se desangró en las alcantarillas". Oscar Muiño

Pese a que nos tiene más que acostumbrados a las indigeribles ensaladas en que convierte sus discursos -"todo tiene que ver con todo"- resultó sumamente curiosa la 23° cadena nacional de este año con que nos ametralló Cristina para inaugurar, el miércoles, el Museo Malvinas y el Faro de la Soberanía, en el predio que perteneció a la ESMA.

Mientras despotricaba, con razón, contra la ocupación colonial de las islas, la aplaudía el Embajador de China, un país con el que la noble viuda firmó un acuerdo secreto mediante el cual le cedió doscientas hectáreas en Neuquén para la instalación de una base científico militar bajo su propia soberanía, y cuyo personal, al cual nos comprometimos a facilitar las visas necesarias, se desempeñarán bajo sus leyes; la Argentina tendrá acceso restringido al predio. ¡Notable prueba del doble discurso del Gobierno!: la colonización inglesa es mala, pero la china es buena.

También se permitió decir que el default en el que nuestro país se mantiene desde 2001 -tan aplaudido ahora como cuando Rodríguez Saa lo anunció- y la falta de respeto a los fallos de la Justicia norteamericana -la misma a la cual se someten los nuevos bonos de YPF, por ejemplo- no produjeron efecto alguno. Para comprobar cuánto debe haber crecido la nariz de la Presidente esa noche, sólo hay que ver la abismal diferencia de tasas de interés entre la deuda que colocan nuestros vecinos (alrededor del 4,5%) y la nuestra (11%), y todo ello cuando la tasa internacional está en 0% y varios países de Europa se encuentran en franca deflación (los precios bajan).

Más allá de las demenciales y tragicómicas afirmaciones de la Presidente ante la Asamblea de la FAO, cuando afirmó que la pobreza en la Argentina se había reducido al 5% y la indigencia al 1,75%, en diciembre -si el diablo finalmente no mete la cola en el calendario electoral- habrá llegado el momento de pagar la monstruosa fiesta de dilapidación y de corrupción kirchnerista. La factura será presentada por la realidad a quien gane las elecciones, sea Daniel Scioli, si el dedo imperial finalmente lo designa candidato, o Mauricio Macri, por quien claramente me inclino.

Digo esto a pesar de las mentirosas encuestas pagadas con las que el Gobierno pretende presentar como ganador a su futuro candidato -se llega al extremo de considerar como probable un triunfo del ¿Frente para la Qué? en primera vuelta- y por varias razones: el primer cordón del Conurbano vota, en general, como lo hace la Ciudad de Buenos Aires, y ello no puede ser más lógico: sus habitantes trabajan, atienden su salud y educan a sus hijos en la Capital y, consecuentemente, tienen una buena imagen de la gestión del Pro. En las últimas PASO, los candidatos de Macri se impusieron en todas las comunas, incluidas aquéllas que albergan las mayores "villas de emergencia" porteñas.

El interior provincial, que acompañó al Gobierno en las elecciones de 2011 pese al castigo que éste continuó propinándole al campo, esta vez no se portará igual. En aquél entonces, habitantes de los pueblos y ciudades del interior -no los productores- votaron a Cristina porque, con los precios vigentes de la soja, vendían muchos autos, camionetas y maquinarias, y hasta los almacenes vivían en estado de gracia; sin embargo, ese momento de gloria ya es cosa del pasado, y la presión impositiva está matando a todas las actividades.

La gestión de Lancha Scioli, que disfrutó durante ocho años de las mieles y de los dineros del poder en La Plata y jamás presentó una declaración jurada patrimonial pese a haberse convertido impúdicamente en millonario, es literalmente pésima; la inseguridad ha alcanzado niveles inéditos, el narcotráfico campea a su arbitrio y crece geométricamente, y la infraestructura caminera, por tomar sólo un caso, está absolutamente colapsada. El Gobernador ya no engaña a nadie pintando de naranja todo lo que puede, y sus grandilocuentes anuncios e inauguraciones de pretendidas redes de agua y cloacas choca contra la realidad cotidiana de los habitantes, cada vez más miserable por efectos de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

Sergio Massa dijo el mismo miércoles que mantiene su candidatura presidencial; eso no es una buena noticia para Scioli, ya que el tigrense conservará muchas voluntades entre los peronistas hartos de la no-gestión y del saqueo actuales. Los barones del Conurbano que han confirmado, volviendo vencidos a la casita de la "vieja peor que el tuerto" (Pepe Mujica dixit), su baja catadura moral, no tienen escriturados los votos de sus administrados; por lo demás, tal vez repitan su proceder del 2009 cuando, para evitar que el Gobierno les copara el Concejo Deliberante, del cual depende su supervivencia, mandaron a sus fieles a votar por De Narváez (aliado entonces a Macri y a Felipe Solá), y el Colorado derrotó a la lista encabezada nada menos que por el propio don Néstor (q.e.p.d.), el mismo Massa -en una vida anterior y antes de reencarnarse como opositor- y hasta Scioli, estos dos últimos candidatos "testimoniales".

Para probar que es factible vencer al PJ en la Provincia, no hace falta remontarse a 1983, cuando se impuso un desconocido Alejandro Armendáriz, llevado a La Plata por un arrasador Raúl Alfonsín, ni al momento en que Graciela  Fernández Meijide aplastó a Chiche Duhalde quien, obviamente, contaba con el enorme apoyo del aparato de su marido, indiscutido patrón de la vereda en el Conurbano. En 2013, Sergio Massa, entonces aliado a Macri y a De Narváez, no sólo ganó sino que, mucho más importante, enterró los sueños de Diana Araña Conti de conservar una "Cristina Eterna" por las vías legales; pensar que esta vez esos votos irán a Scioli me parece la fantasía de un delirium tremens e implica pensar que los ciudadanos son un rebaño.  

Si, como supongo, Macri ganará en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe (hoy), Córdoba, Mendoza y en alguna otra provincia menor en tamaño, se impondrá en el primer cordón del Conurbano y en el interior bonaerense, ¿qué porcentaje debería obtener Lancha en la Provincia para dar vuelta esos resultados e imponerse en el ballotage?

Todas esas especulaciones me llevan a afirmar que las elecciones dirán que el futuro presidente será de color amarillo y a él le será presentada la factura. Recomiendo a Macri que asuma haciendo un prolijo y detallado inventario de la herencia en todos sus aspectos -sociales, económicos, educativos, sanitarios, geopolíticos, de seguridad, de deuda externa y local, etc.- para explicar qué será necesario hacer y evitar que los canallas autores de tantos desaguisados lo acusen, luego, de haber sido quien estrelló el país.


sábado, 6 de junio de 2015

"Mentirás tus Muertos"



"Mentirás tus Muertos"


"La izquierda te da fueros, Ramón" (1) , Néstor Kirchner.

He tomado prestado el título de esta nota de un libro esencial, de José D'Angelo (El Tatú Ediciones, Bs.As., 2015). Se refiere a los sesgados derechos humanos en épocas kirchneristas y al enorme negocio montado a su alrededor para robar dineros públicos.

Para entender de qué se trata, debemos comenzar por hablar del número mágico: "30.000" desaparecidos. Esa cifra, atribuida por Schocklender a Hebe de Bonafini y por Luis Labraña a las organizaciones de propaganda guerrillera, fue un invento de marketing, motivado en la necesidad de crear una cantidad capaz de justificar los reclamos de los organismos de derechos humanos (en la Argentina, los muertos en accidentes de tránsito, sólo en 2014, fueron 7613) y, fundamentalmente, para permitir a éstos recaudar ingentes fondos en Europa, ya que el verdadero número "no alcanzaba".

En 1984, la CONADEP, encabezada por Ernesto Sábato, entregó su famoso informe "Nunca Más" al Presidente Raúl Alfonsín; en él fueron consignadas las denuncias recibidas (8.961) por hechos posteriores al golpe militar de 1976; en 2006, Kirchner encomendó a su Secretaría de Derechos Humanos la revisión de lo actuado y la misma, además de alterar el prólogo original e incluir los hechos desde 1969, redujo la cifra (8.377 desaparecidos y muertos, de los cuales corresponden 7201 a la época del Proceso). Ya en octubre de 1985, la revista Somos publicó que habían aparecido más de ciento cincuenta personas con vida, que figuraban como “desaparecidos” en el informe original.

Al inaugurar el "Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado", en la Costanera Norte porteña, el fallecido ex Presidente, a quien tan útil le resultó disfrazarse de defensor de los derechos humanos tuertos desde su llegada al poder nacional, hizo colocar treinta mil chapitas, destinadas a albergar el nombre de cada una de las víctimas; hoy, nueve años después y a pesar de haber retrotraído la fecha de inicio de los hechos y de incorporar a la nómina hasta guerrilleros que cayeron en combate contra las fuerzas de seguridad, se suicidaron con las pastillas de cianuro que les suministraba su organización, les explotaron bombas que preparaban, fueron fusilados por orden de las enloquecidas cúpulas del ERP o de Montoneros o murieron en el extranjero, más del 66% de esas chapitas siguen vacías.

Precisamente esos "detalles" son los que dieron lugar a algunos de los enormes y más indignantes negocios que se hicieron en estos años con las indemnizaciones -¡casi dos mil millones de dólares!, que nadie explica- a esas raras víctimas del terrorismo de Estado; por ejemplo, mientras se pagaban cuantiosas sumas por los asesinos de los soldados conscriptos durante la tentativa de asalto al Regimiento 29, de Formosa, en plena democracia (5 de octubre de 1975), se negó todo derecho a las humildes familias de éstos.

En su libro, D'Angelo realiza un detallado inventario -probado con enorme cantidad de fuentes de las propias organizaciones guerrilleras- de algunos de los casos en que se forzó la realidad y se mintió desde el Gobierno para permitir el pago de cantidades fabulosas de dinero a los deudos de aquéllos cuya muerte, en modo alguno, puede atribuirse a la represión de la subversión.

Pero el invento del número mágico ("30.000") también tenía otro objetivo: lograr la calificación de "genocidio" para el accionar de los militares; envuelto en ese mito, el Gobierno logró que el Congreso anulara las leyes de "obediencia debida" y "punto final", y comenzó a encarcelarlos en prisiones comunes; son más de 2000, la enorme mayoría ancianos y enfermos, y 300 han fallecido en cautiverio, en un claro delito de abandono de persona seguido de muerte por el que deberán responder algún día estos falsos jueces.

Para lograr su propósito, una Justicia cómplice, genuflexa y corrupta realizó innumerables simulacros de juicios, con testigos falsos o instruidos al efecto y dictó, en casi todos los casos, sentencias a prisión perpetua, por ejemplo, por el solo hecho de haber tenido destino militar en Buenos Aires y pernoctar en alguno de los institutos en los cuales se detenía a los guerrilleros capturados. He presenciado inclusive algunos ¿juicios? en los que oficiales que nunca fueron mencionados ni acusados por los testigos presentados, fueron igualmente condenados.

Cuando hablo de las atrocidades que cometió la Justicia, me refiero a que se vulneraron todos los principios del derecho: de ley anterior al hecho del proceso, de inocencia, de la duda en favor del reo, de jueces naturales, de legalidad, de ley más favorable, etc. Lo importante era llenar de militares las cárceles a cualquier precio, tanto para defender al Gobierno ante las acusaciones de desmadrada corrupción como para permitir la venganza de los derrotados "iluminados" de entonces, muchos de los cuales se insertaron en estos años en la estructura del Estado.
Si no se trata de genocidio, que conlleva su imprescriptibilidad (obviamente, por los hechos posteriores a la ratificación del Estatuto de Roma por cada uno de los estados signatarios) todos los delitos que se imputaban a los militares han prescripto hace años; Argentina suscribió el Estatuto sólo en el año 2001, y se convirtió en el 28° país en hacerlo. Por lo demás, en la medida en que el genocidio debe ser cometido utilizando la maquinaria de un Estado, la misma calificación les cabe a los guerrilleros, ya que contaron con el respaldo explícito -en fondos, logística, entrenamiento y refugio- de Cuba, de Libia, del Líbano, de Vietnam, etc.

Hay otro aspecto relacionado con los miles de miembros de las fuerzas armadas y de seguridad, y muchos civiles, que aún se encuentran en las mazmorras de este régimen tan corrupto como no recuerda otro la historia de nuestro país.
Me refiero a la discriminación a la que son sometidos. Son los únicos presos para los cuales no rige la "ley del 2 x 1", que permitía computar doble los días que excedieran de los dos años desde el inicio del proceso, son los únicos a los que no se les permite estudiar en los institutos universitarios de las cárceles, son los únicos para los que no rige el derecho a prisión domiciliaria para los mayores de setenta años; tampoco se les permite atenderse en los hospitales militares. Es más, no conozco otros casos en que los imputados sean obligados a asistir a las parodias de audiencias de testigos en condiciones inhumanas, sea por el marcado deterioro de las facultades cognitivas, sea por el estado físico en que se encuentran, y a veces en camilla, por la fractura de la columna cervical, o con aplicación de suero intravenoso.

Por su parte, Luis Gasulla, autor de "El Negocio de los Derechos Humanos" (Sudamericana, Bs.As., 2012), había ya descripto este entramado de relaciones indignantes entre los principales organismos de derechos humanos -en especial, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y CELS, que preside Verbitsky- y los Kirchner; así, a cambio de dinero público sin medida y sin control -recuerde la "nacionalizada" Universidad de las Madres y los "Sueños Compartidos"- éstos obtuvieron el respaldo que necesitaban para robar a mansalva e intentar perpetuarse en un proyecto que sólo la inesperada muerte de don Néstor consiguió evitar, al menos por ahora.

Mientras tanto, Cristina Kirchner avanza contra el Poder Judicial en su tentativa para evitar un negro futuro penal y, lentamente, va alcanzando sucesivos éxitos, y los líderes de la oposición se rasgan las vestiduras por los presos políticos de Maduro, en Venezuela, y nada dicen de sus homólogos argentinos.

Tal vez algún día, los argentinos podamos darnos una Justicia independiente, eficaz, competente y rápida; si lo logramos, todo será posible pero, sin ella, nada lo será.

Bs.As., 7 Jun 15

(1) Respuesta al Senador Ramón Puerta, citada por Ceferino Reato en "Doce Noches", Ed. Sudamericana, Bs.As., 2015.

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