martes, 25 de diciembre de 2012

Poder S.A.




Poder S.A.

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.
Simón Bolívar

En mi última nota del año, prefiero dejar, por un rato, los comentarios sobre la coyuntura, siempre tan urgente en estas pampas, y pedirle que reflexione sobre uno de los temas más importantes –y ausentes- del futuro argentino.

Hace unos días, en uno de los innumerables discursos que doña Cristina perpetra contra la sociedad, la señora Presidente anunció que, ¿a despecho de lo que muchos habían intentado evitar?, pagaría –como luego se hizo- los US$ 3.500 millones de los servicios de uno de los bonos entregados en el canje de la deuda, en 2005 y 2010. Hasta allí, nada que decir.

El comentario sólo se impone a partir de la platea que, enfervorizada, escuchaba el épico discurso de esta curiosa líder de un proyecto que, como se ha dicho, miente por izquierda y roba por derecha. Quienes gastaron sus palmas ese día eran humildes obreros y militantes rasos, y pagos, de las organizaciones que han nacido al calor del kirchnerismo; gente que, en sus barrios, carece aún, después de esta década falsamente ganada, de cloacas y de agua corriente, que debe hacerse atender en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires porque asistir a los cercanos puede implicar la muerte súbita, cuyos hijos también deben cruzar la Avda. General Paz porque no tienen colegios que puedan recibirlos, y que todos los días sufre el flagelo de la inseguridad, que golpea siempre peor cuanto más se desciende en la escala social.

Sin embargo, aplaudían y enronquecían gritando su apoyo a este insano “modelo” que prefiere imponer un cepo a las importaciones de insumos básicos y destruir las economías regionales antes que sincerar sus increíbles estadísticas, comportarse como los demás países civilizados, y acceder a créditos de largo plazo a tasas ridículamente bajas. Para que se entienda: Argentina es el único país de Sudamérica cuyas reservas internacionales han caído, y lidera los rankings de inflación y de riego-país; mientras todos nuestros vecinos crecen, ahorran y simplemente cancelan sus obligaciones de corto plazo a tasas del orden del 10%, como las que manteníamos con el FMI antes del “grito del Calafate” que nos independizó del mundo, endeudándose a 30 años y con un interés que no llega al 5% anual, nosotros nos vemos obligados a castrar todo nuestro futuro para responder a la mentira oficial.

Pero la platea aplaudía y gritaba su aprobación al terrible anuncio que llegaba del circunstancial atril. Lo mismo hubiera sucedido, por ejemplo, si la viuda de Kirchner hubiera anunciado la venta de la Patagonia a Chile o de la Provincia de Jujuy a Bolivia. Hubieran aplaudido con igual entusiasmo porque, simplemente, no se enteran y no entienden qué son y por qué se hacen las cosas; y no lo hacen porque carecen de educación y, cada día, van perdiendo la poca que les queda.

Cuando contemplamos, sin colocar la ideología –cualquiera- delante de nuestros ojos, qué ha sucedido con la educación en la Argentina comenzamos a comprender el por qué de nuestra monstruosa decadencia como país. No hemos ido para atrás en la materia; literalmente, nos hemos desbarrancado. La Academia Argentina de la Educación dispone, para quien comparta esta angustia lacerante, de innumerables estadísticas que hablan, en los niveles primario y secundario, de deserción y falta de comprensión de textos, de imposibilidad de competir por la calidad, de pérdida de calificación en maestros y profesores, de carencia de infraestructura y de medios para enseñar y, en la universidad, de la falta de fomento e incentivo a las carreras duras, del bajísimo nivel de graduación, y de miles de etcéteras.

Antes que ningún otro factor, todos esos males se deben a la corrupción, en este caso moral, de quienes han liderado al país a lo largo de muchas, muchísimas décadas. Nada hay más cierto que la frase que asegura que un político se transforma en estadista el día en que deja de pensar en las próximas elecciones y comienza a hacerlo en las próximas generaciones. En Argentina, a contramano del mundo entero, esos pseudo líderes han privilegiado el populismo, el recurso barato que convierte en meros clientes a los ciudadanos; así, a través de la falta de educación y de una dependencia cada vez mayor de los subsidios, se consigue esa base electoral fuerte, ese núcleo duro que, desde la miseria y el hambre, garantizan la permanencia de quienes sólo pretenden –y consiguen- lucrar desde el poder. 

Como se ve, esta nota no inculpa solamente a quien hoy se sienta en el sillón de Rivadavia, sino también a todos sus antecesores desde una fecha muy difícilmente precisable. Pero pretende ser, ya que vamos a entrar en minutos en un nuevo año calendario, hacer que todos tomemos verdadera nota del problema que, juro, tiene solución; por supuesto, no inmediata ni fácil, pero alcanzable. Se trata, sobre todo, de usar las elecciones de 2013 para elegir a los mejores, a los más honestos, a los más comprometidos con el futuro, a quienes estén dispuestos a asumir el histórico papel de invertir el rumbo de derrota y disolución que llevamos como país.

Busquemos, entonces, que nuestros representantes sepan qué les exigiremos, y que –esta vez sí- los demandaremos, como también lo harán Dios y la Patria, si nuevamente nos defraudan.

Un esperanzador párrafo final: espero que la Justicia, en algún futuro incierto, utilice las mismas palabras de Abalito, cuando anunció grandilocuentemente la expropiación del predio ferial de Palermo, para recuperar para el Estado las tierras de Calafate, “vendidas” a precio vil a los Kirchner, sus parientes y sus cómplices.

Espero que hayan tenido una feliz y santa Navidad, y deseo el mejor 2013 posible para todos nosotros y para la Argentina que deberemos legar a nuestra descendencia.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Entrevista radial 21 Dic 12

Entrevista del 21 Dic 12 en Radio Cultura, con la conducción de Fernando Mauri 
http://abordajes.blogspot.com.ar/2012/12/el-audio-de-construccion-plural-del_21.html

martes, 18 de diciembre de 2012

¡Pa' que aprendan!


¡Pa’ que aprendan!

“Ninguna fuerza doma, ningún tiempo consume, ningún mérito iguala el nombre de la libertad”. Nicolás Maquiavelo.

Esta semana ha sido pródiga en lecciones, de esas que el kirchnerismo imparte a la infantil oposición desde hace años, sin que ésta consiga entender “por dónde vienen los tiros”, como dicen en España.

Año tras año, y a pesar de la innegable bonanza que acompañó a don Néstor (q.e.p.d.) y a los primeros tiempos de su heredera, los desorientados legisladores elegidos por quienes no queremos saber nada con el absolutismo ni con la falta de República, continúan aprobando la “emergencia económica”. Diez años después, no han descubierto, al parecer, que la Casa Rosada la utiliza para apropiarse de los excedentes que el Presupuesto dibujado deja al margen del control parlamentario, amén de facultar al Jefe de Gabinete a reasignar partidas, es decir, a ignorar qué se aprobó en el Congreso.

Tampoco se inmutan –es más, los legisladores provinciales acompañan, muchísimas veces, proyectos que van en contra de los intereses concretos de la ciudadanía de sus distritos, tal como ha hecho PC Heller con los depósitos judiciales del Banco Ciudad- cuando la bancada oficialista se niega a discutir la restitución de los fondos jubilatorios de los que ilegalmente continúa apropiándose el Poder Ejecutivo nacional a pesar de haber disuelto las AFJP’s y confiscado los ahorros de los particulares. Incapaces de ver más allá de sus narices, no perciben la fuerza de la herramienta que colocan en manos de doña Cristina para que ésta asfixie a los gobernadores díscolos.

No parece impresionarlos, por cierto, cómo usa la tan ponderada Ley de Medios Audiovisuales para su guerra privada contra Clarín, mientras se ha permitido constituir un imperio multimediático y concentrado infinitamente más grande que el timonea don Magnetto, ya que esos congresistas no ejercen, siquiera, la virtud de la autocrítica.

Si bien lograron pararse de manos cuando el Gobierno intentó, con una desmesurada cara de piedra, imponer a don Reposo como Procurador General de la Nación, ya que hubieran sido también ellos arrastrados al ridículo, permitieron que se encaramara a ese vital sillón doña Gils Carbó. Pese a que ésta rápidamente exhibió las uñas con las que piensa defender las posturas del oficialismo frente al Poder Judicial y se mostró digna integrante de la banda de cegados y genuflexos fieles de doña Cristina, los que la aceptaron en nombre de sus innegables pergaminos académicos tampoco hicieron un mea culpa.

Las encuestas, en general, se hacen eco de esa ingenuidad y esa desaprensión que han caracterizado, al menos hasta hace un mes, la conducta de los opositores, a punto tal que ninguno de ellos, ninguno, ha podido capitalizar el imparable derrumbe de la imagen de la señora Presidente. Ha habido, sin embargo, algunos hechos sumamente positivos, como fueron los compromisos asumidos por los senadores y diputados para no permitir la reforma de la Constitución –que deberemos exigir se extienda a todos los pre-candidatos que pretendan resultar elegidos en las legislativas de 2013, para no llevarnos sorpresas posteriores- y el acuerdo de todos los partidos en defensa de la República, sin que ello constituya, por el momento, un frente electoral.

Es que no podía ser menos, ante el desaforado ataque –con todas las letras, un verdadero golpe de Estado- que está llevando a cabo el oficialismo a través de esos mamarrachos a los que ha elegido como voceros contra el Poder Judicial, se constituyó un monolítico frente de todas las asociaciones de jueces y fiscales, que firmaron de un grave pronunciamiento condenatorio.

. Doña Cristina reaccionó como no cabía esperar de otra manera, es decir, intentando dividirlo. Así, convocó a sus leales, por convencidos o comprados, a suscribir una ridícula declaración con la que pretendieron negar la existencia de ilegales presiones sobre los magistrados. La premura en avanzar con esa increíble ridiculez -especialmente después de los aprietes a un camarista contra el que se usó la condición de militar retirado para hacerlo renunciar o de la recusación masiva de la Cámara Civil y Comercial Federal- y la habitual torpeza que despliega el oficialismo en estos menesteres –basta recordar los falsos mineros llanos de las teleconferencias presidenciales- hizo que se incluyera entre los firmantes a un abogado que invocó ser juez pese a no revestir tal condición, que ya ha sido denunciado penalmente por ello.

Mañana, la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanco, la CTA opositora, la Federación Agraria, el Partido Radical, los jubilados, además de distintas organizaciones sociales que han elegido protestar por la inflación, que ha carcomido mortalmente los salarios informales y los subsidios, y las clases medias, heridas por la inseguridad a la que nadie ya percibe como una “sensación”, se manifestarán en Plaza de Mayo, ratificando que han tomado el control de la calle.

Un ámbito que, cada vez más frecuentemente, se está convirtiendo en inhóspito para los funcionarios más connotados de esta administración y de todos los poderes, que ya no pueden almorzar, viajar o asistir a eventos deportivos sin que la sociedad entera les haga sentir su repulsa: Anillito Oyarbide, Guita-rrita Boudou, el Pendeviejo Kiciloff, Patotín Moreno y varios más ya pueden dar testimonio de ello.

La viuda de Kirchner ha cosechado efímeros triunfos estos días, con la revocatoria de la Cámara de Nueva York al fallo de Griesa, la sentencia del Juez Alfonso en la “causa Clarín” y la orden de devolver la fragata, impartida por el Tribunal Internacional del Mar. Lamentablemente para ella, ninguna se produjo en tiempo apto para mejorar su alicaída imagen. En los próximos días, deberá batallar en terrenos más complicados, pues no sólo enfrentará la manifestación del miércoles sino que, la semana próxima, seguramente la perseguida Cámara devolverá la vigencia a la medida cautelar que protege a Clarín de los embates de Sanatella, el 28 deberá ofrecer alguna solución al problema de los holdouts y, en enero, el FMI puede bajarle el pulgar al país por la falsificación de las estadísticas.

Me parece que no exagero si pronostico que, en pleno verano, se producirá un serio conflicto con los bomberos y los boy-scouts, las únicas “corpos” que, hasta ahora, se han salvado de los punzantes ataques que han llegado desde el atril presidencial para el resto de la sociedad, se tratara de piquetes de la abundancia, de generales mediáticos, de fierros judiciales, de medios conspiradores y golpistas, de estudiantes privilegiados de Harvard, de jubilados caranchos, de sindicalistas traidores a la causa obrera o, simplemente, de ciudadanos que pretenden conservar sus libertades individuales de elegir, de informarse y de ser gobernados por tres poderes del Estado, de igual rango e independientes entre sí.

En pocos días, y sin que ello implique nada más que una fecha en el calendario, llegaremos a fin de un año y entraremos en el siguiente que, signado por muchas elecciones legislativas, seguramente hará que la risueña  Marcó del Pont haga cumplir horas extras al personal de la Casa de la Moneda y de la intervenida Ciccone. Que ello, con seguridad, implique mayor inflación, no parece ser un problema para doña Cristina.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¡A estudiar, señora Presidente, o a no hacer trampas!




¡A estudiar, señora Presidente, o a no hacer trampas!


“La segunda imagen –que iba formando gradualmente la parte crítica y, al principio, poco numerosa de la opinión pública etíope- presentaba al monarca como un soberano capaz de hacer cualquier cosa con tal de mantener su poder y, ante todo, como un gran demagogo y un paternalista teatral que, con sus gestos y palabras, enmascaraba la venalidad, la cerrazón y el servilismo de la élite gobernante, por él creada y mimada”. Ryszard Kapuścińki


Hoy al mediodía, aprovechando la inauguración de un importante laboratorio de especialidades medicinales, la señora Presidente anunció, urbi et orbi, que promoverá en el Congreso la “democratización” del Poder Judicial. Obviamente, lo hizo apoyándose en el sospechosísimo fallo en el caso Marita Verón, dictado el martes por la Justicia tucumana.

La “abogada exitosa” que nos gobierna parece ignorar –o finge hacerlo- que una reforma de la magnitud que pretende requiere, casualmente, la modificación de la Constitución Nacional que, con el expreso objetivo de garantizar la independencia de los jueces, establece el modo en éstos son elegidos de por vida, de forma tal que esa permanencia actúe como un verdadero escudo contra las pretensiones del Poder Ejecutivo; sólo están sometidos –tanto como el Presidente, el Vicepresidente, los senadores y los diputados- al riesgo de la remoción, a través de un juicio político por mal desempeño de sus funciones. Para que usted lo recuerde, lector, fue un proceso de ese tipo el que sufrió el inefable Oyarbide, hasta ser rescatado por la mayoría kirchnerista en el Consejo de la Magistratura.

Ante este nuevo subterfugio utilizado por doña Cristina para intentar que una oposición, a la que considera boba, habilite la reforma constitucional –en la cual, también por casualidad, sería introducida la capacidad de la re-re-reelección en la Asamblea Constituyente, que puede declararse soberana y apartarse de los dictados de la ley de convocatoria- el fallo de antenoche adquiere una nueva dimensión, y crece el mal olor que lo rodea.

¿A qué me refiero? La Provincia de Tucumán –al igual que otros feudos nacionales, como Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, etc.- es gobernada con mano de hierro por José Alperovich, uno de los mandatarios más fanáticos y obsecuentes de la ocupante actual de la Casa Rosada. Es más, su mujer, la inefable Beatriz Rojkés de Alperovich, es la tercera en la línea sucesoria del Poder Ejecutivo, después de  Guita-rrita.

Admira tanto don José a los Kirchner que ejerce el poder como éstos lo hacían en Santa Cruz, cuando don Néstor (q.e.p.d.) gobernaba Santa Cruz, a punto tal que también disolvió la Fiscalía general, ya que no podía comprar a su titular; se inspiró, naturalmente, en el caso del Procurador Sosa quien, pese a tener tres fallos de la Corte Suprema de Justicia a su favor, no ha conseguido ser repuesto en su cargo en Río Gallegos. El resto del Poder Judicial de Tucumán ha sido colonizado sin remedio, como hizo su numen pingüino.

Después de haber perdido la inexistente batalla del 7D, no la guerra contra el grupo Clarín, la Presidente descargó sus frustraciones en su fiesta privada del domingo en la Plaza de Mayo. La primera mandataria, en manifiesta ratificación de los exabruptos de sus ministros y corifeos, acusó a la Corte y a los integrantes de la Justicia de utilizar “fierros judiciales”, impulsados por los “generales mediáticos”. Aunque la imposibilidad de reunir los dos tercios de las voluntades legislativas, imprescindibles para la apertura del proceso, convierte al juicio político en una fantasía, al menos hasta las elecciones de 2013, ello no significa que la señora de Kirchner no haya incurrido en delito contra la Constitución Nacional, según su artículo 31.

Ahora bien; debo confesar que no creo en brujas, pero que las hay, las hay. Seré mal pensado, pero me huele muy mal que estos jueces, que absolvieron de culpa y cargo a todos los sospechosos del secuestro y probable asesinato, envuelto en el tráfico de mujeres para destinarlas a la prostitución, tengan tantas vinculaciones con el Gobernador y hayan emitido una sentencia tan brutalmente chocante tan sólo cuarenta y ocho horas después del discurso presidencial del 9D. ¿No suena raro que ese fallo haya resultado tan funcional a las confesas intenciones de doña Cristina?

En un Poder Judicial tan, pero tan sospechado de corrupción, política y económica, como es el de Tucumán –tanto, o más, que la de Formosa, del Chaco, de Santa Cruz, de Catamarca, de La Rioja y de los demás feudos locales-, en el cual se reproducen como un espejo los desmanejos de los Kirchner en el sur, incluidas la trata de mujeres para la prostitución, ¿puede ser casualidad que se haya dado a la Presidencia de la República una excusa para seguir presionando al Poder Judicial en un momento tan oportuno?

Por eso, porque no creo en las casualidades sino en las causalidades, en especial en este ambiente político tan enrarecido, me veo obligado a reiterar el título de esta nota: ¡A estudiar, señora Presidente, o a no hacer trampas! En cualquier caso, Dios, la Patria y la República se lo demandarán en breve.

Bs.As., 12 Dic 12

Conferencia en Tucumán


Buenas noches …

La visita de la Asociación de Abogados para la Justicia y la Concordia a Tucumán tiene un doble objetivo.

El primero, obviamente, es manifestar su apoyo a los señores militares que, por el sólo hecho de serlo y, como tales, haber cumplido las órdenes legales y legítimas emanadas del Poder Ejecutivo Nacional, hoy se encuentran sometidos a proceso, en un marco institucional destruido por el odio y la venganza. Estos señores militares estuvieron, en 1975 y 1976, defendiendo y venciendo en la lucha que toda la Nación emprendió contra quienes, mediante las armas, pretendieron convertir a esta Provincia en un Estado y, a partir de ello, obtener el reconocimiento internacional como parte beligerante en una guerra cuya existencia ahora se pretende negar.

El segundo objetivo, instrumentado a través de las diferentes entrevistas que hemos mantenido en el día de hoy y que continuarán mañana, es llevar a conocimiento de la Iglesia, de las asociaciones de profesionales del Derecho, y de las autoridades políticas el significado real de estos inicuos procesos, en tanto los mismos subvierten toda la estructura de derechos y garantías que regía en nuestro país, sin la cual resulta imposible la convivencia social. Para llevarlos adelante se han dejado caer, como si fueran frutas inservibles, los principios más elementales de cualquier sociedad civilizada que se precie de tal; me refiero a la presunción de inocencia, a la irretroactividad de la ley, al juzgamiento por los jueces naturales, a la legalidad y a la obligación del Estado de probar, más allá de cualquier duda, la culpabilidad de los acusados.

Quienes, a partir de 2003, se revistieron con la bandera de los derechos humanos, que desconocían hasta entonces, han obtenido el apoyo de los derrotados militarmente en el monte tucumano y en el resto de la geografía nacional. Invocando los derechos de los cobardes asesinos de entonces, hacen caso omiso de los derechos de los argentinos contemporáneos, a los cuales les son conculcados diariamente.

¿No tienen derechos humanos los padres que hoy, después de diez años de un crecimiento inédito de la economía, producto de los vientos que han soplado tan a nuestro favor, ven morir a sus hijos de hambre y desnutrición? ¿No tienen derechos quienes se ven obligados a viajar como ganado y a morir en terribles incidentes ferroviarios, causados por la corrupta sociedad entre funcionarios y empresarios? ¿No tienen derechos quienes, aún hoy, deben vivir hacinados en ranchos inmundos, sin agua ni cloacas? El profundo deterioro de la educación y de la salud pública, ¿no constituye una violación a los derechos humanos? En la medida en que todos los hechos de corrupción del Gobierno están costando la vida de comunidades enteras, ¿no constituye un genocidio?

Pero, en lugar de ocuparse del presente, este proyecto de odio y venganza prefiere hacerlo, para usarlo como bandera ideológica, de los derechos de los delincuentes subversivos de los 70’s, en una tergiversación de la Justicia a la cual, además, ha dejado tuerta. Tan tuerta como para permitir, hace pocas horas, que fueran absueltos individuos a los cuales cientos de testigos coincidentes vincularon con el secuestro, la trata y la prostitución de personas, mientras persigue, como he dicho, a militares por el solo hecho de haberlo sido.

Para llevarla adelante, con la imprescindible complicidad de la Corte Suprema, se ha atropellado todo el andamiaje basal del derecho penal, en causas que se llevan adelante con mentiras manifiestas, con falsos testigos, con contradicciones notorias y con evidente uniformidad en las penas. Todos los que se ven obligados a comparecer ante estos pseudo jueces saben, de antemano, que están condenados, y casi todos ellos reciben cadenas perpetuas o por períodos tan prolongados que, dada la edad de los protagonistas, se convierten en penas de por vida.

La indignación se hace más profunda cuando se comprueba, a diario, que quienes atentaron contra la Argentina, quienes mataron y robaron a mansalva en nombre de teorías mesiánicas, reciben cargos públicos y elevados sueldos, como inicuo premio otorgado por una nación a la que se ha puesto de rodillas.

Tan de rodillas como para tener que soportar, sin posibilidad de reacción alguna, la retención de la fragata “Libertad” por los jueces de Ghana, una de las democracias más serias y prestigiosas de África, o la demora en recuperar la corbeta “Espora”, fondeada en Ciudad del Cabo por la falta de pago a quienes deben suministrar los repuestos necesarios para su reparación.

Este insensato gobierno, que ha hecho perder a la Argentina la mejor oportunidad de crecimiento real y sostenido que dio en décadas, nos ha convertido en parias internacionales, merecedores sólo del desprecio del mundo globalizado, y todo ello en aras de implantar modelos ya fracasados en muchos otros países.

Esta digresión acerca de la situación de la Argentina no es gratuita, ya que gran parte de ese desprestigio que nos ha hecho desaparecer del mapa de las abundantes inversiones que se dirigen, por necesidad, al resto de Latinoamérica, se vincula con la falta de seguridad jurídica que reina entre nosotros.

Somos, a la luz del mundo, un país que viola las leyes y los contratos, cuyo parlamento nacional deroga normas ya sancionadas y donde el Poder Judicial, que debiera ser la última barrera de defensa de los derechos individuales frente a los abusos del poder se ha transformado, en las propias palabras del Presidente de la Corte Suprema de Justicia, en cómplice de “políticas de Estado” concertadas con el Ejecutivo para llevar adelante juicios ilegales e inmorales como el que hoy nos ha traído hasta aquí.

A la vez, mientras permitía el pisoteo de todos los principios del Derecho, este mismo Poder Judicial ha sido cómplice, todos estos años, en la desenfrenada corrupción de este gobierno, postrándose ante la Casa Rosada y las diferentes sedes de los ejecutivos provinciales, es decir, ensañándose sólo con los más débiles.

Así, hemos visto como se ha arrastrado ante los estrados de estos nefastos magistrados a ancianos enfermos, algunos de ellos ya sin conciencia real de lo que sucede a su alrededor, sometiéndolos a indignantes tratamientos, sin frenar siquiera ante la muerte inminentes de muchos, tantos que ya han superado largamente el centenar quienes han fallecido en cautiverio.

¿Qué peligro pueden representar, para el trámite de los procesos o para la seguridad ciudadana, ancianos que superan los setenta años si se les concede la prisión domiciliaria? Sin embargo, no solamente se hace caso omiso del beneficio legal sino que se los obliga a comparecer hasta en camilla, como fue el caso del Comisario Patti, o con las arterias canalizadas para el suministro de medicación. ¿Dónde está la Justicia que estos jueces pretenden corporizar?

Debemos recordar, ahora en especial dada la parodia de juicio a que es sometido nuestro distinguido colega y amigo Jaime Smart, que cuando se juzgó legalmente a los imputados de cometer crímenes con las armas guerrilleras, muchos de ellos fueron absueltos y aquéllos a los cuales se les comprobó la comisión de tales delitos, fueron liberados de las cárceles y, poco tiempo después, volvieron a empuñarlas para asesinar, entre otros, a los mismos jueces que los habían condenado.

Pero no estamos sólo ante un acto de venganza, utilizada como instrumento por el kirchnerato para disfrazarse de defensor de los derechos humanos, sino que también es un acto de notable corrupción. Para las dos organizaciones más reputadas por su actuación en el tema –me refiero, obviamente, a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo- los derechos humanos se han transformado en un verdadero negocio, sea por la vía de las indemnizaciones a los familiares de hasta quienes murieron asaltando cuarteles, sea por la construcción de viviendas, como demostró el caso Bonafini-Shocklender.

¿Alguien puede imaginar, detrás de la nebulosa con que el Gobierno ha ocultado el tema, cuántos millones de dólares del erario fueron a parar a estos fines? ¿Cómo fueron compartidas esas indemnizaciones entre los familiares de los guerrilleros y los funcionarios que los otorgaron? Para incrementar la cantidad de pagos, se ha recurrido a retrotraer el período que la ley contempla cada vez más hacia el pasado y, si esto sigue así, terminaremos indemnizando a los deudos de los indios muertos en los malones.

Pero no debemos perder las esperanzas. Este siniestro régimen que hoy impera en la Argentina terminará, más temprano que tarde. No porque se produzca una revolución, que debe ser descartada de plano, sino simplemente porque resulta imposible que el país continúe tres años más en este generalizado desmadre.

Y cuando se acabe, cuando implosione ante las naturales contradicciones entre sus alas ideológica y ladrona, dado el odio generalizado que han sabido cosechar sus funcionarios de todo nivel, estos sí serán juzgados por su corrupción, y ni siquiera estos jueces podrán evitar esa suerte, dado el prevaricato en que continúan incurriendo.

La República vive uno de los momentos más aciagos de su historia, ya que su Presidente pretende ahora someter a su voluntad al Poder Judicial, como ya lo ha hecho con el Legislativo, no para destruir a Clarín, que a nadie le importa, sino terminar con nuestras libertades más profundas, como son la libertad de informarnos y decidir. Una sociedad como la nuestra no puede tolerarlo, y saldrá a impedir que se nos sojuzgue como hicieron Chávez o Correa con sus pueblos.

Mal que le pese a nuestras autoridades, que no merecen serlo, la ciudadanía está de pie, ha reconquistado la calle y no dejará avanzar más a este totalitarismo de opereta. Jesús, el Señor de la Historia, nos lo exige, y nosotros cumpliremos el mandato.

Buenas noches, y gracias.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Perfume de flores marchitas




Perfume de Flores Marchitas

“Luego hazte la pregunta: ¿dónde está ahora todo esto? Humo, cenizas, leyenda; o, tal vez, ya ni siquiera leyenda”. Marco Aurelio

La viuda de Kirchner confundió –al igual que su marido desde los lejanos días de la Gobernación de Santa Cruz- “Estado” con “Gobierno”, “Gobierno” con “Poder Ejecutivo”, la “representación” de los votantes por la “delegación” de esa soberanía, y “República” con “Imperio”. En razón de esa confusión, actuó como hemos visto, es decir, transformó a los bienes y medios del Estado en gubernamentales, redujo a una categoría constitucional inferior al Poder Legislativo y pretendió hacer lo mismo con el Judicial, y desconoció que, en una República, “gobierno” son los tres poderes, transformándola, en su febril imaginación, en una monarquía absoluta.

El jueves, un día antes del terrorífico pero finalmente inocuo 7D, la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, objeto de un inmundo e irracional atropello del Poder Ejecutivo, dictó una resolución que, sin exageración alguna, salvó a la República del abismo en cuyo borde mismo se encontraba. Doña Cristina, la auto-celebrada “abogada exitosa”, resultó aplazada en el examen de Derecho Constitucional al que eligió presentarse sin leer bolilla alguna.

Por la noche, después de digerir lo sucedido durante el día (más allá de la nube tóxica y el diluvio, el hecho más relevante de la década fue la declaración de todas las asociaciones de jueces del país) se me ocurrió una metáfora muy complicada. Los emperadores romanos, para calmar los reclamos de los ciudadanos en épocas de crisis, celebraban grandes fiestas, cuyo epicentro era el Coliseo, en el cual los cristianos y los gladiadores debían enfrentar a fieras salvajes. Doña Cristina hizo lo propio pero, con las tribunas llenas de fanáticos que aspiraban ver sangre, los que debían morir para contentarlos faltaron a la cita, por orden judicial.

Lo lógico hubiera sido que uno de los muchos maestros de ceremonias de la Casa Rosada –Sanatella, Ala-k, Abalito, Anímal, Guita-rrita o Metralleta Kunkel- presentara las excusas del caso y despidiera a la multitud vociferante. Por orden directa de la Presidente, no se hizo y los actos previstos para hoy continuarán su desarrollo, aunque deban haber cambiado sus consignas. ¿Será así o seguirá echándose leña al fuego, aunque esté mojada? Con las desmesuras a las que la Casa Rosada nos tiene acostumbrados, es muy difícil prever qué sucederá, y ese incierto futuro inmediato no puede más que generar una honda preocupación.

Si la Comisión Nacional de Valores decidiera utilizar su nuevo recurso pseudo legal, que le permite prácticamente intervenir, en nombre de las minorías, los órganos de administración de las empresas, para destruir a Cablevisión con la excusa de “proteger” a Fintech, dueña del 40% (una situación incompatible con su condición de prestador de servicios públicos), generaría no sólo el descontento de sus usuarios, que son muchísimos, sino la reacción airada de sus combativos empleados; en resumen, una situación de complicado pronóstico.

Desde el viernes, desde Olivos emana un perfume a flores marchitas que predice, sin dudas, el comienzo del período del “pato rengo” en el pseudo imperio kirchnerista, confesamente sin herederos. Los sindicalistas, los suboficiales de las fuerzas armadas y de seguridad, los “barones” del Gran Buenos Aires, los gobernadores, los jubilados, la clase media, la Iglesia, los empresarios, los jueces y hasta los caciques del PJ han comenzado a percibirlo en sus fosas nasales y están preparando sus garrochas para abandonar el fracasado “modelo” de tan rimbombante nombre.

La señora de Kirchner, que no tiene un pelo –ni una extensión- de tonta, también está olfateando su final pero, como sostengo desde hace años, creo que estará dispuesta a transformarse en Nerón e incendiar Roma antes que someterse a la reglas de la democracia. Si Ud., lector, no me cree, simplemente cierre los ojos y trate de pensar en una foto en la cual se vea a doña Cristina entregándole banda y bastón a un sucesor que no sea del mismo palo. En cualquier escenario, el desastre que dejará cuando, finalmente, sea desalojada del poder –se mida en términos económicos o sociales- exigirá de quien se siente en el sillón de Rivadavia y en la ciudadanía toda un verdadero esfuerzo de imaginación y de coraje, de seriedad y de sacrificio.

Nada de eso es imposible, salvo que los argentinos insistamos en preferir este falso progresismo que tanto nos ha costado en materia de educación, de desarrollo, de empleo, de producción, de inseguridad, de descontrol gubernamental y hasta de secuestros de naves. Para readmitirnos en su seno, el mundo entero nos exigirá comportarnos como si fuéramos gente civilizada, capaz de respetar las normas y ser esclavos sólo de las leyes y de la palabra empeñada. Si, en lugar de buena educación o adecuado sistema de salud, de una infraestructura adecuada, de viviendas dignas o del autoabastecimiento energético, seguimos optando por irracionales subsidios, Fútbol para Todos, Aerolíneas Argentinas o la confiscación de YPF, si continuamos sin respetar contrato alguno o sentencia desfavorable, si continuamos tolerando que se barra con las instituciones, nuestro futuro será la nada, vestida de disolución nacional.    

domingo, 2 de diciembre de 2012

La Semana más Trágica



La Semana más Trágica


Es un déspota todo aquel que cree que ser opositor al gobierno es ser traidor a la Patria. Juan Bautista Alberdi

Visto lo sucedido a partir de la resolución de la Corte Suprema, ratifico que, en los próximos cinco días hábiles, es imposible que el viernes, el fatídico el 7D marcado en el calendario de doña Cristina para terminar con el grupo Clarín, alguna de las partes de la absurda e insólita guerra que ha distinguido a este año, obtenga una sentencia definitiva en Tribunales. Sin embargo, el Gobierno sigue batiendo el parche de una promesa, para cuyo cumplimiento carecerá de instrumentos legales. El viernes 30, por ejemplo, lanzó una nueva compaña, apoyada en una canción horrorosa, en la que se afirmó que, al cabo de una semana, el conglomerado encabezado por Magnetto dejará de existir; de la letra se desprende que ese fallecimiento incluirá al propio diario.

  Ahora bien, si no tendrá un fallo que le permita cumplir ese prometido objetivo, ¿qué hará la señora de Kirchner para evitar transparentar su fracaso frente a los fanáticos aplaudidores que la rodean? ¿Cómo hará, por ejemplo, para que la situación no resulte comparable a la inmunda maniobra de imputar a la viuda de Noble haberse apropiado de sus hijos o con el ridículo final que impuso el hermano de Graiver al relato oficial sobre los orígenes de Papel Prensa? En la respuesta a estos interrogantes debe buscarse la razón del título de esta nota.

Es posible –ignoro con qué grado de probabilidad- que doña Cristina pretenda tomar por la fuerza las instalaciones de las empresas del grupo enemigo, sea valiéndose de las fuerzas de seguridad, sea con las patotas que ha prohijado. Si una idea de ese tamaño está circulando por la cabeza presidencial, no estaría de más sugerirle con mucha intensidad que la descarte. Como ya he dicho, me consta que los mandos medios de Gendarmería y Prefectura han realizado consultas acerca de los alcances de la “obediencia debida” a una orden ilegal, lo cual se suma al descontento que continúa produciendo en su seno el tema salarial y el despido del vocero de la reciente protesta, y una invasión de una muchedumbre de energúmenos, integrada por barra-bravas y activistas entrenados produciría un zafarrancho tal que podría derivar en una verdadera conflagración. Antes de actuar de ese modo, doña Cristina debería recordar cuánto le costaron a Eduardo Duhalde las muertes de Kosteki y Santillán.

En condiciones normales, el mero planteo de una situación como la que describe el párrafo anterior sonaría, obviamente, a disparatado, pero estamos en la Argentina de 2012. O sea, un país que, además de exhibir su negativa a respetar contratos y fallos y estar aislado y segregado del mundo, se permite encomendar su representación en las cumbres internacionales a un conocido delincuente; un país en el cual sus organismos de derechos humanos se transforman en bandas de estafadores encubiertas bajo la forma de constructoras de viviendas; un país en el cual la campaña de su Presidente fue financiada por laboratorios falsificadores de medicamentos y traficantes de drogas; un país en el cual funcionarios y empresarios, que se roban impunemente los subsidios destinados al transporte público y a la construcción de caminos, causan la muerte de miles de conciudadanos; un país que encarga la impresión de su moneda a una sociedad fantasma, atribuida a su Vicepresidente; un país en el que sus jueces exhiben anillos inexplicables o propiedades destinadas a la prostitución; un país en el cual, a metros de las fastuosas residencias de sus gobernantes, los chicos mueren todos los días de desnutrición y hambre; y miles de etcéteras.

La señora Presidente, una vez más, se vio obligada a cancelar su presencia en la cumbre de UNASUR. La información acerca de su salud, cuyo secretismo sólo es comparable a la forma en que se maneja igual tema en Cuba o Venezuela, es de enorme trascendencia institucional. Nótese que hasta el señor Binner, en su condición de médico, hizo suya la primigenia recomendación pública de Nelson Castro, que sugiriera un urgente descanso a nuestra primera magistrada. Pero, claro, un régimen tan personalista como el que nos rige, en el cual sólo existe una persona en su vértice, no permite delegar el mando; por lo demás, si la ciudadanía se enterara que Guita-rrita Boudou o Beatriz Rojkés de Alperovich quedan a cargo de la Casa Rosada, saldría de inmediato a la calle a manifestar su descontento y su hartazgo.

Pero la soledad presidencial, que describí en una nota reciente –“Adán en el ‘Día de la Madre’”- se agravó esta semana, tal vez debido al cuadro psicológico -¿o psiquiátrico?- que afecta a la viuda de Kirchner, cuando ésta comparó, por su enésima cadena nacional, a los denostados fondos-buitre con los jubilados, que infructuosamente demandan en los tribunales que se les pague sólo lo correcto, siempre más que sus actuales salarios de hambre. No se detuvo la señora Presidente en ese infausto comentario sino que, a renglón seguido, dijo: “es muy fácil hacer socialismo con la plata del Estado, con la plata del Estado todas hacen socialismo y justicia social”; lo absurdo es que la haya pronunciado quien ha usado y abusado, tantos años, de ese recurso en su propio beneficio. A la enajenación de toda la clase pasiva –con la natural exclusión de quienes fueron beneficiados sin haber realizado aportes- se sumó la indignación, al saber que la madre de doña Cristina, de edad muy inferior a la de muchos reclamantes, no sólo hizo juicio a la ANSES sino que, milagrosamente, logró cobrar lo que la sentencia ordenó.

El documento de la Iglesia, difundido esta misma semana, puso los puntos sobre las íes, y lo mismo hicieron los jueces de la Cámara Civil. Sean bienvenidas todas esas advertencias y quejas, aún cuando hubieron podido y debido ser formuladas hace mucho tiempo: ni los fantasmas del enfrentamiento civil y de la disolución nacional, ni el atropello a la Justicia son una novedad; es más, con sólo revisar el curriculum de los Kirchner se comprueba que no han cambiado nada desde los ya lejanos días de Santa Cruz. En el mismo sentido, aunque también muy tarde, Luis Bameule llamó a sus colegas empresarios a la reflexión, recordándoles que los modelos prebendarios, de los que tanto disfrutaron, producen atraso y pobreza.

En fin; Argentina entró en la recta final, camino a un disco envuelto en la bruma. Qué encontrará el viernes 7D, cuando llegue a él, sólo lo sabe la Presidente más poderosa y más solitaria de nuestra historia reciente.