“Todos ponen”
Por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 988)
“Quizás la única lección que nos enseña la historia es que los seres
humanos no aprendemos nada de las lecciones de la historia”.
Aldous Huxley
Finalmente, Donald Trump concretó sus amenazas públicas y declaró la guerra al mundo al aplicar, invocando la reciprocidad, fuertes aranceles aduaneros a los productos de todos los países, más pesados en el caso de sus mayores socios comerciales y excluyendo, llamativamente, a Rusia, Irán y Corea del Norte. Se dio un tiro en el pie. Esa actitud proteccionista, que busca que cada país negocie en directo con EEUU para aislar a China, golpea la globalización, que tanto progreso trajo a la humanidad; significa que las piezas de todos los artefactos que usamos - automóviles, celulares, computadoras, etc. - se fabrican en los países más competitivos en cada rubro. A quien no lo haya hecho, sugiero leer un artículo de Thomas Friedman, en La Nación, que describe la realidad actual del desarrollo científico en ambos países: ( https://edicionimpresa.lanacion.com.ar/la-nacion/20250403/page/6/textview ) .
La intención de Trump es forzar a las industrias a mudar sus plantas a territorio norteamericano pero, hasta que eso eventualmente suceda, traerá aparejado el alza de los precios internos con el lógico deterioro en el nivel de vida de sus ciudadanos, y no explica, aún si tuviera éxito, cómo harán esas fábricas para entrar en régimen rápidamente. El mundo comenzó a reaccionar, y ya ha generado hechos hasta ahora imposibles, como las conversaciones que encararán Japón y Corea del Sur - países aliados de EEUU y vitales en la defensa del Pacífico Sur - con China para planificar acciones comunes en respuesta a la decisión de Washington.
Por lo demás, la Unión Europea analiza aplicar represalias arancelarias a los productos de EEUU, y eso probablemente llevará a una estanflación global, tal vez repitiendo crisis de enorme magnitud como fueron, por ejemplo, el crack bursátil de 1929, el estallido de las hipotecas subprime en 2008 o la reciente pandemia. Las órdenes ejecutivas del Presidente han producido ya serios daños a la imagen del país en el exterior y derrumbes en las bolsas norteamericanas equivalentes a US$ 2,5 mil quinientos millones de dólares, y eso afectará la popularidad del Presidente, ya que todos sus conciudadanos invierten masivamente en valores bursátiles.
Per o , además, Trump ha olvidado aristas de gran importancia tanto para los propios EEUU en cuanto para la economía global: el dólar es “la” moneda que el mundo usa como reserva de valor, pues confía en la solidez de la economía norteamericana, y con él se realizan todas las transacciones internacionales. En tanto reserva, traducida en billetes atesorados por individuos y empresas en el exterior, le permite a EEUU “exportar” su inflación interna y, así, disimular su déficit sideral comercial y, sobre todo, la enorme magnitud de su deuda pública, y los BRICS se proponen dejar de utilizarlo en el comercio entre los países miembros. Si uno de esos factores dejara de existir, esa cotización caería como un piano y es difícil imaginar el tamaño del cataclismo que se produciría.
En la agitada Argentina, los grandes titulares se los llevó la sesión del Senado del jueves, en la que fueron rechazados los pliegos de los candidatos del Ejecutivo a la Corte Suprema. Javier Milei se comió un sonoro sopapo, y la responsabilidad del inmenso conflicto institucional generado – agravado por haberse integrado ya, juramento mediante, Manuel García Mansilla al alto Tribunal y firmadas sentencias que serán cuestionadas - sólo cabe al oxidado “triángulo de hierro”, que integra con “El Jefe” (Karina Milei) y Santiago Castín
Caputo, el raro “asesor no oficial” todoterreno, que cada vez adquiere más poder dentro del aparato del Estado.
Seguramente, éste fue el autor del disparatado comunicado con el cual la Oficina del Presidente respondió al fracaso legislativo; en él, el Gobierno pretendió utilizar el rechazo para demostrar que no existe pacto alguno con la “casta”, pero no consiguió explicar por qué ha insistido tanto en su deseo de encumbrar a alguien con las mayúsculas máculas morales y profesionales que porta el Juez Federal Ariel Lijo, como no sea un fallido pacto espurio con la condenada Cristina Fernández y los suyos.
La verdad es que el DNU al que recurriera Milei para imponer su voluntad ante un Senado remiso a considerar los pliegos fue dictado con una endeble interpretación de la Constitución y, por ello, carecía tanto de legalidad cuanto de legitimidad. La Argentina necesita, con desesperación, de inversiones genuinas directas, capaces de generar empleo de calidad, para que los innegables éxitos macroeconómicos de la actual gestión trasciendan y se derramen sobre el día a día de sus habitantes; un requisito esencial para que lleguen es la seguridad jurídica y la posibilidad de tener una Corte a tiro de decreto conspiraba contra esa condición.
La celebración del 2 de abril de 1982, cuando nuestro país recuperó transitoriamente las Islas Malvinas obliga a resaltar, una vez más, la monstruosa y repugnante hipocresía de nuestra sociedad que, mientras se emociona y lagrimea recordando a los héroes de esa gesta, los que quedaron allí o en el fondo del mar y los que regresaron, mantiene en las cárceles a muchos de éstos, ya ancianos y enfermos, varios además condecorados por su excepcional valor en combate durante la guerra. austral, y ha tolerado en silencio que a algunos de ellos, recurriendo a claras mentiras, esta administración diera de baja, privándolos de sueldos y asistencia médica.
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