martes, 15 de junio de 2010

Historias de chanchos y de chanchadas

Historia de Chanchos y Chanchadas

“Y sólo la ilusión, y no el saber,
hace al hombre feliz”
Stephan Zweig

Existe un cuento, sumamente difundido, que habla de un hombre de ciudad que, visitando una zona rural, se sorprende al ver muchos cerdos salvajes en cautiverio. Al interrogar al propietario acerca del modo en que logró capturarlos, éste le explica que, primero, colocó comida en un claro del bosque. Luego, cuando los animales se acostumbraron a acercarse para alimentarse, puso una valla en uno de los lados de un futuro corral y dejó que, nuevamente, los chanchos se acostumbraran a su presencia. Repitió el procedimiento tres veces hasta que, finalmente, puso la valla final y capturó a la piara completa.

Otra historia similar cuenta que una rana, cuando se la coloca en una cacerola con agua fría y se la calienta lentamente, va acostumbrándose a las nuevas temperaturas hasta que, finalmente, muere.

En la Argentina de los Kirchner está sucediendo algo comparable. Día a día, el Ejecutivo avanza sobre las libertades constitucionales, sobre los procesos judiciales, sobre las empresas y sobre los dineros públicos y ni siquiera los más pavorosos escándalos -¿podrían calificarse de otro modo la falsificación de remedios para enfermos terminales o la financiación de la campaña electoral por el narcotráfico o el subsidio a las barras bravas para contar con una tropa de choque propia?- hacen que la ciudadanía reaccione.

En este momento, el Gobierno está listo para colocar la valla final, y nadie parece darse por enterado. El Mundial de Sudáfrica y las ventas de televisores en 50 cuotas han resultado estupefacientes suficientes para una población de por sí apática y desinteresada de la cosa pública.

El candado último será, como lo viene anunciando en este desierto InformadorPublico.com, la detención de Magnetto y de Bartolomé Mitre tan pronto don Néstor consiga un juez -¿tal vez alguno de pasado prostibulario?- dispuesto a firmarlas. La acusación será por delitos de lesa humanidad, obviamente falsificados, relacionados con la compra a la familia Graiver, que administraba los fondos de Montoneros provenientes de los secuestros extorsivos, de parte de las acciones de Papel Prensa S.A..

Obviamente, será una maniobra más, que se sumará a las “patoteadas” de Guillermo Moreno y a la presión por los ADN de los Noble-Herrera, tendiente a la apropiación, por parte del kirchnerismo, de la única fábrica de papel de diario de la Argentina, que abastece al 75% del mercado local –el otro 25% se importa- compitiendo, sin protección alguna, con los precios internacionales. Sus clientes son 170 periódicos de todo el país, encabezados por Clarín y La Nación.

La propia doña Cristina, usando ayer su consabido atril, tomó partido en esta pelea de fondo que su marido lleva adelante, proponiendo la intervención inmediata del Estado en un mercado totalmente transparente y eficiente, como lo era, antes de que don Julio de Vido se ocupara personalmente del tema, el mercado eléctrico cuya conducción ejercía Cammesa. El desastre producido por esta aventura kirchnerista será una cuenta que deberán pagar las generaciones futuras, tanto como la falta de gas y de petróleo, generado por las nefastas políticas ejecutadas en esas áreas desde 2003.

Pero el episodio de Papel Prensa, de coronarse con éxito la maniobra pergeñada por don Néstor, será la partida de defunción de la República, ya que será el Poder Ejecutivo quien asigne las cuotas de papel a cada diario, con las consecuencias imaginables para la libertad de prensa y las instituciones de la República. Por lo que parece, la ciudadanía prefiere no darse por enterada, y tolerar –adormecida por el fútbol- cualquier desmán.

No niego que una Ley de Medios nueva era una necesidad, pero ésta, en manos del tirano de Olivos, dejará sin voz, tan pronto resulte liberado su camino por el Poder Judicial, a todos quienes, ejerciendo el periodismo independiente, son los verdaderos fiscales de las conductas de quienes ejercen magistraturas públicas, para evitar abusos y denunciar hechos de corrupción.

Con distintos modos, por cierto menos marciales, don Néstor continúa imitando al papagayo bolivariano, que cierra medios opositores, anula y vacía el poder de quienes resultan elegidos sin su consentimiento, y expropia empresas a troche y moche, sin siquiera pagar por ellas.

El trípode sobre el cual don Hugo sostiene su poder está constituido por el dinero, el Ejército y, aún hoy, el apoyo militante de un 45% de la población venezolana; en nuestro caso, don Néstor lo sustenta en el dinero que recauda por vía de inflación y de retenciones, la inexistencia de Fuerzas Armadas y la apatía y la falta de militancia del 75% que hoy rechaza la gestión del Gobierno, en manos de las dos figuras con mayor índice de desaprobación.

Si Kirchner consigue cerrar el portón, los argentinos nos habremos convertidos en los chanchos salvajes de esta historia, y nos mereceremos lo que ocurra en el futuro con la Argentina, hoy tan escasa de esos laureles que, no sólo no ha conseguido recientemente sino, siquiera, conservado.
Bs.As., 15 Jun 10

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