Paja y Trigo
por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 971)
“Lo que sea que estés destinado a hacer, hazlo ahora. Las condiciones son siempre imposibles”.
Doris Lessing
Dentro
de 44 días, Donald Trump asumirá por segunda vez la Presidencia de los Estados
Unidos y la situación en el tablero de TEG donde deberá jugar aparece como
mucho más complicado que el que dejó a Joe Biden en herencia. Resta, claro,
saber cuántos de sus enunciados de campaña serán puestos efectivamente en
práctica, pero el mundo observa con ansiedad esa fecha. Esta misma semana, han
estallado conflictos gravísimos en muchos escenarios, todos con difícil
pronóstico.
La
Comunidad Europea está atravesando inéditas – al menos, desde 1951, cuando se
firmó el Tratado del Carbón y del Acero - dificultades políticas y económicas. Alemania
se encuentra en recesión y ya no es la locomotora de la economía comunitaria,
entre otras cosas por las dificultades de aprovisionarse del gas ruso debido a
la guerra en Ucrania, y su gobierno enfrenta un renacimiento del nacionalismo
que, de avanzar, la llevaría a un derrotero difícil de imaginar, ya que se
sumaría a lo que ya sucede en Hungría. Francia ha visto caer, por obra y gracia
de una alianza contra-natura de los extremos de izquierda y derecha, a su
Primer Ministro y se duda hasta de la factibilidad de la continuación de Emmanuel
Macron como Presidente; a esos obstáculos se suma, de cara a la opinión pública,
la debilidad que implica que Bruselas haya ignorado su veto, motivado por la firme
negativa de la población rural, a la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur.
Gran Bretaña, Países Bajos y España también padecen de fuertes convulsiones
políticas.
Para
la promesa de Trump de hacer a Estados Unidos grande otra vez (MAGA), China es un
molesto competidor comercial, y ha jurado levantar carísimas barreras
arancelarias para evitar el ingreso de sus productos, lo cual necesariamente
implicará que Beijing se verá obligada a vender una enorme cantidad de manufacturas
en mercados alternativos, como Africa y América Latina, lo cual perjudicará a
las industrias nacionales, amén de incrementar aún más la influencia política china
en esas regiones. La creciente amenaza militar contra Taiwan y las naciones del
Sudeste asiático, será fuente de preocupación para Washington, aunque presumo
que Xi Jimping no detonará, en lo inmediato, ningún conflicto real.
Justo
ahora, Corea del Sur está atravesando fuertes convulsiones que podrían terminar
con el mandato de su Presidente, Yoon Suk-yeol, aliado de los Estados Unidos,
que intentó un golpe de Estado contra la oposición, a la cual acusa de haber
abierto negociaciones con el tirano de Corea del Norte, Kim Jon-ung, quien - con
autorización china - apoya con material bélico y tropas a Rusia en su guerra de
invasión a Ucrania. Volodimir Zelensky está naturalmente aterrado con la alta
probabilidad de que Trump, en cumplimiento de su palabra electoral, deje de
apoyar su lucha y, a raíz de eso, ha dejado entender al mundo que estaría
dispuesto a ceder el Donbass a Rusia para firmar la paz, pero condicionándolo a
que la OTAN y la Comunidad Europea acepten definitivamente a Ucrania como
miembro.
Vladimir
Putin, a quien no se puede entender si no se lo ve como un renacido Zar que
pretende reconstruir el imperio, también atraviesa dificultades, aunque no creo
que su régimen sea, aún, vulnerable. La economía rusa, de un tamaño similar al
de Italia, sufre las sanciones comerciales - tal como prueba el derrumbe de la
cotización del rublo - que dificultan
enormemente los pagos y cobros a través de los sistemas bancarios de Occidente,
amén de la necesidad de triangular sus ventas de petróleo y gas a través de
terceros países.
No
es momento, entonces, para que Moscú pueda jugar eficazmente en auxilio del
Presidente Bashar al-Asad, como tampoco lo es para los ayatollahs iraníes, que
han visto sus milicias proxys, Hamás y Hezbollah, diezmadas por los bombardeos
israelíes y ejecutados a sus líderes. Todavía los hutíes de Yemen, otro proxy,
conservan algún poder de daño, aunque las flotas combinadas de Estados Unidos y
Gran Bretaña han destruido sus principales instalaciones militares que trababan
el comercio marítimo internacional. Donde resulta más difícil separar la paja
del trigo es en todo Oriente Medio, ya que combaten, con suerte disímil y entreverados,
chiítas y sunitas, alawuíes, ISIS y Al Queda, kurdos, todos capaces de cambiar
de bando a cada instante, además de fuerzas de las grandes potencias.
Los
recientes y sorprendentes avances de las milicias rebeldes sobre Aleppo y el noreste
de Siria han dejado a Gobierno al borde del jaque mate. A su fragilidad militar
se suman los padecimientos que impone una guerra civil de dos décadas. Si el
régimen colapsara, resulta imposible predecir qué impacto tendría sobre todos
los países de la región, en especial Turquía, que ya alberga a más de tres millones
de refugiados sirios, y hasta en Europa, que diariamente ve llegar a centenares
de ellos en frágiles botes.
América
Latina plantea problemas nuevos. A Nicaragua y Venezuela, que imitan a Cuba en
la represión y en los simulacros de elecciones, se agrega la fuerte presencia de
Irán en ellos y en Bolivia, y el notorio deterioro de las relaciones con
Brasil, donde Luiz Lula está ejerciendo el peor de sus tres mandatos. Tampoco
consiguen hacer pie Gustavo Petro, en Colombia, ni Gabriel Boric, en Chile,
pese a sus modos totalmente ajenos al socialismo del siglo XXI. De todas
maneras, no creo que la demostrada afinidad de Trump con Javier Milei redunde
en un trato preferencial en el comercio bilateral, aunque sí en respaldo ante
los organismos multilaterales de crédito, donde nuestro Presidente mejora su
imagen a diario.
Bs.As., 7 Dic 24
Publicado en:
https://www.informadorpublico.com/paja-y-trigo/
https://totalnewsagency.com/2024/12/06/paja-y-trigo
https://diariocastellanos.com.ar/opinion/2024/12/06/paja-y-trigo.htm
https://prisioneroenargentina.com/paja-y-trigo/
https://periodicotribuna.com.ar/37399-paja-y-trigo.html
https://www.notiar.com.ar/index.php/opinion/134133-paja-y-trigo-por-enrique-avogadro