Además de un robo, una estupidez
Que la inconstitucional confiscación de los fondos administrados por las AFJP es un robo liso y llano, nadie lo duda y han corrido ya ríos de tinta, física y virtual, sobre el tema.
Pero, además, es una estupidez sin nombre de la ‘mesa chica’ de improvisados que ha tomado por asalto el poder en la Argentina.
El Gobierno tiene un infernal problema de caja para 2009, y sus cuentas no cierran, ni cerrarán.
Amén de los US$ 20.000 millones que debería pagar por los servicios de la deuda que, cuando se trata de la nominada en pesos se encuentra también técnicamente defaulteada por la manipulación del INDEC, debería hacer frente a la maraña de subsidios cruzados que ha inventado (otros US$ 15.000 millones), y todo ello en un año crucialmente electoral.
Ante la caída de los precios internacionales de la maldecida soja, y la inaccesibilidad a los mercados de crédito –incluyendo al FMI, que ha dicho que Argentina es inelegible como receptor de sus fondos anti-crisis-, Kirchner y sus cómplices en este delito miraron y buscaron todas las fuentes posibles de recursos, sin importar a quién pertenecían estos.
Y así llegó un nuevo manotazo arrebatador a la propiedad privada.
Sin embargo, lo que convierte a estos criminales en estúpidos es que robar estos US$ 30.000 millones no mejora en absoluto el inevitable default en que caerá Argentina el año próximo.
Y la razón de esa afirmación es muy simple: esos fondos no son líquidos, ni liquidables en el corto plazo.
Se encuentran invertidos en bonos del propio Tesoro y en importantes paquetes accionarios de empresas que cotizan en bolsa.
¿Alguien puede imaginar qué pasaría si el Gobierno intentara liquidar en el actual mercado esos bonos y esas acciones? Si hoy los títulos públicos cotizan ya a precios de default, ¿cuánto valdrían entonces? Si las acciones han perdido ya la mitad de su valor en lo que va del año, ¿cuál sería la cotización si aparecen ventas masivas sin la tan importante participación de las AFJP como compradoras?
Y para terminar esta muy breve reflexión sólo cabe formularse una pregunta más grave aún: ¿qué otra fuente de recursos ajenos intentarán robar ahora? En su respuesta se encuentra el futuro inmediato de la paz social.
Buenos Aires, 2 de noviembre de 2008.-
Enrique Guillermo Avogadro
Que la inconstitucional confiscación de los fondos administrados por las AFJP es un robo liso y llano, nadie lo duda y han corrido ya ríos de tinta, física y virtual, sobre el tema.
Pero, además, es una estupidez sin nombre de la ‘mesa chica’ de improvisados que ha tomado por asalto el poder en la Argentina.
El Gobierno tiene un infernal problema de caja para 2009, y sus cuentas no cierran, ni cerrarán.
Amén de los US$ 20.000 millones que debería pagar por los servicios de la deuda que, cuando se trata de la nominada en pesos se encuentra también técnicamente defaulteada por la manipulación del INDEC, debería hacer frente a la maraña de subsidios cruzados que ha inventado (otros US$ 15.000 millones), y todo ello en un año crucialmente electoral.
Ante la caída de los precios internacionales de la maldecida soja, y la inaccesibilidad a los mercados de crédito –incluyendo al FMI, que ha dicho que Argentina es inelegible como receptor de sus fondos anti-crisis-, Kirchner y sus cómplices en este delito miraron y buscaron todas las fuentes posibles de recursos, sin importar a quién pertenecían estos.
Y así llegó un nuevo manotazo arrebatador a la propiedad privada.
Sin embargo, lo que convierte a estos criminales en estúpidos es que robar estos US$ 30.000 millones no mejora en absoluto el inevitable default en que caerá Argentina el año próximo.
Y la razón de esa afirmación es muy simple: esos fondos no son líquidos, ni liquidables en el corto plazo.
Se encuentran invertidos en bonos del propio Tesoro y en importantes paquetes accionarios de empresas que cotizan en bolsa.
¿Alguien puede imaginar qué pasaría si el Gobierno intentara liquidar en el actual mercado esos bonos y esas acciones? Si hoy los títulos públicos cotizan ya a precios de default, ¿cuánto valdrían entonces? Si las acciones han perdido ya la mitad de su valor en lo que va del año, ¿cuál sería la cotización si aparecen ventas masivas sin la tan importante participación de las AFJP como compradoras?
Y para terminar esta muy breve reflexión sólo cabe formularse una pregunta más grave aún: ¿qué otra fuente de recursos ajenos intentarán robar ahora? En su respuesta se encuentra el futuro inmediato de la paz social.
Buenos Aires, 2 de noviembre de 2008.-
Enrique Guillermo Avogadro
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