Cachafaz y Delincuente
por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 825)
“El masoquismo y la amnesia también son derechos humanos”.
Jorge Fernández Díaz
La Argentina cayó en una profunda fosa moral hace
décadas, pero la elección de Cristina Kirchner, probada jefa de una asociación
ilícita que saqueó el país como nunca antes, como PresidenteVice en 2019, lo
puso de manifiesto. Pero esta semana, el tipejo que ocupa el sillón de
Rivadavia, de quien todos suponíamos que no podía devaluar más su palabra, hizo
que la sociedad, en su conjunto, recuperara su capacidad de asombro. Y lo hizo
al declarar, como simple testigo, en la causa penal que, entre varios otros, la
tiene como principal acusada por el claro direccionamiento de las obras
públicas a favor de Lázaro Báez, que devolvía favores mediante el pago de cientos
de habitaciones que no utilizaba su personal –que trabajaba a 600 Km de
distancia- en los hoteles de la familia Kirchner, que lavaba así centenares de
millones de dólares.
En la medida en que usa y abusa de su carácter de
profesor en la Universidad de Buenos Aires, me pregunto si es idiota o se hace;
de todas maneras, la respuesta sería superflua. Al comenzar una audiencia
testimonial, se pregunta a los declarantes, ya bajo juramento, si lo comprenden
las “generales de la ley” (si conoce a las partes, si es amigo o enemigo de
alguna de ellas, si tiene interés personal en el resultado del juicio, etc.);
el Meme, sin hesitar, juró que no era amigo de Cristina Fernández; pretendió
dar inexpugnable valor a sus dichos, que obviamente favorecieron a la acusada.
Sin embargo, abundan los archivos que están a disposición
de todos en los que el caracol que se encuentra al frente del Poder Ejecutivo
aseguró que era muy amigo de su jefa. Los jueces rechazaron el pedido del
Fiscal Diego Luciani para que tales recuerdos fílmicos fueran incorporados a la
causa, señalando que los mismos eran de público y notorio conocimiento, pero así
quedó clara la falsedad de los dichos del testigo. Éste incurrió en la conducta
descripta en el artículo 275 del Código Penal.
Luego del duro revés que sufrió Cristina cuando el Fiscal
General sostuvo la apelación de su colega contra el absurdo fallo del Tribunal
Oral Federal 5 que la sobreseyó sin realizar el juicio en la causa “Hotesur”, recibió
otra la pésima noticia en la Cámara de Casación la cual, al rechazar sus recursos,
dejó firme su procesamiento en la “causa Cuadernos”. Muchos amigos me
preguntaron las razones de la demora en comenzar el juicio, para lo cual aún no
se ha fijado fecha. Voy a tratar de contestarles aquí, refiriéndome sólo a los
procesos de corrupción que son investigados, y juzgados, en los tribunales
federales.
Cuando se formula la denuncia de un ilícito, se sortea al
juez de primera instancia que se hará cargo de la investigación; éste consulta
al fiscal (representante de la sociedad en el juicio) si considera, a priori,
que se ha cometido un delito. Si el fiscal da luz verde, comienza la
investigación penal, durante la cual se reúnen pruebas de todo tipo (peritajes,
testimonios, documentos, etc.). Las resoluciones del juez son revisadas por una
sala de la Cámara de Apelaciones, formada por tres jueces.
Cuando esa etapa de instrucción termina con la convicción
del juez de encontrarse ante un hecho delictivo, la cierra y eleva la causa a
juicio, que se celebra públicamente ante un tribunal oral formado por tres
jueces y en el que actúa un nuevo fiscal. Allí se abre una nueva etapa de recolección
de pruebas aún no incorporadas; cuando se trata de una gigantesca -como “Cuadernos”-
por la cantidad de procesados y de testigos ofrecidos por las partes, aparecen inconvenientes
derivados de las vacantes en las salas, que obligan a sortear a colegas de otras
y, sobre todo, de la falta de recursos de los tribunales orales, tanto en
materia de personal cuanto de instalaciones, y no digamos de salas de
audiencias con capacidad suficiente.
Sólo cuando concluye esa etapa y nadie tiene más que
agregar, se fija la fecha en que comenzarán las audiencias. Las resoluciones
del tribunal son revisadas por una sala, formada por otros tres jueces y con
otro fiscal, de la Cámara de Casación. Es decir que, al llegar a la etapa oral
y pública, han actuado nada menos que siete jueces en tres instancias
diferentes pero nuestro Código permite a las partes, a lo largo de ese de por
sí largo proceso, apelar todas las resoluciones e intentar llegar a la Corte
Suprema en cada oportunidad; es ya antigua jurisprudencia que establece que ésta
sólo interviene ante un planteo de inconstitucionalidad o ilegalidad de una
sentencia definitiva que pone fin al proceso, pero los abogados defensores no
trepidan y recurren todo para demorar el comienzo del juicio, cuando lo lógico
sería –si sus clientes fueran inocentes- intentar acelerar al máximo el trámite
para obtener su absolución en el menor plazo posible.
En Argentina no se considera que existe una sentencia
firme, -y como tal, de inmediato cumplimiento- hasta tanto la Corte no resuelva
los recursos de queja que presentan los abogados cuando, en realidad, los
pactos internacionales y el propio Código no requieren para ello más que un
doble conforme, o sea, la sentencia de un Tribunal Oral ratificada por Casación.
Se trata de una mala pero habitual interpretación –como la de extensión de la
protección de los fueros- de la ley vigente que, además, entorpece el
funcionamiento del alto Tribunal. Si las sentencias firmes pudieran ser
ejecutadas de inmediato, otro sería el cantar en los procesos de corrupción,
cuya demora tanto indigna justificadamente a la sociedad ya que, con frecuencia,
terminan en la nada por prescripción de los delitos.
Bs.As., 19 Feb 22
207 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 207 de 207Estimado Enrique:
Muchas gracias. Estoy totalmente de acuerdo con Usted.No quiero ni pensar en el futuro negro que se avecina.Sólo resta rezar.
Fuerte abrazo..
Héctor Sicaracusano
Muchas gracias, Enrique!
publicado en atlas
abrazo!!
Lic. Martín Simonetta
Director Ejecutivo, Fundación Atlas para una Sociedad Libre
Que complicadas nuestras leyes ...que injusta nuestra Justicia. Siempre favorece al delincuente. Rato papeleo, tanta burocracia, tantas idas y vueltas con causas claritas como el agua... La mina es culpable de todo lo que se la acusa, sobran pruebas de y el testigo es un pelele que no califica para estar en ese lugar, defendiendo a su amiga.
Saludos amigo !!! Siempre leo tus correos
Diana del Carmen Giles
Estimado Enrique: Con meridiana claridad Ud. ya ha explicado todo lo que acontece en la Justicia. Sus palabras del último párrafo de su columna lo dicen todo. En toda esta maraña de cachafaces y delincuentes, se repetirá lo de Menen y su banda? Aún estoy esperando que se concrete la detención del delincuente Cavallo. Otros, del mismo palo, si no han muerto, gozan de buena salud. Con mis respetuosas consideraciones hacia su persona, le saludo desde La Docta con un fuerte y sincero abrazo. Alberto R.Mauhum
Sobre la catadura moral del Presidente Vicario, arrastrado en la arena y después rindiéndole pleitesía a la titular del Pami (a la que debió echar sin contemplaciones), no hay nada más que agregar.
Cordialmente.
Emiliano Nicola
Hay pocas cosas peores Enrique que un ignorante con poder. Aqui tenemos una banda de ignorantes donde la palabra geopolitica ni siquiera saben que existe en un diccionario. Acompaño en tu esceptisismo
Elba Palma
Muy bueno su artículo compatriota Enrique, lástima que la mayoría
de los argentinos no comprenden que sin JUSTICIA no se forma
una Nación. Cordialmente. Ruben Peretti
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