lunes, 13 de abril de 2009

Falsa "ingobernabilidad"

Falsa “ingobernabilidad”

Don Néstor está intentando –y, por estas horas, logrando- perpetrar un crimen más contra la República; obviamente, me refiero a este disparate de las “candidaturas testimoniales”, que harán que el Frente para la Victoria encabece sus listas a diputados y concejales con quienes hoy ejercen los cargos de gobernadores e intendentes, anunciando previamente que no asumirán las funciones legislativas, y conservando sus puestos ejecutivos.

Y lo hace en nombre de la presunta “ingobernabilidad” que una derrota en las urnas –con la consiguiente pérdida de las mayorías parlamentarias- implicaría para el gobierno de su vocera.

Tenemos que explicarlo hasta el cansancio: es una falsedad absoluta. No está en juego la “gobernabilidad” sino la forma kirchnerista de ejercer el Poder Ejecutivo. Lo que sí se discutirá en estas elecciones no es el ejercicio de la Presidencia de la República, sino cómo debe ser ese ejercicio.

Es decir, los argentinos tenemos que decidir si queremos una República o una Tiranía.

Nadie anhela que doña Cristina se vaya. Al contrario, lo que todos deseamos es que siga gobernando hasta el final de su mandato, para el cual todos –los que la votaron y los que no hicimos- la elegimos. Y, a la vez, que se haga cargo de todos y cada uno de los males que, desde el 25 de mayo de 2003, su ventrílocuo ha provocado –y lo sigue haciendo- al país.

Insistamos, entonces, con este concepto. No se discute la “gobernabilidad”, se discute la democracia.

Y es don Néstor quien la viola y la vulnera actuando, diariamente, contra los principios constitucionales que los argentinos, como sociedad, hemos decidido darnos. Es él, y sólo él, quien atenta contra la “gobernabilidad” de su mujer.

Hemos entrado, una vez más, en el nuevo juego perverso de este tirano, olvidando que lo ha inventado solamente para intentar evitar su futuro de preso común, cuando el país entero, incluidos sus cómplices –que lo odian-, lo arrastren por unos tribunales en los que los jueces, que están hoy amordazados por el Consejo de la Magistratura, se lanzarán en su persecución.

Kirchner les está pidiendo a los gobernadores e intendentes genuflexos que le permitan transformar su tiranía –en la cual quien se encarama al poder lo ejerce ilimitadamente y sin control- en una dictadura, es decir, en aquella institución de los romanos mediante la cual, en una situación de extrema gravedad, se otorgaba a un ciudadano poderes especiales y por un tiempo limitado.

Digámoslo con todas las letras y hasta quedarnos afónicos: Kirchner es un tirano. Y, peor aún, un tirano dispuesto absolutamente a todo para conservar el ilimitado poder al cual accedió hace ya seis años y medio.

Y hagámoslo para que el pueblo entienda que lo que está en juego es la libertad, es la democracia, es la República misma. Y que la derrota del Gobierno en las urnas no implicará, en modo alguno, un Apocalipsis.

Es imprescindible que divulguemos esta idea. Que tranquilicemos a aquéllos que tienen pánico al caos que, según don Néstor, se producirá en el país en caso de que el Frente para la Victoria perdiera las elecciones.

La Constitución Nacional tiene previstas todas las situaciones posibles para ese caso, se trate del abandono de su cargo por la Presidente, se trate de que continúe en el ejercicio del Gobierno en minoría parlamentaria.

No existirá caos alguno, salvo que el propio Kirchner quiera producirlo, lo cual no es descartable en absoluto. Tengámoslo claro, y no cedamos ante su chantaje.

Pero, además de todas las acciones tendientes a evitar el fraude que, con absoluta seguridad, será intentado en el Conurbano y en el NOA para compensar la inexorable catástrofe que les sobrevendrá, ocupémonos después de controlar al actual y al futuro Congreso.

Porque -mucho me temo- parte del caos que podría generar don Néstor será la sanción de leyes absurdas, votadas por los diputados y senadores que terminarán su mandato el 10 de diciembre, y por aquéllos que juren ese día, cobrando de la Banelco de doña Cristina.

Hace mucho tiempo que termino mis notas con la frase “lo que tenga que pasar, que lo haga pronto”. Debo agradecer que don Néstor me haya escuchado.

Bs.As., 13 Abr 09


Publicado por:
http://www.nuevoencuentro.com

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