Lodos apestosos
por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 838)
“Si arrastré por este mundo la vergüenza
de haber sido y el dolor de ya no ser”.
Alfredo Lepera
Que la
argentina es una sociedad hipócrita y cínica no es, a esta altura, novedad
alguna; además, está tan inmersa en las tragedias derivadas de la acelerada
depreciación de su moneda, la pobreza generalizada y la cotidiana inseguridad,
que ni siquiera se conmueve ante cataclismos institucionales que, en otra
época, la hubieran conmovido a punto tal de echarse a las calles a manifestar
sus reclamos. Hoy, y tal vez haya que agradecerlo, sólo expresa su descontento
ante los encuestadores.
Esa
pasividad, por ejemplo, ha permitido que se dinamiten todos los valores
culturales con las políticas de género, la difusión del lenguaje “inclusivo” y,
sobre todo, con la condescendencia hacia aberraciones que, expuestas como
naturales en la televisión más abyecta, parecían identificar a un número
significativo de los ciudadanos. Ese relato tan destructivo, al cual se
sostiene con ministerios y organismos especializados que cuestan fortunas al
erario público, se cayó cuando fueron difundidas las cifras provisionales del Censo
2022: sólo el 0,12% (56.793) de los 47,3 millones de habitantes se identificó
con categorías distintas a “hombre” o “mujer” .
Si bien
ha habido alguna repercusión en los medios y en las redes, me parece que los
argentinos, no hemos tomado correcta dimensión de la gravedad de lo que está
ocurriendo en Entre Ríos; en realidad, sólo ha sido un botón de muestra, grande
por cierto, de lo que sucede en el ámbito de la Justicia en nuestro país, en
especial en los tradicionales feudos provinciales del norte y del sur. La
Viceprocuradora de esa provincia, a cargo de la fiscalía que investiga la
corrupción política, Cecilia Goyeneche, obtuvo hace poco la inédita condena a
prisión del ex-Gobernador y Embajador en Israel cuando se dictó la sentencia,
Sergio Uribarri, por ser, simplemente, un ladrón que robó a espuertas para enriquecerse
y financiar sus apetencias electorales; renunció a su cargo pero, por esas
curiosidades que tanto abundan entre nosotros, continúa viviendo en la
residencia diplomática.
En esa gran
defraudación –US$ 53 millones- tuvo la complicidad de un sinnúmero de
funcionarios y políticos, algunos de los cuales también resultaron condenados.
Obviamente, eso indignó a la “casta” provincial, como la estigmatiza Javier
Milei, y se desató una salvaje persecución a la corajuda Goyeneche. A una
velocidad nunca vista, se formó un jury de enjuiciamiento con la clarísima
intención de destituir a la fiscal en cuestión.
Ésta
llegó a la Corte Suprema nacional, que ordenó al Superior Tribunal de Entre Ríos
dictar un nuevo pronunciamiento; sin
embargo, fue desoída, el amañado proceso siguió y el jury seguramente la destituirá. Si bien
podrá volver a la Corte con su queja, debemos recordar qué sucedió en el caso
del Procurador Eduardo Sosa, que pretendía investigar la definitiva
desaparición de los famosos “fondos de Santa Cruz”, despedido por el entonces
Gobernador Néstor Kirchner con el simple método de suprimir el cargo; el alto
Tribunal federal ordenó varias veces su reposición, pero nunca fue obedecido y
no hubo castigo alguno para el fundador de la dinastía saqueadora y de la
organización ilícita que nos gobierna hace veinte años.
En el
fondo, nada debería sorprendernos. El inefable y vitalicio Gobernador de
Formosa, Gildo Insfrán, contrató a Old Found, una empresa recién creada por
Alejandro Vanderbroele, para asesorarlo en la renegociación de la deuda
provincial con el Estado nacional, cuando era Ministro de Economía Amado
Boudou, verdadero dueño de la compañía. El monto de la factura que cobró su
testaferro, cerca de US$ 8.000.000, los usó el luego Vicepresidente, para
hacerse de la máquina de imprimir billetes. La denuncia contra todos ellos
terminó en los tribunales de Formosa, que los sobreseyó por inexistencia de
delito. Y en la Provincia de Santa Fe hay un caso paradigmático: el del Senador
provincial Armando Traferri, a quien protegen sus pares, acusado por sus
relaciones con la banda de Los Monos, que está asesinando a Rosario, y a los
grandes popes del juego clandestino.
Mientras la
impunidad más repugnante sigue beneficiando a los ladrones y corruptos, cientos
de militares ancianos, elegidos por esa misma sociedad que tanto les rogó
actuar y hoy lo niega, perseguidos por la inmunda venganza de los terroristas
de los 70’s encaramados en la administración pública y en los organismos de
derechos humanos corrompidos por los Kirchner con dinero estatal, se pudren
literalmente en cárceles de todo el país, condenados en juicios realizados con
pruebas claramente amañadas (testigos con memoria “construida colectivamente”,
con impedimento a la repregunta por el riesgo de “revictimización”, con
identificaciones de imputados por el tono de voz o el aspecto físico más de
cuarenta años después de los hechos, etc,).
A estos
soldados, a los cuales se niegan todos los derechos que son la base del sistema
jurídico de Occidente (principio de inocencia, juez natural, irretroactividad
de la ley penal, ley más benigna, limitación a la prisiones preventivas que, en
muchos casos, superan los 15 años), se los mantuvo en la cárcel, pese a las
graves patologías que padecen en razón de su edad y que los matan como moscas,
mientras se liberaba a miles de asesinos y violadores con la excusa de la
pandemia Covid.
Bs.As.,
21 May 22
201 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 201 de 201COINCIDO CON TU OPINION ENRIQUE,TENDRIA QUE SER UN BONZO QUIEN ACEPTARA
OCUPAR EL LUGAR DEL MINISTRO DE ECONOMIA,Y LA DEGENERADA,PRINCESA DEL
AVERNO QUIERE ESTAR "AL MARGEN". COMO SI PUDIERA LOGRARLO....
ABRAZO ENRIQUE,DIOS NOS AYUDE.
JUAN JOSE HARRACA
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