viernes, 13 de marzo de 2009

Gracias, Néstor; gracias, Cristina

Gracias, Néstor; gracias, Cristina

Hoy he recibido una de las confirmaciones más gratificantes de mi pequeña carrera como analista o comentarista aficionado: Chasman (*) lee mis artículos y consulta mi blog.

Que el presidente de facto, cada día, ratifique en los hechos cuanto escribo me hace sentir como un oráculo, mal que me pese.

Hace unos días, como saben, publiqué una nota a la que titulé “De pánicos y esquizofrenias”. Hoy, la ayudante de Chasman, desde Puerto Madryn, sobreactuó ambas condiciones de la pareja imperial.

El miedo a lo que viene, de la mano de la crisis internacional que se suma a la tierra arrasada en que han convertido a nuestro país, llevó al ventrílocuo a ordenar el adelantamiento de las elecciones, anticipándolas a junio de este año. Como lector de mi material, sabe que no podrá llegar, al menos normalmente, hasta octubre, y ello lo llevó a esta nueva alteración de las reglas de juego.

Por su parte, la enfermedad mental a la que aludí en el artículo citado quedó palmariamente demostrada cuando, por boca de la Presidente, Chasman justificó esa anticipación en la necesidad de avanzar, con diálogo e interacción, dejando atrás rápidamente la puja electoral para, de ese modo, mantener los índices de empleo y de distribución de la riqueza.

Sólo un enfermo, o su muñeca, pueden mencionar la palabra diálogo cuando, para tomar una medida tan trascendente, no han conversado con la oposición, con los líderes del Congreso ni con sus funcionarios más cercanos; y la persistencia en sostener la veracidad de los índices del Indec, falseados por su lacayo Moreno, no hace más que confirmar el diagnóstico.

Conservo mi agradecimiento a ambos: todos los días me permiten recuperar mi capacidad de asombro y, con ello, me mantienen joven, a pesar del calendario.

Evidentemente, los hechos de hoy ratifican, además, que los Kirchner están dispuestos a llegar a cualquier extremo, a cualquier dislate, para seguir adelante, aún cuando tal conducta implique destruir lo que queda de institucionalidad en Argentina.

Rossi y Fellner dieron verdadera pena –o vergüenza ajena- tratando de encontrar justificativos para este disparate: recurrieron a la economía del gasto implícito en dos elecciones, a la comparación con las medidas similares adoptadas por gobernadores de provincia (que, por el contrario, tienen prevista esa facultad), a explicar su desconocimiento previo con sandeces.

Pero, ¡atención! Esto es sólo una muestra, homeopática por cierto, de lo que Chasman está dispuesto a hacer.

Estemos preparados, entonces, para exigir al Congreso el estricto cumplimiento de su deber constitucional. Impidamos que, una vez más, los legisladores traicionen a quines los votaron por ungirse al yugo de Néstor que, por otra parte y en la medida de lo magro de la caja, ya poco podrá hacer para pagar los favores a los que se comprometa.

(*) Famoso ventrílocuo de mi época, cuyo muñeco se llamaba “Chirolita”

Bs.As., 13 Mar 09

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