sábado, 7 de junio de 2008

Otra vez, lo inexplicable ... o ...

Otra vez, lo inexplicable … o …

En política, casi todo es factible, salvo regresar desde el ridículo. Ayer, una vez más, Argentina, a través de su Gobierno, volvió a asombrar al mundo con su desmesura, su mendacidad y su ridiculez.

Como sabemos, después de una ¿conferencia de prensa? –sin espacio para la requisitoria periodística- en la cual fueron exhibidos cuadros con cifras y estudios preparados con anterioridad a la reunión con los dirigentes del agro –si todo estaba escrito de antemano, ¿cuál fue la finalidad de la esperada reunión?- unos casi joviales, pero manifiestamente nerviosos, ministros del Poder Ejecutivo realizaron unos confusos anuncios que, para los poco informados, dejaban traslucir que el meeting se había desarrollado con armonía, que se habían discutido los problemas puntuales de la carne, del trigo, etc., y que, la semana próxima, continuaría el diálogo hace días interrumpido.
Sin embargo, los periodistas presentes en el Ministerio de Economía ya habían hecho conocer un detalle importante: después del discurso conciliador de la Presidente en el acto de Almagro, hace ya una semana, el Gobierno había dado nuevas largas a la negociación y, pese a la lógica inquietud de la sociedad toda, no solamente había demorado cinco días en concretar la reunión sino que, en un gesto de descortesía y de maltrato habitual en esta Administración, el Jefe de Gabinete y el Ministro de Economía, acompañados por el Secretario de Agricultura, habían hecho esperar una hora y media a sus invitados.
Al retirarse los funcionarios de la pseudo-conferencia de prensa, sin aceptar preguntas, Alberto Fernández fue informado, por uno de los periodistas presentes, que los dirigentes del campo habían manifestado que, en la medida en que la reunión había sido totalmente infructuosa, se disponían a permanecer en la sala del Ministerio hasta tanto se arribase a una solución o, al menos, hasta que comenzara a discutirse, con seriedad, el tema de las retenciones. Posteriormente, los mismos representantes de las entidades agropecuarias declaron que no habían podido hablar de nada, pues los ministros pedían el levantamiento previo del acto del 25 de Mayo.
Otra vez, decía, Argentina cayó en el más espantoso ridículo, de la mano de funcionarios contradichos por sus contertulios.

Frente a estos hechos, de más está decir que, en este momento de tanta crispación social y política, la actitud del Gobierno es, nuevamente, inexplicable.
Si tanto les preocupa el eventual –pero casi descartado- monumental éxito de convocatoria del acto de Rosario, el próximo domingo, ¿por qué adoptar una conducta que, solamente, puede incentivar la concurrencia al indeseado acto?
Si, como cree el Gobierno, se tratará de un acto opositor, ¿por qué continuar irritando aún más a una sociedad con la piel en carne viva?
¿Hasta cuándo se seguirá polarizando a la comunidad? ¿Qué sentido político puede tener respaldarse en sectores que, en cada elección nacional, confirman su falta de falta de representatividad?
¿Qué puede estar buscando el Gobierno con estas irracionalidades? Como preguntarían los autores de novelas negras cuando desconocen al autor de un crimen, ¿a quién le conviene esto?
¿Qué sentido tiene agravar aún más la situación polemizando con la institución –Cáritas- más creíble del país? El aumento de la pobreza es un dato de la realidad cotidiana del conurbano, y esta nueva pelea con la Iglesia aleja inclusive a los votantes más recalcitrantes de la maquinaria política hoy presidida por el Primer Caballero, que perciben las mentiras de los funcionarios.

Ante la falta de respuestas sustentables, con lógica interna, a esas preguntas, y luego de una noche insomne, sólo me cabe hacer una suposición: el Gobierno, intencionadamente, está buscando que el 25 de Mayo haya mucha gente en Rosario, y el único objetivo de ello, si es que es cierto, debiera ser lograr, de algún modo, que allí se produzca algo (el lector deberá imaginar qué) que desprestigie al movimiento rural y/o a la oposición política.

Dios nos guarde!


Bs.As., 23 May 08

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